Partida Rol por web

A Daenyra se le estaba atragantando el pescado y casi le quitó de las manos la jarra al príncipe para echar otro trago.

Ella pensaba que lo de los dioses eran solo el 'opio del pueblo' un invento para tenerlos atrapados en las leyes que más les conviniera a los religiosos en ese momento. Manipulación por poder, pero sabía que esos pescadores eran parte del rebaño de los Siete y era mejor no meterse con esas cosas.

Y lo de que Maegor prefiriese casarse con una Targaryen no le pilló por sorpresa. Era una tradición, su propio padre se había casado con sus dos hermanas así que la verdad es que el príncipe tenía razón. No tenía mucho sentido prohibirle a él hacer lo mismo. Pero de nuevo no era algo que a los pescadores les gustase escuchar.

-Él tiene razón en eso Ruby, el príncipe debería tener el derecho a casarse con quien quiera, es la tradición y no hace daño a nadie- esperaba que al decirlo ella, que era su señora, el hombre dejase un poco el tema-. Pero bueno también tiene aquí muchas herederas que puede elegir, mi hermana entre ellas. Ya noté que le había echado el ojo nada más llegar... A que sí, ¿eh?- le dio un codazo cómplice a Maegor- tú también lo viste, ¿verdad Pate?

Pero, por favor, no hablemos ni de religión ni de política, eso es de lo que se pasan hablando todo el día esos aburridos señores y nosotros no somos así. ¿Quién creéis que ganará el torneo? Yo apuesto por Revan, se pasa el día entrenando.-

Ruby quedo unos minutos pensando en lo que su señora le dijo y respondió. -Supongo que cada uno toma su fe como quiere mi señora, los siete nos enseñanza a no juzgar y eso es lo que haré. Por lo pronto yo no me casare con mi hermana.- Dijo el pescador para zanjar el tema.

-Escuche que será un formato raro en el que los campeones defenderán el honor de la novia. Serán tres según dicen. Luego los competidores elegirán a quien derrotar y si le ganan ocuparan su lugar en el palco. Al final del torneo los 3 que queden decidirán si ella siegue siendo reina de amor y belleza o si coronan a otra.- Contó. Es emocionante por que se podrán ver a varios combatientes y además los derrotados pueden intentar competir otra vez si les da el oro. Así se armaran alianzas para elegir a un nueva reina de amor o para conservarla.- Agregó emocionado por el formato.
-Yo pondré mis monedas de cobre en Revan y en lord Baelon, el señor tiene la lanza más fuerte de de esta región.- Contó a Daenyra.
Me gustaría ver a Orys Baratheon pelear y ojala que el príncipe Maegor también compita, el ya ha ganado torneos y es un apuesta fácil. Luego creo que la guardia real tiene su posibilidad y además el segundo hijo de los Mallaerys dicen que es un justador nato. Además de Revan ¿hay alguno más que le parezca que va a ganar?

Maegor que guardaba silencio mientras Pate hablaba intervino. -Yo lo he visto a Maegor y no creo que le guste la señorita Naerys.- Dijo. -Pero los Baelralys tienen otra hija así que no pierden esperanzas.- Agrego concentrado en su arenque.
-Orys es simplemente alucinante como guerrero así que es una buena apuesta, La guardia real estará en el palco un tiempo, son grandes peleadores. No sé si ganen pero serán apuestas fáciles. Sé que también el príncipe participara así que es otra apuesta buena. En su mayoría coincido con Ruby. Al Mallaerys no lo conozco bien así que no puedo hablar. Lástima que a la reina no se le permite competir, ella es muy buena guerra y seguramente podría ganar el torneo.

El comentario de Maegor le hizo que se le subieran los colores aunque no se atrevió a mirarle a la cara para confirmar si lo decía en serio o la estaba tomando el pelo.

-Pues sí que tendrían que dejar competir a las mujeres, no solo la reina sería capaz de vencer hasta a mi hermano sino también mi propia madre, que también es una excelente guerrera...- dijo intentando pensar en otra cosa.

La verdad es que ella también podría entrenar y convertirse en otra luchadora como su madre. ¡Comandaría ejércitos a lomos de un dragón! Decididamente se le estaba subiendo el alcohol a la cabeza.

Cuando apartó la mirada hacia el mar imaginando lo grandiosa que estaría ella encima del lomo de un dragón, vio que el sol había comenzado a descender por el horizonte. El cielo estaba nublado con lo cual no se había dado cuenta hasta que esa hermosa franja roja y anaranjada, justo por encima del mar, apareció en su línea de visión.

-Pate, se nos está haciendo tardísimo y tu señor se va a enfadar como no estés ahí para bajarle los gayumbos antes de meterse en la cama. No sabe hacer nada solo, el pobre. Casi mejor nos vamos ya.- La fortaleza debía ser un hervidero de soldados buscando al príncipe y a ella le iba a caer una buena cuando se enterasen de que había tenido algo que ver con su fuga.

Daenyra se levantó y se sacudió el vestido que ya estaba completamente seco gracias al calor de la hoguera. Tiró de Maegor para que se levantase.

- Gracias por el pescado y la cerveza chicos ¡Mañana os envio a Peyton con los barriles, os lo prometo!- tampoco quería que Maegor les dijera quién era por si se sentían mal con aquello que habían dicho así que le susurró:- Mejor no les digais nada así podreis venir a verlos siempre que quierais sin que os miren raro, ¿Que os parece?-

-Su madre fue una guerrera formidable, es una lástima que no las dejen competir. Mi padre me contó que en la guerra de la conquista, monto a su dragón y escolto a la flota Baelralys en la batalla que se libro contra la flota Rowan. Fueron más los barcos hundidos por el fuero de la pesadilla escarlata que por los escorpiones de la Flota de Baelon. Luego de la batalla poco fue lo que se pudo capturar. Aquellos que vieron en enfrentamiento desde tierra dijeron que vieron el agua arder.- Contó Maegor.
-Si pelearan entre la Reina Visenya y Lady Elaena creo que no habría ganador claro.- Agregó -Arrkax no tiene nada que envidiarle a Vhagar tampoco.- Continuo entusiasmado con el tema.

Si, Lady Daenyra. Creo que va siendo hora de que volvamos o mi señor me dará un coscorrón.- Comentó poniéndose de pie. -Mañana les enviaremos un regalo por su amabilidad. Espero que les guste.- Dijo haciéndole caso a Daenyra y no rebelando su identidad.

-Bien creo que es hora de volver, supongo que el castillo debe estar algo agitado.- Dijo una vez estuvieron un poco alejados. Me imagino la cara de Corlys, debe estar más blanca que su cabello y con la armadura y la capa seria un caballero fantasma.-

-Bien pues no nos demoremos más, aún tenemos una pequeña caminata por delante.-

Se fueron alejando del campamento de pescadores siguiendo la costa. La bebida y el fuego les había mantenido calientes, pero ahora, de nuevo expuestos a los vientos que venían del océano, el frio volvía a sentirse intensamente. Ella se sujetó del brazo del príncipe para robarle algo de calor y, de esa forma, fue guiándole por la playa.

- Ha estado muy valiente alteza. Es fácil enfrentarse a ejércitos pero no lo es tanto enfrentarse a la ignorancia del pueblo llano y no perder la compostura. ¿Qué le han parecido nuestros vasallos? Seguro que no tienen la clase que en Desembarco del Rey, pero poseen un gran corazón. No me digáis que sois el único de la realeza que no os habéis escapado alguna una vez a visitar la ciudad en el anonimato. Tiene que ser emocionante eso de meterse entre la gente sin que sepan quien es. Ver cómo se comportan y lo que dicen. ¿Lo habéis hecho alguna vez? ¿Qué habéis visto en vuestras incursiones?-

El príncipe Maegor sintio que Daenyra sujetaba su brazo para mantener algo de calor y le permitió ese gestó sin ningún tipo de rechazo.
-Muchas gracias Daenyra, aunque en algún momento estuve a punto de perder los estribos.- Contestó. -Veo que dependen mucho de la fe y eso termina por molestarme más sabiendo los atrevimientos que tienen con mi padre. Al final parece que sufre más con la fe de los siete que con los Dorniense. Por lo menos estos últimos pidieron una tregua.-

Maegor se quedo pensando unos minutos antes de contestar. -Supongo que la reina Rhaenys se escapo en algún momento a hacer algo como esto, mi madre estoy segura que no y mi padre menos. Le gusta mostrarse como rey y su gran poder incluso ante el pueblo llano.- Contesto. -Y con respecto a los vasallos los veo parecidos a los de desembarco del rey solo que algo más humildes, los de la capital se creen que por vivir allí son más que el resto de los vasallos.

Mientras más se acercaban al castillo mas movimiento veían. Las carpas ya se levantaban y llenaban de colores todo el predio circundante de la fortaleza. Los escudos de las diferentes casas se mostraban orgullosos en las entradas de los pabellones. Estaban las casas más conocida, algunos no tanto y varios pabellones de caballeros errantes. La comida y la cerveza corría por todos lados mientras que los comensales brindaban por el rey, por los novios y por el príncipe Aenys. Algunos indiscretos satisfacían sus necesidades más básicas con las meretrices que por allí rondaban otros más recatados las llevaban dentro de sus carpas. Baelon no había permitido que ninguna de esas trabajadoras entrara en la fortaleza por más que los señores quisieran contratar sus servicios así que varios hombres de casas importantes que se hospedaban en el castillo rondaban por ahí en busca de diversión.
-Está todo muy animado, creo que el casamiento será un gran evento para ellos.- Dijo el príncipe mientras miraba todo el movimiento del lugar. -Creo que el torneo también los anima mucho por eso están tan felices.- Agrego mientras pasaban por al lado de un espectáculo de títeres. Maegor se paro unos segundos para ver la habilidad del titiritero con las marionetas pero luego siguió caminando. -Si no estuviera tan seguro de que mi madre envíe a una partida de 20 jinetes en mi búsqueda en los próximos minutos me quedaría un rato a ver todo esto.- Comento mientras caminaba a paso lento.

Daenyra era muy joven y para nada estaba acostumbrada a todo eso que se mostraba ante sus ojos. Le incomodó tanto que soltó a Maegor. A parte, tampoco quería levantar rumores falsos que molestasen a su hermana.

-Aunque entiendo porqué el rey mantiene contentos a los septones, también coincido en que les está dando demasiadas libertades. Si os soy sincera, yo haría una limpieza general de la Iglesia. Cortaría la cabeza de aquellos que sobresalen para que ninguna intentará despuntar por encima de vuestro padre. Pero qué sabré yo de política.-

Atravesando el gentio llegaron por fin a las escaleras que subían hacia la fortaleza, momento en que seguro los guardias verían al príncipe y darían el aviso. La pequeña de los Baelralys se paró un momento para despedirse de 'Pate'.

-Espero que os haya gustado la visita mi príncipe y que hayaís podido descansar un poco de los nobles que os acosan. Mañana, si lo deseáis y no me han matado para entonces, podría llevaros a ver la mina de vidriagón, con las pinturas que os comenté. Es algo digno de ver.-

Sí, me gustó mucho pasar tiempo con tigo pero creo que la visita a las grutas será en compañía de algún guardia.- Dijo Maegor que estaba seguro de que Ser Corlys lo seguiría ahora hasta dentro del baño. -No te preocupes porque te regañen yo mañana te iré a buscar para ver las grutas, tu madre no me negara esa petición soy su sobrino-nieto favorito.- Agregó mientras el sonido metálico de armaduras moviendo comenzaba a llenar el lugar. En pocos segundos los 2 guardias reales aparecieron a la cabeza de una docena de caballeros de diferentes casas armados hasta los dientes. Efectivamente como había dicho el príncipe Ser Corlys estaba blanco como un fantasma.
 Se llevaron al príncipe y a la chica. Esta última fue dejada a cargo de Lord Baelon y Lady Elaena los cuales le dieron a la chica un sermón nunca antes visto. Las palabras "Secuestro", "Peligrar la corona" y "justica del rey" sonaron no menos de tres veces cada una en el regaño. Sin embargo todo se calmo cuando la Reina Visenya hablo con su Tía Lady Elaena, al parecer el príncipe había tomado toda la responsabilidad y había obligado a Daenyra a que lo acompañara a escaparse así que luego de eso la intensidad de la situación bajo. Aun asi obligaron a Daenyra a irse a dormir sin comer pero a la media hora una de las criadas apareció con te y pastelitos de limón.
 

Sin duda el riesgo había merecido la pena. Estuvo a punto de recordarle a su madre que fue ella la que dijo que debía hacerse amiga del príncipe aunque él fuera para su hermana, pero no se atrevió a abrir la boca durante la regañina. Incluso llegó a disfrutarla; nunca antes había conseguido tanta atención de sus amados padres.

Se fue a dormir muy contenta y con una sensación en el estómago que no reconocía y que le quitó por completo el hambre de bollitos de limón; La joven Daenyra se había enamorado.