Partida Rol por web

A pesar de que Hurn le advirtió del peligro, Urik no hizo caso y avanzó en pos de aquello que estuviera causando ese horror. 

Pero al verlo sus piernas se detuvieron y su tenacidad inicial se vino abajo. Ese ser le causaba pavor. Sin poder comprenderlo, el caballero del cuervo, solto su arma y su escudo, dio media vuelta y salió corriendo de ese lugar sin mirar atrás. No comprendía por qué corría, solo recordaba una y otra vez el horror que le provocaba.

Espadón en mano, me acerqué con precaución hasta aquel castillo destrozado. Parecía que todo pudiera cobrar vida, y de hecho mis nervios me estaban jugando malas pasadas. Veía sombras y movimientos por todas partes. ¡Malditas las sombras y todo lo que había allí!

El aura verde de Alese la inundó de esperanzas, pero no las suficientes. De hecho, no debieron funcionar al ver a aquellas horribles criaturas.

Podía haber reaccionado de muchas maneras, pero por cómo era, sólo podía ser de una. La furia encendió mi cuerpo. Agarré con fuerza el espadón, casi haciéndome daño. ¡A qué estábamos esperando para acabar con aquella cosa desagradable!

Es un no muerto y eso ya es motivo suficiente para que  se me revuelvan las tripas  por un segundo es como si mis piernas se negasen a correr y todo me impulsa a detener mi carga .Pero no ,Pelor esta conmigo y nada me impedira cumplir su voluntad.Cuando llego al enemigo lanzo un patada aprovechando el impulso de la carrera .

El veterano guerrero al fin consiguió ver a aquella cosa. Un instante al menos. Las manos comenzaron a temblarle, apretó con fuerza la mandíbula en una vano intento de resistirse. 

El arma cayó al suelo con un sonoro golpeteo metálico cuando la espada tocó tierra. Con la cara desencajada por el terror, Wolkot emprendió una carrera con el único propósito de huir de aquel lugar, de huir de aquel ser, de huir de aquella pesadilla.

Envy habia quedado por detras de la mayor parte del grupo, luego de haber lanzado el conjuro sobre Alese, lo cual no le habia tomado casi nada de tiempo, e intentando ahora alcanzar a su amigo Thokk, hizo contacto visual a lo lejos como el resto con el horror.

Y en el experimento un horror que la paralizo hasta el mas minimo musculo, en el podia ver como imagenes de una realidad alterna, en donde sus padres adoptivos estaban entre el grupo que venia a quemarla, venian con cuchillos, herramientas y alguna que otra vieja espada oxidada, y la tenian atada a un poste que habian puesto verticalmente.

Su madre le gritaba improperios, al igual que el resto del pueblo, y su padre se acercaba con una antorcha encendida, y se la acercaba de todos lados, provocando que ella no pudiera mover su rostro hacia ningun lado tranquila para evitar tal vision, mientras que su cuerpo estaba atado al poste. 

Todo esto ocurria en la cabeza de Envy... ¿verdad?

Miro a la criatura, parece una horrible composición de masa putrefacta y muerta. Miro a Ravyn y dudo si atacar, parece un ser cruento...

Tenso el arco para apuntar a la criatura, pero el monstruo es demasiado horrible. Toda mi vida me he dedicado a cazar muertos vivientes, y ahora, ante esta criatura, dudo de la integridad de mis actos.

Por culpa de cazadores como yo, para esa criatura solo existe tormento, muerte y destrucción. no es justo, he estado tan concentrado toda mi vida en cazar esas criaturas que jamás me había parado a evaluar si actuaba con justicia hacia ellos, pero no es así.

Y ahora, debo redimirme.

La paladín nota una sensación de indescriptible terror al ver a la criatura. Igual que sus compañeros, se debate unos momentos entre ese sentimiento y su deber, aunque finalmente consigue sobreponerse. Sujeta con fuerza el colgante de Pelor, hasta el punto de hacerse sangre en la mano con su borde metálico, pero mantiene la templanza suficiente como para seguir siendo dueña de sus actos.

Parte del grupo no ha tenido la misma suerte, así que es prioritario destruir a esa criatura infernal. Ashlyn se lanza contra su adversario, blandiendo su espada sobre su cabeza y dispuesta a atravesarle con ella.

-¡Por Pelor!

Igor se quedó mirando aquella criatura, desde luego que jamás había visto algo así. Por mucho que trataba de pensar en todo lo que había visto, o en todo lo que había vivido, aquel ser se le escapaba de su conocimiento. Así que, sin demorarse mucho más, se preparó para enfrentarse a lo desconocido.

Fisteus por su parte fue el único capaz de sobreponerse a aquel mal y reaccionar con rapidez. Su pie comenzó a brillar con un halo de bondad que hizo que el amasijo de sombras se desvaneciese por un momento.

Y entonces Thokk vio en aquel ser algo fascinante, eran las almas de todos los que había asesinado durante toda su estancia allí, e incluso podia ver las caras de la gente que había matado antes de llegar a Barovia, para el semigigante aquello no podía ser destruído, así que, simplemente se colocó en el centro de la torre para proteger de lo que antes eran sus aliados, a aquello que creía que era suyo. Debía acabar con el monje, estaba siendo el enemigo más peligroso por el momento.

El compañero de Ravyn se quedó paralizado ante semejante ser, no era capaz de acercarse a él, pues rezumaba maldad en cada poro de su ser, y eso lo hacía sentirse aterrado. Al veterano le pasó lo mismo, salvo que él se marchó de allí a gran velocidad, huyendo y dejando a todos sus compañeros, incluída Alese, a merced de lo que pudiera hacerles.

La pequeña seguidora de Pelor avanzó hacia aquel ser tratando de liberar a todos sus compañeros de la presión moral que ejercía sobre ellos, pero aunque se había sobrepuesto al horror que mostraba, la muchacha se sintió cohibida, su símbolo sagrado se le resbaló de las manos y se le cayó al suelo.

Y entonces, aquel ser provocó una corriende aire frío en los corazones de todos los que lo rodeaban. Especialmente en el de Irina, que era la más cercana.

Ravyn se coloca junto al semigigante preparado para atacar a cualquiera de sus, ahora enemigos. Mientras contempla como Irina y Ocaso huyen detrás de Wolkot. Los dos guerreros y el lobo habían huido presa del pánico que les había generado la oscura maldad.

Viendo como se coloca Thokk delante del engendro para protegerlo a Fisteus le queda claro que algo no va bien y que el pobre ha sucumbido a la fuerza que jugaba con sus miedos y que incluso el ha sentido en su corazón .INtentando no dar la espalda golpea al enemigo al tiempo que chilla .Cuidado con Thokk no esta actuando libremente 

Alese se calmó, recogió el símbolo sagrado del suelo, y a continuación lanzó una plegaria a Pelor.

Sus compañeros había caído bajo el influjo de aquella cosa, quizás algunos pudiesen rehacerse de su influencia.

La oleada de terror le pegó en la cara como si de algo físico se tratara. Pero era mucho peor. Se colaba por todolos los poros de tu ser hasta llegar a las entrañas de uno mismo. Hasta tu misma consciencia. Y ahí intentaba anidar, quebrantando tu voluntad e imponiendo la suya.

Varios de sus compañeros habían huido. No se lo reprochaba, era debido a la malignidad del lugar. E incluso otros parecían haberse quedado absortos con ese horror enfrentándose a sus compañeros.

En un último vistazo a los demás, el caballero del cuervo miró a Alese y asintió con la cabeza. Confiaba en su poder y esperaba devolverle lo mismo con su espada.

 Urik miró al frente a la fuente del mal. Se caló el yelmo y, espada y escudo en ristre, se acercó hasta el horror y le golpeó. Debían acabar cuanto antes con ese enemigo que los estaba mermando.

Thokk vio como el monje estaba intentando golpear a su creación y rugió enfadado. Levantó el hacha sobre su cabeza dispuesto a golpear con todas sus fuerzas pero se quedó mirando la tranquilidad con la que se movía el monje. Se quedó parado, perdido sin saber que hacer. 

Tenso el arco apuntando a los que intentan acabar con la existencia del no muerto que hay frente a nosotros ¿Acaso no entienden que esa criatura merece vivir igual que nosotros? ¿No comprenden que es suficiente castigo la no vida como para nosotros irlos cazando?

— ¡Dejad en paz a la criatura! — exijo mientras evalúo la situación y decido que, si no atienden a razones, lo mejor es acabar cuanto antes con la servidora de Pelor, es quien más daño inmerecido puede provocar a la criatura.

Y de pronto una oleada de paz inunda mi ser. Por algún motivo que no soy capaz de comprender ya no ansío defender a la criatura. Me quedo con el arco tensado, dudando.

Como si no fuera capaz de ver nada más, mis ojos se centraron en aquella criatura inmunda. Era el culpable de todo, ¡de todo! Nada de lo que había alrededor importaba. Sólo había que acabar con aquella criatura...

La distancia era lo único que me separaba de aquel mal. El espadón clamaba sangre y emitía un aura blanca, casi divina. Ese ser desearía no haberse levantado jamás. Le destrozaría, le reduciría a cenizas...

Con Ocaso a la carrera en desesperarda huída y sin nada que poder hacer por él Igor, se movió todo lo rápido que pudo para rodear al no muerto y tratar así de buscar la superioridad posicional, no obstante las ruinas y esquivar las grandes piedras, le impidieron avanzar más.

Solo esperaba llegar lo suficientemente rápido para apoyar a Fisteus, que ya había encarado a la criatura.

Don Urik salió lo más rápido que pudo contra aquel cúmulo de sombras, trató de acercarse lo máximo posible para combatirlo, pero Thokk se interpuso en su camino, alzó su gran hacha sobre la cabeza del caballero, pero éste se agachó justo en el último momento y siguió avanzando hasta su verdadero rival. ¡El caballero se había librado por los pelos!

Los ojos de Quenya se inyectaron en un rojo carmesí, más propio del semigigante que de la semidragona, pero parecía que odiaba con todas sus fuerzas a aquel cúmulo de horrores y salió corriendo lo más rápido que pudo contra ella.

Igor vio que Ocaso le abandonaba aterrado por aquel ser, pero él no iba a actuar de la misma forma, así que optó por bordear el edificio y atacar otro de sus flancos. A pesar de ello el terreno estaba lleno de escombros, y se le hizo atravesarlos más complicado de lo que pensaba.

Mientras tanto, Fisteus trataba de propinar sendos puñetazos a aquel ser, pero lo atravesaba dada su naturaleza incorpórea. Se había metido en el centro del terror, sin posibilidad alguna de acabar con él. Pero por suerte, la tranquilidad que emitía su aura, hizo que Thokk bajara su hacha, y no volviera a intentar golpear más a quienes antes había considerado sus compañeros.

Finalmente aquel amasijo de oscuridad hizo algo en Don Urik, pero el caballero se sentía firme y seguro en aquel combate, capaz de sobreponerse a cualquier adversidad que el horror tratara de mostrarle. La criatura pareció "parpadear" un momento, como si desapareciese o apareciese en el mismo lugar. Algo le había hecho el caballero del cuervo, que parecía haberle hecho desvanecerse por unos instantes.

Igor siguió rodeando los obstáculos para llegar a un punto desde el que poder cargar sobre la criatura, no obstante se mantenía atento a la evolución del combate por si tuviera que cambiar de táctica.

Urik pasó por los pelos por debajo del hacha de Thokk. Él no era su objetivo y no tenía intención de atacar a su compañero, pues estaba seguro que el horror era el causante de que su compañero se comportara de esta manera.

Con esta idea en mente, Urik atacacó al horror con toda su fuerza, con toda su fe.

- ¡¡Vete de donde has salido, engendro del avernoooo!!