Partida Rol por web

-¡Bien, hijo de puta!- le gritó a Tadashi felicitándolo porque había dado con el lobo verde.

A pesar de ello, no debían confiarse, los lobos eran peligrosos, Nero lo había comprobado y ahora los demás también estaban sufriendo su ferocidad.

El ataque combinado lanzado junto a Muguen resulta ser todo un éxito, y gracias a la distracción logro alcanzar al lobo verde y hacerle un gran daño, pero no el suficiente como para matarle. Saco las dagas del lobo después de apuñalarle unas cuantas veces y pego un salto hacia atrás lo suficientemente rápido como para esquivar el contraataque de la bestia malherida.

Sonrío ante la felicitación de Muguen. –Tú también lo has hecho bien cabronazo– le felicito también y me lanzo nuevamente a la carga tras ver que el espadachín vuelve a la carga. Si este ataque vuelve a tener éxito debería acabar con el lobo en este asalto, en parte gracias a Mary, su disparo ha sido cojonudo.

— Hmpf, creo que me conoces lo suficiente como para saber que no hare eso, ¿No es cierto, Hades? — Dije con cierto enojo en mi voz acompañado de una sonrisa mientras recargaba mis armas con gran destreza, cuando veo que le empezaban a hacer daño a este mismo, chasqueando en disconformidad. ¿Como puede ser un maldito ser de la muerte y que estos lobos le esten haciendo tanto daño? Al menos el muchacho peliblanco y algo extraño nos ha venido a ayudar a acabar con este, por lo cual volviendo a apuntar sigo disparando en contra del lobo azul con gran precision sin quitarle la vista de encima al verde, por si decide atacarme nuevamente. — Estas bestias son mas resistentes de lo que pensaba... — Dije, mientras estaba haciendo una sinfonia total de disparos al lobo azul, esperando acabar con el de una maldita vez.

Sin terminar mi danza propia seguí moviendo los pies mientras mis manos apuntaban y mis dedos sentenciaban los disparos. Había visto como dos de los lobos atacaban a mis compañeros y estos habían obtenido la prioridad. Esperaba usar la misma estrategia, si ellos distraían a los azules yo tendría un disparo directo contra los verdes.

Mi mano derecha apunto hacia el lobo que había atacado al niño, mi mano izquierda hacia el que había atacado a aquel ser que antes era nuestro medico. Los dedos presionaron con suavidad el gatillo del arma mientras en mi cara una media sonrisa aparecía. Quizá era esto lo que había echado en falta, aquella subida de adrenalina, aquel temor a ser herida, ese momento de tensión para salvar a tus compañeros. De alguna forma aquello llenaba mi vacío interior.

-Quedan seis.- Musite para mi misma dándome a conocer las balas que quedaban dentro de mis armas

Akemi se lanzó al ataque del lobo azul, tocaba que Niño atacase al lobo verde junto a Nakamura. El plan del pelirrojo había sacado a todos de un apuro, hubiera sido difícil golpear a los lobos verdes de no ser por él.

-Vamos Hiroki, Nakamura!!- Dijo lanzándose a la batalla.

Se sentía bien luchar sin que el vendado le jodiera la vida.

-Chicos! yo lo distraigo!!- Chilló Kairen montando sobre el lomo del lobo azul y tratando de aplicarle una llave al cuello sin mucho éxito.

Era una maniobra arriesgada, pero funcionaba, y si lograban derribar al lobo verde antes que ataque él estaría a salvo.

Solté un gruñido de fastidio al sentir los colmillos del lobo. El golpe había sido tan perfecto que había burlado por mucho el movimiento de esta extraña arma, ¡quizás otro gallo hubiese cantado si pudiese usar mi guadaña! Igualmente, noté el daño que el veneno había causado en el cuerpo de mi portador. Mi obra no había terminado, estaba deseando cobrar venganza, pero sabía que podía dejar al chico demasiado dañado. Tendría que confiar en esta extraña pandilla que se había buscado.

- Bueno, debo retirarme. Os dejo con este chico estúpido un rato... -sería lo último que podrían escuchar de momento de la cavernosa y sepulcral voz, puesto que comenzó a volverse otra vez la voz de Ginnei mientras hablaba, desapareciendo todo cambio que se había hecho en Ginnei salvo el daño reaparecido.

La "corona", que se había hundido en la piel de nuevo como las monedas, volvió a brotar de su cuello en forma de collar encerrándolas a ambas, el cabello se aclaró hasta quedar en el tono castaño bastante oscuro que le era natural, y lo más importante y que más aliviaba, las sombras habían dejado de asemejar almas en pena y la atmósfera opresiva se había aliviado. Al menos ya no perdía la conciencia cuando Hades se iba...

Volviendo a mi ser, noté de inmediato el dolor en la mano izquierda y el ardor en mis venas, componiendo un gesto de dolor por ello. Al parecer, ni Hades había sido capaz de evitar del todo el envite de las criaturas mágicas. Miré a mi alrededor haciéndome una idea rápida de la situación y traté de desenmarañar los borrosos recuerdos de cuando era Hades. No sacaba mucho, pero llegaba a entender que varios combatientes estaban distrayendo a los lobos azules mientras que los verdes eran los más peligrosos.

Sintiéndome bastante débil pero viendo que Nero estaba en pie y sabiendo que, tuviesen mayor o menor noción, yo había arrastrado al grupo a este lugar, me decidí a ir a por todas de nuevo y lancé un ataque contra el lobo verde que estaba detrás de Kairen, imaginando que el lobo azul estaría distraído con su improvisado jinete.

GRUPO A

Tras los ataques de los lobos, los golpes seguían intercambiándose frenéticamente. Akemi golpeó entonces al lobo azul, quien se endureció al momento de ser impactado para evitar el daño, momento que aprovecharía Niño para golpear al lobo verde. Se lanzó con fuerza cuando el lobo estaba claramente en desventaja, pero Nakamura se interpuso diciendo algo solo audible para el niño. La misma Akemi mostró una cara de asombro ante el temerario acto de su compañero. Niño ya se había lanzado con fuerza, no podía hacer nada, por lo que se movió hacia un lado con el impulso que llevaba y descargó toda la inercia en el lobo azul, golpeando con fuerza en su cuello cuando estaba distraído y no estaba endurecido. Un sonoro crujido sonó entonces. El lobo verde, tenía a Nakamura de espaldas, y aprovechando el momento, lanzó su ataque, pero Nakamura sabía que la loba haría su ataque al verlo vulnerable, por lo que esquivó con relativa facilidad.

GRUPO B

Mugen volvió a atacar al lobo azul, viendo que esa táctica funcionaba. Se lanzó con fuerza con su katana, pero el impacto rebotó, no sin antes cortar unos pocos pelos de la bestia. Parecía que se había vuelto más lenta, o que Mugen se estaba adaptando a su enemigo. Tadashi aprovechó tal momento para atacar al lobo verde, apuñalando su cuello con ambas dagas. Tras un gemido bizarro escupió sangre y veneno sobre la ropa del rubio, quien no se inmutó en absoluto, pues sabía que la ropa le protegía de sus fluídos. El lobo cayó muerto, a lo que el azul soltó un aullido de pena.

GRUPO C

Kairen llegó primero, montándose sobre el lobo azul para retenerlo, gritándole a Ginnei y Nero que atacaran al verde. Nero sin embargo, lanzó su ataque contra el lobo azul, quien al estar siendo atacado por Kairen, no vio a Nero y las balas le impactaron de lleno en el pecho. Ginnei sin embargo aprovechó su oportunidad para atacar al lobo verde con fuerza, pero este le esquivó apenas, llevándose un leve rasguño en la pata, luego de eso, le volvió a atacar, pero Ginnei lo evadió empujándolo con su espada látigo, con un leve movimiento de muñeca.

MARY

Por su lado, la pistolera seguía bailando, al ritmo que sus armas imponían, con sonoros ritmos entrecortados marcados por sus disparos. El primer disparo fue interceptado por el cráneo del lobo verde, quien se murió al instante luego de ese disparo. Estaba feliz, hasta que vio al grupo A. Nakamura había interceptado el disparo de Mary. Si fue accidental o intencional nadie lo sabía, salvo Nakamura, pero sí era seguro que tanto sus aliados como la loba quedaron igual de estupefactos. Mary sin embargo, comenzó a marearse... Los recuerdos de su pequeña comenzaron a aflorar. Algo similar pasó aquella vez... Ella pensaba que había fallado y que le dio a Nakamura sin querer, y su pasado comenzaba a atormentarla haciendo mella en su cuerpo...

Mi golpe sacó un crujido de parte del lobo azul, pero al parecer no fue suficiente como para acabarlo. Nakamura está de espaldas protegiendo a la loba verde (no sé por qué dice que es loba, no le he mirado entre las piernas) porque dice tener una idea.

Sin tomar muy en cuenta el peligro que está tomando pues él mismo se lo está buscando. Le lanzo una patada frontal al lobo azul, intentando distraerlo o, si fuese posible, acabarlo para dejar al joven hacer lo que está pensando.

Miro al resto de nuestros compañeros y veo que un par de lobos ya están muertos, por lo que estamos muy cerca de poder cumplir el esta fase del examen. Eso me pone feliz.

Siguiendo con la misma táctica el siguiente ataque resulta demoledor para el lobo verde que intenta defenderse de mis ataques sin éxito. No solo logro darle alcance de nuevo, si no que este acaba con mis dagas nuevamente en su cuerpo, con una diferencia del ataque anterior, mis fieles armas acaban en su cuello y mi presa no puede soportarlo, ha muerto.

Una sádica sonrisa se me dibuja ante el bonito espectáculo de fluidos y aullidos lastimeros que deja la muerte del lobo. Pero ahora no es un momento adecuado para disfrutar de esta escena, todavía estoy en combate, debo centrarme.

Un rápido vistazo a la zona de combate me basta para elegir como objetivo al lobo verde que queda en pie. Es el único de este tipo que queda vivo, y su grupo necesita ayuda, sobre todo ahora que Nakamura ha recibido un disparo de Mary, ¿en qué cojones está pensando la rubia? Podría apuntar mejor, o avisar de que no lo quiere en el grupo y yo me ocupo de rematarlo, pero como esto segundo no pasa me lanzo a la carrera a por el lobo. Sé que dejo solo a Muguen, pero podrá apañarse solo, él ha demostrado ser bueno en esto, no como el resto, que excepto la rubia no hacen nada.

–¡Dejadme al verde!– grito al ponerme a la altura del grupo de niño e inmediatamente lanzo otra carga. Mis dagas quieren más sangre, y yo también.

La sangre salió chorreando del cuello del lobo verde que cayó pesadamente al suelo con la lengua fuera, Tadashi se veía contento, algo de todo ese desorden y caos parecía gustarle, parecía disfrutar todo eso. Mugen no tanto, era un buscapleito, pero no tanto por gusto, era la costumbre, de tanto pelearse desde niño, se desarrolló en él la necesidad de continuar así.

Instantaneamente luego de acabar con uno, el rubio se lanzó contra otro de los lobos verdes, en ese momento el azul que enfrentaban, sea por venganza o lo que sea, encaró al asesino de su compañero, pero Mugen se interpuso con su espada, el plan seguía en marcha hasta acabar la pelea.

Mi golpe apenas hizo una ligera mella en el cuerpo del lobo verde, si bien con un movimiento bastante extraño de mi arma logré esquivar un nuevo golpe de sus colmillos, que fácilmente podría dejarme paralizado o algo peor, dependiendo del tipo de toxina que tuviesen esos seres.

- ¡Nero, al verde! -le dije a mi compañero, sabiendo que el lobo azul no sería capaz de seguir el movimiento de mi espada, pero que ya estaba atento a los disparos de Nero tras varios ataques encajados.

Así pues, lanzo mi espada por un lateral del lobo azul, como si tratase de evadirlo para golpear a su compañero. No obstante, en lugar de ser así, la espada realizó un segundo rebote y trató de cazar el cuerpo del lobo con su punta metálica.

¿Pero que? ¿Quien demonios es el perturbado que se pone en la dirección de una bala y mi objetivo? Y por encima de todo, ¿Cuales son sus razones? Me quedo brevemente aturdida al ver como mi disparo impacta contra Nakamura en vez contra el lobo, pero el haberle visto ponerse en su trayectoria aposta es lo que me tiene mas confundida.

¿Que quería? ¿Inculparme de algo que no había hecho? ¿Dejarme mal ante mis nuevos compañeros? No me fiaba de aquel muchacho, jugando con las palabras para confundir a la gente, murmurando a las personas una a una y por ultimo… esa cara que había puesto después de curar a Nero… No me gustaba. Era la clase de personas que prefería manipular a la gente que hacer las cosa el mismo.

Probablemente gracias a sospechar de el había visto como se había interpuesto. Llevaba ya un tiempo sospechando de su grupo ya que cuando había estado susurrando a sus compañeros, la muchacha había contestado con una frase que había aumentado mis sospechas. Algo sobre dormirlos. Cualquier otra persona habría pensado que se refería a dormir a los lobos, pero para mi la mas simple era dormirnos a nosotros, después de todo así podrían llevarse los lobos para ellos y así descartar un equipo en la siguiente prueba. Pues si quería drogarnos conmigo iba a estar jodida. La venganza es un plato que se sirve frio.

Mis puños se crisparon durante un breve momento. Aquella situación me jodia. Había disparado al lobo verde que había atacado al muchacho para ver como mi disparo impactaba contra el tipo del otro grupo. Durante unos instantes mi mirada cambio, ¿Sorpresa? ¿Tristeza? ¿Ira? Para los pocos que estuvieran atentos a mi ya seria difícil averiguar en que estaba pensando, imposible para los que estaban en mitad del combate.

Mis pistolas volvieron a introducirse en su funda a ambos lados de mis caderas. No volvería a errar un disparo en esa pelea. No era necesario. Con calma mi mano se deslizó por mi muslo hacia el cuchillo que llevaba. El filo de este empezó a salir lentamente con pequeños brillos ónices.

Quizá ya estaba fuera de si. Con paso calmado mientras todo ocurría a mi alrededor empecé a caminar tranquila hacia el ultimo lobo verde que quedaba. 

Akemi pudo observar como Nakamura se interponía para evitar que el lobo verde (o la loba según su compañero) se metía en medio del ataque de Niño para protegerlo, y recibía un disparo para lo mismo. Vio como su compañero se interponía entre el lobo y la bala para evitar que fuera lastimado, confiaba en ella, no podía fallar, debía dormirlo con su siguiente movimiento!

Entonces observó a los lados... Tadashi, Nero, Mary... Todos apuntaban al lobo verde que tanto ansiaba proteger, a excepción de Niño quien no dejaba de inspirar en la muchacha una enorme confianza, a pesar de ser un niño, lo mismo que causó la destrucción de todo su clan.

Sus ojos se volvieron rojos, estaba desesperada por derrotar a la bestia y dormirla antes que los demás pudieran matarla... Sus amigos confiaban en ella, Nakamura arriesgó su vida para curar a Nero, incluso aspirando el veneno con su boca... Les explicó a todos, lo que necesitaban hacer para ganar el combate, y Kairen, aún siendo un inútil en combate, se lanzó a montar un lobo para darles a Nero y Ginnei la oportunidad de salir ilesos de esta batalla... No, no debía perder!!

Corrió con fuerzas y con un grito desesperado lanzó una ráfaga de patadas al lobo verde

Akemi fue la primera en lanzarse a la batalla, sus ojos brillaron en rojo una vez más... Es que eran luces intermitentes o que rayos le pasaba??

Corrió apresurada y lanzó una ráfaga de golpes al lobo verde quien poco pudo hacer para igualar esa velocidad. Ni siquiera los veloces lobos azules se asemejaban a esa velocidad sobrehumana. Las patadas fueron rápidas, tanto que no se alcanzaron a ver todas. No se supo cuantas lanzó, pero al parecer, las suficientes para derrotar al lobo, quien quedó tendido en el suelo.

Desde el otro lado, Kairen gritó

-Debemos irnos!! antes que llamen a más lobos!! tomen los cadáveres de los verdes y corran!!- Dijo antes que el lobo azul comenzara a aullar. Los otros dos le siguieron. Parecía que llamaban refuerzos.

-Son débiles para atacar, no nos seguirán a menos que tengan apoyo!!- Gritó mientras se levantaba y comenzaba a correr señalando la dirección.

Akemi tomó al lobo que acababa de golpear y se lo cargó al hombro. Soltó un quejido, no era el hombro lastimado, pero levantar así los brazos le causó cierto dolor... Comenzó a correr tras Kairen tomando a Niño del brazo

-Vamos Nakamura, Hiroki!!- Dijo antes de comenzar a correr.

Quizás lo más sensato era seguirlos, o bien podrían tomar los otros dos lobos y correr en una dirección diferente, lo que quisiera hacer de aquí en adelante quedaba a su criterio como aspirantes a cazador, no tanto como grupo.