Partida Rol por web

I need a hero [+18]

[PRÓLOGO]: John & Uriel

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18/05/2018, 17:11
Narradora

El mundo se había vuelto un lugar hostil. 

No era algo que afectara especialmente a John Strange. Su abuelo se opuso a la inscripción en los Acuerdos de Sokovia, aunque no tomó parte activa en el conflicto, sí permitió en ocasiones que algunos mutantes se refugiaran en el Sancto Sanctorum. Con el fin de evitar problemas futuros, formó una gran ilusión que hacía creer a los transeúntes que el Sancto Sanctorum no eran más que un montón de ruinas. 

Decir qué se espera del nieto de Stephen Strange es complicado. Muchos esperan que se convierta en el Hechicero Supremo, pero la mayoría de estos consideran que "no tiene lo que hay que tener", otros, una minoría, simplemente comentan que es un chico joven que necesita madurar. Para ser unos hechiceros formados en su mayoría en alguna montaña mística, tienen muy poca paciencia.

Lo que sí es cierto es que en los últimos años ha habido cierto aumento de movimiento dimensional. Criaturas llegadas de otros planos, las cuales podrían ser consideradas demonios, llegaban a la Tierra con el fin de hacer sus fechorías... Normalmente atormentar o devorar almas humanas, o simplemente causar el caos. Casualmente, aquella actividad había empezado a ser más frecuente poco tiempo después que fueron, hacía dos años, anunciados los Centinelas, los robots que perseguían a mutantes rebeldes por todo el globo.

Normalmente no eran muy difíciles de encontrar y derrotar, pero desde hacía unos pocos días habían llegado noticias de mujeres asesinadas en cuyo cuerpo no había quedado ni una gota de sangre... Sin embargo, no había ninguna señal en su cuerpo de haber usado en ellas ningún tipo de armas. Y cuando las cosas se tornaban tan complicadas era o bien cosa de mutantes o bien cosa de demonios... Así que lo primero, era discernir sobre qué trataba. 

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18/05/2018, 18:28
Narradora

Trabajar de investigador privado no era fácil, no porque las investigaciones fuesen complicadas o los misterios que resolver imposibles... Sino porque hasta ahora, los que habían buscado contratar sus servicios habían sido maridos y mujeres despechadas que buscaban probar que sus parejas les eran infieles y tener así pruebas a la hora de pedir el divorcio y sangrarlos vivos económicamente. Uriel valía para algo más que ser un detective de infidelidades. Pero tampoco podía quejarse demasiado, al fin y al cabo aquello era lo que pagaba sus facturas. 

En cuanto a su investigación privada sobre sus padres, su familia y la organización que lo raptaron poco pudo saber... Al menos, poco más de lo que alguien que investigara un poco descubriría. Los Watchdogs eran un grupo terrorista, armados, peligrosos y que estuvieron usando a Uriel para fines que involucraron a decenas de personas, sino centenares. Los Watchdogs iban detrás de los Inhumanos para asesinarlos, pero si Uriel tenía algo claro es que él no era un Inhumano. Cómo habían aparecido sus poderes era algo que tampoco sabía... pero desde luego no tenía el Genoma X, lo cual implicaba que no era un mutante. Así que, ¿qué era él?

Lo importante era que, mientras no llamara la atención, nadie iba a querer encerrarlo por no haber firmado los Acuerdos de Sokovia siendo un humano mejorado.

Los centinelas habían surgido hacía dos años, y casualmente con ellos había habido un incremento de asesinatos y ataques. Había cierto patrón, alguien, o un grupo, que asesinaba, y luego de repente dejaba de hacerlo... Pero no era solo que dejara de hacerlo, Uriel podía estar seguro que era atrapado, ¿pero por qué? ¿Por quién? ¿Y por qué tenía la sensación que todo aquello estaba tan estrechamente relacionado con sus padres? Y más importante, alguien se adelantaba a todos sus pasos y simplemente le pasaba la mano por la cara. Y la policía seguro que no era. 

Una nueva pista, su vecina Sharon había sido asesinada hacía dos días, igual que Victoria, Anabel y Martina, hacía cuatro, seis y ocho días, respectivamente. Todas eran chicas jóvenes y rubias. Y todas aparecían sin ni una gota de sangre en el interior de su cuerpo, y sin ni una marca en el exterior. ¿Mutantes? Era una opción. Pero Uriel había investigado mucho sobre mutantes, y hasta ahora podía asegurar que no había mutantes que pudieran hacer tal cosa... Hasta ahora, lo cierto es que eso nunca era una ciencia exacta, con la cantidad de mutantes que había. 

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18/05/2018, 22:52
John A. Strange

Es mi tercer último cigarrillo esta noche pienso al tiempo que le doy una ultima calada y lo dejo caer...

Pues sí, tal vez tengo que dejar de fumar pero ahora mismo es de los pocos vicios que puedo demostrar en público. Claro esta hasta que a algun hijo de puta del gobierno le  de por sacar alguna nueva ley antitabaco.

La lluvía caia incesante en las calles de Londres...y para variar yo estaba en esas mismas callejuelas. Calles que apestaban terriblemente a meados y alcohol.

Subí la musica de mis cascos que ahora atormentaban mis oidos con música de The Clash. El chapoteo de mis botas por la calle. La mirada de las bellas mujeres que paseaban con un tiempo Londinense eso si ataviadas como si hubiesen salido de un catalogo de lencería. Que puta mierda le pasaba a este pais? y al mundo?

Ahora estabamos rodeados de bebedores de sangre. O eso decian los periodicos, cuerpos sin sangre y sin heridas? eso siempre apesta a demonio. Y alguien tiene que pararlos.

No iban a ser los chicos guapos de universidad, estudiosos de lo oculto que se encaramaban en pilas de libros para demostrar lo listos que eran. Esta vez como tantas otras iba a ser Strange el que tendría que darle una patada en los huevos a esa entidad sobrenatural, extraplanar o mutante y mandarla lejos de mas víctimas.

Otro cigarrillo asoma nuevamente y acaba magicamente en mi boca.

Otra nueva calada buscando en la noche signos de evidencia mísitca... joder estos bichos no podian aparecer en un spa? Por que tengo que patear por el peor barrio de la ciudad? La respuesta siempre es la misma...Por que eres el jodido nieto del Dr Strange.
 

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20/05/2018, 23:35
Uriel O'Connell
Sólo para el director

Casi que preferiría haber estado cautivo, como estuve, a tener esta vida de detective privado. Agradezco que me proporcione lo suficiente para sobrevivir en esta caótica ciudad, pero ¡malditos sacacuartos! ¡Quizás sí que mereciéseis las infidelidades que, con lágrimas de cocodrilo y una tristeza falaz, venís a contarme! ¡Cómo si no supiera de que pasta estáis hechos! Aún así, ¿no era esto lo que quería? ¿Ser un humano normal?

Estos pensamientos invadían mi cabeza, mas entraba en contradicción con la otra parte:

Benditos mis poderes. Estoy cerca. Lo noto.

No me quejo de mi doble vida. La llevo bien. Y ahora, lo importante: los asesinatos. Cabe destacar que llama la atención el hecho de que todas eran rubias y jóvenes, y asesinadas en días pares. Secas. Sin rastro de sangre. Todo esto me recuerda, casi de manera inmediata, a historias de vampiros, aunque aún debo de hacer más investigaciones ya que no hay marcas de extracción.

Termino de desayunar, de manera apresurada y sin apenas apetito, y salgo de mi apartamento, rumbo a "pedirle sal" a mi buena vecina Sharon.

Veamos que me cuentan tus pertenencias.