Partida Rol por web

El posadero te escucha curioso por tu consulta y responde en una voz no muy alta mientras disimula que prepara tu mesa para disimular la charla.

- La verdad es que aquí para gente de muchos lugares, esta posada es como un santuario en cuanto a los gnomos del pueblo, que para mucha gente son algo "excéntricos". Así que aquí se cruza mucha gente de muchos lugares, no hay cabida a una cultura homogénea aquí. Ellos son clientes recurrentes, vienen cada dos o tres meses, pasan una semana viniendo cada dos días aproximadamente, siempre fueron así de reservados, la verdad, no sé de dónde pueden provenir para tener tan extrañas costumbres.

Al terminar te da una sonrisa y vuelve a sus quehaceres tras la barra.

Marcus ha visto multitud de veces como sacan el dinero a los incautos o borrachos con el juego de los cubiletes. Arruga la nariz ante el kobold, no está bien engañar a la gente en beneficio propio. Así que trata de intervenir en cuanto el hombre empieza a perder algo de dinero. 

El tema es que la reacción depende de cada PNJ, sea introvertido o agresivo cambiará su reacción a tus palabras dependiendo de la tirada.

Bueno, mi PJ no es que sepa o no si hace trampa, es que ha visto que la gente pierde la pasta con este tipo de juegos y directamente quiere hacerle un favor (soy bueno y me focalizo en predicar el bien). El tipo está borracho o en vias de una borrachera y el otro parece que ha venido a aprovecharse de él. Yo que estaba sentado trato de echarle una mano al humano.

Bueno, entonces estás a la expectativa del kobold y el humano para que no se aprovechen de este.

- Pues claro que ssí compañero- le digo al gnomo que se acerca a la mesa - aquí todos son bienvenidos incluido tu pequeño(refiriendome a tu familiar)... ssisisisi, tu pequeño- con mi sonriente y afilada sonrisa.- Y tú hombre serio, alegra esa cara, un poco, no querrás apostar tú no?? sisisi?? no??, bueno que le vamos a hacer también necesitamos audiencia no? sisisisi- refieriendome al clérigo que se sienta con cara de compunjido, extreñido, "o algo distinto a divertido sí eso distinto... contrario más bien". - Entonces también apuestas tú también buen compañero?? - refieriendome otra vez al gnomo - aunque viendo lo visto tal vez seas tú el que quieras hacer alguna demostración. Sssea como ssea podeis apostar todavía... el cubilete aun no está levantado, quieres probar suerte?? Ah! sisisisi, dos jugadores no pueden elegir el mismo cubilete nonono!! Reglas de la casa amigos, todos juegan entonces sí no???- removiendo por última vez los cubiletes antes de dejar elegir a mis buenos compañeros. - Bueno bueno bueno, que nos trae por aquí señores??? Podemos hablar además de jugar no?? sisisisi claro que sí??- digo mientras me bajo de la silla y  me acerco a la criatura del gnomo, y le rasco la cabeza- no te gusta pequeño?? nonono, tranquilo tranquilo, como se llama esto?? este?? vosotros? él?? sisisi? Oh, la partida- vuelvo rápidamente a mi posición delante de los cubiletes con un aire de importancia y un ligero rasgeo de garganta- ejem... sí si... como dices que se llama?? - otra vez con la incipiente sonrisilla afilada.

El vapor que despide el estofado hace que los ojos de Zenda escuezan y lagrimeen, pero hambrienta como está, no es capaz de despegarse del cuenco, y en unos instantes, casi tragando la tierna carne, da buena cuenta de la comida.

Al levantar de nuevo la cabeza, se da cuenta de que estaba tan abstraída con la comida, que ni siquiera se ha dado cuenta de la llegada de un nuevo parroquiano. No parece tener que ver con los tipos de blanco, pero su aspecto no es menos sospechoso (o eso asumo, porque no tenemos descripción de Sargas).

Una vez cubiertas las necesidades básicas, Zenda considera retirarse a asearse y dormir. Tiene las piernas agarrotadas, las plantas de los pies ardiendo y se siente casi tan sucia como si se hubiera revolcado en estiércol. Pero es joven, y rebosa de la energía que permite bailar toda la noche tras una jornada de trabajo de sol a sol a los que, como ella, apenas han dejado atrás la adolescencia. Y después de varios días vagando, acompañada solo por sus propios pensamientos, demasiado a menudo lúgubres estos días, anhela disfrutar de la compañía de otras personas. Personas y, lo que quiera que sea el diminuto ser de escamas coloradas que juega con los cubiletes. Además, aunque no está segura, juraría que la criatura posada en el gnomo es un familiar, lo que lo convertiría en un mago, y desde que aprendió magia, raras han sido las ocasiones en las que ha tenido ocasión de compartir impresiones con uno.

Decidida finalmente, se levanta de la mesa, indica a Tholkar que le rellene la jarra, y se acerca a la bulliciosa mesa, agarrando una silla.

—Buenas noches a todos. Me llamo Zenda. Me sentía sola en esa mesa mientras os escuchaba, así que espero que tengáis sitio para uno más. —Sin esperar respuesta, la joven coloca la silla junto al ser escamoso y, exhibiendo descaradamente su curiosidad, lo mira fijamente de arriba abajo, antes de detener la vista en su alargado rostro—. Espero no ofenderte, pero nunca había visto a alguien como tú. Me recuerdas un poco a las ilustraciones de dragones que he visto en alguna ocasión. ¿Puede ser que seas un niño dragón?

Twinky reaccionó ante las preguntas del Kobold con temor, cuando aquel escamoso se acercó con intención de acariciarlo, rápidamente se elevo con un revoloteo de sus alas y se ubicó detrás mio, escondiéndose entre mis piernas.

-A Twinky, le intimidan los desconocidos, sólo confía en mi -

Finalmente puse la moneda encima de la mesa mientras observaba cuidadosamente los Cubiletes a la vez que el curioso Kobold los mezclaba... Entonces llegó aquella mujer y su comentario de "niño dragón", ¿Porque siempre la gente gigante cuando ven algo mas pequeño que ellos, creen que se trata de un niño?

-JaJaJaJa, no es un niño!, es un Kobold!, ustedes la gente gigante siempre nos confunden con niños de otra raza sólo porque nuestra especie es más pequeña que ustedes...... Me causa gracia, pero mi intención no es ofenderla.... JaJaJa.-

Me recompuse un poco después de la gracia que me había hecho su comentario, entonces tome la jarra que levitaba a mi lado y la levanté en frente de el singular Grupo.

-Me presento para todos, Mi nombre es Shadergoralim, pero pueden llamarme "Shade", siempre es más fácil recordarlo.... Y escojo ese Cubilete - 

Dije señalando el segundo cubilete de la derecha.

-Parece que te gusta hacer preguntas eh?.... Quizás debas responder que hace un Kobold en la región de Katapesh y más específicamente acá, en Yavipho,  Es bién sabido que por muchas generaciones los Gnomos y Kobolds han tenido sus diferencias.... Pero tranquilo, que por mi parte no tengo nada en contra de los suyos.... - 

Indagué con una gran sonrisa en mi rostro. 

Shade: -JaJaJaJa, no es un niño!, es un Kobold!, ustedes la gente gigante siempre nos confunden con niños de otra raza sólo porque nuestra especie es más pequeña que ustedes...... Me causa gracia, pero mi intención no es ofenderla.... JaJaJa.-

—No me parece un niño por ser pequeño en relación a mi tamaño —replicó al gnomo, haciendo una mueca—, sino al de un dragón. No he visto ninguno en persona, pero tengo entendido que son enormes.

Zenda rebuscó en su memoria. Había escuchado la palabra, y tenía cierta noción de que se trataba, efectivamente, de humanoides reptilianos de pequeño tamaño, pero ni había visto jamás a uno ni había leído nada sobre ellos.

Tholkar aprovecha el momento en que sus clientes se reúnen a jugar para limpiar las otras mesas, levantar los cubiertos y limpiar todo. Mientras uds juegan el termina la limpieza de todo y se quedará en la barra esperando a que el último viajero suba a su habitación.

- Twinky? Que graciosso, sisisisi, ni siquiera me das la mano Twinky?? Bueno no pasa nada, nonono claro que no. - Miro al chico que se acerca a la mesa, "no chica! chica?? Sí bueno es lo que parece, sisisi"- Pues...- comienzo a decir, aunque el pequeño gnomo ya responde por mí "y que sabrá este si soy un dragón" -.-

- Zenda?? Un nombre muy curioso, digo bonito sí eso! Ahhh y Shadergomalir, Shedergolarsi?! No no es así, Shade entonces?? Sísisisi mucho mejor así claro que sí, unos nombres muy extraños sí, yo soy *KosjOthDaraxtrix* primero de mi nombre sisisi, yo, bueno sí. Jejeje. Sí señorita sí, un Kobold, de la noble y poderosa estirpe de los dragones, el primer Kobold... bueno tal vez no os interese nada de esto, nonono, otro día sisisi. Que hago yo aquí, enemistad, nonono, esos serán otrosss koboldss malos malos malos, no *KosjOthDaraxtrix* nonono. ¿No serás un guardía no? Nonono. Bueno estabamos jugando no??- añadí rápidamente a mi caotíca sarta de frases, antes de empezar los cubiletes- sísisisi.

El humano te entrega la moneda de plata perdida, coloca otra moneda, está vez de oro, se sonríe y dice:

- A ver si la fortuna me vuelve a sonreír....

- Oh!!! Sísisisi- veis como le relucen sus pequeños ojos rojos cuando el humano pone la moneda en la mesa- es una apuesta arriesgada sí señor, pero la aceptaremos sisisi. Alguien más se une a esta partida o esperais a un respetuoso turno individual?? Como querais es vuestra elección sisisisi!!- el pequeño Kobold mueve las muñecas y las manos a gran velocidad mostrando momentaneamente la piedra para que todos los asistentes vean que sigue.- vamosvamosvamos pequeñita escondete tan bien como sueles tú hacer- canta el kobold en una poca melodiosa canción mientras se concentra en los cubiletes.

Observé con una mueca de inconformismo como erraba en mi elección, me apresuré a sacar esta vez 2 monedas de plata mientras dejaba el jarro nuevamente levitando a mi lado...

- Rayos!, esta vez si acertaré....-

Twinky salió de su refugio entre mis piernas y se posicionó delicadamente en mi cabeza después de revolotear un poco alrededor de la mesa, entonces observé a la mujer.

- Pido disculpas si la incomodé con mi comentario, pero debe saber que ciertamente mucha gente gigante piensa de esa manera.... Y pensándolo bien yo tampoco he visto ningún dragón....-

Sonreí amistosamente y continué observando los cubiletes y escuchando la sarta de frases animosas de el escamoso anfitrión.

- Vaya! y yo creía que mi nombre era difícil de recordar para los demás!.... cómo dices que te llamas? ¿"KosjOraxi"?... no hay algún otro nombre mas sencillo por el cuál te pueda llamar?.... Ah! y escojo Aquél cubilete!.-

Dije señalando el Cubilete mas a la izquierda.

Telepáticamente le digo a Twinky que observe cuidadosamente los cubiletes y que me ayude a decidir en donde está la bolita.

Marcus se agita incomodo en el taburete, el juego y el alcohol llevan a los hombres por el mal camino y este ya a recorrido la mitad piensa por lo rojizos que le han parecido los ojos del que aún está despierto.

Mira a sus compañeros ¿borrachos? ¿dormidos? Va a hablar, pero se contiene. Las lecciones se recuerdan mejor cuando son en carne propia. Mejor dejarle que pierda un poco de oro, pues será una buena inversión si deja el juego en adelante.

—No son necesarias disculpas, Shade. Aunque me parece curioso que hables de mí como gente gigante. Hace tiempo vi un troll enjaulado en el mercado de esclavos de Katheer —dice, arrugando el gesto en una mueca espontánea de desagrado al mencionar el lugar—. La pobre criatura tenía al menos dos veces mi tamaño. Y he leído que existen gentes mucho más grandes incluso. Si te refieres a los humanos como gente gigante, te quedarás sin adjetivos con los que calificar a aquellos.

El kóbold se presenta a continuación, indicando que aunque se trata de un kóbold, tal y como ha dicho Shadergoralim, efectivamente procede de la estirpe de los dragones.

—KosjOthDaraxtrix —murmura Zenda lentamente, como si estuviera paladeando la palabra, preguntándose si el nombre tiene algún significado—. Es casi tan extenso como un nombre completo de mi tierra. ¿Me permites llamarte de una forma, digamos, más relajada silábicamente?

Zenda observa a los dos hombres al otro lado de la mesa. Uno de ellos, que parece haber bebido bastante, no quita ojo a los movimientos de manos del kóbold; el otro, que tiene todo el aspecto de un viajero experimentado, observa los acontecimientos en un incómodo silencio.

—¿No te animas a participar? —dice Zenda, tratando de llamar a la atención del viajero—. La verdad es que yo tampoco soy aficionada al juego. Padre siempre decía que la clave de los negocios es cuantificar el riesgo, y en el juego, el único que puede hacerlo es el que reparte.

»Dime —, prosigue Zenda—, si no es indiscreción, ¿qué te trae por aquí? Y si es indiscreción, puedo acercarme para que me lo cuentes al oído y no se enteren los demás.

La mujer se ríe brevemente de su propio chiste y bebe un trago de su jarra.