Partida Rol por web

Esta vez Dairiseki se despierta sin la ayuda de Kazuki.

Aunque no lo esperara aún, Kazuki estaba dormido en su habitación. Habría llegado durante la noche.

Cuando Dairiseki llega a la cocina, ahí estaba Agu, con un delantal rosa que no se sabe de dónde habrá sacado y sacando la sartén y algo de comer.

- Oh, Dairiseki, al fin te despiertas. Toma, te he sacado las cosas. Cocina algo de desayunar, ¿no?

¿Y el delantal entonces para qué?

Apresuradamente agarro todo y me encargo yo, no puedo permitir que vean cosas flotano, no hasta que les pueda explicar la situación.

digo en voz baja:

-No duermes?

- Solo lo justo.

Va a la sala de estar, enciende la televisión y se estira delante de ella. Comienza a reírse con algo que dan en la tele.

- ¿Por qué no nos quedamos aquí hoy? Este programa es divertidísimo.

-...

-Me gustaría (digo preparando desayuno para dos sin darme cuenta) pero hoy tengo que ir a trabajar.

- Eres un aburrido.

En el suelo se da la vuelta y queda con la cabeza mirando hacia arriba. La tuerce un poco más y termina mirando la tele al revés.

- Pero mi obligación es acompañarte, así que no estarás solo. Además, aquí hace mucha calor. Mejor en el súper.

-Quizás te gusta y todo, ya que nadie puede verte puedes jugar a una portátil o algo (digo masticando) venga (termino de recoger las cosas)  que llegamos tarde.

Agu mira a un lado y otro antes de marcharos y agarra una consola portátil que tenías por ahí y que no usas demasiado. Tras eso, os marcháis.

A veces habían días así. Kazuki se despertaba más tarde y no llegabais ni a despediros antes de marcharte.

De camino al súper pasas como es costumbre por enfrente de la biblioteca. Hay un cartel que no destaca demasiado que deben haber puesto hoy mismo en el que anuncian que ahora tienen más variedad de mangas en la zona de lectura de la biblioteca. Sería un intento de hacer que fuera más gente a la biblioteca.

Dairiseki había estado ahí alguna vez. Era grande y tenía muchísimo material, pero por alguna extraña razón la gente iba muy poco a esa biblioteca.

Quizá valdría la pena ir alguna vez, pero en ese momento tenía que ir al súper, que su turno empezaba en unos minutos.

Dairiseki acelera un poco y finalmente llega al súper. Y de vuelta a la rutina de siempre.

Es bien entrada la tarde cuando Mei llega a comprar tal como el día anterior.

Saluda a Dairiseki al entrar, y en el momento de pagar la compra va a su caja. Antes de empezar a hablar mira a un lado para ver que no hubiera mucha gente esperando. No había mucha gente, así que Mei tenía vía libre.

- Buenas tardes. ¿Qué tal ha ido el día?

-Extrañamente ordinario, supuse que agu quizás me pudiera dar problemas pero por ahora parecemos llevarnos bien, que tal tú? tenéis aire acondicionado en el templo? (risas)

- Me alegro de que Agu no te esté dando problemas.

Agu estaba en ese momento sentado en el suelo detrás de Dairiseki. Dairiseki solo se dió cuenta cuando Mei lo miró. Se tiraba de los pelos y se retorcía. De alguna manera sabías que era de puro aburrimiento.

- Tranquilo. Por si te lo has preguntado, no lo pueden ver. No, a menos que tengan un Arcano.

Mei mira hacia arriba, hacia diferentes partes del techo.

- Ojalá tuviera un aire acondicionado como este. En mi casa como mucho tengo un ventilador algo viejo ya, y con lo que gano no puedo permitirme otro. Tendré que pasarme más tiempo aquí. (risas) Dairiseki, si tienes tiempo hoy pásate de nuevo por el templo, tengo algunas cosas más que contarte. Pero a poder ser, solo.

-Solo, solo? o... acompañado? (miro a agu de reojo)

- De ese no vas a poder despegarte. Además, deberías acostumbrarte. Agu eres tú.

Un hombre bastante musculoso, con una camiseta blanca de manga corta, estaba detrás de Mei, esperando en la cola. Llevaba un paquete grande de arroz, café y una bolsa con verduras.

Mei mira al hombre y pone cara de sorprendida.

- ¡Hideki! Qué bien verte por aquí. ¿Cómo va todo?

El hombre, musculoso, casis in pelo y con aspecto severo, de unos 30 años, inclina ligeramente la cabeza ante Mei.

- Buenas tardes. Todo bien. Ya me preguntaba quién sería quien estaba hablando tanto rato con un cajero.

Hideki mira a Dairiseki, y a continuación gira la cabeza hacia Agu, que miraba con curiosidad al extraño al lado de Dairiseki.

- Ya veo, otro más para el club.

Pone su compra en la cinta, que empieza a moverse y Dairiseki empieza a pasar por caja los productos.

- Encantado chico, soy Hideki Oshiro. Intenta no volverte loco y terminarás por acostumbrarte.

Su nombre te sonaba de algo, aunque no sabrías decir de qué.

-Encantado, nos hemos visto antes? (digo mientras paso la compra)

- Bueno, vengo a comprar por aquí a menudo.

Era normal no acordarse de los clientes. Tendrías cientos al día. No podías acordarte de todos.

Mei niega lentamente usando la cabeza, con una sonrisa en la boca.

- Hideki es jugador profesional de Ping Pong, quizá te suene por eso.

No eras el mayor seguidor de Ping Pong de la historia, pero eso podría explicar por qué te sonaba su nombre.

-Parece que últimamente tenemos clientes de alto nivel

- Los "clientes de alto de nivel" también comemos diariamente.

Dice Hideki, con una sonrisa.

En ese momento, suena el móvil de Mei, que lo saca rápidamente y mira.

- Debo marcharme. Espero verte en el templo más tarde, Dairiseki. ¡Adiós!

Mei sale del súper apresuradamente con las bolsas.

-Oshiro... cómo llevas tu todo esto?