Partida Rol por web

Asumió que por los movimientos jodidamente rápidos de Kuroko, no alcanzó a meterle ni por si acaso el Ojo del Jaque, solo gastando el aura pero sin ejecutarlo, por ende aún pudiendo intentarlo si llegase a estar eventualmente a dos metros del sujeto en cuestión o calmarlo, claro. Kuroko no estaba usando sus vendas y había parado de matar a Nival para redirigir su furia. ¿Estaba funcionando? Incluso... ¿Protegió a Akemi? Eso debió ser una coincidencia. ¿Estaba tomando calma y su yo real, el que vió en aquel reino de la muerte y la post-vida estaba manifestándose? Dudas, fascinación.

Tres manos, de nuevo.

Una de ellas era "Play/Forward", de un color morado azulino intenso, brillante, no, era más bien un verde azulado, como un turquesa intenso o algo semejante, como el color de la vida o del potencial, quizá, era ambiguo, aún no manejaba esto de dar color al aura bien, si es que era una habilidad fija siquiera. Tal "Play/Forward" iría a Akemi, en la acción que fuese que ella desease "usarlo", que ocurriría de forma instintiva pero conveniente y en donde mejor lo necesitara. La mano otorgaría el impulso de movimiento de manera consciente por así decirlo y Akemi aplicaría dicho empujón.

Otras dos eran tal cual "Pause/Stop". Sin embargo, antes de fusionarlas simbióticamente, una de estas viajó hacia Adelita, nada menos, en lo alto, sin problema y llegando casi a velocidad de pensamiento mientras el jugador/apostador se iba apartando cada vez más. La mano hizo tres gestos:

Primero: Apuntarla a ella, con uno de sus dedos. Segundo: Apuntar hacia abajo, a la escena de pelea, hacia Kuroko y hacia la bestia, que podía, quizá, ser la niña o niño ese, la que atacó a Akemi. Tercero, hizo un gesto como de una plegaria, que al ser una mano... No, la otra mano se le unió entonces, e hicieron juntas un gesto de "Por favor", juntándose. Finalmente, ambas manos hicieron un "Ok", ese gesto de unir pulgar con índice y dejar los otros tres dedos arriba. Era un mensaje: "Si nos ayudas, estaría genial y todo, gracias."

Tramposo como él solo al hacer esto, dejó ver a Adelita como ambas manos iban tomadas de los dedos (¿manos de las manos? ¡tampoco nos pasemos!) y se iban mezclando hasta formar una mano decentemente más grande, digamos, casi tan grande como una Save Hand pero todavía no tanto, no aún. Tal mano era de un color claro, un tono opaco, quizá dorado o celeste, un color pacífico y positivo incluso, de nuevo, er ambiguo, pero dicha mano de doble "Pausa/Stop" apilada iría con-tra Kuroko para seguir calmándole poco a poco y cada vez más.

Nakamura mismo mientras todo esto pasaba estaba lejos, escondido entre arbustos y árboles o algo, aprovechando la cualidad del Zetsu y que sus manos funcionaban a gran distancia. Tenía un as que le podría salvar el ass bajo la manga de ser encontrado siquiera. No podía parar, no pensaba parar.

He sentido el poder de ese cazador vendado en mis carnes... aunque haya salido aparentemente indemne de aquel golpe que me enterró en el suelo, me había dolido. ¡DOLOR! ¡ESE CAZADOR ME HABÍA INFRINGIDO DOLOR A MI! Ese hecho no me cabreaba... me hacía sentir respeto por su poder... ¡POR LO QUE TENÍA QUE MATARLE CUANTO ANTES! Por eso me lancé contra aquella chica de los hilos... si la mataba me libraba del problema. Y entonces, cuando iba a desgarrar su yugular...

Esa... estúpida... mano... ¡Me ha jodido todo! Por esa mano no llegué a la yugular... la pelimorada consiguió aprovechar esos valiosos segundos para escapar a gran velocidad de la escena con mi presa... ¡Y había dejado con vida a aquel cazador monstruoso peor que yo! Ahora toda mi rabia se concentraba en él... pero yo no le podría hacer sufrir tanto como quiero... como le podría hacer "él" -Je... jejeje...- esbocé una sonrisa malévola mientras reía para mis adentros -Chico manos... firmar sentencia segunda muerte... ascender presa- terminé de decir a mi misma con una risa.

No me representaba una amenaza... casi sentía que no tenía que usar nada más que mi fuerza bruta para reducirle... aunque bueno; cuanto más use mejor. No tardé en ejecutar mi plan. Corrí hacia él que tenía cara pasmarote recitando sus propias palabras... las últimas que tenía pensada que fueran. Me daba igual si por el camino aquel monstruo peor que yo me atacaba por el camino... era resistente, y mi cuerpo lo podía aguantar como lo hice antes. Me acerqué por detrás suya, queriendo aferrarle por los brazos y tenerle inmovilizado... solamente eso; yo no tenía pensado atacarle... jejeje.

¡Vendado!- grité con maldad -Tener cosa bonito poder machacar... regalo cazador cazador vendado poder disfrutar...- le dije al mismo Kuroko que ahora mismo estaría lleno de rabia. Me daba igual que me atacase a mi... ya que si me quería hacer daño, tendría que atravesar a este idiota que me frustró la cacería... Nadie... me privará de sangre entre mis manos y dientes... aunque al final haya que compartirla.

Desde la altura de su árbol, que simbolizaba evidentemente la calidad de la humanidad de Adelita en comparación a la de cualquiera de los presentes, la buena chica, mientras los mamporrazos de unos y otros se sucedían, se preguntó ¿¡Qué hacer!? Con un semblante dramático y teatral, se llevó una mano a la frente, miró a un lado, y apartó la realidad extendiendo el brazo del bo. ¿¡Saltar!? ¿¡O no saltar!? ¡ESA ES LA PUTA CUESTIÓN! Duele el hombro.

Le apetecía tener algo para agarrar mientras la sangre del hombro iba cayendo hacia los seres inferiores y Kuroko se posicionaba en otra rama, así que sacó la espada con la mano que le quedaba libre. ¡ADELITA SE MIRÓ! Y efectivamente, observó su deslumbrante ser en el reflejo de la espada, buscando una respuesta en su luz. Si atacaba a Jess, podía morir, y entonces seguro que la echaban. Si atacaba al vendado, podían morir los del ¡PUTO HILO ROJO!, y si los mataba por segunda vez, seguro que la echaban. ¡PUTOS ZOMBIS! ¡ADELITA SALTÓ EN TU CARA! 

Aurora, ignorando el daño que le causó Kuroko por su estado de control, tomó a Akemi y corrió a una gran velocidad quitándola fácilmente del peligro del que esta estaba por sufrir - Objetivo salvado - repitió su voz robótica saltando a una rama bien alta y tupida, depositando con cuidado a Akemi - Objetivo finalizado - y con aquello el cuerpo de Aurora calló sentada sobre la misma rama haciendo que el collar desaparezca junto con el vapor que salía de su cuerpo, su rostro, que permanecía cubierto por su flequillo, poco a poco demostraba normalidad, primero sus ojos volvieron a tener aquel poderoso brillo, brillo que demostraba que estaba viva, y su rostro volvió a su rostro normal de confusión continua por nunca recordar nada de lo que vivía!  

Su cuerpo entró en ZETSU, casi de forma inconsciente, pues los felinos, cuando casan y usan las ramas, se matienen en un sigilo completo - ¿Donde estamos?, ¿Como llegamos aquí? - observó dudosa a la chica frente a ella, sentía un poco cansado su cuerpo... como si acabara de correr una terrible maratón!, ¿Que acababa de pasar? - y los demás? - consecuencia, no consecuencia, la pequeña Aurora siempre olvidaba todo, eso no podía cambiarse..., porqué sería que le pasaba aquello?

-C-Como lo...?- Akemi te miraba deslumbrada, sin entender muy bien cómo recorriste tanta distancia en un lapso tan corto de tiempo.

Miró por sobre tu hombro, como si buscara algo... o a alguien. -Me trajiste hasta aquí corriendo, no lo recuerdas?? Un monstruo enorme intentó matarme...- Dijo entonces mientras seguía mirando.

De golpe su cara cambió, parecía haber entendido algo que antes no entendía... -Tenía ojos rojos!- Dijo pegando un grito -Era una Kuruta! Ese monstruo era alguien de mi clan! H-Hay que volver! Tengo que ayudarle!- Dijo entonces tratando de levantarte, pero sería difícil sin tu ayuda.

¿Monstruo? - preguntó confundida, no recordaba nada, pero si fue porque iban a matarla no podía dejar que fuera así como así! -No recuerdo nada..., tengo pésima memoria!  -dijo ayudando a Akemi a levantarse - MMM.... - pensó un momento observando el camino que la Kuruta observaba - No entiendo lo que dices, necesito mas detalles... - se pausó un segundo antes de continuar - pero..., no podemos caer así como así...  -levantó un dedo al aire, su Nen estaba en ZETSU, y será bueno que ambas estén así - puedes apagarte?, si caemos así como así, el que te sacara para que no te mate no servirá de nada - tomó aire un momento y lo soltó lentamente - escucha, tengo un plan... se como podría frenar al monstruo..., pero no podré hablar en un buen tiempo y capas también me afecte - dijo a la chica morocha, jamas lo había intentado, era algo que se le acababa de ocurrir..., podía no funcionar..., pero quien sabe?, capas si funcione... - Voy a necesitar que les digas a todos que se alejen lo mas que puedan, podría afectarles a ellos también... y me caen bien!, no los matará pero en el bosque es bueno que no todos se duerman! - dijo con una sonrisa - Donde están?  - terminó diciendo antes de seguir a la Kuruta 

Nada mal, sin duda, nada mal. Al ver sus manos ejecutarse correctamente notó como tuvo que re-plantear su técnica en un parpadéo de segundo y ver como era bastante distinta a lo imaginado y sin embargo hermosa. También tuvo la clara realización de que el Aura era algo de un color inexistente y a la vez multicolor, como un prisma, los múltiples tonos que hacían a los seres humanos y eso definía directamente sus incontables elementos, su voluntad y complejidad asombrosa, manifiesta ahora mismo en las tres manos que creó, si bien las tres se hicieron a la nada de la nada que vinieron, la nada que era Takuro Nakamura y su interior vacío pero con infinitas chances, como todos, tres manos que por lo que notó cumplieron en mayor, no, en absoluta pero fluida medida sus deseos. Tomó aire entonces, contento, fascinado. Sí, esto era, quería más. Mucho más.

Aurora había protegido a Akemi ciertamente y eso le hacía deberle un favor. Por su parte, esa bestia, de la cual sospechaba por lo que creyó escuchar le había atacado con gran intento, si bien irónicamente fue Kuro...-ko, nada menos, el que le salvó por así decirlo, aunque al final igual su mano hizo lo suyo. Ahora él estaba de nuevo en aquel plano y tenía que pensar. ¿Qué hacer? Oh, qué hacer. Intervenir, claro, siempre se trataba de intervenir y meter mano, literalmente ahora. Tomó aire entonces y pensó. Su técnica podía desactivarse ahora y permitir otras cosas o seguir. No, tenía que seguir, quería seguir, podía seguir. ¿Pero era lo correcto seguir? Menuda mierda.

Antes, Ravenant le había salvado el culo (muy literalmente, dicho sea) por romperle la mano al tipo que tenía el antídoto antes, de modo tal que no podía dejarle así, tal cual, era injusto. Dicho sea, notó que... Ah, qué interesante, si bien Kuroko-san seguía siendo una bestia, no estaba... Ah. Ya veía. Pensó entonces y además decidió que no dejaría a Akemi como una mera doncella, una princesa, si bien la chica-gato-boba-olvidadiza-caótica que solía causar todos los problemas que luego eran solucionados por su buena voluntad y al revés estaba hacéndolo bomba. ¿Ayudarla a ella o a Akemi? Se podían ayudar mutuamente, ese era el espíritu humano, tanto malicia como bondad.

_{- No subestimes a las personas.}

¿A quién le dijo? ¿A la bestia? ¿A Kuroko? ¿A... A sí mismo? Se dirigió entonces a una larga distancia, explotando aún más su técnica cochina y esencialmente, haciendo lo suyo. ¿Qué era hacer lo suyo? Pues lo suyo, cada persona tenía "lo suyo" igual que Nakamura Takuro. Porque hacer lo de cada uno era humano, era lo que al mero jugador y mísero apostador le fascinaba más.

Aquello que por mucho que quisiera aplastar con sus manos, no podría del todo dirigir, jugador sobre el tablero o no.

Garou pudo ver que Jess se había abalanzado sobre Akemi portando unos intensos ojos rojos carmesí, era un Kuruta! Pese a todo, Akemi no pudo alegrarse por encontrar a un miembro de su clan, ya que este quería arrancarle el cuello a mordiscos... Fue entonces cuando Aurora la sacó de la terrible situación en la que se encontraba y corrió al bosque con ella en brazos. Garou estaba comenzando a sentir sus brazos, pero no podía moverlos, no del todo.

-Tengo que hacer algo- Pensó entonces mientras sus ojos brillaban al unísono con los de Jess y su cuerpo se movía para interceptarla.

Fue entonces que intentó por la fuerza, mover a Nakamura de su sitio y posicionarse él en su lugar!

Tras el disparo de Ravenant, Kuroko había volteado para verlo, y Jess estaba observando ahora a su nueva presa... Nakamura! Las cosas se ponían más y más apretadas para el Grupo B, que ahora mismo estaba en un enorme aprieto...

Kuroko, como era de esperarse debido a su antinatural velocidad, fue el primero en moverse... Saltó de su rama contra Ravenant, dándole un Puñetazo en el estómago. Este activó TEN justo a tiempo para resistir gran parte del Impacto, pues, el golpe era casi idéntico al que había recibido su hermano caído Shikiyoku... En cierta forma, sobrevivir a un golpe del vendado era casi una venganza personal para Ravenant... Sin embargo no quedó todo ahí, ya que el vendado lo revoleó con fuerza contra Adelita, quien estaba en la parte alta de un árbol, por lo que el cuerpo de Ravenant impactó contra algunas ramas gruesas rebotando en unas y partiendo otras hasta impactar contra la pelirroja, que apenas logró salir ilesa de esa situación usando su báculo para volar y caer de pie en una rama próxima, mientras que Ravenant caía por su cuenta.

Adelita fijó su vista en donde antes estaba el vendado, que ya no estaba ahí... Ahora mismo Kuroko estaba con sus pies en el pecho de Nakamura (quien invocaba unas tres manos raras), impulsándose con el cuerpo de este para volver a atacar a Ravenant, quien fue atrapado del cuello en plena caída. Kuroko lo impactó con fuerza y velocidad contra un árbol, quedando los dos sobre una rama, mientras el vendado presionaba cada vez más el cuello de Ravenant, que no podía hacer más que mover sus pies y manotear el brazo de Kuroko.

Al mismo tiempo en que Kuroko pasaba a gran velocidad por el pecho de Nakamura, Jess se abalanzó sobre el pelirrojo viendo un Kuroko salvaje pasar por él. Viendo caer al pelirrojo casi en cámara lenta, sintió que aquél era su momento! Sin embargo... 

Un pequeño destello amarillo, una luz entre las tinieblas del Grupo B, apareció en escena. Aprendiendo de su maestro, saltó empujándolo del camino de Jess y poniéndose él en medio, cosa sencilla para Garou, quien es adicto a los esteroides y goza de una musculatura muy superior a la normal debido a su doctrina Loratista de perfeccionamiento corporal. Un mal hábito que en este momento, fue crucial para poder mover con su fuerza exagerada, al flacucho Nakamura, que estando en ZETSU fue fácilmente desplazado...

Lo que Jess tomó en brazos finalmente, no era otra cosa que Garou, quien le sonreía triunfante, aún estando en completo peligro... 

Adelita, viendo que se "había solucionado" el problema de abajo y las señas que Nakamura le hacía con sus manos de Nen, saltó con fuerzas desde su rama, hasta la rama de Kuroko para romperla de una patada, y eso hizo, haciendo caer al vendado y salvando así a Ravenant, que tosiendo y tocándose el cuello para ver si seguía en su lugar miró a Kuroko con rabia, aunque feliz de no haber sufrido el mismo destino que su hermano sufrió en manos del vendado...

Nakamura se arrodilló entonces, dejando de estar acostado y dando señales a Adelita, para entonces, guiar a ambas manos hasta Kuroko y así detenerle, y la tercera mano que había estado invocando, se quedó allí, haciendo nada. Ravenant por su parte, habiendo sobrevivido a la muerte gracias a Adelita, se tocó su cuello una vez más para asegurarse que seguía vivo, y apuntó su arma a la pelinaranja, estaba dispuesto a protegerla si Kuroko la atacaba, era el código de Honor que seguía, vida por vida

Súbito.

Tal potencia le impactó antes de poder parpadear. Fue cinemático, narrativo, podría decirse, como una historia hoja por hoja y fotograma por fotograma que le contarías o mostrarías a un niño. Moverse, castear sus manos, parpadear, pensar en ir a ocultarse siquiera, parpadear de nuevo y en el siguiente momento encontrarse con una pierna de Kuroko encima y pateándole o usándole como trampolín tras pegarle para ir por otros, en lo que era desplazamiento imposible. Creyó entonces ver a aquella bestia lanzarse a por él para aniquilarle, suponía, de algún modo pudiendo deducir que el flacucho era el usuario de las manos o simplemente pensando que, con Akemi lejos, él era el siguiente en la cadena de la muerte. ¿Ah, cómo? Akemi, lejos, perfecto. Al parecer la mujer gato olvidadiza causa/soluciona-problemas la logró llevar lejos, lo cual le aliviaba, si bien no le aliviaba el ser azotado como el títere que era para ver a...

"¡Garou!", quiso gritar pero no pudo, porque Garou estaba defendiéndose como un grande, tal cual, siendo sujetado por Jess, pudiendo entonces ejecutar su técnica. Es más, ya le estaba tocando, solo tenía que... ¡Actuar! Por otro lado, él mismo pensó entonces, jadeando, aún sacudido por todo eso, pensando, sintiendo que Kuroko pudo haberle roto las costillas y haberle hecho literal y nada figurativo puré, pero apenas pudo pisarle bien duro y sin embargo dejarlo mareado, además de que dicha creatura podría haberle matado, tal cual, de no ser por el joven. Tenía que protegerlo... Tenía que. Tenía que dejar de tomar como juegos los combates, excusa o no de estar probando su nueva y última técnica.

_{- ¡Quiero vivir!}

Soltó en un jadeo apenas audible si bien exclamado, sintiendo el peso, la respiración agotada, el sentimiento de deseo, de no querer morir, no otra vez, de que era muy pronto, todo en un momento. Al ver esa mano que no pudo actuar sobre Akemi, pensó que podía en teoría usarla, pero ya estaba con intención definida y no podía "re-decidir" su utilidad, porque uno movía las piezas con intención, y si bien podía cambiar de opinión casi siempre estaba definido, predestinado, considerado. Se podría decir que todos los juegos estaban esculpidos desde antes de jugarles. Tomó aire entonces y tomó algo en su mochila, metiendo la mano en dicha mientras con la otra iba gesticulando para crear tres manos más y usar la cuarta que no pudo ir a por su objetivo original.

- ¡Garou, usa tu técnica, ahora!

Le dijo mandando entonces una de las manos sobre la bestia aquella cuya identidad sospechaba y le pesaba por razones que con suerte él entendería. Así, se dedicó a su acción final, mirando a Kuroko a lo lejos, pensando en que no estaba logrando lo que quería y necesitaba algo, un catalizador para poder aplicarlo de modo definitivo. Tenía que funcionar. Si no lo hacía, entonces todo lo que había hecho, desde que dió un paso en esta prueba, hasta ahora, habría sido una pérdida definitiva.

A por la jugada.

Aquella mano "Play/Forward" que iba a buffear a Akemi fue redirigida hacia Garou, ya que al no haber sido usada no se había perdido, dándole así el impulso para actuar al joven en cuestión. Además, sus nuevas tres manos este turno o ronda de combate serían dedicadas una única a una mano de "Mover" o Telekinesis para retener a Jess, tal cual, sujetarle firmemente tanto como fuese posible por este lapso en pos de que Garou usase Human Machine Control, su Hatsu, en pos de calmarle de una vez.

¿Tuvo suerte al no morir a manos de Kuroko? ¿Fue el destino que quería que ganara?

Nada de eso, como el jugador definitivo y a la vez más básico de todos, sabía que todos los juegos eran paletas en blanco. Alto. ¿No que acaba de decir en su acción pública antes hace cosa de segundos que era todo lo contrario? Sí y no y no y sí, de hecho. Sonriendo para sí mismo, pensó en ello pero se concentró entonces. Sus otras dos manos eran otro par de "Pause/Stop", dedicadas para seguir reteniendo a Kuroko y calmarlo, si bien había funcionado mucho menos que antes, creía, quizá deteniéndolo de usar sus vendas del todo o simplemente no funcionando por completo, fusionadas casi al momento de ser creadas, uniéndose entrelazandos dedos y formando una mano potente, grande. Aquella mano se lanzó hacia Kuroko sin embargo además, él haría otra acción por su cuenta. No podía depender solo de sus efectos. No si quería el oro.

Sacó lo que llevaba en la mochila y usó la única habilidad que podía usar durante ZETSU, el cual debía empezar la ronda y durar toda ella. Podía forrzar un ataque incluso y con eso romper por regla "Game Hands", pero no pensaba hacer eso con su técnica, era un sentimental. Puso SHU directamente con su mano sobre... ¿Sobre qué? Pues se vería a medida que esta narrativa fotográfica, cinemática iba ocurriendo. Tomó aire entonces y antes de que Ravenant fuese asesinado del todo, este, léase, el tirador que alguna vez fue odioso y latoso para el pelirrojo pero ahora consideraba uno de sus salvadores pudiese ver una espalda flaca y alta con pelo rojo. Ravenant vería a Kuroko desaparecer, digamos, porque Nakamura se había intercambiado con él.

Takuro había usado "[]", para que el Enroque de Intercambio moviese al 484, a Kuroko, a su compañero de cartas en el más allá con él, de modo que el pelirrojo, el jugador, el random de la Prueba del Cazador quedase frente a él, todo en un parpadeó entonces. Kuroko vería como Nakamura con una mano le mostraba algo mientras con la otra se dejaba deslizar algo, no sin antes agregar:

- Kuro-chan, eres débil al alcohol. Toma.

Y sonriendo, se tragó un buen sorbo de alcohol, con SHU metido dentro, tal cual, para aumentar la potencia del trago y afectarle indirecta-directamente por Hilo Rojo de Akemi. A eso sumaba la mano grande metiéndole paura y deteniéndole lo que era rematado por el acto más simple...

Mostrarle la carta con su propia letra escrita en ella, la letra del Kuroko distinto, penitente, consciente:

Alterados.

Otra vez... otra vez... otra vez igual...- pensaba con un gran enfado que iba creciendo en mi cabeza. Harta... estoy... harta. Plan ejecutado... plan fracasado. Una... y otra vez. Ahora... tenía a un niñato musculado atrapado, cuando a quien quería atrapar era a ese condenado chico de las manos. Y antes... quería atacar a la chica de los hilos y me pararon el ataque. Y antes... traté una y otra vez de alcanzar futílmente a mi presa inicial, la pelirroja saltarina. Y ahora, el mismo chico de las manos parecía querer intentar hacerme algo...

¡¡BASTA!!- acabé gritando con una ira insana, soltando al maldito niñato que había agarrado. No podía aguantar más tanto fracaso. Un fracaso tras otro... ya estaba... cansada. Y eso se notó en el siguiente gesto que realicé. Me agarré el pecho con fuerza... porque me había empezado a doler -¡AGHHH!... No... no... ¡¿SER BROMA?! ¡LLEGAR MOMENTO PEOR!- grité realmente cabreada. ¿Tan agotada estaba? No... ¡NOOOOO!.

Y poco a poco, toda aquella transformación con la que asusté a todos... se fue invirtiendo. En vez de crecer... empezaba a menguar, de forma muy lenta comparada con la primera -No... tener... ¡huir!- y en medio de aquella transformación, tuve que empezar a correr en dirección donde se habían ido las chicas que antes huyeron de mi (Akemi y Aurora). Cada vez era más pequeña... y mi mente se iba ocultando y llenando de ideas bobas e infantiles... ¡NOOO!.

¡ADELITA ESTABA HERIDA! 

Sí, los arañazos de la señorita-gata, el mordisco de la monstruito y el ataque de Kuroko no le habían sentado bien, no tanto como un masaje, o como un salto, o como ¡UN AGRADABLE PICNIC EN EL BOSQUE! Oh, lo bonito que habría sido encontrar un grupo al que le fascinaran los saltos y les gustara comer tíos Josés para almorzar, entonces habría fascinado a todos, y habría comido rico, y ¡ESO NO PUDO SER! 

Como mínimo, tenía la satisfacción de que un tipo melancólico con ¡una buena pistola! estaba vivo gracias a ella. Sí, a Adelita le gustaba salvar vidas, nada te infla más el ego que salvar vidas. Y a Adelita le gustaba mucho su ego, casi tanto como ella misma. ¡ADELITA SALTÓ!

... Y durante el salto, aprovechó para cargar al tipo de la pistola en el hombro. Dispara cuando se acerque.

Tras la paliza, no tuve más remedio que salir de impertinente y degenerado, de despreciable ser humano que tomaba a la muerte como un chiste. Sonreí sangrante, cojeando y con un dolor del demonio por todo el cuerpo, observando fijamente hacia aquel desgraciado, que esta vez...

-¡Gunpowder!

No se saldría con la suya, no sin al menos haber perdido una parte importante de su cuerpo. Nadie despreciaba a la mugre del muelle, y sería arrastrado al mismo abismo de donde provenía. Dolor directamente importado del asqueroso pabellón de pólvora, de las almas perdidas que yacían en un balde de ácido para diluir sus cuerpos, no tendría opción más que rezar a quien le oyera. Tomé mi arma, sedienta de sangre pálida, de cobarde empedernido, de psicópata a la barbacoa.

-¡Barrier Lady!

Disparé la bala en cuestión, sabría que después de una certera provocación caería en una trampa fatal.

-¡Ven por mí, momia inmunda manchada de sangre!-Le exclamé con el gesto a explotar de ironía, asquerosa mirada de querer morir, sin saber realmente porqué-¡Aquí sigo, firme como una maldita roca, tus patéticas vendas no fueron siquiera capaces de rasguñarme!

Sería orden de empezar, disparar a la bala de barrera, esperar a que viniera a por mí y que se tragara la pólvora en toda la cara. No importaba mucho si moría, o perdía un brazo, o lo que fuese, con tal de ver a aquella aberración que tenía forma humana era suficiente satisfacción para morir en paz. 

Aquello era precisamente lo que necesitaba, un golpe de adrenalina que le volviera a la realidad en la cual estaban, los ojos de ese monstruo a quien ya casi no podía reconocer, Nakamura volviendo a la vida como si fuese una especie de sueño y la sensación dentro de él de que no podía dejar a todo aquel que tuviera los ojos rojos en libertad... -No... -Salió desde sus labios mientras una enorme sonrisa aparecía en la boca del muchacho, una sonrisa que sumada a sus ojos rojos y una actitud completamente diferente a la del niño que deseaba el bien para todos, ahora podía recordar los gritos que había estado escuchando e ignorando mientras lamentaba la muerte de su Sensei. -No te dejare... -Su cuerpo se movió con una rapidez tremenda para hacer que su mano izquierda alcanzara la peluda mano de Jess.

Por un momento fue como si el aura que rodeaba al muchacho estuviera cubierta de una sed de sangre y oscuridad tremenda a la par que solo unas palabras audibles para Jess eran escuchadas. -Te matare...ojos rojos... -No necesitaba hacerle daño, no necesitaba realizar más que solo sostenerle con un misero dedo mientras que en su mano izquierda se mantenía un artefacto de no más de 6 centimetros amarrado a su muñeca. -Link... -Fue su última palabra para hacer que su técnica cumpliera con todas las condiciones, "Human Machine Control". Poco le importaba que Jess volviera a la normalidad, ahora todo quedaba en sus manos.

Al haber caído, tomó como presa a Adelita ahora, pero para la pelirroja, ya no era como la primera vez, cuando Kuroko le enseñó por las malas a usar Nen y tuvo que escapar de él o morir en el transcurso de su batalla, pese a lo épica y divertida que fua ella. Sino que ahora Kuroko daba una sensación diferente, de querer matarla realmente, cosa similar a la que sintió al comenzar el examen cuando este comenzó a matar de forma indiscriminada a los participantes

Sin embargo, antes que este pudiera lanzarse a atacar frenéticamente a Adelita, Nakamura actuó. Usando su técnica que le teletransporta, apareció frente a Kuroko en un parpadeo, como cuando pelearon contra él y casi le vuela el ojo, y con una sonrisa confiada, le habló al enfurecido 484 mientras sorbía cerveza y le mostraba una carta, una carta normal, como la que él tenía en su mazo de cartas para jugar Poker como buen pelirrojo apostador que era, pero esta tenía algo distinto... Tenía una palabra escrita en ella: "Alterados"

Kuroko lo observó con furia y levantó su brazo ante la provocación del pelirrojo, hasta que este mostró la carta, momento en el cual, el 484 se frenó en seco, y mirando a la carta como si mirase el infinito, bajó sus brazos. 

Mientras tanto, Garou logró tocar a Jess y decir sus palabras mágicas para controlarlo, sin embargo, no pudo... No lo supo, no hasta que Jess corrió como si no estuviera bajo su control, y el Kuruta, confiado en que su técnica funcionaría, no se esperó eso, por lo que cuando entendió lo que pasaba, Jess se perdió en el espeso bosque...

Adelita saltó entonces hasta Ravenant y saltó alejándose de Kuroko por si las dudas, llevándose a Rávenant consigo, quien tenía su arma preparada para evitar que Kuroko atacara. Disparó entonces movido por su impulso, su miedo al posible ataque, pero este nunca llegó y sus balas se perdieron en la nada... 

El 484 seguía parado mirando la carta con su boca abierta y soltando poco a poco la tensión de sus puños. Las vendas se aflojaba y caían, mientras que Jess desaparecía en el bosque a la vez que más manos salían de Nakamura, por última vez, dos de ellas girando alrededor de Kuroko, deteniéndolo por si atacaba, y la tercera alrededor de Nakamura, que estaba destinada a detener a Jess si esta le atacaba, pero al huir hacia Akemi y Aurora, la mano se quedaría protegiendo un rato hasta que se le de una nueva orden. Garou por su parte sintió un toque en su espalda, la mano que había quedado en el aire en el turno anterior, ahora mismo le tocaba y le llenaba de un vigor especial.