Partida Rol por web

-¡Maldición! ¡Le dije a esa condenada mujer que corriera tras de mí! Se quedó atrás en medio de un tiroteo -Scott miró a Benny con preocupación- ¿Qué le han hecho?

Isabella sólo escuchó dos disparos más.... Cuando miró a su alrededor, los dos tipos de atrás yacían en el suelo... Algo le decía a Isabella que muertos... Sobre todo uno de ellos que tenía un tiro en la frente del cual manaba un pequeño canalillo de sangre que se mezclaba en el negro asfalto del puerto.

Lo siguiente que escuchó fue a los otros Gansters avanzando y gritando...

Seas quien seas, sal con los brazos en alto o te cosemos a tiros!!!

Todo había acabado... por lo menos para aquellos dos pobres desgraciados que ahora yacían muertos acribillados a balazos. Isabella, mareada por la pérdida de sangre que aún manaba de su pierna, oyó las voces que se dirigían a ella y, con voz trémula, sólo alcanzó a decir cuatro palabras.

- No puedo... no puedo levantarme... estoy herida en la pierna.

Su voz se quebró hasta convertirse en un sollozo. ¿Quién la había mandado a ella meterse en semejante jaleo?

Poco sabéis de lo que ha sucedido con Isabella. De lo único que estáis seguros es de que el tiroteo terminó. Hace como cosa de un par de minutos que no escucháis ni un solo tiro.

Por otra parte Scott repara en que Mike tiene colgado a Benny del hombro y su pinta es realmente preocupante...

Los dos tipos, ostensiblemente herido se acercan hacia ti con sus pistolas apuntándote...

Ni se te ocurra moverte, dijo uno de ellos. De repente tienes a ambos tipos de cara que te miran un tanto sorprendidos y recelosos...

Pero que coño... dice uno de ellos... Eh tú, mira lo que tenemos aquí... toda una preciosidad...

¡¡¡Levanta las manos pequeña!!! ¡¡¡Y dinos!!! ¿Qué haces aquí? ¿Venías con esos tipos?

Miró a aquellos hombres con el miedo reflejado en su rostro y las lágrimas surcando sus mejillas. Levantó las manos tal y como le habían ordenado, asustada al ver sus miradas y al oír sus palabras. Aquello no pintaba nada bien para ella, de eso estaba segura.

- Nunca... nunca los había visto. -Desvió la vista hacia los cuerpos de los dos muertos y un escalofrío la recorrió.- Yo... yo no sé qué hago aquí... un hombre nos mandó venir... es lo único que sé.

Los dos tipos se miran extrañados... Te señalan con las pistolas sin dejar de apuntarte....

¿Un hombre? ¿Qué hombre? ¿Para qué quería que viniéseis? ¿Cuantos soís? ¡¡¡Contesta!!!

- Estábamos... estábamos en el restaurante del puerto y... de repente... nos tirotearon a todos... había sangre y muertos... yo... no sé quiénes habían sido... pero un hombre... un tal Jimmy... Jimmy Bonomo... nos pidió que le hiciéramos un favor... -Se sorbió los mocos antes de continuar, notaba cómo la pierna se le adormecía.- Teníamos que venir aquí... somos cuatro pero el resto no sé dónde están... teníamos que venir y encontrarnos con alguien... tampoco sé con quién. No sé nada más.

—Está KO —dijo Mike girándose para que Scott pudiera ver el lamentable estado de Benny.

Inmediatamente después se echó la mano a la espalda y sacó una escopeta.

—¿Sabes manejar esto? —preguntó—. Tenemos que conseguir un coche para dejar a este ahí y... bueno, tal vez volver a por la mujer. A no ser que me digas que ya no merece la pena.

Scott cogió la escopeta. Se le daban mejor las pistolas pero un arma era un arma.

-No podemos dejar a la chica sola rodeada de matones. Dejemos a Benny y volvamos a por ella.

Al menos, hasta donde sabéis ambos o mejor dicho, hasta donde sabe Scoot, el único coche disponible se encuentra en el punto donde Isabella se quedó... 

¿Jimmy? ¿Jimmy Brincos Bonomo?

Los dos tipos se miran sorprendidos... y se acercan aún apuntándote con sus armas...

¿Jimmy os ha enviado? ¿Porqué? ¿Dónde está Jimmy?

Uno de ellos te levanta mientras te cachea. El otro se mantiene un poco alejado apuntándote con su arma.

El tipo que te cachea, tras deleitarse unos instantes con tus piernas mira a su compañero.

Está limpia

Isabella sintió un escalofrío no exento de cierto asco al sentir las manos del hombre sobre ella, pero apretó los labios con fuerza para no soltar cualquier imprecación.

- No lo sé... Supongo que será ese que decís... Sólo dijo eso, que se llamaba Jimmy Bonomo así que será el mismo.

Sentía la boca seca y el dolor de la pierna era insoportable.

- Por favor... estoy herida... yo no sé más de lo que ya les dije. Ese hombre nos pidió un favor... era venir aquí para ver a sus amigos... nos dejó su coche... pero no sé nada más... no tengo ni idea de lo que tenías que hacer o decir a los que nos encontráramos aquí. Os estoy diciendo la verdad.

Uno de los tipos te ayuda a levantarte y deja que te apoyes en él. Posteriormente y, con el otro tipo apuntándote te llevan hacia dentro del tinglado.

Una vez dentro observas a 6 tipos sentados alrededor de una mesa, bajo una de las largas lámparas que mantiene en penumbras el resto del tinglado.

Otro tipo armado permanece en pie y, al ver entrar al grupo con sus dos compañeros se acerca hacia vosotros escopeta en mano.

¿Que demonios sucede? Pregunta el tipo.

El tipo que te sostiene mira hacia la mesa. Jefe, esta preciosidad tiene algo importante que contar...

¿Qué sucede? Espero que sea realmente importante... Contesta un tipo muy bien vestido y con el pelo engominado

El tipo que te sostiene te mira y con su mano libre te señala. Jefe, es sobre Brincos y Moretti...

Isabella se estaba cansando, y sobre todo arrepintiendo, de tener que dar tantas explicaciones... Si ella no sabía nada, ¿acaso no lo entendían? Lo único que quería era que la dejaran en un hospital y olvidar todo aquello.

- Por favor... necesito ir al hospital. Ya he dicho que no sé nada más que lo que les he contado. Hubo un tiroteo en el restaurante del puerto y el tal Jimmy, que quedó bastante malherido, nos pidió que viniéramos a ver a sus amigos. Nos dejó su coche para llegar...

Bonita, tranquilizate... Te llevaremos a un médico más adelante... Ahora quiero que me digas cuantos sois exactamente y que pasó una vez llegásteis al puerto... Por lo que veo hablas en plural así que has venido acompañada....

El que parece ser el jefe habla con sus secuaces que le comentan la escena del tiroteo y que te encontraron herida y sin ningún tipo de arma.

Bonita, si eres amiga de Jimmy, aquí estás entre amigos y no tienes de que preocuparte pero... si me mientes... entonces sí que tendrás un serio problema, espero que lo comprendas...

Asintió a lo que aquel hombre le decía mientras se sorbía los mocos. Seguía muy nerviosa y muerta de miedo, las dudas le atenazaban el estómago sin saber muy bien qué hacer. No le quedaba más remedio que hablar y "traicionar" a sus compañeros, aunque bien pensado... poco le podía importar ya que los acababa de conocer.

- El tal Jimmy nos lo propuso a cuatro de los supervivientes de la masacre del restaurante. Como ya dije... -Tuvo que pararse a coger aire, además que los hipidos le hacían difícil hablar de seguido.- Nos dejó las llaves de su coche... parecía que a toda costa quería que lo trajéramos. Pero... pero cuando llegamos... unos hombres nos detuvieron apuntándonos con sus armas y nos encerraron... A uno se lo llevaron, no sé... si para interrogar... nosotros nos escapamos... Pero ahora no sé dónde están...  no sé si estarán vivos o muertos...

Ahora sí que empezó a sollozar de nuevo.

El Jefe parece evaluar las posibilidades... Mira al sus secuaces y finalmente mira a Isabella a los ojos mientras se levanta de la silla.

Bien querida... si tú y tus amigos no queréis servir de criadero de mejillones, espero que no nos estén preparando fuera ninguna mala jugada... Carolo, Mondadientes, Bruno, vamos a echar un vistazo a ese tinglado...

Observas como un tipo vestido con una chaqueta de pana se despide del que parece el Jefe dándole un apretón de manos antes de subir a un camión donde le espera alguien que lo arranca inmediatamente.

El resto de los presentes, seis tipos más el Jefe, que con una sonrisa te ayuda a seguirles, se dirigen a los coches y se montan en ellos.

Bien bonita, lo primero es lo primero... ¿Donde está el coche de Jimmy?

- Por favor... me siento muy débil... necesito un médico.

Sentía la pierna fría, inutilizada, hacía ya un tiempo que su cerebro ya no sentía dolor... pero las fuerzas se estaban agotando. Miró a los hombres con una súplica en sus ojos, lo único que quería era que todo aquello acabara de una vez por todas.

- No me acuerdo muy bien... creo... creo que fue donde los otros hombres nos salieron al paso... estábamos... delante del tingrado número 6... pero no estoy del todo segura.

El que parece el jefe mira hacia la parte de detrás del coche, donde te encuentras situada, y te sonríe dulcemente.

No te preocupes nena, sólo queremos verificar que lo que dices es cierto. Si lo es te llevaremos a la consulta de un buen amigo nuestro.

Ahora estate calladita mientras llegamos a ese tinglado, ¿de acuerdo?