Partida Rol por web

Vale, había visto a Holly en bañador otras veces y sabía que ocultaba un cuerpo bien tonificado pero el verla en aquel bikini le hizo parpadear dos veces antes de pronunciarse. Quizá esperar había merecido la pena.

Me parece que tiene una forma perfecta -sonrió con picardía, mirando a Holly, aunque respondiera a Candy-, el bikini, digo. Se ajusta bien, aunque debo reconocer que estoy bastante tentado.

Les lanzó una mirada a ambas y a la cadera de Holly. Sabía que ambas le entenderían.

Te queda bastante bien. Bastante hot.

Entonces su mente, varios segundos después, consiguió enlazar el "quiero que sea una sorpresa" con el susurro entre las pelirrojas y bufó. Sobraba de allí.

Voy a comprar unas deportivas. Ale, nos vemos en la estuatua del mal deportista. Chao.

Se giró haciendo un ademán con la mano y llevándose la pelota que, por momentos, se había convertido en suya.

Se llevo las manos a los lazos... -Te mato si intentas cualquier cosa...- le miro desafiante para terminar riéndose... -Bien entonces me lo llevo!!- dijo bastante ilusionada, tenia una idea rondando en su cabeza y si no resultaba del todo, pues no importaba, Al y Candy estarían ahí y lo pasarían genial en la fiesta.

-Quizás... aunque con la cara de Al ya me vale...- respondió dándole un beso en la mejilla a Candy... -gracias...- iba a entrar al probador cuando al muestra la intención de iré.

-¿A donde vas?...¿alguien te ha dicho que te fueras?...ademas, yo quiero ver que tan bien se te ven esas deportivas, podria darte unos consejos...- cerro el probador y se miro una ultima vez sonriendo pensando en lo que podría pasar por la noche.

-Candy, la idea de la lencería también me gusta, pero quizás si Al se anima a elegir algo le resulte mas divertido, luego nosotras buscamos algo con un motivo de elefante o tigre para él...- comento desde el interior.

Tampoco quería pasarse la mañana comprando ropa, quería hacer algo con los chicos y ver si podían investigar respecto a esos videos que tenia Candy, sacarle algunas fotos a su amiga para su insta, había que mimar a sus seguidores y buscar alguna locación interesante para sacarle fotos.

Había un murmullo, una nota discordante, una sensación que provenia de algún lugar indeterminado. No se dieron cuenta de ella al principio. Era un nuevo sentido en desarrollo que aun no controlaban. Pero en cuanto fueron consciente de ella, supieron el origen. De algún modo los tres sintieron que no era una buena idea bacilarle a un dios, no sentían que hubiese pasado nada por el balonazo de Candy, ni que hubiese una consciencia activa en la estatua. Simplemente era extrañamente fuera de lugar. Como acudir a un velatorio disfrazado de payaso.

Alrededor de la fuente la gente parecía siempre tranquila y serena, pese a estar en el punto medio de un centro comercial. Al pasar junto a la fuente, la gente bajaba el tono de su conversación por el móvil o se mantenían simplemente más serenos. Alguien lanzó una moneda a la fuente siguiendo la leyenda urbana de que daba suerte.

Quiza fuese por el sonido del agua, pero uno se sentia siempre a gusto en los bancos de la zona. En el sitio donde ayer se había instalado "un campamento de refugiados" a propuesta de Dorian.

Iba a insistirle a su amiga para que le contara cuales eran sus planes con el bikini aunque al ver que Al se quería separar de ellas dejó los cotilleos y se le unió- Si, no te vayas, sigamos juntos -además, la última vez que uno de sus amigos se separó de ella en aquel centro comercial se le apareció el fantasma de su madre y surgieron unos seres del vacio. Si aquello volvía a suceder al menos quería tener a ambos a su lado.

- ¿Quieres que él escoja lencería para nosotras? -la idea sonaba divertida, se giró hacia Al mientras esperaba por su amiga- Está bien, luego de que compremos sus deportivas -se acercó al chico animada- Un elefante -le dijo bromista, en voz baja- ¿Quieres ser un cangurito? -por si no lo pillaba, usó la depurada técnica de lectura de labios que estaban desarrollando desde la noche anterior "Todo el día dentro mía", aguantándose la risa por lo malo que era el chiste, aunque ls servía como provocación. Palmeo la pelota para quitársela y se puso en postura deportiva de basketball a la defensiva. Una tienda de moda no era el mejor lugar para jugar, pero si él quería podrían hasta que les llamaran la atención o Holly saliese del probador, lo que ocurriese antes.

Al salir de la tienda pasaron otra vez junto a la fuente, Candy sintió un escalofrío, aquella serenidad parecía fuera de lugar, aun así nada sucedió así que siguió adelante con sus amigos, la idea era ir a una tienda de calzado por las deportivas de Al, y luego si le apetecía a otra donde encontrar lencería para las chicas. La pelirroja se preguntaba si aprovecharía la oportunidad para poner a prueba la timidez de Holly, ya que en el caso de Candy era inexistente, así que realmente era la oportunidad de verla con lo que quisiera.

Iba a alejarse, pelota en mano, cuando dos voces hacen que se detenga, alzando la cabeza como un gato haciéndose el interesante. La verdad es que tener la atención de aquellas dos muchachas le resultaba realmente gratificante, para qué engañarse. Entonces escuchó algo que le hizo girarse. Len-ce-rí-a.

Está biennn, esperaré.

Aunque aquello implicaba que le iban a ayudar con las deportivas y sabía que Holly era una perfeccionista con aquello. Él ya había visto unas negras y ahora le tocaría debatirlo. De repente la cercanía de Candy hizo que se estirase como una espiga y a la idea del elefante sonrió, a la del canguro alzó una ceja, hasta que leyó los labios de la muchacha y, sin cortarse, respondió desafiante con una de esas estúpidas sonrisas de suficiencia.

¿Un desafío veinticuatro horas? ¿Te crees capaz?

No era nada prudente desafíar a la pelirroja. En realidad a ninguna de las dos, pero le resultaba divertida la idea, y excitante.

Mientras aguardaban se pusieron a jugar con la pelota, hasta que casi a la vez Holly terminó el dependiente nos invitó a marcharnos. La verdad es que algunos eran bastante aburridos, pero sin darle más importancia fueron a la siguiente tienda. Pasando frente a la fuente de Neptuno contuvo un momento la respiración y miró a la deidad, preguntándose cómo en algunas épocas se decía que los humanos tomaban su poder de los dioses o algo así. Los griegos eran unos tipos muy grandielocuentes, muy dramáticos.

Al llegar a la tienda de calzado observó a la deportista.

¿Y bien?

Porque claro, si él iba a ponerlas en un aprieto en un rato, debía escuchar. Señaló unas deportivas negras.

Esas son las que había visto. Pero seguro que elijes algo mejor.

E hizo un ademán invitándole a trabajar un poco en este mundo deportivo que le gustaba. Mientras tanto su mente ya estaba trabajando en la selección, si es que la encontraba, en la tienda de lencería. No estaba seguro si ellas se iban a arrepentir de haberle dado tal poder.

Arqueo una ceja ante el juego de palabras y el supuesto desafió que le proponía Al a Candy, aunque hablasen en "códigos" era demasiada información, hizo un rodeo con sus ojos... -Si quieren los paso a dejar a un motel mas tarde...- soltó con un tono de broma mientras salían de la tienda.

La sensación que provocaba la estatua de poseidon o neptuno era extraña, Holly se detuvo en frente y miro hacia la estatua, de cierta forma aquella tranquilidad le atraía, era muy parecida a la que sentía cuando salia a trotar en las mañanas por el sendero del bosque o hacia el lago, una sonrisa se dibujo en su rostro ante los recuerdos de aquella mañana, se mordió los labios algo ensimismada en sus recuerdos... Candy sabia que esa mañana había quedado con Roland para ir a trotar, pero no le había contado mas detalles, Holly por su parte saco su móvil y parecía mirar algo en él volviendo a sonreír.

De pronto noto que se había quedado unos metros mas atrás y apresurando el paso llego junto a sus amigos que ya miraban las deportivas negras que quería Al, Holly entro a la tienda y pidió a la dependiente que se las mostrase.... -Glass, ¿para que las quieres?... estas son para practicar basquetball, si las quieres para hacer running o trekking debes elegir otras...estas están bonitas, pero no se si sean las adecuadas...- aparte de natación y Candy no sabia que mas practicaba Al.

- ¿Quien te dice que no lo hice ya? -fue como respondió a la provocación de su amigo, aunque lo cierto era que nunca lo había intentado, al menos no como un desafío; su padre viaja a menudo y ya había organizado fiestas en casa muchas veces, incluida una que duró todo un fin de semana y en la que se acostó con varios de los asistentes, aunque no a la vez, sin embargo estar con una misma persona todo un día y no hacer nada más...

Candy estaba lo suficientemente alocada para intentarlo, y si con alguien podía salir bien y no acabar aburriéndose era con uno de sus amigos. No olvidaría la propuesta, aunque por el momento estaban a otras cosas.

- ¿Allí tienen pista de voleyball? -dijo a su amiga cuando sugirió lo del motel, haciéndose la ingenua, aunque sólo de boquilla, porque por su sonrisa era obvio que entendía porque lo decía. Los invitaron a salir de la tienda tras la compra, aunque al menos fueron amables, porque estaban gastando dinero allí.

Sus amigos se pusieron a hablar de deportivas en la tienda de calzado así que ella les dio espacio y no se entrometió, pasando el rato con el movil, contestando en instagram, snaptchat...

La pregunta de Candy se respondía con su propia cara pensativa, en la que dejaba claro que, como poco, no lo había hecho exactamente y ahora quizá le había dado una nueva idea. Se encogió de hombros divertido, pero siguió con las muchachas, sin entrar en lo de la pista de volleyball

...

Ya en la tienda, como esperaba, Holly se puso en ese plan perfeccionista que a Al tanto desquiciaba. Habían demasiadas opciones pero sabía que con decir "normales" a ella no le bastaría. Así que se dignó en dar una descripción un poco más detalla.

Quiero que sean cómodas, sirvan para largas caminatas y para correr, y que tengan un buen agarre, como si fuese a trepar con ellas. Así no habrá pringado que me huya.

Ahí ya dibujó una sonrisa de imaginarse siguiendo a algún pringado de esos que intentan huir en vano mientras un Al más rápido de lo habitual le daba caza. El pensamiento le hizo sentirse mejor en aquella situación.

Y negras.

Porque era lo único que tenía claro en realidad: quería unas malditas deportivas negras. Recordó algo y añadió, en un tono bromista para ambas pelirrojas.

No nos olvidemos que tienen que servir para jugar al voleyball.

Asintió como si fuese un tema realmente serio. No lo era.

Mientras Holly terminaba de decidir por él, sacó el móvil para mandar algún mensaje y comprobar si tenía alguno

Holly se concentro en las dichosas zapatillas, mientras sus amigos seguían cotilleando en sus asuntos, para ella elegir un buen calzado deportivo no era un tema banal, era algo importante, si no usabas las adecuadas, podrías lesionarte y aunque Al no fuese un deportista de alto rendimiento, no quería que su..."amigo" saliera lastimado... aquello la hizo pensar un momento mirando a Al, Candy era su amiga, casi como su hermana, pero últimamente Al había estado tan cercano que podía sentirlo como su amigo, aunque claro, con el abusón era todo incierto, a pesar de aquello, le apreciaba y era el único chico en su circulo mas cercano de amigos.

Finalmente termino eligiendo un modelo deportivo para voleyball, un par de zapatillas negras de la marca AND1...

-Ahí las tienes, si no te gustan elige tu unas que te destrocen los pies a conciencia, estas tómalas como un regalo Glass...- Holly podía darse esos gustos, su familia tenía cierta comodidad económica y regalarle un par de zapatillas a Al no era problema... -y bien, ya tenéis en mente algún conjunto de lencería...- volvió a la idea inicial de Candy.

-Vamos, vamos, que aun tenemos mucho por hacer...- dijo apresurando el paso hacia la siguiente tienda.

¡Perfectas! ¡Muchas gracias!

Dijo sinceramente, no sólo por el regalo, sino por la molestia que se había tomado la deportista. También aprovechó para revisar su móvil y, cuando vio que la muchacha salía resopló. Su idea era ponérselas en el momento pero al parecer era algo que iba a quedar para otro momento.

Las siguió hasta la tienda de lencería y, además de no hacer demasiado caso a las chicas que se acercaron enseguida pensando que necesitaba algún tipo de consejo, le dedicó una mirada a una muchacha que miraba, sorprendida, que un joven estuviese en una tienda de ese tipo. Al puso los ojos en blanco y se puso a rebuscar, moviéndose como quien busca una presa perfecta.

Finalmente dio con ello y llamó a Holly, mostrando dos versiones de un mismo conjunto, uno más opaco, más Holly y el otro más descarado, más Candy, pero ambos eran el mismo modelo con lo que al menos saldría un poco de su zona de confort.

Pero te lo tienes que poner esta noche.

Picó un poco a la deportista, preguntándose si entraría al trapo o no. Tras ello y mientras la dejaba meditando se puso a rebuscar algo para Candy, algo con lo que le costase atreverse. Algo que sabía que era complicado encontrar.

Apretó los labios al no encontrarlo, pero al menos terminó por dar con algo más.

Mira para allá.

Le indicó a Candy, esperando que ella obedeciese -algo harto improbable- y se adentró para buscar la parte que faltaba. Fue entonces cuando terminó de conseguirlo todo. No era lo que buscaba, pero pensaba que le quedaría realmente bien a Candy y tal vez su cara fuese un poema en aquel momento. Ambas ideas le parecían igual de divertidas. Se acercó a ella y le dio dos paquetes. Tenía que llevarse ambos.

¿Y bien? ¿Qué te parece?

Buscó con la mirada a Holly antes de corregirse.

¿Qué os parece?

Contó los segundos que faltaban para que le echasen la bronca por su falta de criterio.

Siguió entretenida con sus redes sociales hasta que al fin dejaron la tienda de calzado y fueron a la de lencería, allí casi ni se molestó en seguirlos y empezó a curiosear prendas mientras su amigo iba escogiendo. La propuesta para Holly atrajo su interés y le sacó una media sonrisa, aquello era realmente atrevido, algo que incluso la pelirroja se pondría encantada, así que moría de ganas por ver que prenda aun más osada escogería para ella.

- Esta noche iremos a... -por un instante creyó que su amigo lo había pasado por alto, pero al instante supuso que no- ¿A la playa en lencería? -se reía bajito mordiéndose el labio. Aquella idea era una locura que le sonaba divertida y que sin duda le haría atraer la atención de todos, lo que no pensba es que tratándose Holly de una de las chicas más populares de la high school, para mantener su reputación no debería hacer algo tan inapropiado, salvo que quisiera una reputación más parecida a la de su infame amiga, que ni se cuestionaba tales cosas- Quiero hacerlo -dijo con tono caprichoso- Aunque también quiero llevar el bikini que Roland escogió para mi, mmh. Ya se -se acercó a Holly con una sonrisa maliciosa- Ahora que iremos a la piscina, en vez de bañador podriamos usar lencería ¿Te atreves? Y lo subo al instagram.

Hablar con su amiga hizo que estuviese distraida cuando Al le pidió que no mirase, aunque tratándose de ella era imposible, no tenía fuerza de voluntad. A Candy le encantaban las sorpresas, cuando no sabía que habría una, sin embargo saber que la habrá, y que sólo tiene que voltear la mirada, era irresistible para ella.

Echó un vistazo a la prenda del paquete, no iba a aguantar si verla al detalle, y por un lado estaba decepcionada, aquella bata era suave y tenía un bonito estampado floral, pero tenía más tela y menos transparencia que la de su amiga, sin embargo le recordaba a un kimono y pensó que era del gusto de Al, así que- Si es lo que quieres verme llevar, me la pondré para ti -le guiñó un ojo a su amigo- Aunque la próxima vez que pases por mi casa, ahora si hacemos lo de la piscina me buscaré algo más -quisieran seguirla o no en su nuevo deporte inventado "Salto de trampolín en lencería" Candy terminaría de recorrer la tienda comprando algunas prendas más para su colección.

En la tienda Holly miraba todos los conjuntos con cierta reticencia, tener a Al revisando lo que podría comprar finalmente le provocaba algo de vergüenza, después de todo, solo Candy la había visto en ropa interior y la suya era mas de estilo deportista y no con tanto encajes y detalles sensuales, incluso se preguntaba, para que quería algo así, si ni novio tenía…pero una vocecita en el fondo de mi mente le decía “debes estar preparada”.

Ante sus pensamientos sonrió para sí.

Al le mostraba unos metros más allá dos conjuntos bastante bonitos, pero a la vez osados, se acercó y tomo el negro, miro los detalles, palpo la tela y asintió con la cabeza -Esta muy bonito, Glass… se nota que tienes experiencia en estas cosas, ¡eh! - busco su talla y bueno iré al probador.

Antes vio el paquete que le entregaba a Candy y la bata que le pasaba, se quedo pensando un momento sin entender a que se refería, así que se fue a lo suyo, tras ponerse el sostén se quedo mirando lo diferente que era del resto de su ropa, acentuaba sus formas y le daba un aspecto mas mayor a su figura y en cierta forma aquello le gustaba, no salió del probador, puesto que mostrárselo a los chicos ya seria una pasada, luego en privado le mostraría a Candy como se veía.

Entre la charla que tenían los chicos afuera, escucho lo del bikini que le había escogido Roland el día anterior, cogió su móvil y reviso el Instagram de Candy, mirando la foto del bikini y luego la que salía junto al Rey, no pudo sentir un poco de desánimo, su mañana juntos había tenido un detalle bastante especial que la dejaba pensativa a las intensiones que tenia Candy, aunque sabia que su amiga lo haría solo por gusto propio, finalmente se volvió a vestir y salió del probador, cuando Candy se acerca y propone lo de la piscina.

-¡Estás loca!…suficiente con dejar que Glass me vea en bañador y bikini, si quieres te saco fotos guay para el insta, así a lo Tumblr y vemos cuantos seguidores más ganas…-

Volvió a mirar la bata… -creo que lo importante de eso… es que no lleves nada abajo…- miro a Al -¿supongo que por eso la elegiste?-

Ante el alago de Holly, Al miró para otro lado como si la cosa no fuese con él, a él no se le daban bien aquellas cosas.

Bueno, sólo tengo que imaginarte con ello.

La mente de Al no comprendió cómo el ir a comprar lencería para ellas ahora se había convertido en un deporte acuático sexy. De hecho su cara reflejaba ese desconcierto con bastante descaro, tampoco comprendió el porqué Candy parecía ligeramente decepcionada con su elección, aunque no quería explicárselo demasiado. Se inclinó hacia un lado y, cuando Holly dijo lo de no llevar ropa debajo, algo que ni Al había pensado, asintió con la cabeza.

Es una buena opción. En realidad no sé bien en qué pensaba, pero estoy seguro que te quedará bien. Parece cómodo, podrías llevarlo un día completo sin problemas.

Tras aquello se cruzó de brazos.

¡Eh! Ya que lo elijo no estaría mal verlo ¿no? -sabía que la respuesta sería negativa- Podría haceros un vídeo, jugando con sombras y que no se aclare bien. Bueno, yo grabaría y Candy montaría, porque mi arte con el pc es malo con ganas.

Dicho aquello se preparó para acompañar a las chicas, ambas habían comprado y Al tenía lo suyo, aunque recordó algo.

Me falta el acohol, para la fiesta de esta noche. ¿Queréis algo en concreto?

Se dirigió hacia la parte más de supermercado para comprar, comprobando que le seguían. Compraría una cantidad de alcohol decente, incluyendo cualquier cosa que ellas pidieran. También chocolate puro -un aguardiente de chocolate si lo encontraba también estaría bien- y una botella de vino tinto importado de Chile.

- Pues lo haré yo sola -respondió entre resignada y caprichosa- Si no quereis salir en el video no pasa nada, aunque al menos acompañadme. Si nos descubren necesito a alguien más lenta que yo para que la atrapen -dijo esto bromeando con picardía a su amiga, antes de acercarse a ella y abrazarla con cariño. Le prestó el paquete con la bata, por si quería examinarla con detalle, y su comentario la hizo sonreirse- Ah, así que eso quieres. Por mi bien, la próxima vez que vengas tú, me la pondré sin llevar nada debajo -dijo a Holly, dándole un beso en su mejilla y separándose despues para ir a buscar la prenda idonea para lo que vendría en un rato.

- Hay tantas cosas que quieres verme hacer durante todo un día... -mencionó bajito con humor al pasar junto a Al, haciéndose la distraida pero quedando claro que hablaba con él- Esté -se decidió al fin y como manda el ritual se fue directa a los probadores para sacarse algunas fotografías frente al espejo. Volvió a salir y ya al fin los chicos pudieron pasar por caja e irse de aquella tienda con sus compras.

- A ti -es lo primero que se le pasó por la mente decir a la pelirroja cuando Al preguntó, esperando ser lo suficientemente concreta- Tráeme un granizado de mango, te esperamos aquí -se agarró del brazo de Holly arrimándose a ella- Oye, Holly... ¿Crees que me parezco en algo a un ruiseñor? -le preguntó sin venir a cuento, cuando Al ya se había ido lejos.

Volvieron a salir, a andar por las calles de Daring en dirección a la high school, que debido a ser el primer día de presentaciones posiblemente no tenía gran actividad. Evitaron de todas formas ir a zonas concurridas o donde hubiera posibilidades de encontrarse con alguien, la idea era colarse directamente y, tuvieron fortuna, pues ni siquiera al conserje o vedel se cruzaron en los pasillos. Era el destino, diciéndoles que debían seguir adelante, pues la puerta estaba abierta y daba a una piscina cubierta donde no había nadie, con varias calles, todo recien preparado justo por el inicio del nuevo curso. Preparado para que ellos lo disfrutaran.

La risa pilla y animada de Candy resonó con eco en el lugar mientras daba unos pasitos ligeros adelantándose, girándose para mirar a sus compañeros y transmitirles esa alegría por transformar la vida en una irresponsable fiesta sin fin- Voy a cambiarme ¿Me esperais aquí? -dejó su mochila en las gradas y se llevó la prenda que había comprado a los vestuarios. Lo cierto es que se habría cambiado en cualquier lugar, no tenía pudor y menos si se trataba  de sus amigos, sin embargo tuvo otra idea más morbosa. Entró al vestuario masculino con apenas solamente la lencería y su teléfono, comprobó que allí no había nadie más y entonces procedió a cambiarse. Siempre había sentido curiosidad por hacerlo allí, pero no solía encontrarlo sin nadie más, como aquella vez.

La voz de la chica ya empezaba a escucharse incluso en el interior del vestuario- Así que quisiera daros la bienvenida a la presentación de este año... -iba diciendo mientras salía del vestuario llevando ya el conjunto de lencería azul (link), con su teléfono movil en la mano y grabándose en video mientras avanzaba- ...de la piscina -se giró divertiuda para que la susodicha piscina quedara a sus espaldas y pudiera verse, y al mismo tiempo, para que no se viera a sus amigas en ningún momento, lo cual ella no pensó mucho, pero les convenía, así no podrían acusarlos de ser sus cómplices. Arrojó bajo cámara la ropa que se había quitado hacia las gradas- Os deseo a todos un buen último año aquí -y luego tendió el movil a Al, su cámara oficial, porque por lo visto los fabricantes de móviles cuando dicen sumergible hacen publicidad engañosa. Tras quedar libre del dispositivo pudo retroceder de nuevo hacia el borde de la piscina- Nos vemos esta noche en la playa -lanzó un beso hacia la cámara y despues ella misma se lanzó a la piscina. Quedó sumergida unos segundos y cuando volvió a salir, riendo, nadó hasta el borde de nuevo aunque no salío del agua- Déjame verlo -le pidió al chico, para ver que tal había quedado en el video, luego se lo ofreció otra vez- ¿Puedes dejármelo allí junto a mi ropa? Gracias... -se impulsó en el borde alejándose de este y empezó a nadar, en su lencería.

La pregunta de Candy la pillo por sorpresa, no solía preguntar cosas de ese tipo a menos que alguien le haya comentado algo al respecto… -No lo sé, pero para mí lo serias… ¿Por qué lo preguntas? - respondió con honestidad.

Cuando su amiga hizo esa pseudo inauguración, Holly subía a uno de los trampolines para lanzarse en un clavado tras terminar su amiga de dar inicio a la piscina.

Pronto estarían dentro de la piscina disfrutando del agua, Holly mientras Candy grababa, fuera del ángulo de la cámara, se dedico a nadar de un lado al otro, usaba su típico bañador de natación, lo tenia en el casillero de los camarines, ejercitar su cuerpo era algo que disfrutaba y si tenía oportunidad lo haría mientras su amiga se dedicaba a sus asuntos, tras ver como Al dejaba el móvil a un lado se le ocurrió una idea.

-Oye Candy, y si preparamos un baile para esta noche, algo divertido, una coreografía bien molona… ¿Qué dices?- entonces se acercó junto a Al por la espalda y le abrazo… -Seguro Glass nos puede echar una mano o bailar con nosotras… aprovechen que tengo ganas de hacer algo diferente en la noche o me iré a la montaña con los de astronomía…- bromeo.

Al trajo el granizado sin rechistar y sin enterarse de la conversación que ambas mantuvieron, pero trajo tres granizados en lugar de uno. Exactamente el favorito de cada una, pues las conocía mejor de lo que él mismo se pensaba.

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En realidad a Al no le importaba salir en el vídeo, pero el hecho de que ambas chicas se hubiesen olvidado de que tenían que comprarle un elefante a él le hizo sentirse victorioso en todo aquello y mejoró considerablemente su humor.

Un humor que volvió a mejorar ante la visión de ambas sirenas mientras él sostenía la cámara. Conocía a bastante gente que tenía material para varias noches sólo con lo que él estaba viendo en vivo y en directo. Tras dejarle a Candy que revisara lo que necesitase del móvil y mientras lo llevaba hacia la ropa decidió hacer una travesura: colocó la cámara en modo grabar desde la ropa de ella, pero no dijo nada a nadie, sólo se aseguró de que el ángulo fuese más o menos bueno.

Al contrario que ellas, él no tenía ropa alguna que ponerse para bañarse, así que sin importarle demasiado se sacó la camiseta, las deportivas y los calcetines. También vació sus bolsillos y lo dejó todo junto a la ropa de ellas. Lo pensó por un momento pero se encogió de hombros y se quitó también los pantalones. Y así, en ropa interior, se abalanzó en un salto limpio hacia el agua para asomar unos metros más adelante. Pasó ambos brazos por el bordillo, demostrando así que su cuerpo estaba a la altura del de ellas, aunque el volumen y las proporciones fuesen claramente diferentes. Al separarse un poco para moverse por la piscina notó algo blando en la espalda acompañado de un abrazo y alzó una ceja ladeando la cabeza para ver el tono exacto de rojo de los cabellos de su captora. Con una sonrisa desafiante habló.

Yo meteros mano, cuando queráis -bromeó-. Incluso bailar, pero nada de coreografías.

Alzó una mano, accediendo a bailar con ambas. Quien le conociera sabía que no era muy proclive a las danzas pero aquella noche parecía realmente especial y no quería aguarla demasiado. Miró a Candy, esperando su visto bueno para cualquiera de ambas. Aunque como la pelirroja atrevida tuviese el valor de seguirle la broma con lo de meter mano alguien iba a sufrir en aquella piscina.