Partida Rol por web

Salís del refugio rumbo a la autopista, esperando tener la fortuna de que la nave no os siga y efectivamente, casi nadie escoge aquella ruta y la nave alien se centra en el más numeroso grupo que se dirige hacia el norte. El vehículo que conduce Tim y el que conduce Cass van en aquella dirección.

Gracias a eso podéis escapar de la ciudad sin ningún contratiempo. Un rato más tarde, ya fuera de Scranton encontráis un paso elevado bajo el que cubriros justo antes de ver a varios behemoths rumbo a Scranton. Una columna de humo negro asciende al cielo desde el lugar por el que huyeron los demás. 

Detenéis momentáneamente el vehículo y os quedáis mirando como dos personas montadas en moto han seguido la misma ruta que vosotras, al detenerse a vuestro lado y quitarse el casco comprobáis que se trata de Nadia, la chica ucraniana, agarrada a su espalda va una niña pequeña que tiene alguna relación con Carmen.

Habéis escapado, los behemoths se acercan, es momento de tomar decisiones.

Encontré a niña llorando -Comenta la chica, algo irritada. -Todos corren, nadie priocupa, io recojo.

¿Vamos con militarres?- Os pregunta sin estar muy convencida. –Si esperamos, puede que haya superrvivientes, dice señalando hacia las ruinas.

-Maldita sea- Centraría la mirada en el camino, mas que en la nave, buscando con la mirada algún lugar donde refugiarnos, pero mantenernos todos juntos no era una buena idea, así que doblaría en una esquina sin molestarme en bajar mas de lo necesario la velocidad, mientras una leve sonrisa de lado tomaba lugar al ver un edificio que podría servir com refugio temporal, metería el coche adentro apagando la luces por si las dudas- ¿Están bien?- Preguntaría en un susurro

Salgo a toda prisa pisando el acelerador, reviso rápidamente por el retrovisor a los que van sentados en la parte de atrás de la camioneta. ¡Esto se mueve mucho!, pienso rápidamente mientras zigzagueo entre vehículos. Gruño fuerte, claramente la dirección del vehículo está fatal y ojalá hubiera tenido tiempo o ganas de revisarla. Esto es un puto trasto - me desahogo en voz alta.

Noto algo que pasa velozmente al lado y no puedo evitar gritar ¡Ahhhhhh!, me repongo rápidamente al ver que es un coche que nos adelanta, joder, qué susto.

El siguiente disparo de la nave pasa rozando el retrovisor, ¡Nos van a matar! ¡Lo siento gente!, trago saliva y llevo la camiseta empapada, paso el puño por encima del labio para limpiarme. Oigo un zumbido muy fuerte y pienso que todo se acaba ¡Emmaaaaa!, grito con todas mis fuerzas como últimas palabras.

De pronto, una especie de señal del destino, unos 20 metros hacia delante veo una tienda de cómics, me lanzo a toda velocidad y de un volantazo entro volando por el escaparate que está hecho pedazos mientras consigo frenar el vehículo en seco dentro de la tienda. Guardo silencio unos instantes, oigo las pulsaciones de tan fuerte que me late el corazón, me falta el aliento, con las manos estoy apretando el volante con la sensación de aplastarlo... vemos una sombra que cruza la calle y se aleja.

Pasan unos segundos en el que no muevo nada y solo hay silencio. De pronto resoplo, suelto el volante ¡Se han ido! - exclamo, loco de felicidad. Saco las gafas de sol del bolsillo, me las coloco y me giro hacia ellos ¡soy el puto amo!.

Etain que no dejaba de mirar por la ventanilla, no tardo en descubrir que la nave los perseguía a ellos, debido a que eran varios los que habían elegido esa ruta para escapar. Por un instante temió que la culparan a ella por haber sugerido esa opción, aunque en aquel momento no parecían demasiado interesados en ella debido a las espectaculares explosiones de llamas azules que se alzaban a su alrededor. La velocidad alcanzada por el vehículo, en especial cada vez que realizaba una curva cerrada, hacia que agarrase su mochila con fuerza, con el estomago encogido ante la sensación de que en cualquier momento perderían el control y se estrellarían contra algún muro. Sin embargo, lejos de suceder algo así, consiguieron introducirse bajo una cobertura y tras apagar el motor le dio la impresión de que las explosiones se alejaban de allí, como si hubiera perdido el rastro. - Espero que los demás lo consigan también. Estoy bien, creo... La pelirroja estaba pálida como el mármol después de aquella carrera.

El traqueteo menea la camioneta que da gusto mientras Timk acelera esquivando vehículos. El Chevrolet nos adelanta y Tim me sobresalta de un susto. Miro en todas direcciones buscando peligro y me quedo agachada y aferrada a la camioneta mirando hacia el cielo detrás nuestro. La nave es rápida y viene hacia nuestra dirección. El corazón me late fuerte. *Si dispara a la camioneta saldremos por los aires...!! - entonces veo a mi izquierda a la hija de Hank, con gesto de miedo y agarrandose como podía al borde de la camioneta. Estoy a punto de alargarle el brazo para intentar hacer contacto con ella y tratar de calmarla, pero de repente Tim hace un giro brusco que me tira al lateral de la caja. Me da el tiempo justo para ver como estamos  a punto de estrellarnos contra un edificio. Abro los ojos como platos y me lanzo instintivamente a cubrir la cabeza de Becca y la abrazo con fuerza mientras encojo mi cabeza con la espalda hacia el edificio.

El vehículo para casi en seco y lo unico que llego a oir es el roce con los laterales de cristal restantes del escaparate. El frenazo me hace golpear la espalda por el efecto de la velocidad. Por un momento me quedo sin aire pero en seguida mis pulmones se llenan como si saliera del agua, con un pinchazo interno en la herida curada. -Oh.. DIOS..!! - grito al ver que estamos a salvo.  
Suelto a Becca y me giro para ver a Tim eufórico. Miro a Austin también. La sombra de la nave nos ha pasado de largo.

Me siento y respiro más tranquila, calmándome.   *Creía que nos estampábamos contra el edificio!!!

-Y ahora que??  hay que... salir de aquí - digo mirando a ambos en los asientos de delante. Todavía me tiemblan un poco las piernas.

Antes de poderme dar cuenta estamos avanzando a toda velocidad entre los edificios. Me parece que no es la decisión más acertada, básicamente porque es la opción más lógica, por lo que la mayoría tomarán la misma determinación y nos pondrá a todos en riesgo. Conociendo el bosque por haber estado ahí antes, deberíamos haber ido en esa dirección, aunque lo cierto es que cruzar aquél pequeño puente a toda velocidad tampoco parece una tarea sencilla.

Pero no hay tiempo para eso, pronto otro coche nos adelanta y los disparos de la nave nos muestran que, efectívamente, la nave ha optado por seguir al grupo más abundante.

Cierro los ojos dos segundos para mantener la calma y después me quedo con la mirada fija al frente para intentar ver algún peligro del que pueda advertir a Tim, pero no estoy acostumbrado a ir tan rápido en un vehículo, por lo que el efecto túnel que genera en mi campo visual no me permite ser de gran utilidad hasta que veo esa tienda de cómics... aunque más tarde de lo que lo hace el conductor, y para cuando quiero darme cuenta estamos atravesando su cristal.

El frenazo hace que de un salto para delante y que el cinturón evite que salga disparado y atraviese el cristal. Me duele el pecho del golpe, y lo más probable es que tenga algún daño por el cinturón, pero estamos vivos.

Pronto todos los tripulantes empiezan a festejarlo, pero yo soy más escéptico y me giro para mirar hacia detrás.

- Buen trabajo, Tim - le digo sinceramente pero sin tanta efusividad como el resto -, pero no podemos quedarnos aquí a celebrarlo. Si salimos con la camioneta podrían vernos de nuevo, avanzar a pie no es una opción, y esperar a la noche... probablemente terminen peinando la zona, y las luces nos podrían en más peligro. Creo que deberíamos esperar un minuto y salir con el coche e ir despacio, en todo el silencio que podamos para, en cuanto que oigamos algo, parar el motor y quedarnos muy quieto sin hacer ningún ruido. 

Después de decir eso me quedo pensativo, evidenciando que hay algo que me preocupa y que no he dicho.

Observo a mis compañeros, se ven bastantes menos eufóricos que yo… No sé si están aún un poco impresionados de la conducción o qué… ¡pues vaya!, cambio el gesto a uno más serio, no hemos hecho aún nada en realidad.

La exbecaria apenas balbucea mientras que el antiguo ayudante de profesor plantea un plan de acción. Escucho atento a lo que dicen, mientras reparo en la hija de Hank que no parece decir nada uhm, creo que estás en lo cierto Austin. Nuestro objetivo final es Filadelfia, no hay que olvidarlo. Me acerco un poco al escaparate y miro afuera en la dirección en la que se fue la nave.

Después vuelvo sobre mis pasos y asiento, esperamos cinco minutos a descansar un poco, que la nave se pierda y vamos otra vez.

Dicho lo cual me dirijo hacia la zona de comics Marvel y cojo una caja de comics (*) y la echo al maletero, después reviso el vehículo a ver si hay algo de última hora que pueda mirar aunque sin herramientas todo lo más será diagnosticar.

A continuación, si nadie dice nada más, me dispongo a sacar el coche marcha atrás. Igual alguno podríais estar mirando por el escaparate para que no nos pille nadie saliendo…, lo dejo caer, aunque si nadie lo hace sacaré el vehículo gualmente.

Cass conduce temerariamente a través de unas calles que en muchas ocasiones están llenas de escombros y vehículos parados tras los pulsos electromagnéticos, la chica tatuada consigue hacerlo y ocultar el coche en un edificio sin que os matéis en el proceso.

La nave pasa sin percatarse de vuestra presencia y el sonido de sus disparos cada vez más lejanos se funden con un incipiente temblor de suelo que va en aumento. Varias máquinas colosales avanzan hacia Scranton emitiendo unos sonidos espeluznantes.

La nave no tarda en regresar pero esta vez pasa sobre vosotros a gran velocidad dirigiéndose a algún otro sitio, todos los que han escapado en la misma dirección que vosotros deben de haber escapado o muerto. Una columna de humo negro ascendiendo hacia el cielo desde una posición no muy lejana a la vuestra apunta en esta última posibilidad.

Estáis a las afueras de la ciudad. Con tres behemoths y varios centenares de puntitos verdes avanzando junto a ellos es hora de decidir si partiréis o buscaréis supervivientes que puedan haber quedado. 

Tim conduce temerariamente a través de unas calles que en muchas ocasiones están llenas de escombros y vehículos parados tras los pulsos electromagnéticos, el técnico consigue hacerlo y ocultar el coche en un edificio sin que os matéis en el proceso.

La nave pasa sin percatarse de vuestra presencia y el sonido de sus disparos cada vez más lejanos se funden con un incipiente temblor de suelo que va en aumento. Varias máquinas colosales avanzan hacia Scranton emitiendo unos sonidos espeluznantes.

La nave no tarda en regresar pero esta vez pasa sobre vosotros a gran velocidad dirigiéndose a algún otro sitio, todos los que han escapado en la misma dirección que vosotros deben de haber escapado o muerto. Una columna de humo negro ascendiendo hacia el cielo desde una posición no muy lejana a la vuestra apunta en esta última posibilidad.

Estáis a las afueras de la ciudad. Con tres behemoths y varios centenares de puntitos verdes avanzando junto a ellos es hora de decidir si partiréis o buscaréis supervivientes que puedan haber quedado. 

Etain vio con desazón como el humo se alzaba no demasiado lejos de allí mientras la nave volvía a toda velocidad, seguramente en busca de los vehículos que habían huido en otra dirección. Por otro lado el sonido espeluznante de aquellas cosas gigantescas le ponían el pelo de punta y tras tragar saliva se obligo a si misma a decir algo.

-Deberíamos acercarnos hasta el humo a ver si queda alguien con vida, aun tenemos sitio en el coche y si hay alguien y no lo recogemos no tendrá ninguna oportunidad. Esta cerca y podríamos estar allí en un momento...

Poco a poco el volumen de su voz fue perdiendo intensidad mientras aguardaba la respuesta de sus compañeros de viaje. No conocía a de nada a esa gente y aunque acababa de vivir con ellos una experiencia muy intensa no sabia como se tomarían sus palabras en aquel momento.

-Wow extrañaba manejar, definitivamente en otra vida pude haber sido un piloto de carreras o quien sabe el complice que espera afuera del banco con el coche prendido- Intentaría bromear un poco para distraerme de las naves aprovechando la subida de adrenalina pero no tardo mucho en sentir la presión de sacarlos a todos con vida de allí, y que vengan refuerzos me hace lamentarme brevemente del camino que tomamos, no mucho después veo la columna de humo a lo lejos.

Me quedaría la columna de humo un poco en silencio, podía imaginar la escena y la sola idea me revolvía el estomago, pero si alguien milagrosamente había sobrevivido, y lo abandonaba jamas sería capaz de perdonarme, la voz de Etain me saca de mis pesimistas pensamientos, respiraría hondo volviendo a encender el coche -Si esas cosas se acercan lo que yo considere demasiado cerca de nosotros, no me importa que tan cerca estemos de nuestro remotamente posible sobreviviente,  me alejare tanto de ellas como pueda, pero haremos nuestro mejor esfuerzo en rescatar, si es que existe al posible sobreviviente o los posibles, si es que creen en dios y sus milagros - "Ja.. Dios.. No se me hace tan simple creer que existas.. Ya no " - Si Lau o Vincent están en contra, no lo haremos, no te conozco tanto chica, pero entre muchos caídos y una cabezota pelirroja  que se fue en otro coche, me han metido en la cabeza que me encanta meterme en peligro por salvar a otros y que no tomo las mejores desiciones en casos así- Haría una breve pausa -Y chica, para sobrevivir en este mundo, te van a hacer falta cojones, así que no dudes en opinar, ¿alguien se opone a la nueva idea suicida de ir a ver si hay sobrevivientes?

El coche arrancó a toda velocidad, y fue cuestión de tiempo que dejase la camioneta roja atrás, ya que ambos grupos tomaron la misma ruta. El cámara observó como el otro vehículo se perdió en el horizonte opuesto. - Que esté en plan borde me trae igual. Estás enfadada, y tienes derecho a estarlo. – Le dijo a la conductora sin que sus ojos perdiesen de vista la camioneta escogido por los otros miembros del equipo de grupo. Y no pudo evitar ciertas cuestiones en su mente.

No hubo tiempo para más, en breve la nave alienígena escogió presas, y no fueron obligados a largarse de allí cuanto antes. Y un disparo azul impactó cerca de ellos, a una columna por suerte, sin embargo fue necesaria una maniobra por parte de la chica de los tatuajes para esquivar los escombros y mantenerse en el asfalto. Tuvo que admitir que lo hizo de puta madre, con un resultado magistral. – Joder, joder. – Masculló el chico ante el forzoso balanceo. Suerte que escaparon. – Eres la puta ama al volante, la puta ama. – Dijo el chico eufórico como cumplido completamente agarrado y el cuerpo rígido al extremo.

Preguntaron sobre su estado, y no tardó en responder de forma escueta. – De una pieza. – Nada más decir aquello sus ojos se desviaron atrás nuevamente ante la posibilidad de que los demás no tuvieron tanta suerte o habilidad. Su alivio duró poco por no decir nada. Y con aquel pensamiento, su cuerpo mantuvo la visible tensión. Especialmente al ver la nada discreta columna de humo en la lejanía. Sus ojos se clavaron en ella mientras las chicas optaron por regresar de nuevo.

Nada que objetar. Vamos pues. - Fue la escueta respuesta del joven. Total, otro riesgo más, ya estuvo más que acostumbrado... y ya puestos. De algo habría que morir.

 Como un niño al que le arrastran del portal de su casa, lo meten en el coche y le obligan a estar quietecito dentro. El pequeño mira por la ventana, serio, con fruncimiento de ceño temporal, entre el enfado y la fascinación que le genera el mundo. Columnas de humo o no, la impotencia era la propia de un infante, sin la fuerza, sin la inteligencia. La indefensión aprendida, saber que no puedes derrotar a alguien que es más fuerte que tú. Con sangre, con heridas, como después de una pelea en el patio de colegio. Vincent no podía ver aquello como su infierno personal. No era tan egoísta como para sentirse el centro del universo, pero proyectaba las analogías, y no le gustaba demasiado, se sentía de una forma demasiado familiar, había vivido algo tan parecido como aparentemente se mostraba diferente.

  ¿Tenemos que vivir...?

 Busqué con la mirada algo útil además del humo que me recordaba lo más romántico de mis recuerdos, humo que se esfuma entre los dedos, metas que no se alcanzan, un eterno retorno al fracaso que se ilumina con la luz de una ilustración que nunca había estado más lejana. Lucianna habría encontrado en segundo algo a lo que sacarle provecho. Pero él no estaba preparado, era demasiado viejo para adaptarse a tal velocidad, era un dinosaurio expuesto a la extinción.

 Nadie le lloraría. Y, como a David, posiblemente nadie se tomase un tiempo para que sus restos no descansasen en un cráter humeante junto a un atroz y horrible enemigo.

 Las voces de sus acompañantes sonaron huecas.

 - Seguramente se trate de la penitenciaría. - advirtió con voz amable, los miraba como se mira a una hija o a un hijo, con cierto afán protector y sin embargo cediendoles la libertad de elegir por sí mismos para que crezcan en plenitud y puedan florecer sin cometer sus mismos errores. - Por la distancia... - dudó mesandose la barba - El tipo que nos perseguía, el jefe de Tuco, tenía su edén dictatorial allí. Lucianna y yo escapamos cuando nos envió a la muerte en una misión más que suicida. 

 Al menos nos dio unas raciones para que nos matasen los alien y no el hambre o la enfermedad.

 Es el que se aseguro de que os traicionáramos. Su intención era arrasar a los militares en Scranton.

 era información útil. Pero, ¿cambiaba algo?

 - Si Lucianna sigue con vida tal vez siga allí. - habló principalmente para Cass que estaba algo más enterada de aquello - pero no nos arriesgamos sólo a que los alien nos den caza y nos maten, también a que los presidiarios que hayan sobrevivido nos maten o nos dejen tirados allí para robar un coche que, por otro lado, ya era suyo.

 Creo que si tomamos una decisión, tenemos que estar preparados para todo.

 Por eso se lo contaba, porque era importante salvar vidas, pero tal vez, no a costa de las suyas.

 - ¿Qué opinais?

 Buscó sus respuestas antes de dar su inclinación a hacer algo, ahora que sabían aquello no sería tan fácil decidir. ¿O no cambiaba nada?

 También podía ser que la orientación de Vincent no fuese tan buena y realmente allí hubiese otra cosa y no la penitenciaría.

 Por último dio un golpecito en el hombro de Cass. Buen trabajo, querida.

Entendía que Sam estuviese frustrada con el resultado de David, pero su actitud había sido algo inesperado por parte del profesor. No comentó nada al respecto, por el momento había ganado dos nuevos conocidos, uno de ellos le había generado muy mala primera impresión, el otro aparentaba guardar una historia digna de escuchar. Por el momento debían vivir juntos aquellos momentos, ya se conocerían mejor más tarde cuando el flagor de la batalla y la supervivencia hiciese que estrechasen lazos.

¡Nadia! Me alegro de verte- Le digo al reconocer a la chica. – Quieres subir? -Le pregunto a la niña agarrándola en brazos y obligándola a subir sin darle muchas opciones. Irá más segura en el coche.

Al ver la columna de humo me quedo mirando con preocupación. Ahora lamento haberme despedido a malas. -Vamos a ver, puede que haya gente que necesite nuestra ayuda.

Hola, me llamo Lin- Saludo a la niña y la chica nueva que llegan. -¿Ya os conocéis de antes ? - Le pregunto al ver la familiaridad con la que se trata con la chica de acento ruso.

 Quisiera ir hacia NY para rescatar a Hank aunque no creo que pueda hacerlo sin ayuda de los militares. La verdad es que me importa poco lo que le haya ocurrido a la bola de sebo de Tim y sus incondicionales. 

Es demasiado arriesgado, mejor volver con McKnight-  Le respondo con el ceño fruncido.

Da.- Asiente la chica. - Conocimos en Europa. Io necesitaba dinero para universidad y ella alguien que calentarra su cama. Lo pasamos bien.

Aprovechando que hay hueco en la tienda maniobro hasta encarar la camioneta hacia la calle aun sin salir, poco a poco suelto el freno y el vehículo automático comienza a asomar el guardabarros a la calzada. Giro el automóvil encarándolo hacia las afueras de la ciudad.

Piso el pedal del freno deteniéndolo y observo el humo en lo alto. Tuerzo un poco el gesto, me temo lo peor. Levanto el pie del pedal y dirijo el vehículo hacia las afueras.

Vuelvo a parar al ver las bestias-máquinas gigantes, bajo las gafas de sol avanzando la cabeza hacia delante, pongo el cambio automático en la posición P y me incorporo un poco en el asiento, ¡ostia!, señalo con el dedo, ese montón de naves y los colosos vienen para acá... ¡ vayámonos! – exclamo ligeramente nervioso.

Vuelvo al asiento y me coloco las gafas de nuevo, coloco la palanca en la posición D y acelero mientras comento yo iría al sur alejándonos de los bichejos. Dicho lo cual piso el acelerador y avanzo hacia el sur si nadie dice lo contrario.

Me queod alucinada ante la respuesta de la ucraniana, no por ser mentira, sino por su sinceridad. -¿No entiende el concepto de discreción o que? Tampoco es que me importe mucho la opinión de la chinita pero no es algo para ir pregonándolo por ahí.  

Ante lo ridículo que sería negarlo decido confesar.- Me gustan los hombres, pero estaba en una etapa bohemia de mi vida y probé un poco de todo.

En fin. dejémonos de tonterías y vayamos a ver esa columna de humo.-Digo subiendo de nuevo al vehículo -Deberíais partirhacia Filadelfia- Les digo a Nadia y la niña -Puede que tengamos problemas. Solas os irá mejor.

Una vez la nave se aleja, alarmados por la columna de humo os dirigís hacia allí esperando encontrar o más bien, no encontrar allí a ningún conocido. El trayecto es corto.

Al llegar comprobáis que en medio de un cráter llameante hay restos de un gran vehículo totalmente calcinado, por su tamaño no cabe duda, se trata del camión con la comida y los suministros del grupo. No hay supervivientes ni parece haber nada que se pueda salvar.

Daríais el viaje por perdido de no ser porque otro vehículo se acerca al lugar, al igual que vosotros, atraído por la columna de humo. Es el todoterreno en el que iban Lin y Sam, el vehículo se acerca y se detiene junto a vosotros. De Tim, Austin y Emma no hay ni rastro.