Partida Rol por web

Así pues, empezando por hoy, quedas invitada a venir a mis aposentos a supervisar personalmente todos los procesos que puedan devenir en sábanas sucias.

Mi señor, me temo que deberéis considerar esos servicios como horas extra y pagarlos en consecuencia. En un castillo como este hay demasiadas cosas que hacer como para entretener a esta humilde criada en supervisar... bueno, vuestros secretos de alcoba. Que, como tales, deberían mantenerse así ;)

Rompéis mi corazón. Espero que reconsideréis la importancia de semejante labor de cara a esta noche.

Que hasta el buzón le toma por el pito del sereno.

Y el servicio de correos entra en escena XD.  

donde se votaba?

- Ibb, cielo: no permitáis que las pasiones desenfrenadas de mi hijo os perturben. Vuestra labor ya es lo bastante dura por sí sola.

- Por mi parte no os faltará dote, y vive Dios que sois hermosa: si no perdéis vuestra modestia, encontraremos el mejor partido para vos.

- Y vos, hijo mío, hacéis bien en aprovechar cada gota de vida, ¡pero, por Dios, no bebáis con ansia! La moderación no hará que disminuyan vuestros placeres, sino que los gocéis incluso más.

Sí, madre.

Mintió el príncipe obedientemente.

Me maravilla vuestra generosidad, alteza. No soy digna de tales atenciones.

Bien claro vio Edmund que en aquellos salones debía pasar cuanto menos tiempo, mejor. en cuanto pudiera volvería a sus caballerizas y atendería sus tareas, que eran muchas. Los animales no lo amenazarían ni lo usarían para demostrar su arrogancia frente a las damas.

Al menos alguna de ellas demostró mejor juicio, y el mozo de cuadras aprovechó para buscar un lugar discreto desde el que vio complacido cómo se llenaba el salón, aunque nada dijo.

Me voy un poco y la que liáis... Madre tiene razón, después de todo eres el príncipe hermano, deberías cuidar un poco las formalidades o harás enfadar a padre. Ibb siempre ha sido una buena criada, no la atormentes con tus trivialidades. Y tú el de las caballerizas, si vas a estar aquí, no te escondas ahora cual corderillo.

Al menos admito mi obsesión con el servicio, hermana. - Digo divertido mirando significativamente al mozo de cuadras

- No me escondo, Alteza - el joven da un paso al frente y los ojos le brillan con algo parecido al orgullo, si un mozo de cuadras puede tener tal cosa - solo intento evitar que sus establos queden desatendidos si alguno de los caballeros decide molestarse por las palabras de un simple sirviente, Princesa. Podría ser un grave contratiempo para vos... y el rey.