Partida Rol por web

La francesa se había dejado llevar hasta allí entre risas, contagiada de la emoción de Jacques por avanzar en aquel laberíntico pasillo. Estaba admirando el lugar, cuando notó que pasos nuevos se acercaban, sacándole una sonrisa aunque un tanto avergonzada al reconocer a la competidora de Hogwarts.

-¡Loguelei!- Pronunció la chica, saludando a la joven. -Pues tuve una petit idea y Jacques me habló de este lugag.- Dijo, mirando al rubio a su lado. -Me pagueció mil veces mejog que metegme al Lago a esta hoga.- Admitió riendo.

-Él es Jacques, es mi mejog amigo y...- Le miró de reojo, ruborizándose, puesto que de hecho desde el día anterior no lo habían hablado. -...mi novio...- Dejó en el aire casi como una pregunta hacia él. Miró hacia el agua, mordiéndose el labio inferior. -¿Tendgemos que entgag al agua?- No parecía totalmente convencida, pero supuso que no quedaba de otra, por lo que empezó quitándose los zapatos. Luego se apuntó hacia la ropa con la varita. -Impervius.- Musitó, apuntando hacia su ropa.

—Solo diré que de tener voz la sirena, estaría en problemas... —susurra por lo bajo Hayes—¿Una cuñada francesa no te apetece?

Divertido por ello, aunque sin poder meterse más contigo prefiere recuperar la postura y saludar a Amelie. 

Jacques al ver que se acerca Lorelei, saluda con un gesto respetuoso mientras en su rostro es una clara sorpresa lo que dice Amelie sobre su relación. No obstante entre tanta estupefacción se mantiene al margen, lo cual es Hayes quien se une a las presentaciones, alzando una mano cuando su hermana lo presenta. 

Lo curioso es que la sirena del vitro al ver que el pelirrojo aparece en aquel lugar, se cubre el rostro y ríe por lo bajo, como quien hace un gesto cómplice. Aquella reacción sorprende en demasía a Amelie que al querer conjurar sobre su atuendo para hacerlo impermeable tras quitarse el calzado, el hechizo simplemente no sale. 

De alguna manera, la presencia de aquel chico (Hayes) con su magnetismo te deja un poco confundida. Es pasajero, pero no puedes pasarlo por alto, algo de él atrae y mucho, lo cual el efecto impacta también en la sirena. 

Amelie se soltó sin darse cuenta de la mano de Jacques cuando intentaba terminar el hechizo, puesto que sólo en ese instante se había fijado en el hermano de Lorelei. La risita de la sirena pareció sacarla del leve aturdimiento que había sufrido, a la vez que carraspeaba y miraba su varita. -Oh, vaya. Me he despistado un momento.- Dijo con una risita apenada, volvió a apuntar a su ropa con la mirada hacia la pared.

-Impervius.- Esta vez si sintió el efecto del hechizo en su ropa, y luego apuntó hacia su cabeza. -Caput Bullae.- Una lámina que parecía una pompa de jabón cubrió su cabeza, y se metió con cuidado dentro de la tina, esperando que el agua comenzara a subir.

La verdad es que no pensaba que el hechizo funcionase tan bien, nunca lo puse en práctica más allá de las clases con la profesora Petra... Aunque el encantamiento casco burbuja creo que sería mejor si la prueba es demasiado larga...​​​​​​

Le hace señas para que le pase una toalla y sale del agua arropada en la toalla

Gracias. Yo creo que ahora voy a mirar mi cuaderno para ver los hechizos acuáticos. Si han puesto a un dragon de agua no podré cantar allí abajo

Se ríe de la mala broma, ni de broma quería enfrentarse a un dragón acuático, apenas sabía de aquellas bestias

Y si, el huevo le voy a pedir a Markus quedármelo, así le puedes echar un ojo, y seguro que le das algún que otro uso interesante.

Se seca el pelo efusivamente, al menos lo tenía medio-corto, y debajo del agua no debería molestarle demasiado

¿Se te ocurre el utilizar algo?

Una vez ambos conjuros se realizan con efectividad de tu varita, puedes sumergirte en el agua sin problemas aunque la capa de la burbuja misma es muy débil y sabes que no resistirá lo suficiente. Algo similar sucede con la ropa, pero de momento no se moja y cumple la función requerida. 

Al hacer click en la punta del huevo, puedes observar como se abre el mismo como si fueran pétalos de una flor y en su centro un núcleo de color blanquecino y burbujeante comienza a entonar una hermosa melodía. Es un canto de sirena, por el tono de voz y la suavidad de sus notas. 

Lamentablemente no puedes escuchar más ya que de repente la burbuja se rompe por completo y de lleno el agua se introduce en la boca. No es que vayas a ahogarte con esto, solo es molesto. 

Lo mismo sucede con la ropa, totalmente empapada y la sensación fría en parte te ayuda a aliviar el efecto atractivo que había provocado en ti el hermano de Lorelei. No hay mal que por bien no venga...

—Por la memoria de Dumbledore, Hayes, ni se te ocurra, ¿Eh? Ni se te ocurra —murmuré casi sin mover los labios.

Lo peor es que realmente lo veía más que capaz de intentarlo aún cuando el novio estaba delante. Ugh.

—¡Encantada, Jacques! —sonreí con picardía—. Siento haberos interrumpido el momento. En realidad, no sé si hace falta entrar, pero...

Una vez más, yo iba a hacer gala de aquel extraño pensamiento mio de que, cuando no hacía falta magia, era mejor no usarla. Sin ninguna verguenza, me empecé a quitar el uniforme de Hogwarts justo en el borde de la piscina... ¡E iba más que preparada, no vayas a pensar mal! Había aprovechado para ponerme un bañador en el dormitorio, y con eso empecé a meterme bajo el agua mientras observaba cómo Amelie usaba su impervius.

El agua seguía subiendo, y yo ya había preparado el huevo justo en el borde. Con lentitud, lo alcancé, y cuando el agua estuvo lo suficiente alta, miré a Amelie.

—No sé si nuestros huevos tendrán mensajes distintos. Tampoco creo que esperaran colaboración hasta este punto, pero... ¿Quieres hacer los honores, o voy yo primero?

Lo agarré entre las manos y lo sumergí bajo el agua, pero todavía sin llegar a abrirlo.

Desde la burbuja, la francesa sonrió. -Vamos al mismo tiempo, oui? Un, deux, trois!- Y al terminar de contar, la joven se hundió en el agua, presionando la parte superior del huevo para que este se abriera. De inmediato pudo ver el interior perlado del objeto que producía el sonido, sin embargo apenas había escuchado dos estrofas cuando tuvo que salir del agua, puesto que tanto el hechizo de burbuja como el de impermeabilidad habían acabado antes. La joven salió para tomar aire, soltando un resoplido de molestia.

-Sacre...- Murmuró, mirando con una sonrisa apenada hacia Hayes, antes de carraspear y mirar hacia Jacques. -Mis hechizos paguesen que no están en fogma hoy...- Dijo con una sonrisa suave y de disculpas. Decidió seguir el ejemplo de la pelirroja, y tomando aire, se hundió una vez más en el agua, intentando escuchar el resto del mensaje.

Rápidamente te sumerges y logras aguantar la respiración sin problemas, al menos el tiempo suficiente como para escuchar el mensaje que en el huevo se encuentra. Amelie se había aventurado a sumergirse al unísono contigo, sólo que sus conjuros no funcionan a la perfección y tiene que salir de repente para volver a sumergirse. Al margen de ello, te preparas para descubrir el secreto.

Al hacer click en la punta del huevo, puedes observar como se abre el mismo como si fueran pétalos de una flor y en su centro un núcleo de color blanquecino y burbujeante comienza a entonar una hermosa melodía. Es un canto de sirena, por el tono de voz y la suavidad de sus notas. 

El minuto que puedes resistir sumergida, el mensaje se repite tres veces y cuando quieres acordar, el huevo se cierra de forma automática y no puedes abrirlo más. No hay forma. 

Ambas sumergidas bastante cerca la una de la otra, escuchan sus respectivos huevos. Amelie comprueba que el mensaje inicial se repite dos veces más y el huevo se cierra para no volver a funcionar. Está claro que el encantamiento dura lo que dura o hasta que el mensaje se haya escuchado lo suficiente. 

Lo mismo sucede con Lorelei, al oírlo tres veces y experimentar el mismo evento. No obstante una vez salen de allí, ambos chicos las esperan con unas toallas para que puedan secarse y estar bien. Al menos ya han avanzado a la primer parte de esta prueba que se realizará mañana. 

¿Cuál es la respuesta del acertijo?

Amelie agradeció la ayuda de Jacques, por suerte el ambiente dentro del baño era levemente caldeado, aunque sospechó qué tendría que secar su ropa pronto antes de que cogiera un resfriado. Se dejó envolver en la toalla, y miró con una sonrisa a la joven. Por un momento dudó, antes de mirar a Lorelei.

-¿Ostgas?- Dijo, algo dudosa. No estaba segura si se consideraría trampa comprobar notas antes del día de la prueba, después de todo las pistas eran una ayuda, pero aún dependerían de las habilidades de cada uno. -Las peglas en el mag, nacen en las ostgas. ¿Hay ostgas en el Lago?- Preguntó, con curiosidad. ¿Les harían buscar ostras y sacar perlas de ellas?

—Es un buen hechizo, pero claramente como no sabes cuanto puede llevarte la prueba es mejor el Caput Bullae—responde tu hermano—. No creo que tengo un dragón de agua en el Lago Negro, considerando que hay un Calamar Gigante, Selkies y las famosas personas del agua. Que no entiendo como le dicen así cuando se llaman sirenas. 

Aquel comentario claramente lo hace con los ojos en blanco y un poco indignado. Nadie como los alumnos de Durmstrang conocen la fauna marina ya que pueden apreciarlas en sus largos viajes en el Drakkar. Pero bueno, los Ingleses tienen sus costumbres también y esto es uno de los términos que difiere bastante. 

—Espero que te dé el permiso, me haría ilusión hermanita. 

Luego cuando preguntas sobre utilizar algo, se encoge de hombros. 

—Una coleta, no más que eso. Pues andando que debemos regresar antes de que nuestro Director nos quiera matar. 

Ya habían comprobado lo necesario y el mensaje está en tu mente, ahora toca descubrir que relación tiene con el Lago Negro y la prueba de mañana. 

Hiro sonrió cuando Akira dijo que se preocupaba por él. Era reconfortante saber que alguien se preocupaba por él en medio de aquella locura. Ser parte de algo tan grande podía marear en ocasiones y, de no contar con el apoyo necesario, podría ser demasiado. Por eso Hiro atesoraba tanto si relación con Akira. Era el único que le prestaba su apoyo y evitaba que se sintiese solo ante lo que le esperaba.

Y no sabes lo mucho que lo aprecio. Respondió, dedicándole una larga mirada.

Yo también había pensado en una concha, una ostra o algo similar... Sin embargo, me parece que hay algo más que se me escapa. Es demasiado fácil. Confesó. Al fin y al cabo, quién no piensa en eso al pensar en las perlas bajo el mar?

A ver qué tal me queda el traje de la directora. Tendrá tallas? Preguntó, imaginándose en él. Espero que no me hagas el vacío si me queda tan ridículo como me estoy imaginando. Bromeó. En realidad le daba igual como le quedase, aunque desnudarse delante de todo el colegio sí que era algo que le incomodaba mucho.

Baja la mirada sonriendo cuando dices aquello, descubriendo que al chico sí que le había agradado tu comentario y ese gesto tan dulce de su parte, refleja muchas cosas pero una destaca entre todas: Sentimientos. Lo bueno es que al hablar de la prueba, vuelve a distenderse un poco ya que no sabe manejar lo que siente por ti, la situación y cómo lograr algo más. Ahora mismo es un lío de persona. 

—Quizás sea la punta de un hilo, me refiero a que... Es fácil pero quizás no lo sea el encontrarlo—respondo Akira pensativo—. Aún así, solo ten cuidado mira que hay de todo en las profundidades de ese Lago Negro. 

Tras aquella advertencia, deja escapar un suspiro y está por decir algo del estilo Me importas mucho pero lo reprime y ante el comentario del traje, ríe suave. 

—O no, me guste más. 

Aquello es una confesión, en toda regla. Pero cómo surge en un instante de distensión y broma, puede pasar por alto lo suficiente como para que quede en solo un dicho entre muchos. Más allá de que el lenguaje corporal de tu amigo, revela tantas cuestiones que parece un poema de amor. 

—Igual creo que se ajusta, dudo que nuestra Directora tenga algo limitado—comenta y continúa. 

Y continúan la conversación otro poco más, hasta el tiempo pasa volando. Aunque el instante fue perfecto. 

Sonreí, asintiendo a la sugerencia de Amelie, y la de trois me tapé la nariz con los dedos y me sumergí bajo el agua, sin llegar a darme cuenta que el hechizo de mi compañera no había funcionado como debía.

Escuché el acertijo una, dos, tres veces antes de que el huevo se cerrara y mis púlmones empezaran a quejarse con tanta insistencia que no me quedó otra que emerger y atender a su solicitud de llenarlos. Apoyé la reliquia sobre el borde de la bañera y después salí, dejando que mi hermano me envolviera en la toalla mientras yo empezaba a dar alguna que otra vuelta a lo que había escuchado.

—No me extrañaría —murmuró, tiritando un poquito— El lago es enorme, y está mucho más vivo de lo que aparente a primeras. Pero el agua está muy fría durante todo el año, así que tampoco es que nunca me haya parado a comprobarlo...

Se pegó unos golpecitos en la mejilla con los nudillos. No tenía claro si sería algo tan literal, pero al menos sí que sabía que lo más básico no cambiaría: Tendrían que sumergirse bajo el agua y encontrar el modo de aguantar la respiración.

—Quizá termina por ser más complicado de lo que parece. ¡Bueno! Sea como sea... Buena suerte, Amelie. Vamos a hacerlo lo mejor que podamos, ¿Hm? —sonreí. ¡Ibamos a necesitar exprimir al máximo el tiempo que nos quedaba!

De alguna manera y cada uno por su lado descifra el acertijo que revela el huevo aunque claro, es bastante simple y la deducción surge de inmediato. La pregunta es:

¿Tan fácil puede ser? 

Más allá de esto, el día siguió su cauce y los eventos propios del Torneo consistieron en agasajar a los competidores con algún que otro homenaje y como no, Peter Hamilton hizo un pequeño recordatorio a Cedric Diggory. Claramente es un día que podría considerarse más distendido, donde las comidas eran variadas, surgieron paseos, charlas y como no alguna que otra mirada que despertaba pasiones desde la distancia. Hay admiradores, curiosos y nuevos amigos ya que la fama les precede. 

Pero cada uno de ustedes tenía algo en mente, y esto es la siguiente prueba.  

SEGUNDA PRUEBA, LAGO NEGRO

Finalmente el día ha llegado junto a los nervios que atenazan en el cuerpo porque tras las investigaciones requeridas, son todos conscientes de lo que deben hacer. Las reglas son expuestas por Peter Hamilton y cada Mago/Bruja se ubica en una de las Torres donde están las gradas con sus insignias, banderas y demás cuestiones de cada Colegio. Hay muchísima expectación por lo que va a suceder y como no hubo demasiado tiempo para la preparación, toca lidiar con lo que tienen por delante. 

El día está muy nublado, si bien apenas ha salido el sol por lo temprano que es, como no se sabe a ciencia cierta cuánto pueden tardar en resolver la prueba se considera que comience a las primeras horas de la mañana. Todos ahora mismos están aguardando junto a su Director con una bata para que el frío no los congele mientras llevan puestos sus respectivos trajes de baño. Cada grupo de espectadores se mantiene en total silencio, nerviosos también. 

—Bienvenidos a la segunda prueba del Torneo de los tres magos—inicia el diálogo Peter Hamilton—, como verán hoy nuestro escenario es el Lago Negro, aquel majestuoso lugar lleno de criaturas peligrosas que habitan en las profundidades. Desde ya es un evento muy importante y esto les dará un puntaje acorde a la resolución de cada uno a la hora de resolver su parte. 

Las explicaciones son claras, aunque se le nota muy motivado y enérgico. 

—Cada alumno está al tanto de las reglas, lo importante es tener en cuenta la duración del conjuro o lo que sea que utilicen y sepan que de estar en peligro su vida, rápidamente serán sacados del agua para evitar un accidente. Eso es todo por el momento así que a la cuenta de tres, cada alumno podrá lanzarse al agua e iniciar su prueba... Mucha suerte. 

Se genera una pausa muy prolongada y comienza el conteo. 

— A la una, a las dos... y a las ¡Tres!