Partida Rol por web

Russ cruzó el puente levadizo con los pulgares hincados en el cinturón, abandonando el interior de los muros de Aguasclaras. Al otro lado, bajo las sombras de la gran arcada de la barbacana exterior, una figura enorme se sentaba sobre un maltratado taburete, con la vista fija en el camino que partía de las puertas del castillo. A su lado un joven soldado se apoyaba en una esbelta lanza, escrutando el horizonte al igual que su gigantesco compañero.

- Buenos días, pareja -saludó el Matatoros cuando estaba a pocos pasos de los dos soldados.

Caster volvió la mirada hacia el recién llegado, sin cambiar ni un ápice su expresión, mientras que el Pequeño Cuervo saludaba al jefe de la guardia con un leve movimiento de la cabeza y una sonrisa cansada.

- ¿Qué tal, cagarro? -respondió el Caracortada- ¿Te has cansado ya de engordar en los barracones?

- Ya he desayunado tres veces y me apetecía ver algo que me hiciera venir ganas de visitar las letrinas... -dijo Russ, siguiendo la broma de su compañero de armas.

El joven Jack asistía a menudo a esos absurdos duelos de chanzas entre los dos veteranos soldados, de manera que se limitó a sonreír y se apoyó en el frío muro, junto a la puerta que daba al interior de la barbacana. Russ observó por unos instantes el horizonte antes de continuar hablando.

- Esto no es una visita de cortesía -continuó-. He dado permiso a tres de nuestros guardias para que se adentren en Solaz del Soldado para buscar rastros de contrabando y otros delitos.

El jefe de la guardia calló durante unos segundos, estudiando el rostro de Caster en busca de cualquier reacción, pero el gigante de Aguasclaras se limitó a escupir en el suelo sin apartar la mirada de los ojos de su compañero.

-A mí tampoco me gusta la idea, pero esos chicos quieren probar su valía y ser de utilidad al feudo. Les he avisado de que quizás no salgan con vida de ese nido de víboras, pero aún así quieren intentarlo. Son Brandon, su hermano menor Carlysle y mi hijo, Roy. Sus rostros son poco conocidos fuera de nuestras murallas y quieren actuar de incógnito, aprovechando que nadie les conoce. Os cuento esto porque me han pedido la presencia de un grupo de apoyo, por si las cosas se ponen feas. Había pensado que vosotros dos podríais formar ese grupo, junto con Darién y alguno de sus hombres. Quizás tú, Jack, podrías estar por la aldea, atento a cualquier signo de peligro para salir a buscar al resto de los refuerzos, que aguardarían en las afueras del pueblo emboscados en la espesura. Es una misión arriesgada, pero esos muchach... esos soldados quieren llevarla a cabo. ¿Cuento con vosotros?

Jack era muchas cosas. Algunas buenas, otras malas. No era, sin embargo, un hombre romántico. De niño las primeras relaciones que había visto entre hombres y mujeres habían estado basadas en el poder, la lujuria y el dinero. En el prostíbulo más cercano al muro la brutalidad con las chicas era la norma, y nadie con sentido común hubiera buscado, ni en ellos ni en ellas, un ápice de amor. Él desde luego no había visto nunca algo similar. Por su peculiarísima situación Jack siempre había sido querido por las chicas, y él las había estimado. Pero esa relación tampoco se basaba en el amor, sino en la amistad y, si se quiere, en la confianza.

Más tarde había aprendido el deseo, pero jamás había vestido de amor dichas relaciones. Por eso miró con curiosidad a Russ, sin terminar de comprender su malestar, y le habló con amabilidad.

- Vaya... temía que podía ocurrir algo así. Alguien como tu hija siempre tendría pretendientes. Comprendo que la hayáis comprometido con el hijo de Ser Baltrigar. Parece buen chaval, y es mucho mejor partido que yo- no parece haber molestia ni doble sentido en las palabras de Jack- En tu lugar hubiera hecho exactamente lo mismo- explica sin parecer enfadado o apenado por la negativa, como si siempre hubiera pensado que una respuesta en tal sentido era mucho más posible que una positiva- Gracias por tu preocupación pero no es necesaria. Sobreviviré. 

Jack escuchó las palabras de Russ con cierta sorpresa pero luego asintió.

- Si ese es el deseo de nuestro señor, me vale. Pero creo que remover nidos de serpientes solo tiene sentido si uno tiene un plan para exterminarlas. Pero vamos, que donde manda patrón, no manda marinero. Y seguro que esos tres, y perdona la franqueza jefe, no lo digo por tu hijo, van a necesitar ayuda. Me muevo bien en silencio, bien sea cerca de los bosques. Dadme las instrucciones, y podéis contar con mi arco, y mi espada, para que ninguno de nuestros hermanos de armas sufra mal alguno. ¿No Caster? Supongo que toca ayudarles. 

-Yo allí sólo sirvo para estorbar -masculla el gigante-. La mitad de Solaz me odia, a la otra mitad le caigo mal, y todos me temen. Si asomo la cabeza, adiós a la operación.

El Caracortada escupe.

​-Ahora bien, si hay que ir se va. Tú mandas.

- Caster... creo que eres el apoyo. Si yo veo que algo marcha mal, os busco. Y entonces será para "romper cabezas". ¿No es eso jefe?- pregunta Jack mirando al "Matatoros"

- Brandon, Carlysle y Roy participan en la operación "Agitar el avispero" en Solaz del Soldado hacia finales del Año 153. El objetivo es destapar posibles delitos contra la hacienda del señor Feudal, muy en especial el contrabando y otras malas prácticas.

- El mando de la operación recaerá sobre Brandon.

- En retaguardia como soporte algo alejado permanecerán Caster y Jack. El objetivo es tener un refuerzo (Caster) por si fuera necesario, sindo Jack el encargado de evaluar el peligro y correr en busca de Caster si fuera necesario bajo su punto de vista.

Durante la "expedición a Solaz del Soldado" Jack cumple fielmente con lo que se espera de él. Intenta no interferir y estar observando todo, oculto a ser posible, y en sigilo. Si llega a haber problemas, y solo en tal caso, avisará a Caster. Jack no usa la situación para perjudicar a Brandon, a pesar del enlace de este con la que bien pudiera haber sido su prometida. 

Si Jack creyera en el amor, quizás su actuación fuera otra. De lo que se deduce que ni siquiera los buenos sentimientos producen necesariamente siempre cosas buenas.

No obstante Jack no acude a buscar a Caster en cuanto haya problemas, sino solo cuando considera que se ha "liado" de verdad. O sea, cuando haya muertos. O cuando nuestros chicos se enfrenten a enemigos muy numerosos. Hasta ese momento Jack intenta pasar desapercibido, ver a los muchachos, y no acercarse a ellos.

OPERACION AGITAR EL AVISPERO:

BRANDON, CARLYSLE, ROY:

- Tiradas: Averiguar Intenciones, Avistar, Diplomacia, Recabar Información, Saber: Callejeo.

JACK:

- Tiradas: Avistar, Saber: Callejeo.

CASTER:

- Sin tiradas, pues permaneces completamente apartado de la vista, en reserva.

JACK:

- Lamentablemente, te sitúas en un lugar donde no tienes línea de visión, y además los artesanos locales hacen ruido, por lo que tampoco alcanzas a oír a los chicos.

- Además te distraes y no haces una correcta evaluación de los riesgos.

BRANDON:

- Molestáis a algunos ex-bandidos, mendigos y proxenetas. Todos participan en actividades económicas que no declaran y no pagan impuestos, bien evitando a los recaudadores de Ser Hadder, bien directamente amenazando a los pocos que se han atravido a entrar en Solaz del Soldado en los últimos años.

- Te das cuenta de que habéis agitado demasiado el avispero, y que además, vuestro refuerzo Jack no os tiene a la vista.

- En un momento dado se crea un gran silencio cuando llegáis a un callejón sin salida. A la entrada del callejón, bloqueándoos el paso hay una siniestra figura...

JACK "PEQUEÑO CUERVO":

- No es algo que hagas a propósito.

- Sencillamente, en un momento dado te distraes, medio acostumbrado a la calma de los últimos tiempos, y no evalúas correctamente las posibles amenazas.

- Pierdes de vista (y de oído) a los tres muchachos durante unos cuantos minutos vitales...

- Bueno, viendo esta nueva operación, supongo que a los demás nos tocará doblar guardias... - Comenté con cara de malas pulgas. Tener que trabajar más horas no era de mi agrado, especialmente por que un grupo de guardias se iban a Solaz del Soldado a ver qué encontraban. "¡Ja! Solaz del Soldado... Es una manzana podrida en si mismo, todo está corrupto y pútrido por dentro. Detener a los maleantes solo dejará espacio para que otros nuevos ocupen su lugar..." Pensé mientras me dirigía a mis camaradas.

- Bueno ¿Cómo ocupamos los turnos vacantes? ¿Ideas señores? - Comenté, con un claro tono de cinismo en la palabra "señores". Eran mis camaradas y al fin y al cabo después de tantos años teníamos más que confianza entre nosotros para tratarnos con menos galanterías y cortesías de lo que requerían otras situaciones.

Tan pronto me de cuenta. Lo antes posible. Quiero decir... especifiqué que no los perdía de vista, y Jack sabe el peligro que corren. Cuando me cercione que no los veo, trato rápidamente de recuperar una posición desde la que pueda verles.

JACK "PEQUEÑO CUERVO":

- Sin pretenderlo, te has distraído un largo rato.

- Cuando vuelves en ti mismo, ves que hay una extraña tensión en las calles. Varias personas te miran fijamente, y parecen armadas. Uno de ellos apenas oculta una ballesta bajo la capa, el resto parecen tener cuchillos arrojadizos. Puede que sean unos siete...

Me desplazo para avisar a Caster, en principio intentando no llamar la atención.

JACK "PEQUEÑO CUERVO":

- Tirada de Piruetas, dificultad 12.