Partida Rol por web

La miro con cara seria mientras pienso: Amigos desde hoy ¿así sin más? no es como si esas cosas salieran de la nada tan rápido, y tampoco es como si hubieses visto muchas veces a Mei... Ciertamente estoy preocupado por ella, pero a la vez hay muchas cosas que no comprendo, y realmente no me gusta que considere tan facilmente a Saki, mientras que casi parece que ahora desprecia a Daichi... 

- ¿No crees que juzgas a la gente un poco rápido? Mei te da mala espina y no la has visto casi, es obvio que Atsuko tampoco te cae demasiado bien, y sin embargo dices ser amiga de Saki cuando realmente ni tan siquiera la conoces, cuando en mi opinión ella es la más inestable de las tres. No acabo de entender como decides esas cosas la verdad... ¿Y yo? ¿Por qué te caigo bien? 

Saki se sonroja visiblemente ante la preocupación de Hana. 

- T-tranquila, estoy bien. No es nada que no se pueda arreglar con un buen descanso. - Sonríe, pero su mirada se vuelve sombría de nuevo, y mira fijamente a Hana. - ¿Estás segura de que quieres estar aquí? Quiero decir... No si estás acostumbrada a usar a tu arcano... No es que no te necesitemos, pero... - Saki se estaba liando, no encontraba las palabras. Al final frunce el ceño, cómo si se cabreará consigo misma. - Quiero que estés a salvo, Hana. - Dice más decidida, pero su determinación recae cuando se vuelve a sonrojar. Mira hacía otro lado. 

- ¿Cómo que no conozco a Mei? - dice Natsuko indignada - Desde que sé que tengo Arcano he venido bastante, y cada vez me ha dado un consejo diferente. Y no muy fiables, la verdad. Y quiero ser amiga de Saki. Necesito una amiga de verdad. Donde tu ves a una chica inestable yo veo a una chica que ha tenido problemas. Y no ser su amiga por eso sería hacer lo mismo que el resto de gente... lo que siempre me han hecho.

Se detiene un momento.

- Tú... tu estabas ahí cuando no tenías por qué estarlo. Tú hablas sin tapujos, y no te importa que la otra gente diga lo que piensa. Y en tus ojos veo a parte de mi.

Y Natsuko te mira fíjamente a los ojos.

Hana hace que no con la cabeza.

- No es que no quiera ayudar, pero me quedaré aquí vigilando a D-Five. No entraré con vosotros. Te lo quiero explicar todo, pero ahora no es el momento. Mañana te lo contaré todo. Queda prometido.

Hana te tiende la mano.

Unos instantes después, te das cuenta que tiene el dedo meñique extendido. Era algo "de críos", pero era uno de los encantos de Hana. Su forma de firmar una promesa.

Saki parece un poco indecisa, pero al final asiente para si misma. Le devuelve el gesto a Hana, entrelanzado los gestos y sellando con ella su promesa. 

- Mañana aclararemos todo lo que haga falta aclarar. - Dice con confianza. - Tú no te fíes de nada de lo que te diga ese crío. - Dice señalando a D-Five con la cabeza. - Y dale un porrazo si es necesario. - Sonríe. Entonces se gira hacía Lylia. - Ahora que Kazuki se ha ido nada nos retiene aquí, ¿Vamos? 

Le devuelvo la mirada, las palabras que me ha dirigido son muy dulces, pero a la vez no puedo olvidar lo que ha dicho antes.

- Ciertamente... No me importa ni lo que opine la gente ni lo que diga, pero cuando se trata de ti sí que me importa, y por eso me molesta ese concepto extraño que tienes de la amistad - me acerco más a ella - tú no decides hacerte amigo de alguien, no sirve cosas como "quiero ser amiga de Saki porque necesito una amiga de verdad" porque ves en ella a alguien con problemas, ciertamente no ser amigo de alguien porque podría ser problemático no está demasiado bien, pero querer serlo por eso mismo... La amistad no se elige, no es conveniente, no decides que quieres ser amigo de esa persona y por tanto lo eres ¡no funciona así Natsuko! Si funcionara así yo podría elegir no tener que estar preocupado de que te hagan daño, podría elegir no tener que estar pensando continuamente en que no quiero que te pase nada - me doy cuenta de que estoy diciendo más de lo que querría sobre mis sentimientos, pero sería aún peor parar ahora - no puedes elegir de quien te haces amigo y no puedes decidirlo basándote en si es una persona con problemas o no. Especialmente porque tú misma los tienes lo que necesitas ahora es una persona que pueda ser estable a tu lado y apoyarte como amiga, no alguien que cambia según como le da el viento! 

La última frase la he dicho más agitado, pero sin llegar a levantar el tono, igual que todo lo demás, no quiero que nadie nos oiga 

Natsuko te pone un dedo en los labios para que no digas nada más.

- Tranquilo. Sé que es difícil de comprender. Yo tampoco soy una chica "estable", y mi concepto de la amistad difiere bastante de lo habitual. No pido que me entiendas aún, pero al menos confía en que sé lo que hago, ¿vale?

Natsuko asoma la cabeza y mira detrás tuyo.

- Parece que ya nos esperan. ¡Vamos!

Te agarra de una mano y comienza a correr hacia la puerta del templo contigo, donde ya están Saki, Lylia, Watanabe y Hana.

¿Era cosa tuya, o esta chica tenía cambios de humor muy bruscos?

Veis a Natsuko y Akito como hablan, y poco después Natsuko coge de la mano a Akito y van a paso rápido hacia vosotros.

Antes de esperar la respuesta de Lylia, Saki se gira hacía Akito en cuando llega. 

- Le estaba diciendo a Lylia que ahora que Kazuki se ha ido nada nos retiene aquí. Deberíamos ir a por Mei, no sabemos lo que está pasando dentro del templo pero no creo que sea buena idea seguir esperando para descubrirlo. 

me despido de él con la mano y me giro ligeramente cabizbajo.

-Ya está, ya podemos hablar

Al girarse Dairiseki, ya están todos en posición.

El resto del grupo está frente al templo, mirando hacia Dairiseki, como si llevaran un día entero esperándole.

Entonces, su Arcano habla:

- Eh... hola a todos. No vais a hacer nada peligroso, ¿no?

Agu mira a D-Five atrapado por Hana.

Saki espera a que alguien intervenga, pero al ver la pasividad que muestran todos suspira y mira hacía el arcano. 

- No te podemos asegurar que no sea peligroso... De hecho lo más seguro es que lo sea, así que si no te ves listo para ello sería mejor que no nos acompañaras. - Dice con seriedad. 

- Ay ay ay, Dairiseki, esto no es buena ideaaaa.

Y su Arcano comienza a deslizarse por el cuerpo de Dairiseki, enroscándose por él de una forma bastante cómica.

- Vayamos a casaaa.

-mmmmmm, no! Después de haber echado a Kazuki no nos vamos a ir a casa así de fácil.

Aún diciendo esto las piernas me tiemblan visiblemente

Dejo de vigilar a  D-five y me acerco a Dairiseki con una mirada fría. 

- Dentro del templo hay un samurai sobrenatural capaz de lanzar gente por los aires. Vamos a entrar si quieres ven pero vigila tus movimientos. - Dicho esto me giro y empiezo a caminar hacía al entrada al templo. No parece que me apetezca esperar más. 

Hana se queda fuera vigilando a D-Five. No parece que vaya a tener problemas. Os desea suerte con una voz no demasiado animada y os adentráis en el templo.

O el exterior engaña, o es un templo mucho más grande de lo que parece.

A izquierda y derecha había una gran cantidad de columnas, sobre un suelo de tatami verde que se extendía por todo el templo.

En medio, un largo pasillo que llegaba hasta un altar de madera. Frente al altar, estaba Mei, en su color y forma original. De encima suyo salía una sombra de lo que parecía ser un samurai gigante, con una espada en cada mano, semitransparente todo él.

Mei estaba arrodillada frente a un gran papel. Tenía un pincel en la mano derecha, y había escrito con una caligrafía excelente en el papel:

FRACASO

Parece que mira al papel fíjamente mientras deja el pincel en el suelo y comienza a levantarse.

- ...caso. Soy un fracaso. Soy un fracaso.

Y deja de hablar. Sigue con la mirada fija en el papel.

Saki se adelante un paso. 

- ¡Mei! Venimos aquí a saber que es lo que te está pasando y a detenerte si es necesario. - Mira al grupo, y luego otra vez a Mei. - Nos gustaría solucionar esto hablando... Pero estamos dispuestos a usar la fuerza si no quieres colaborar. - Y añade, mucho más confiada de lo que de verdad estaba. - Y te aseguro que tienes las de perder, así que no hagas ninguna tontería.

Mei levanta la cabeza, y mira a Saki.

- ¿Las de perder?

Mei comienza a deslizarse, con el samurai de sombra enganchado a ella, a una velocidad vertiginosa, hacia el grupo.

Cuando llega, hace un corte cruzado hacia Saki, que al momento adquiere la fuerza de Tsukihime, la chica lobo que tenía al lado, y consigue saltar hacia atrás para no recibir el golpe.

El resto del grupo no resulta impactado, pero el golpe levanta una gran ventolera, que os echa para atrás.

- Las de perder, dices. ¿Qué puedo perder? Llevo toda mi vida en esta en esta ciudad, pero no tengo nada. ¡NADA! ¡Ni siquiera un solo amigo que perder!

Saki esquivaba los golpes, pero su mente estaba paralizada.

¿Se lo había planteado siquiera una vez? ¿Que lo único que buscaba Mei fuera amigos? Nunca le había gustado su forma de proceder, siempre le había parecido incorrecta y de hecho le seguía pareciendo que lo era. Pero... ¿Y si la propia Mei no supiera proceder de otra manera? ¿Y si el miedo de perder posibles amistades la hacía estar obsesionada con las mismas, hasta el punto de seguirlas a todas partes?

En la cabeza de Saki aquella era una posibilidad... Pero aún así sentía rabía. Rabia tanto por cómo había tratado Mei la situación cómo por cómo habían reaccionado los demás. Si al menos su comportamiento hubiera sido un poco menos confuso... Quizás no hubieran llegado hasta este extremo. Pero Saki sentía que ya no había vuelta atrás a sus acciones, no podía mentirse a si misma y olvidar lo que sentía hacía Mei. ¿Que más podía hacer que luchar? 

Tras las palabras de Mei, Saki esquiva los ataques pero no dice nada. Parece estar pensando profundamente en algo y de hecho no contraataca por el momento. Por su expresión es evidente que algo la preocupa.