Partida Rol por web

Te afanas por poner patas arriba el almacén donde estáis encerrados. Empiezas a tirar y mover cajas, cajones de madera y cualquier otro trasto, casi desesperado por no encontrar una salida.

Casi habías perdido la esperanza y empezabas a elucubrar planes absurdos como meterte dentro de una caja y ocultarte cuando al mover una caja, en la que podrías ocultarte perfectamente, observas algo... Una vieja tapa de hierro... Tiene toda la pinta de ser una tapa de desagüe o alcantarillado...

Una sonrisa se dibuja en el rostro de Mike. Llevaba un rato moviendo cajas, colocandolas aquí y allá como si se dispusiera a construir un fuerte, pero de pronto se detuvo y comenzó a sonreír.

—Scott, échame una mano —dijo mientras se agachaba detrás de una caja.

Mike había encontrado una tapa del alcantarillado. Eso era una salida, quizá no la más limpia, pero era mejor que manchar el traje de su propia sangre.

—Vamos fuera —dijo mientras esperaba que Scott llegara a echarle una mano.

Scott se acercó hasta donde Mike manejaba la tapa y le ayudó a levantarla.

-¿Pero que pasa con Benny? ¿Vamos a dejarle atrás?

—Eso depende de lo que encontremos ahí afuera. Si conseguimos algo para entrar y sacar a Benny de ahí ten por seguro que no voy a irme sin él. Si no consigo nada, no hay otra que volver y tratar de traer ayuda —dijo mientras levantaba la tapa de la alcantarilla.

Miró un instante abajo y levanto la cabeza encogiendo la nariz.

—¡Joder, que puta mierda de olor! Lo siento mujer, pero vas a tener que mancharte el vestido —bromeó—. ¿Alguno sabéis hacer un puente a un coche rápidamente? Se me está ocurriendo algo.

-Podría intentarlo -se ofreció Scott-. Vamos, salgamos de aquí antes de que entren a por otro de nosotros.

Miró con repulsión la única vía de escape que se le presentaba y sólo con el olor que desprendía las tripas se le revolvieron. Se llevó la mano a la boca intentando controlar una arcada. ¿Cómo pretendían que ella escapara por allí? Se miró el vestido y los zapatos de tacón nuevos con pena y de nuevo volvió la vista al oscuro agujero con aprensión.

- Sólo espero que todo esto merezca la pena y podamos ayudar a Benny.

Y salvarnos nosotros por supuesto...

Sacó de su bolso un frasquito de colonia e impregnó un pañuelo bordado con sus iniciales, se lo llevó a la nariz y, haciendo de tripas corazón, se dispuso a bajar hacia la cloaca.

Nota la piel caliente de la bofetada. Desde la última vez que discutió con su ex mujer nadie le había cruzado la cara, y sin duda ella tenía más fuerza que el tipo que tenía delante. 

- Pues no lo sé, pero si yo fuera él, estaría lejos, después de lo que ha pasado no creo que le queden ganas de quedarse por aquí. No sé que coño tenéis con ese tipo, pero yo le habré conocido hará un par de horas.

Le mira, todavía algo burlón.

- ¿Qué qué me ha traído hasta aquí? ¿Tú has visto a esa mujer de ahí fuera? Como para dejarla sola... - mira a los tipos de detrás - mira, a tu novio debo parecerle guapo porque me mira y sonríe, yo que tú estaría celoso

El hombre te mira y una sonrisa se dibuja en su cara....

Vaya... parece que el mocoso se encuentra con ganas de seguir la bufonada... ¿mi novio eh? Muy gracioso el chico...

Mira a sus compañeros y acto seguido otro bofetón impacta en tu cara. Esta vez en la otra mejilla. Esta ha dolido más que la anterior....

Observas como el tipo bajito empieza a mirar las herramientas y el maletín de la mesa y mientras lo hace, te vuelve a preguntar...

Esta bien chico... empieza a decirme lo que quiero oír...

¿Quien os espera en los muelles? ¿Dónde? ¿Para qué? 

Bajáis por una escalera herrumbrosa y os cuesta no empezar a vomitar allí mismo. El olor es nauseabundo, tremendamente desagradable y se os hace difícil pensar que alguna vez volveréis a tener un olor tan asqueroso en el interior de vuestras fosas nasales...

Tras un descenso de unos seis metros, topáis con el bordillo resbaladizo que circunda la corriente de residuos de la ciudad. Una débil luz proveniente de algún lugar más adelante, parece filtrarse desde el techo...

No tengo ni la más remota idea. Los detalles los tienen los demás. Yo sólo sabía que teníamos que venir aquí y que alguien ya se encargaría de ponerse en contacto con nosotros.

Sintió su cara dolorida y se lamentó por un momento.

Joder... menos mal que ya no trabajo de cara al público... dime una cosa ¿los matones tenéis un seguro que cubra esto o algo así?

—¡Joder! —exclamó Mike tratando de contener otra arcada. 

Sin pensarlo demasiado Mike avanzó rápidamente hacia la luz. Podría ser otra alcantarilla que llevase a otro sitio y debían darse prisa o acabarían por coger ese olor para el resto de sus días.

—Vamos, rápido —dijo mientras se colocaba debajo de la luz mirando hacia arriba.

-Sí, no perdamos tiempo -dice Scott bajando detrás. El hedor es insoportable pero vivió cosas peores en la guerra que un simple alcantarillado-. Cuando vuelvan a buscarnos y descubran que no estamos no tardarán mucho en adivinar por dónde hemos ido...

A pesar de llevar el pañuelo pegado a la nariz, Isabella no podía contener las náuseas que le producía aquel hedor ni las lágrimas recorriendo su cara. Temblaba sólo de pensar en las ratas y en la porquería que llenaría aquel lugar y en sus preciosos zapatos nuevos que tendría que tirar. Mierda de noche... mis expectativas se están yendo por esta cloaca. Intentó seguir el paso a sus compañeros para salir cuanto antes de aquel asqueroso lugar, pero los tacones no le permitían avanzar todo lo rápido que a ella le hubiera gustado.

- ¿Es una salida? Por favor, decidme que es una salida...

Tenía la esperanza de que por fin saldrían de allí, y lo que era por su parte para no volver.

Tras una veintena de metros y después de que unas cuantas ratas pasen de una forma rápida y ágil entre vuestros pies, llegáis al punto donde divisasteis el fino haz de luz que proviene, sin duda alguna de una tapa de alcantarilla.

Ascendéis sin demasiada dificultad por una escalera bastante sucia y oxidada pero, no se puede pedir pulcritud, cuando uno se encuentra en las alcantarillas de una ciudad... Levantáis la tapa lentamente y uno a uno salís al exterior. Os encontráis a escasos metros del tinglado número seis. Dato que obtenéis gracias a la pobre iluminación de una farola torcida, la cual es la única fuente de iluminación del lugar que, por otra parte, parece desierto.

El pequeño hombre se acerca a la mesa, saca un encendedor y un puro y lo enciende. Se apoya sobre la mesa y te mira.

Verás chico, he sido muy paciente contigo y te he dado una oportunidad pero veo que sigues queriendo ser el bufón de la corte y, sinceramente, ya me he cansado de tus bufonadas que no nos llevan a ningún sitio....

Observas como del maletín saca un puño americano y se lo coloca en la mano derecha. Acto seguido se dirige hacia ti y lo siguiente que notas es un duro impacto en tu pómulo izquierdo.

En fin chico, volvamos a empezar...

¿Cómo te llamas? ¿Sois hombres de Panepinto?

Mike suspiró de alivio. La sensación de libertad volvía a él. El olor de aquella alcantarilla acabaría yéndose, la libertad que podían haber perdido ahí dentro...

—Scott, busca un coche y mira a ver si lo puedes poner en marcha. Yo voy a ver si veo algo allí —dijo mientras señalaba las ventanas del tinglado número 6.

No tenían armas, al menos él no las tenía, pero si podían hacerse con un coche tendrían gran parte del trabajo hecho. Siempre es un buen arma.

Cuando salió al exterior Isabella comenzó a boquear igual que si fuera un pez fuera del agua, daba la impesión de que necesitaba el aire con urgencia... y así era. Se miró el sucio vestido y los zapatos destrozados maldiciendo por su mala suerte. Por lo menos estás viva, se reprendió a sí misma.

- Scott... te... te acompaño a buscar un coche.

Poco más podía hacer y lo único que quería era sentirse segura. Claro que le preocupaba la suerte de Benny, pero desarmados como estaban, Isabella no creía que pudieran hacer mucho por él frente a aquellos matones.

Por fin fuera. Ahora había que encontrar la manera de ayudar a Benny. A Scott le empezaba a caer bien aquel muchacho voluntarioso y algo ingenuo. Mike sugirió que encontraran un vehículo y Scott se puso manos a la obra en compañía de Isabella.

Sintió el golpe y quedó aturdido unos segundos. Cuando volvió en sí se lo tuvo que recordar a base de bien: cuanto más enanos, más cabrones. Sacudió la cabeza y miró al tipo fijamente.

- Me llamo Benjamin, Benjamin Morton, soy un jodido contable sin trabajo y he llegado a la ciudad hace doce horas. Me metí en ese tugurio, el Panepinto's y de pronto alguien decidió que hoy jueves, era un día precioso para tirotear el sitio donde probablemente hacen la peor tarta de cerezas del país. Igual es cosa de alguna indigestión, pero la timba de póker y los tipos que estaban agujereados en la parte de atrás del bar me hicieron pensar que no. Uno de ellos, nos dijo que viniéramos aquí a resolverle no se qué asunto... si te digo la verdad estaba prestando más atención al culo de la pelirroja que a lo que nos dijo ese capullo... no soy hombre de nadie joder, ahora mismo tengo lo que llevo encima y poco más... la chica, el tipo duro y el listillo no van a saber tampoco mucho más por muchas ostias que les des, pero no seré yo el que te impide hacerlo... ahora que ya lo sabes todo ¿vas a dejarme en paz que escupa algo de sangre en ese rincón? Venga, a cambio le enseño a esos de ahí a leer y a escribir - trata de guiñar un ojo, pero del dolor acumulado se ve incapaz. Benny tose profundamente, deseando que esta noche loca acabe de una maldita vez.

- Creo recordar que el tipo se llamaba Jimmy... Jimmy algo... empezaba por B, eso seguro... no sé el camarero dijo que se trataba de alguien importante y por lo visto aqui tenía que reunirse con alguien, pero ahora ya da igual, ese si que anda jodido de verdad.

El largo te mira inquisitivamente mientras con un trapo limpia tu sangre del puño americano. Apura una calada más de su puro y se acerca a ti. Notas como el olor del tabaco se filtra en tus fosas nasales e incluso sientes el sabor a cobre de la sangre en tu boca mientras el pequeño hombre se coloca de nuevo el puño americano.

Después de echarte el humo en la cara se gira y mira a sus compañeros. Las risas de antes se han sustituido en sus caras y ahora miran con miedo a aquel tipo bajito. No es exactamente miedo sino respeto o quizá solo sea que no les gustaría verse en tu lugar...

El chico parece que sigue chistosillo... Leer y escribir... parece ser que no ha tenido suficiente...

¿Donde está Jimmy? ¿Qué es lo que os ha traído hasta aquí?

El tipo se gira rápidamente y el puño americano impacta en tu boca... Notas la sangre brotar y como se hincha tu labio... pero afortunadamente no tienes ningún diente roto...