Partida Rol por web

El cadáver tardó un tiempo en respoder. Parecía estar pensando o al menos analizando la pregunta que se le había hecho. La boca del muerto comenzó a hablar de nuevo, esta vez fue más breve.

- El símbolo sagrado del cuervo es un símbolo sagrado único, sagrado para las gentes de buen corazón de Barovia. Posee poderes a los que sólo se puede acceder tras haberlo vinculado de forma especial con su portador.

- ¿Quienes son los tres guardianes de los que nos hablaste?

Susurré a Alese que no nos había respondido dónde encontrar el símbolo...

Seguramente a nadie le había pasado desapercibido que esa bruja no había contestado a la pregunta de dónde se encontraba. Eso quería decir que no sabía la respuesta... Quizá con su baraja de cartas...

¿Podría echar las cartas mientras hablamos con ella? Aunque dudo que las tenga encima... ¿Alguien sabe leer el tarot?

Los tres guardianes son:

- El primero de ellos es la Dama Ahogada que habita en las Marismas Ivlis.
- El segundo es Baba Zelenna, que lidera el culto de las brujas que se reúnen en la colina Lysaga. Y por último:
- El tercer guardián era Madame Eva, líder de los vistanis del Estanque Tser.

- ¿Dónde está tu nicho y como debemos enterrarte?

Quedé a la espera de la última respuesta. ¿Madame Eva sabría dónde habría que enterrarla o sería una pregunta perdida?

- Aquí.

Envy no pudo evitar alzar una lobuna oreja ante la mención de que la mujer era uno de los guardianes a los que debían vencer. Al final resulto ser cierto que en los oscuros entramados de mentiras, ellos se habían visto envueltos en los de ella. ¿Pero hasta donde se habían extendido estas? Porque ciertamente los licantropos del bosque no eran sus aliados, ¿pero si eran enemigos tan peligrosos como para darles una dirección a ellos que los ponga en directo enfrentamiento?

Como siempre todo era un quebradero de cabeza, y ante la mención de la misma bruja indicando que el lugar a enterrar a la criatura que les había atacado a traición era ese preciso lugar, Envy simplemente se levanto de su posición sentada, separándose de Thokk, para ir resuelta hasta el lugar junto al cadáver y empezar a escavar como los miembros de la especie a quienes ella estaba emparentada por sangre bendita o maldita... Podía resultar ser hasta cómica la visión, pero para ella era una acción decidida y firme, en la cual no cedería hasta que ya su forma no le permitiera seguir escavando. Pero no importaba la forma que tuviera que adoptar, ella enterraría lo mas pronto posible a Madame Eva y a todos los problemas que con su aparición habían contaminado su vida.

Wolkot tomó el cuerpo de Madame Eva y lo acercó hasta Envy.

Acabemos con esto de una vez. 

Lo dejó al lado y después se volvió con las pertenencias de la bruja, cuatro pociones y una varita, además de un amuleto que colgaba en su pecho.

Quizás esto nos pueda ser de utilidad.- dijo mientras se lo tendía a Alese

- Lo revisaré luego... -y Alese se puso a ayudar a la Loba a la hora de crear la tumba para Madame Eva.

Urik se levantó de su asiento de piedra y se acercó al lugar donde Envy estaba cavando. Arrodillándose al lado de la loba, el caballero ayudó en el empeño de crear un agujero lo suficientemente grande como para enterrar a Madame Eva.

Cuando fue lo suficientemente grande para que cupiera Madamme Eva, Urik cogió a la mujer y la metió dentro. Luego miró a la mujer que yacía dentro del agujero, cerró los ojos y le dedicó una oración.

Tras esto comenzó a llenar nuevamente el agujero con tierra hasta cubrir completamente el cuerpo de la mujer.

Esperad, no excavéis así porque sí. ¿Qué sabemos de esa piedra? dije señalando la piedra que estaba en el centro del círculo en el que habían estado luchando. Me acerqué lentamente para contemplarla más de cerca. Fuera lo que fuera, tendría que significar algo.

Irina no sintió ninguna lástima por esa mujer, había respondido a ciertas cosas, pero otras que eran importantes...nada...

Haced lo que queráis con ella - dije algo borde.

¿Sabes de qué se trata Quenya?, ¿es algo que conozcas?

Cavais aproximadamente durante un minuto bajo la piedra rúnica para descubrir un pequeño relicario del tamaño aproximado de un libro de conjuros.

Su tapa y laterales están grabados con imágenes de devas, solares y planotáreos; pero los ojos de todos estos ángeles están enrojecidos con un líquido sospechosamente parecido a la sangre. En el interior de la caja hay un hueso de una pierna, da la sensación de ser un artefacto sagrado pero que ahora carece de poder.

Miré a mi alrededor para comprobar el círculo en el que estábamos antes de hablar.

Esta piedra es el centro de un círculo rúnico dije señalando y supone un centro de poder del lugar. Además es un círculo muy poderoso, dotando a aquellos que estén en él de mayor poder de ataque. Y, no solo eso, si no que está protegido con un conjuro de Indetectabilidad.

Tras todo esto, me acerqué a lo nuevo que habíamos encontrado.

Tener cuidado si lo tocáis, no sabemos qué es y sería muy arriesgado abrir el libro dije inclinándome para poder observarlo mejor.

Alese dejó de cavar, y por unos minutos permaneció apartada de nuevo rezando. Cuando terminó, se acarcó a la tumba de Madame Eva y observó de nuevo todo lo que había presente, tratando de recordar...

Hice caso a Quenya y ni me acerqué a ninguno de los objetos, no quería tener ningún susto.

Por algún motivo empezaba a tener frío, mis ropajes estaban algo rotos y no me cubrían bien...estornudé y me limpié con el antebrazo, no era de buena educación, pero pasaba de buenos modales en esos momentos...

Una vez que el agujero estuvo casi listo y hubieran descubierto las cosas en el punto central, Envy se quito a un lado, acercándose al los esbirros de Madame Eva, ella se mudo de piel con todo lo que conllevaba hasta volver a su forma humana, en la cual solo iba vestida con dos bolsas que le colgaban del cuello. Pasado esto se puso a buscar entre los enemigos ropa en buen estado que le entrara. Una camisa que no tuviera sangre o estuviera desgarrada de uno, un pantalón de un decapitado... Entre un par debería poder conseguir algo medianamente decente.

Una vez hecho esto sacaría su cimitarra de su bolsa y la volvería a colgar a su espalda, e iría hasta a Alese para pedirle los objetos que había recibido hace un momento Alese. Pidiéndole que le deje indagar sobre ellos, le había atraído la varita. Pero no tenia especial interés en que fuera ella quien se la quedara.