Partida Rol por web

Por fin llegó la ansiada mañana de la visita al museo. Al despertaros veis que Chris también en la habitación, lo cual facilita que podáis seguir con los planes previstos sin tener que preocuparos.

El tiempo acompañaba, el cielo estaba despejado y la temperatura era agradable.Cogísteis un bus que os acercó hasta el polígono en el que se encontraba el museo.Estaba lleno de trabajadores con caras agrias, nada apuntaba a que en aquel sitio se encontrase un lugar turístico. Sólo vuestras caras sonrientes y llenas de espectación podían indicar que había algo agradable en aquel polígono.

Al llegar no encontrásteis nada del otro mundo, el  típico polígono industrial; grandes naves industriales de color hormigón coronadas con los carteles indicativos del nombre de la empresa y el servicio que ofrecen. Utilitarios aparcados a ambos lados de las estrechas calles y trabajadores fumando en las puertas, agrupados y charlando.Empezábais a pensar que os habíais equivocado de sitio cuando doblando una esquina apareció Catrina. -Hey chicos, ya estáis aquí. Vamos, el museo está en esa otra calle.

Simon le sonrie encantado y nervioso. El poligono es para él una fuente de inspiración para un nuevo albun de fotos.

Timmy saludó a las chicas. Estaba deseando ir al museo, de hecho ya iba con la cámara colgada del cuello y el bloc de notas preparado para tomar apuntes.

- Menudo sitio para poner el museo. Algo tan interesante debería estar en mitad de la ciudad. ¿Vamos o qué? Que no me pienso perder ni un solo detalle por llegar tarde...

Al llegar donde están CAtrina y un par de sus amigas os saludáis. -Menos mal que ya estáis aquí, pensábamos que os habíais perdido. Continuais andando y al doblar la esquina veis que efectivamente el museo está allí.

El edificio desentona bastante con lo que le rodea. En un burdo intento de aislarlo arquitectónicamente halando de las naves industriales que lo rodean parece la vivienda de una familia adinerada. Un pequeño jardín rodea por completo el edificio, que al parecer tiene tres plantas.

Mire la casa y sorprendido dije - Es una casa victoriana, es justo la casa de mis sueños, preciosa.. ojala algún día me toque la lotería y me de para una casa como esta. - que coincidencia que justo la casa fuera el tipo que me gusta, era como si el destino me guiara para ver una antes de comprarla cuando me toque la lotería (estaba convencido de que me tocaría)

Una joya del pasado, conservada entre industria y polución…

Buscando el lugar y ángulo que permita unir dos mundos en una sola foto, la producción industrial avasalladora rodeando y estrangulando la bucólica casa victoriana, aunque si aui está el museo nazi igual no es tan bucólica… ¿Qué secretos guardas en tu pasado? ¿De qué han sido testigo tus paredes?

Timmy se había imaginado una tétrica nave industrial, a juzgar por la localización que había leído por internet, a falta de fotos. Quizá esa fuese una de las impresiones que los dueños del museo imprimían a sus visitantes. Una bonita casa con jardín en medio de un polígono. Se preguntó si toda la casa sería el museo o solo una parte y en el resto vivirían los dueños.

- Oye Catrina, ¿habéis estado más veces en el museo o es la primera? - dijo dirigiéndose a la chica. - ¿Vive alguien aquí?

-¿Es raro ,ehhh?, comentó con una sonrisa. -A todo el mundo le sorprende la primera vez... Si, ya he estado un par de veces Timmy y creo que no vive nadie, todo es museo. Se detuvo un momento pensativa,- lo que nunca he logrado comprender es porque narices parece  una casa.

Las amigas de Catrina rieron ante su último comentario y por fin, os acercásteis a la puerta del museo. Una vez allí pagásteis en la taquilla y entrásteis al museo.

Según indicaban los cordones de terciopelo el recorrido comenzaba en un pasillo lateral, presidiendo la entrada había una gran foto del doctor Mengele con algunos datos básicos de su biografía.

A medida que avanzáis por el pasillo la luz se va volviendo más tenue, y las fotografías y textos se vuelven más espeluznantes.

Toda un ala de la casa está dedicada a los experimentos que el doctor hizo con gemelos. En las vitrinas podéis ver algunas "herramientas" médicas que Mengele utilizaba a menudo durante sus estudios. El ambiente es bastante cargante, al parecer la ventilación del edificio no funciona como debería, y además, todo está plagado de fotografías reales sacadas de los archivos que los aliados requisaron a algunos asesores del temido doctor. Cuanto más tiempo pasáis viendo todas esas fotos y datos os vais dando cuenta de que no es un museo apto para gente escesivamente empática o aprensiva.

Las amigas de Catrina se muestran bastante horrorizadas ante las fotografías , y lo cierto es que la moral del grupo ha bajado bastante desde que entráseis en el edificio. Parece que una profunda sensación de pesar y malestar se hubiese adueñado del grupo.

Hasta Simon baja el ritmo de su bizarrismo y guarda silencio mientras lee los carteles.
 

Cuando llegáis al final del pasillo podéis verlo, un imponente retrato de Joseph Mengele posando orgulloso con el uniforme de las ss a su llegada a Auschwitz. Es de tamaño real y como todo en este museo está iluminado con unos focos amarillos que, en contraste con la penumbra general que reina en el edificio, hace que el visitante centre su atención en los objetos expuestos.

Catrina hace un gesto con la cabeza y sabéis que habéis llegado, es detrás de este cuadro donde se supone que está la entrada al ala censurada. La penumbra y la estrechez de los pasillos hacen que no tengáis muy claro en que parte de la casa os encontráis, en la segunda planta, eso sí está claro. Pero la exposición es tan extensa que han creado tabiques de pladur y pasillos dentro de las habitaciones para poder exponer más material, aunque a juzgar por lo que habéis visto hasta ahora es más que suficiente.En ningún otro museo o documental que hayáis visto se ve de forma tan clara la clase de experimentos que se realizaban en Auschwitz y otros campos. Las fotgrafías y los textos son más que explícitos, en algunas ocasiones desagradables y lo cierto es que en el fondo de vuestro ser, todos os preguntáis que más podrían haber expuesto y porqué lo censuraron...

-¿Que hacemos?-dice Catrina casi en un susurro,-¿Entramos?
 

Timmy miró hacia el suelo. No quería ser el aguafiestas que dijese que no y acabar siendo el nerd de turno otra vez. No obstante, el sentimiento de responsabilidad era demasiado alto y miró nervioso hacia todos sus compañeros, intentando que otros decidieran y así engañarse a sí mismo diciéndose que solo había seguido la corriente del río.

Simon, se lanza a mirar detrás del cuadro en busca de la supuesta entrada. La verdad que había tenido más que de sobra con el museo, pero su curiosidad y el deseo de quedar bien delante Catrina le llevan a ello.

Simplemente sigo a Simon mientras cuento un chiste - ¿Sabeis cuando murió hitler? Cuando recibió la factura de gas

Simon levanta un poco el borde del cuadro mientras todos os miráis con una mezcla de nerviosismo y temor. Por suerte hoy no hay casi nadie en el museo, lo cual sin duda reduce el riesgo de que os pillen.

Detrás del cuadro hay una puerta metálica con un pomo de plástico negro que se abre sin dificultad, con Simón a la cabeza, y un poco abrumados la "broma" de José os introducís en el pequeño pasillo al que da paso la puerta.

(Obviamente ignorando cualquier cosa que haya que percibir, se gira hacia atrás para preguntarle a José) ¿Que dijo la hija de Hitler al nacer?
 

Timmy, asustado y mirando hacia todos lados muy nervioso, entró el último.
 

Sonriendo a Simon le pregunto - ¿qué le dijo? 

Nazí