Partida Rol por web

Envy vio ya relucir la luz desde varios servidoras de la diosa. Esta vez veia mas funcional el dedicarse a proteger a Alese directamente.

La combinación de las expulsiones de Alese y de Kara fueron suficientes para expulsar al terrible espíritu que yacía junto al fuego. Ahora que estaba libre de muertos vivientes, Cyrus sonrió y avanzó por la sala para cruzar a la siguiente sala. Abrió la puerta que había al otro lado y llegó hasta una escalera de caracol que parecía ascender y descender. Sin dudarlo ni un momento, se puso a bajar las escaleras y les pidió que no hicieran ruido. 

Parecía que habían llegado a un punto estratégico en el viaje. Igor reconoció fácilmente la sala, era el lugar donde se habían encontrado con la mujer que les había hecho el trato, pero Cyrus no se detuvo, giró casi 180 grados y tomó unas nuevas escaleras ascendentes.

Tras subir unos pocos peldaños llegaron a un pasillo con una bruma que se arremolinaba apáticamente por los escalones. Era fría y húmeda y arrastraba consigo un olor a tumba abierta. Avanzaron por lo que parecía ser un túnel de paredes irregulares y toscas. Cyrus les volvió a pedir que anduvieran con cuidado. Cyrus y los invitaron llegaron a un punto clave. Cyrus se pegará bien a la pared. A mi señor le gusta divertirse con sus brumas, y hay escondida una trampa en este pasillo. Pero si sus invitados se pegan bien a las paredes lo sortearán sin problema.

Viajar con Cyrus estaba resultando un éxito, pues a pesar de que estaban recorriendo infinidad de metros de mazmorra. Parecía que sabía por dónde iba. Tras andar varios metros más a través del pasillo llegaron a una amplia zona que parecían ser las catacumbas del castillo. Los amigos murciélagos de mi señor duermen aquí. Será mejor que no los despierten. Sigan a Cyrus, pero no hagan ruido.

Envy se relaja por un segundo viendo que por una vez no hubo que combatir contra un fantasma mas alla del primer ataque, tal vez habia una oportunidad.

Por lo siguiente, se mantuvo siempre pegada a Alese en el siguiente trayecto siendo siempre todo lo sigilosa que podia ser.

- Lo intentaré Cyrus, pero ya sabes que soy lenta y pesada y muy torpe... y esta armadura es un horror para esas csoas.

Tras los pasos de Alese que siguieron a Cyrus un terrible rechinar retumbó por todas las catacumbas. Alese podía ser muchas cosas, pero silenciosa no era una de ellas. Y entonces, los chirridos de la clériga se convirtieron en otro tipo de sonidos algo diferentes, mucho más animales.

La plaga de murciélagos de la que el sirviente había hablado se acercaba por momentos. ¡¡Los invitados han despertado a las mascotas del amo!! ¡¡Cuidado!! Dijo Cyrus tirándose al suelo y agarrando su cabeza con las dos manos.

Era hora de combatir contra aquello que se avecinaba. 

La luz se hizo en la sala, una luz más brillante que la luz del día. Alese había sacado el objeto que había encantado el día anterior y que parecía que el mismo sol estuviese envolviendo su muñeca. La luz del día palidecía ante aquel formidable despliegue de la luz del mismísimo Pelor.

Quenya no tuvo cuidado al caminar. De hecho, prefirió hacer ruido una vez que Alese había llamado la atención de los murciélagos. Era mejor que fuesen a por ella y dejasen a la muchacha en paz y sin ningún rasguño. La semidragona dio un paso al frente y colocó sus dos manos como si estuviera sujetando una pelota invisible.

Se quedó a la espera. Si el conjuro lo lanzaba antes de tiempo sería una tontería. Tenía que lanzarlo cuando los murciélagos estuvieran frente a ellos, ni antes ni después.

Otro obstaculo mas. Aunque la verdad unos murcielagos no le parecian la gran cosa comparado con lo que habian pasado hasta ahora.
Ella con su cimitarra lista esperaria hasta que alguno se acercase a Alese y lo cortaria en dos.

Kara sin su equipo poco podía hacer. Ocultándose tras sus compañeros empuño el arco que le habian prestado y se dispuso a disparar a la horda de murciélagos que caían sobre ellos. Mirando a Cyrus, exclamo: Sacanos de aquí! Antes de que sea demasiado tarde.

La luz usada por Alese y las llamas de Quenya fueron más que de sobras para espantar la plaga de murciélagos que se había cernido sobre ellos. Kara había sentido como su espada se le había resbalado, pero gracias a la iluminación pudo ver donde se encontraba y recogerla justo a tiempo.

Aunque la realidad es que cuando Envy y ella quisieron actuar, ya no había ni rastro de un solo murciélago por allí. 

Con todo ese gran espacio iluminado, una sala enorme se pudo apreciar. Toda la sala estaba repleta de criptas donde se podían leer gran variedad de personajes importantes del pueblo de Barovia. 

Un nombre de entre todos os llamó la atención, "Irina", pero Cyrus os hizo aspavientos con las manos para que les siguieseis. Murciélagos muertos, bien, sí, bien. Pero es hora de que Cyrus acompañe a los invitados a la tumba de su señor. Ya estamos a punto de llegar, dijo señalando una puerta cerrada con un rastrillo de hierro que parecía sumamente pesado. 

Es ahí. Ahí descansan los restos del Señor. Dijo señalando la puerta.

Quenya fue directa a intentar levantar el rastrillo, pero justo cuando llegó se detuvo. Si fuera ella Stradh, habría puesto de todo a aquel lugar.

¿Alguno sabe desactivar trampas? Me imagino que estará llena de ellas hizo un gesto, señalando la puerta Si nadie sabe, intentaré abrirla igualmente a lo bestia, pero tenéis que estar preparados para lo que pueda pasar dijo, sabiendo que se llevaría la peor parte y a saber si moría por aquella temeridad.

- Y aquí estamos, ante la última de las armas y por voluntad de aquel a quien presuntamente pueden dañarle. Nos está moviendo a su antojo, y es difícil de saber el por qué, pero sin duda no es apra ayudarnos.

Quenya se encogió de hombros. Parecía que nadie podría desactivar las posibles trampas que allí hubiera

Envy, ayúdame. Kara, Igor, proteger a Alese si pasara algo.

Kara impresionada por el poder oscuro del señor de aquella fortaleza poco podía hacer. Con apenas unos harapos por ropa y las armas prestadas por su compañeros se dispuso a proteger a Alese tal como solicitaba Quenya. Qué el Señor del Alba te de la fuerza necesaria para lograr tu objetivo. Musitando una plegaria a su deidad implorando ayuda para Que la mujer lagarto tuviera éxito.

Igor, viendo que eran muchos se acercó a ayudar a Quenya para tratar de abrir la puerta aunando su esfuerzo con el de su compañera.