Partida Rol por web

Imperios, Corporaciones... y Piratas!

Noches en La Habana

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29/07/2010, 22:15
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La Habana... dulce, melodiosa y calurosa... la vida que un joven con experiencia podía llevar en esta bella ciudad, no se acercaba en lo mas mínimo a aquella a la que la corte española y la aristocracia estaban acostumbradas. Sin embargo, tenia otro sabor... aquí todo el mundo parecía relajado y disfrutaba cada segundo. La isla había proclamado la libertad para los esclavos y la prohibición del ingreso de futuros cargamentos esclavistas. La mezcla de culturas que estas leyes habían generado dieron un gran vuelco positivo en la isla, la cual se volvió cuna de la cultura en la zona.

La música comenzaba a sonar por las noches y generalmente duraba por todo el día, mujeres y niños bailaban acompañando aquellos ritmos. No estabas acostumbrado a este tipo de vida, y al principio sentías que tus habilidades estaban siendo malgastadas en un sitio como aquel. Las tareas de un pobre miliciano no requerían para nada a un experimentado como tu. Pero con el paso de los meses te has acostumbrado a la vida del isleño, a la calma y la felicidad, al disfrute de cada día. La Habana tentaría a cualquiera con sus playas, ritmos y mujeres...

Cualquiera que lo viera desde afuera diría que el cambio te ha sentado bien. Pero esta noche mientras duermes, las pesadillas te acechan... revives la escena de la muerte de tu padre, los combates y explosiones. Todos ellos resuenan en ti y parecen tan reales que finalmente una explosión consigue despertarte, pasan solo unos segundos cuando el calor del fuego comienza a hacerse sentir. Confundido te preguntas que tipo de sueño puede hacer eso hasta que finalmente la realidad te golpea...

La casa esta en llamas y sientes el ruido de batalla afuera...

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01/09/2010, 23:21
Juan Diego de Almagro y Arias.
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Aturdido aun por los horribles sueños, apenas logró ponerme los pantalones. No tengo tiempo para mucho pues la casa arde y por el sonido parece que el combate arrecia, por lo que tras calzarme unas alpargatas, con todo el jaleo no acierto a encontrar las botas, y coger mi espada con su vaina, salgo corriendo a la calle. Tal vez una vez este fuera sepa realmente que es lo que esta sucediendo realmente.