Partida Rol por web

- Esperaba no tener que hablar y poder cumplir mi trabajo en silencio. Pero cualquiera guarda silencio con estas cotorras. No me dejáis dormir ni un momento. Y cuando me despisto, ¡PLAS! Patata a dos dedos de mi cara.

Akito vuelve a reir, y la espada se muestra ofendida. De tal forma que salta de la cabeza de Kyoya y se coloca detrás de Akito para pincharle en el trasero.

- Maldición, ¡no os riais de mi! Soy una espada legendaria que ha pasado por las manos de muchos grandes guerreros, desterrada por un poderoso mago al mundo de los espíritus para luego venir aquí, a vigilar a este cabeza hueca. ¿Creéis que estoy de humor como para vuestras chorradas?

Kyoya comienza a hablar y dice: "Tranquila pero..."

A lo que la espada replica:

- ¡LO QUE ME FALTABA! ¿Tranquila? Soy un hombre. HOM-BRE. Mi nombre original era Caos, pero estoy obligado a aceptar el nombre que me diste.

Pese a las palabras de la espada, teníais serias dudas sobre su historia. ¿Magos? ¿En serio?

- Vale, calma. Tranquilo, lo siento. No era mi intención ofender a mi Arcano.

Akito sabía que estaba probando a Klanedet. Pero Klanedet no se queja al respecto. Sí, podía ser considerado su Arcano.

- ¿De qué dices que trabajas exactamente?

- Tengo la misión de acompañarte, protegerte, vigilarte, controlarte y ayudarte.

Algunas de las cosas que decía sonaban más bien como... algo malo para Kyoya, por el tono que usaba la espada.

- Me preocupo de que hagas las cosas, o si no...

Y de golpe, como flotando, vuelve a moverse encima de la cabeza de Kyoya, y comienza a zarandearse encima suyo.

- No me voy a caer sin querer, chaval. Pero créeme que es más fácil que me caiga queriendo. Ese es mi trabajo. El tuyo es no darme razones para caerme.

Las palabras eran duras, pero no parecía que fuera a atacar a Kyoya a traición, aunque no fuera por falta de ganas.

El tono no me acaba de gustar, a fin de cuentas suena como si estuviera amenazando a Kyoya.

- Oye, tal vez tu trabajo sería más fácil si dijeras cuales son los motivos por los que te puedes caer, o más bien cuales son los motivos por los que Kyoya necesita ayuda. Y no me salgas con una historia de esas de que lo importante es que lo descubra él solito porque el viaje es el camino y blablabla...

- Me caeré cuando me salga del mango. ¿Y me estás diciendo que después de tantos años juntos aún no sabes por qué necesita ayuda? Lo has vivido casi tanto como él.

Al ver que aún no reaccionaban, sigue hablando:

- Si esto sigue así, en un tiempo la presión matará a Kyoya. O lo aplastará, mejor dicho. ¡Yo voy a enseñarle a controlar esa presión, incluso a usarla a su favor!

- Pensaba que los Arcanos erais más... ¿sutiles?

La espada baja y se pone cara a cara a Kyoya, pero no dice nada al respecto.

Kyoya, algo más nervioso, dice:

- Y... no crees que estar encima mío para ayudarme a controlar la presión sería contrapro...

Klanedet se inclina levemente antes de que Kyoya termine la frase y le da con el mango en la cabeza, hasta el punto de sonar bien fuerte y hacer que Kyoya suelte un "¡AU!".

- ¡No me digas como tengo que hacer mi trabajo! Sé muy bien lo que tengo que hacer y cómo hacerlo.

Tras esas palabras, vuelve a ponerse encima de Kyoya.

- Tu sigue como siempre. Ignórame. Cuando debas prestarme atención, te lo haré saber. Y créeme, no quieres tener que prestarme atención.

Sonaba como un padre amenazando a su hijo para que no se portara mal. Klanedet cierra los ojos, según Akito puede ver, y desaparecen de la espada, como si hubiera ido a dormir.

- Tsk, menuda personalidad... - me quedo un momento callado y miro a Kyoya - sé que siempre estás tratando de hacerlo todo bien, pero no pensé que la presión hubiera llegado a tanto. - recuerdo que hay una máquina expendedora por aquí cerca y le digo - ven, te invito a algo.

Kyoya acepta con gusto tu ofrecimiento, y tras comprar unas bebidas os sentais en un banco cercano. Klanedet está suspendida de nuevo sobre la cabeza de Kyoya, sin ningún tipo de movimiento aparente.

- Estaba claro que tengo mucha presión encima, y tu lo sabes bien porque sacas notas parecidas a las mías y vas a estudiar medicina. - Kyoya no se andaba con rodeos, tenía la mirada perdida, apuntando hacia el suelo - Pero tampoco pensé que sería tan grave. Quiero decir, que parece ser que un problema va a seguir siéndolo aunque no lo consideres como tal. Intento tomarte todo con humor siempre, pero aún así...

Pese a que Akito tuviera unas notas muy parecidas a las de Kyoya, su amigo tenía la fama de Don Perfecto. Tenía que cumplir unas expectativas, tanto para la familia, como para profesores, como para amigos. La decepción de estos tres sectores tras un fracaso de Kyoya no es una vista agradable. Antaño pasó una o dos veces, y pese a que no llegó a gran cosa, afectó bastante a Kyoya. Claro, que eso fue hace años.

- ¿Pero qué hago? Si no me preocupo de toda esta mierda, acabaré decepcionando a mucha gente. Si me preocupo por ello, seguiré teniendo esta "presión" - dice señalando a la espada -. Tirarme de un puente sería mucho más sencillo.

Pese a saber que no lo decía en serio (porque no lo diría en serio, ¿no?) esas palabras molestaban a Akito. Eran duras palabras de la boca de su mejor amigo.

- Mmm nop, no lo sería, imagínate que calculas mal y no te matas. Ahí sí que tendrías un problema - le miro fijamente - no hables de morirte como si fuera la solución a algo Kyoya. Si te mueres ya no hay más. Entiendo que la presión es grande, pero no hables de eso, no delante de mí. Y ahora no me digas que era broma - le doy varias palmadas fuertes en la espalda- por que entonces sí que no tienes nada de qué preocuparte, porque te mato yo - hago una pausa - TIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIO.

Su expresión, que se había ido volviendo más seria por momentos, se relaja y comienza a reír. 

- Me asustaste por un momento...

- Era la idea, si te asusto es porque quieres seguir vivo, asín de simple TIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIO... Encontraremos una solución, a tu problema, y al mío, si es que lo averiguo algún día claro... - termino como diciendolo con sorna, que no queda claro si lo digo de broma o no.

- Espero que lo descubramos, TIIIIIO, o vas a tener a un jabalí de tres metros siguiéndote toda la vida.

Se detiene un momento y mira hacia arriba.

- Y esta... este, ha resultado ser más maleducado de lo que esperaba. Pero al menos dice no querer hacerme mal. Supongo que habrá que fiarnos, ¿no?

Reanudan la marcha, y antes de recibir una respuesta de Akito, se encuentran con dos figuras subidas al muro exterior de una casa.

Una de ellas, conocida. Un chico de pelo negro, ojos rojos (por lentillas), guantes de cuero negros a los que le faltaban la parte de los dedos, una capa... sí, solo podía ser D-Five.

Por otra parte, a su lado, había una chica. La forma de vestir no era tan extravagante, pero no podían evitar fijarse en sus pechos. Eran enormes. Y más contando con que vivían en Japón.

Enormes

Respecto al resto de la chica, no tan destacable, tenía el pelo negro y largo, y llevaba una vestimenta ligeramente normal, a excepción de algún toque gótico, como unos guantes de rejilla.

- En un mundo donde el mal impera, donde los dragones oscuros acechan y la oscuridad todo lo controla... solo un hombre puede reestablecer el equilibrio.

D-Five se pone la mano derecha en la cara, tapando los ojos. Luego separa los dedos, de tal forma que los ojos le quedan entre dos de ellos.

- ¡D-FIVE!

Grita su nombre y establece una pose triunfal, mientras mira a su compañera.

https://www.youtube.com/watch?v=JqcZMvlZbbU

La chica se sonroja ligeramente, y dice:

- Daichi... ya hemos hablado esto... no me hagas decirlo...

D-Five sigue mirándola. Ella se agarra el brazo derecho con la mano izquierda y se pone aún más colorada. Por la diferencia de alturas al estar ellos encima del muro de una casa, no se habían dado cuenta, pero esta chica era notablemente más alta que D-Five.

- Y... su... su fiel compañera...

Parece que le costaba mucho decirlo. Y por como empezaba la frase, no había duda de por qué. Estuvo varios segundos más intentando decirlo, hasta que finalmente, grita de rabia y comienza a zarandear a D-Five, que se tambalea peligrosamente sobre el muro. Ella termina por agarrarlo fuerte y con horror en la cara dice:

- Lo siento, me emocioné y...

Pero D-Five la seguía mirando. La chica agacha la cabeza y vuelve a hablar:

- Y su f... fiel compañera: Evil Priestess.

Casi podíais escuchar como la chica se ruborizaba. Nunca habíais visto una cara tan roja. Segundos después, se deja caer para sentarse sobre el muro y se tapa la cara con las manos.

D-Five baja del muro de un salto (bastante elegante, por cierto) y pregunta:

- ¿Qué os trae por aquí, mortales? ¿Os han guiado los espíritus hasta nuestra presencia?

Sip, definitivamente, estaba pirado.

Kyoya mira a Akito aguantándose la risa.

 - Vamos de camino a casa... D...Five... - el nombre me cuesta - y tu amiga - me giro hacia ella -... - trato de no reírme - eviru priesutesu ? - lo dejo en el aire como dejando intuir un, tienes un nombre de verdad, dímelo. - Yo soy Akito Maeda y el es Kyoya Takagi.

Noto como Kyoya me tira de la manga y dice muy bajito (imposible que nos oigan estando en el muro) 

- Shuujin, tío, esas.. son - le hago un gesto con la mano como diciéndole, si yo también las veo. 

- Natsuko. Natsuko Takahashi.

Suponéis que se refiere a su nombre. Después de eso sigue algo colorada, pero no tanto como antes.

- Y este es Daichi Daizumi - dice señalando a D-Five.

D-Five no parece especialmente molesto, pero si tiene una cara que dice: lo que tú digas, mortal.

Puesto que ya estaba sentada en el muro, se deja caer y queda a la altura del resto. Era un poquito más alta que Kyoya y Akito, pero un dedo a lo sumo.

- No sé cómo puedo hacerle caso a este chico...

Su ropa remarca bastante sus pechos, cosa que os hace difícil mantener la atención en sus ojos, aunque no parece hacer especial énfasis en pronunciarlos hacia delante.

- Es tu entrenamiento, joven sacerdotisa.

No podéis evitar recordar a Mei.

- Tu entrenamiento para...

- LALALALA NO TE ESCUCHOOOO

Natsuko se ha puesto las manos en las orejas y D-Five deja de hablar, pero sonríe levemente.

Era una escena algo cómica, pero obviamente Natsuko intentaba ocultar algo.

Sé que no es el caso, pero quiero hacerla enfadar un poco más así que digo.

- Que tierno es ver a parejas de novios como vosotros...

Natsuko cierra el puño, que le tiembla ahora mismo cerca de su pecho derecho.

Tiene los ojos cerrados y parece que se contiene para no gritar. Por otra parte, D-Five se divierte con la situación, o eso parece.

- ¿No-novios, dices?

Parecía a punto de estallar, pero D-Five intervino.