Partida Rol por web

Horror en el Orient Express (2)

1.6 Londres - Kennington Road

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19/11/2008, 14:04
Director

Lunes, 22 de Enero de 1923. 2:45

Los carruajes cruzaban de nuevo la ciudad a buen ritmo, como ya era habitual esa noche. La sensación de apremio era vivida por todos y cada uno de ellos, quizás por la seriedad de los hechos que habían tenido lugar. El clima no acompañaba.

De camino a Kennington Road dejaron a un agradecido Ryle, el decano, en Westminster Abbey con la promesa de velar por sus intereses allá donde los necesitaran. Estaba por ver si llegado el momento haría honor a sus palabras. Siguieron adelante, cruzando por el Westminster Bridge y torciendo a la derecha en Kennington Road pasado Lambeth Palace.

No tardaron en ver la columna de humo negro entre la niebla, algo menos espesa a este lado del Támesis. El escaso tráfico estaba siendo desviado por un agente con cara de pocos amigos, dejando sitio para trabajar al camión de bomberos. Varios fotógrafos iban y venían portando sus cámaras y sus flashes de polvo de magnesio. Por suerte para el angloriental, las llamas habían consumido ya lo que tenían que consumir y los bomberos estaban acabando de combatir los últimos focos con la ayuda de voluntarios.

Si había una cosa clara era que no iban a poder entrar en casa del profesor. Solo quedaban las brasas.

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20/11/2008, 11:06
Mia Worthington Balmister

El camino hacia la casa del profesor se le hizo más duro de lo que esperaba, las horas despierta y el  cansancio acumulado a todos aquellos extraños hechos que se estaban produciendo comenzaban a hacer mella en su estado físico.

Al acercarse a la casa del profesor, pudo vislumbrar a través de las cortinas del carruaje la columna de humo hablaba por si misma. Al final, desplazarse hasta la casa del profesor sí había sido en balde.

-Llegamos tarde... Fueran quienes fueran consiguieron hacer su trabajo hasta acabar con cualquier rastro del profesor- la voz de la joven sonaba excesivamente lúgubre para alguien de su juventud

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20/11/2008, 13:34
Irina Ivanóvna Vasilieva

Hundida en el mullido asiento del carruaje Irina aprovechó el tiempo que les llevó hacer el trayecto para descansar. Con los ojos cerrados y apoyada la cabeza contra la acolchada pared del vehículo dejó que una ligera duermevela la dominase. La escasa luz de las farolas que penetraba tenuemente a través del cristal iluminaba intermitentemente su pálido rostro dibujando oscuras y angulosas sombras sobre él. De repente, algo hizo que sus compañeros se agitasen y bruscamente sacada de su sopor parpadeó durante unos segundos desorientada antes de darse cuenta de lo que ocurría. Fuera del carruaje oyó las voces apagadas de los cocheros y el atronador vozarrón de otra persona. Mirando interrogante entorno se inclinó hacia delante y asomó la cabeza por la ventanilla.

-Bien...está claro que aquí ya no tenemos nada que hacer...-comentó volviendo a su sitio. Las últimas palabras del señor Smith acudieron de nuevo a su mente "han prendido fuego a la casa" había dicho. Bueno pues o intentamos hablar con la policía cosa que no haría otra cosa que llamar la atención sobre nosotros o nos vamos a dormir...El sentido práctico de la mujer se inclinaba por esto último, desde luego allí no podían hacer nada más.

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20/11/2008, 17:47
Dimitri Zagorianski

Lo que ya te esperas no puede sorprenderte. Estas palabras que en una ocasión le habían enseñado en la Academia Militar resonaron ahora en la mente de Dimitri. A sus oponentes era evidente que les fascinaba jugar con fuego. No esperaba encontrar nada en la casa del profesor y el verla destruída tampoco le sorprendió.

- Bien... Creo que no nos falta más que descansar y comenzar mañana nuestras pesquisas en otro lugar. Quizás sería hora de ir pensando en tomar ese tren y cumplir la última voluntad de nuestro amigo antes de que vuelvan a adelantársenos.

El capitán estaba obviando de forma deliberada la mención de los demás a la documentación previa. Era un hombre de acción y para él la mejor opción en estos momentos era ponerse en marcha cuanto antes.

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20/11/2008, 18:01
Alexander Wan Bruswell

Alexander contempló los últimos estertores de las llamas con aire circunspecto, pasando seguidamente su mirada por los repentinamente desinflados acompañantes del carro. Lo cierto era que el oriental ya esperaba algo así, a decir por las palabras que habían escuchado de Beddows, y el hecho no le sorprendió, si bien se alegró de que al menos el fuego se hallara tan consumido como el despacho del Profesor Smith:

-Bien, dijo girándose hacia la ventanilla de nuevo y agarrando el pomo. Supongo que aquí es donde yo les dejo.- dijo abriendo la portezuela despreocupadamente –Da la casualidad de que mis contactos no comparten nuestra zona horaria, y esta me temo que será una hora más que apropiada para llamarles con tiempo de que aún puedan conseguirnos un buen pedazo de información en lo que les quede de jornada. Nos veremos mañana a la mañana en casa del Sr. Balminster.- indicó descendiendo del vehículo con apenas un gesto de cabeza como despedida.

Las sombras londinenses abrazaron al peculiar extranjero, que no tardaría en perderse entre las callejuelas, si nadie lo impedía. Aun así, su determinación parecía bastante firme. Posiblemente no conseguirían hacerlo cambiar de idea... a fin de cuentas, acababa de ignorar abiertamente los últimos comentarios de la converación en la mansión, desestimándolos sin objeción adicional alguna:

-No pienso quedarme ni un minuto más como un borrego en un rebaño; esta gente es peligrosa, y bien sé de otras expediciones lo poco apropiado que resulta el ir llamando la atención en manifestación, con un atajo de gente que lo más cerca que ha estado sobre el terreno es leyendo un libro...- pensó mientras se alejaba –Ya es hora de ponerse en marcha y como es debido.- zanjó su monólogo mental, mientras apretaba el paso.

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20/11/2008, 18:52
Dimitri Zagorianski

El general contempló como Alexander se alejaba. No pensaba detenerlo de ningún modo. Para él aquel individuo era poco más que una molestia, demasiado independiente y retante en todo momento. Quizás si se movía a su aire fuera más útil. Por su parte Dimitri se veía a si mismo más bien como un paladín protector, sobre todo de las damas, aunque también de los otros caballeros que no parecían darse cuenta de que aquella situación tenía una consonancia terriblemente mortal y no era un mero juego de salón. Llegado el momento al general no le temblaría el pulso si debía acabar con la vida de un posible atacante.

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20/11/2008, 19:23
Irina Ivanóvna Vasilieva

Escuchando las palabras del oriental Irina desvió los ojos de la horrible visión de la casa humeante y miró con intesidad al hombre. Sus inteligentes ojos azules le contemplaron como si estuviese sopesándole o midíéndole pero finalmente se suavizaron con una hermosa sonrisa de asentimiento.

-Nos vemos entonces mañana, señor Bruswelll, venga a la horra del desayuno  yasí podrremos hacer planes...-dijo conforme y, antes de que este se bajase del todo, se inclinó hacia delante y posó su mano enguantada sobre su brazo. Clavó en él sus ojos ahora serios y añadió en un susurro cargado de preocupación mientras se lo estrechaba suavemente-por favorr...tenga cuidado. No querríamos que le pasase nada malo-luego tan rápido como había sido su gesto, retiró la mano y la guardó dentro del manguito al tiempo que se volvía hacia el resto de los compañeros de carruaje y les miró inquisitva-Será mejor que nos vayamos de aquí...

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20/11/2008, 22:16
Hermana Lucía Sturzo

Irse... sí. era cuanto podían hacer ahora. Regresar a la tibieza de las habitaciones que Lord Balmister les había prometido, y a su seguridad confortable. Lucía no pudo evitar lanzar un equeño suspiro. Necesitaba ese descanso, Y aunque había tomado la inspección de la casa del Profesor como un paso necesario, imprescindible, ahora que la contemplaba consumida por el fuego, y sin que ningún secreto hubiera sobrevivido para que ellos lo rescataran, sintió alivio.

-Volvamos, sí. Mañana será otro día, y con seguridad unas horas de sueño, o por lo menos de descanso, nos vendrán como agua de mayo. Contempló la partida algo brusca del anglo-oriental, y el gesto preocupado de la rusa. Si ató algún cabo, si se hizo a sí misma algún comentario, también lo dejó encerrado en su cerebro. Simplemente sonrió, añadiendo -Creo, Señorita Irina, que o mucho me equivoco, o el Señor Wan sabe cuidar de sí mismo... Sin embargo algo, quizá una espantosa visión ígnea consumiendo en vida a un pobre hombre, enturbió sus ojos, y heló su comentario en los labios. La sonrisa se perdió, y su voz se afinó hasta dejar de oirse, susurrando simplemente un "...pero qué estoy diciendo..."

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20/11/2008, 22:49
Lord James Connely

Habían tardado demasiado, eso estaba claro. Quizá si no se hubiesen entretenido con dimes y diretes podrían haber llegado a tiempo a la casa del profesor......si no para encontrar algo útil, al menos para ver a los causantes de aquel incendio.

Pero ahora no tenía sentido arrepentirse de nada y, como decían los demás, lo mejor era irse a descansar para recuperar unas energías que necesitarían al día siguiente.
Pero Bruswell parecía tener plantes independientes......mejor, que se fuera por su lado y así no tendría que soportar su presencia más tiempo del necesario, e incluso puede que encontrara alguna pista que pudiera serles útil.

De acuerdo - indicó tras mirar cómo se alejaba la figura del mestizo - volvamos a la casa de Lord Balmister y mañana comenzaremos con las pesquisas pertinentes.

Poco más podía añadirse en una situación como aquella. James cerró los ojos, pero aún así seguía viendo las llamas en su mente. Unas llamas que habían dominado aquella horrible noche.

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21/11/2008, 15:18
Lord Reginald Balmister Cornwell

 

Hay momentos en la vida que cobras conciencia de ciertas cosas y  para regi que ahora estaba recostado en al asiento del carruaje, apoyado contra una de las ventanillas, contemplando el incendio que había consumido la casa de su amigo sin dejar rastro alguno, era uno de ellos.

En un principio supo que se enfrentaban a gente peligrosa, pero ahora sabía que ellos no estaban a salvo y que sus vidas corrían un serio peligro. Ahora el tiempo era su enemigo, ellos tenían que actuar y moverse antes de que sus enemigos tuvieran tiempo de prepararse y atacar.

Reginal paso la vista por sus compañeros de viaje, los cuales eran ahora mucho mas que eso, el destino les había unido para actuar en esta obra dantesca. – No voy a permitir que te suceda nada malo, primita –Pensó mientras intentaba mantener su semblante frio e impasible, aunque por dentro lamentaba ver como ella se había visto en vuelta en este sucio asunto.

-          están eliminando todos los cabos sueltos. Hemos de movernos deprisa, antes de que tengan tiempo de tramar un plan para atentar contra nuestras vidas como han hecho con la del profesor.  Propongo que nos organicemos y que cada uno busque parte de la información mañana por la mañana, y que al mediodía nos reunamos para comer y pongamos en común la información encontrada. Una vez tengamos esos datos veremos que decisión tomamos.

Si nos dormimos en los laureles las cosas pueden ponerse difíciles, en cambio si actuamos rápido puede que vayamos un paso por delante suyo.

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24/11/2008, 22:17
Director

Notas de juego

¿Tienes pensado hacer alguna cosa durante la noche? Si quieres ir a algún sitio te abro una escena, de lo contrario saltamos a la mañana siguiente.

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24/11/2008, 22:18
Director

Notas de juego

Si nadie tiene nada más que añadir, pasamos a la mañana siguiente en casa de Reginald.

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24/11/2008, 22:28
Lord James Connely

Notas de juego

Por mí está bien.....a ver ese opíparo desayuno, jejejeje

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24/11/2008, 22:58
Dimitri Zagorianski

Idem :)

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25/11/2008, 00:44
Alexander Wan Bruswell

Notas de juego

No, solo quería que la diferencia horaria jugara a mi favir: avisar de todo a Jackson Elías, para ver qué podía encontrar por su cuenta mientras yo dormía (en sus -7 horas).

Y de paso, dormir alejado de esa gente, que me parecían muy capaces de acabar todos churruscados, llamando tanto la atención. Pretendía actuar algo paranoicamente, por lo que iba a dormir en un hotelillo, antes de pasarme por casa a recoger mis "aparejos de trabajo", para estar preparado para todo.

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25/11/2008, 11:02
Director

Notas de juego

Ok, ¿a que hora irás para casa de Reginald entonces? :)

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25/11/2008, 10:54
Irina Ivanóvna Vasilieva

Cita :
 

, Señorita Irina, que o mucho me equivoco, o el Señor Wan sabe cuidar de sí mismo...

Irina alzó la mirada y clavó sus brillantes ojos azules en el hermoso rostro de la monja. Oculta por las sombras ésta no pudo ver su expresión pero si captó el tono de resginación de su voz.

-No lo dudo hermana...pero no dejo de decirme que desde el primer momento en que entramos en esa casa y el señor Smith nos hizo herederos de toda esta locura estamos todos en peligro...-hizo una mueca, reprimiento a duras penas un estremecimiento, y  se giró para golpear con firmeza la ventanilla del carruaje que comunicaba con el pescante. Con una chasquido ésta se abrió y el frío de la noche se coló dentro de la cabina-Vámonos...de vuelta a la mansión de Lord Reginald, por favor-dijo al conductor de fuera en tono alto y claro. Luego se volvió mientras la ventanilla se cerraba a sus espaldas. Qué ganas tengo de irme a dormir...quizás al despertar descubriese que todo no había sido más que una pesadilla. El silencio se instaló de nuevo en el carruaje mientras éste comenzaba su traqueteante movimiento. Sorprendendentemente aunque ambas mujeres eran como la noche y el día, todo lo vivido las había aproximado e Irina se encontraba cómoda en presencia de la monja. Qué extraño...jamás me hubiera imaginado que me pudiese hacer amiga de una religiosa meditó cerrando los ojos.

Notas de juego

por mi nos movemos. me dirijo a la monja porque supongo que el reparto en los carrujes habra sido como la otra vez: Bruswell, la monja y yo en uno y los caballeros y lady Balmister en el otro ¿no?

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25/11/2008, 17:25
Hermana Lucía Sturzo

Lucía escuchó a Irina con semblante grave. No la vió, por las sombras y el juego de claroscuros que bailaban en el interior del carruaje, pero estaba segura de que la mujer tenía una expresión parecida a la suya. Asintió, en silencio, y en silencio siguió cuando la rusa golpeó la ventanilla que se abrió con un chasquido.

Se recostó en el asiento en cuanto empezaron a moverse, y dejó vagar su mirada por las formas extrañas que se deslizaban en el exterior, oscuras manchas apenas garapateadas por la noche...

Nadie la vio porque tenía sus manos en los bolsillos. Pero su mano derecha palpó y encontró las cuentas de un rosario. Con la habilidad de la costumbre, a ciegas buscó la primera de ellas, y empezó una muda súplica por las almas de los que había visto fenecer en condiciones terribles.

Pater noster
qui es in caelis,
sanctificetur nomen tuum.
Adveniat regnum tuum...

Notas de juego

Yo supongo lo mismo, Lúa. Por mi, a dormir, y al desayuno.

;)

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25/11/2008, 18:25
Alexander Wan Bruswell

Notas de juego

Iré justo antes de la hora del desayuno (las 6:30 pongamos).

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26/11/2008, 11:41
Mia Worthington Balmister

-Sin duda, descansar un poco nos hará bien a todos... Y puede que el sueño nos aclare algunas ideas- no estaba muy segura de cuales eran aquellas ideas pero era consciente de que estaba a punto de caer de cansancio.

Notas de juego

A dormir ^^