Partida Rol por web

Uno de ellos estaba huyendo. Sin duda a alertar a sus compañeros, lo que les pondría en una mala situación. Nada contra lo que no que no pudieran lidiar.

Con sus cuchillas dio un tajo de derecha a izquierda para luego lanzar una estocada directa al corazón con la mano izquierda. 

Este sería un buen lugar para aguantar y poder retirarnos si es necesario. Mientras hablaba lanzó un truco magico, no era momento todavía de sacar la artillería y al menos por el momento estaba bajo control.

Avanzando con rápidos pasos hacia sus enemigos, el paladín soltó un tajo horizontal con más cuidad de impactar que de dañar... no acababa de hacerse al arma y prefirió asegurar el golpe que imprimir una fuerza desproporcionada...

Con despiadada velocidad Ghion usó el mayal para reventar el alargado cráneo de uno de los hombres lagarto. El siguiente no duró mucho más, entre los ataques combinados de Pitu, Ender y Valk acabó con demasiados cortes. Cayó al suelo.

Más allá se escuchaba alboroto, de la sala a la que había ido el otro troglodita, mas no sucedía nada reseñable por el momento.

- Maldición, ese se nos escapa... - Dijo en voz baja el mestizo del grupo.

Mientras sus camaradas habían dado rienda suelta a sus instintos, acabando con los dos primeros trogloditas, Xander dió unos pasos al frente para seguir la estela del que escapaba, seguramente para dar la voz de alarma. Tenía que pararlo y lo sabía. Apuntó su ballesta con uno de sus virotes "de los buenos", que ya empezaban a excasear, y disparó con precisión o eso le pareció.

Sigamos a ese, dice Ghion, envalentonado y con el corazón acelerado. Nos llevará directamente donde haya más de ellos, seguro que ha ido a avisar a los importantes o sus mejores guerreros.

Si vamos rápidos, aunque les avise no tendrán tiempo de prepararse. Es nuestra mejor oportunidad.

Sin más demora corrió mientras su acero traqueteaba tras aquella criatura.

Una caída brusca conduce a una gran cámara. Se han cortado escalones de piedra al final del túnel, facilitando el paso hacia abajo. Las caras surgen de las paredes, cortadas de la piedra natural en forma de rostros de reptiles. Sus bocas están abiertas, llenas de dientes irregulares, y sus ojos ovalados carecen de pupilas, haciéndolos parecer ciegos. Los restos carbonizados de un fuego se sientan dentro de un recipiente en el centro de la habitación.

Cuando Pitu se acercaba por el pasillo, una rociada de un líquido negro fue a buscarle, cayendo al suelo y cubriéndolo de grasa. Más allá, habían tres trogloditas con javalinas prestas. El hedor de la gruta era cada vez más insoportable y dificultaba respirar.

- Vaya hombre, parece que hemos llegado tarde a la fiesta... A por ellos camaradas. - Decía medio entre dientes el semiorco, ya que su puro le molestaba para hablar bien.

Xander cargó nuevamente su ballesta pesada y apuntó lo mejor que pudo hacía aquel tipo, que estaba en posición cercana para recibir un impacto directo de su arma. Cuando estuvo listo disparó.

La superficie resbaladiza sorprendió al Halfling. Perdió apoyo y cayó al suelo acompañado de un sonoro "clonk" metálico que inundó rápidamente la caverna. -Maldita sea!- Exclamó, pero con la rapidez con la que se había caído Pitu volvió a ponerse en pie. 

Luego, con unos pasos torpes, salió de la estancia. Y llenó sus pulmones como tantas otras veces había hecho, y exhaló un grito inspirador. 

La aparición de la grasa debajo de sus botas no es algo que esperara el oráculo, pero mantiene la calma y afianza sus pies sin moverse. Malditos bichos...

El tipo azul empezó a conjurar, parecía que esta vez si que tenía que actuar en vez de descansar a un lado.

Viendo que el suelo a los pies de sus compañeros no era demasiado estable, el paladín decidió avanzar con cuidado para posicionarse junto a uno de sus enemigos... Pretendía llegar hasta el conjurador, pero prefería no caerse por el camino... Cosa que resultó ser imposible... Así que optó por gatear hasta la salida.

Valk terminó por caer al suelo, no así Ghion que se mantuvo erguido y Pitu que logró con dificultad sortear el charco. Enfrente, los trogloditas aprovecharon para formar un muro, dispuestos a impedir el avance de los humanos.

- *¡Fuera de aquí, intrusos, moriréis de seguir adelante!*

Exclamaba el que parecía un usuario de la magia, quien movió las manos para lanzar otro conjuro sobre el halfling, a la par que le llovían tres javalinas que consiguió esquivar gracias a su agilidad natural y la buena protección. Entonces Pitu notó que era de nuevo víctima de un efecto mágico que tendría que intentar superar.

Las energías Arcanas embotaron su mente, pero Pitu, que seguía gritando, terminó su canto con un susurro grave cargado de magia a su vez. -DaH....- El efecto aclaró su mente, dándole una segunda oportunidad.

No desperdició su suerte y esta vez su mente resistió el ataque del troglodita. Sin pensarlo, avanzó un paso y atacó con sus hojas gemelas.

- Se acabó. Había pensado no recurrir a esto por estar bajo tierra pero estas alimañanas se lo han buscado... - Dijo mosqueado  Xander, a la vez que arrojaba lo que quedaba de su puro al suelo, pisoteándolo sonoramente.

Rápidamente se desplazó justo detrás de Pitu, el cabreado cabrero cabreador. Rebuscó entre los componentes de su cinturón y lanzó un vial, de esos que brillan y que suelen llevar un cartel de no tocar, peligro de explosión, y cosas similares. El caso es que el suyo no lo llevaba. Su objetivo estaba claro, acabar con el enemigo sin echar cuentas en el siguilo pues ya les habían visto.