Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche
Al ver cómo la vela de la zorra greyjoy cae, no puedo evitar una exclamación de alegria... Parece que nos vamos a quitar los problemas de encima sin sufrir nada más que un susto.
¡Ja! ¡Seguro que ahora mismo está despotricando contra todos los dioses que existen! ¡Vamos, a toda velocidad, hacia esa ensenada!
Sin esperar que nadie lo haga por mí, tomo el timón y yo mismo oriento el barco hacia la ensenada, buscando las mejores corrientes de aire para acercarse con precaución, pues algo dentro de mí me sigue diciendo que una luz misteriosa en medio de la bruma no es algo del todo bueno...
Mientras entrais en las brumas, mientras la dejais atras y mientras os acercais a la luz.
El sonido de la roca al raspar el casco de la nave me hace empalidecer... Nunca he encallado y no tengo la menor intención de hacerlo ahora, maldita sea... Por suerte, de pronto la bruma se abre y muestra ante nosotros el océano abierto, una preciosa extensión negra... Gracias a los dioses...
No soy un hombre supersticioso, y dado que no llego a entender lo que ha sucedido, me limito a encogerme de hombros para mí mismo y ponerme a bien con todos los dioses, sin elegir a ninguno en particular, expresando el agradecimiento en voz alta... Antes de acordarme de que alguien me espera en el camarote y llamar al marinero.
Toma el timón y retoma el rumbo a Braavos, quiero que la tripulación se mantenga en alerta y nos movamos a máxima velocidad al menos durante la próxima hora... Si sucede cualquier cosa que me avisen en mi camarote.
Y sin más, regreso con paso rápido al camarote, dispuesto a entrar con una sonrisa de disculpa en la cara...
Asiente y se vuelve a dar ordenes cuando ves otra vez esa luz, esta danzando en la niebla, como si estuviera no sabes bien para que, pero desaparecer de nuevo tras una enorme sombra.
Entras en el camarote y ves que esta recostada en la cama de medio lado con los ojos cerrados, descansando, se ha debido quedar dormida, parece que no la despertaria ni un terremoto o solo estara fingiendo.
Al entrar en el camarote me quedo mirando a Arya con franca sorpresa... ¿Cómo es capaz de dormirse cuando estamos bajo ataque? Su vida peligraba tanto como la de los demás... Temiendo que pueda quizá tratarse de un desvanecimiento por la presión, aunque no tiene pinta de ser ese tipo de mujer, me acerco a ella con expresión preocupada y poniendo mi mano sobre su hombro la muevo con suavidad, hablándole con un tono de voz cariñoso.
Arya... despierta... ¿te encuentras bien?
Abro los ojos lentamente despacio antes de mirarle
Si, estoy bien, ha sido extraño, un olor que me ha echo marearme. Parecia que habia un monton de cadaveres cerca de aqui
Me llevo una mano a la frente con gesto de pesar. Ademas esa imagen de ese barco...tuve miedo he oido cosas terribles de eso hombres dle hierro
Ciertamente, el olor era muy desagradable... Aunque no conseguimos averiguar qué era lo que nos estaban lanzando, atraía a los tiburones...
Verla despertar resulta tranquilizador, y sus palabras me distraen temporalmente de lo que tenía en mente para ella, centrándome en tranquilizarla...
Pero ya están atrás, es curioso pero... apareció una misteriosa luz y una bruma que nos cubrió, y parece que les perdimos... parecía cosa de magia. - Le dirijo una sonrisa tranquilizadora antes de acariciarle el rostro cariñosamente - En cualquier caso, no debería ser motivo de preocupación... No es la primera vez que mi nave es atacada, incluso hemos hundido a algunos... Tranquila, que conmigo estás a salvo.
Valerio, es uno de los pocos viajes que hago por mar alejandome de Dorne. casi todos han sido por la costa o a caballo. Esta ha sido mi primera experiencia con piratas, me alegro de haber salido victoriosa e indemne.
Cuando me besa los dedos siento el impulso de llevar la mano tras su cabeza, aferrarle el pelo y tirar de ella hacia mi para darle un largo beso... En lugar de ello, me limito a darle un suave beso y contestar a sus palabras tras una breve risa cómplice.
Nada me agradaría más que poder presumir de ello, pero no... ésta vez han sido los dioses o el azar quienes nos han sacado del apuro. Sin embargo, si de presumir de habilidad se trata, y con ello puedo calmarte en el caso de otro encuentro desagradable... en el pasado he liderado a mis hombres en otros combates, contra piratas o incluso contra guerreros experimentados, y salimos exitosos... estáis en la nave de un gran capitán y un gran guerrero, mi señora, y no permitiré que nadie os haga daño mientras estéis en mi barco. - mientras le digo esto, forzando el tono autoritario de "gran señor" que tan a menudo escuché entre los oficiales de Stannis, acompaño el tono con una pantomima sobreexagerada de oficial de marina, cuadrándome e imitando lo mejor posible la cara de Stannis cuando se dirigió a Robert asegurándole que defendería Rocadragón... al final, no puedo evitar estallar en risas - Bueno... dejándonos de bromas, lo más prudente sería que vuelva a cubierta para comprobar que todo siga en orden, no sea que vuelvan a aparecer velas en el horizonte... sólo quería avisaros de que ya está todo en orden. Si lo deseais podeis quedaros aquí a pasar la noche...
Una sonrisa leve mientras le tomo de la mano y le miro a los ojos con fijeza, podria decirse con devoción.
Ante sus primeras palabras y su mirada, sonrío con ternura y le acaricio el rostro, pero cuando dice lo de la expresión no puedo evitar reír nuevamente...
Era una imitación del típico "gran señor", una broma nada más... Pero creedme... si que soy serio, muy serio cuando se trata de mi trabajo, y de ningún modo permitiré que caigáis en manos de unos piratas, no será necesario que nadie os mate, y nadie os va a humillar... Pero haré como decís, me quedaré aquí... ¿Hay algo más que pueda hacer por vos? - El tono de la pregunta es pícaro, insinuante... - ¿Algo mas... especifico que quedarme aquí?
Sonrio y le miro a los ojos mientras me humedezco los labios. Llevo una mano a la hombrera del vestido deslizandolo lentamente...
Las buenas intenciones se desvanecen en cuanto deja caer el tirante... para cuando me besa, ya no mostraba la menor intención de marcharme, sino que me subí sobre ella y comencé a subir la mano acariciando sus suaves piernas, esta vez con algo más de prisa... había que recuperar el tiempo perdido. La presión en los pantalones me urgía, asique mi mano se introdujo bajo sus faldas, directa hacia su entrepierna...
Arya... - El susurro se escapó de mis labios casi inconscientemente, al igual que la obviedad de la continuación - te deseo...
No pidas un deseo que luego pueda cumplirse y del que puede que te arrepientas susurro mientras echo la cabeza hacia atras y doblo una pierna.
La presión de sus uñas resulta muy excitante, y cualquier intento de contenerse se desvanece, manifestándose sobre todo en el movimiento de mis manos. Mi diestra se mete bajo sus enaguas y comienza a acariciar su sexo al tiempo que, con la zurda, precipitadamente suelto el cinturón y dejo caer mis calzas y calzones que se quedan en el suelo a la altura de mis tobillos, sujetos por las botas.
Oh, si, creo que eso haré... Si... quédate aquí conmigo Arya...
Sonrio mientras noto su mano, puede que se lleve una sorpresa cuando descubra que no soy virgen o puede que no se la lleve que ya lo intuya por mis gestos o mi actitud.
Cediendo a mis impulsos, le termino de bajar de un tirón la parte superior del vestido, dejando sus pechos al aire y contemplándolos con fascinación, antes de hundir mi rostro entre ellos y comenzar a jugar con mi lengua haciendo circulos. No pasa mucho antes de que me canse de los juegos preliminares, y sin molestarme por quitarle la ropa le levanto la falda y me introduzco entre sus piernas, buscando perderme en esa dulce humedad...
Una sonrisa recorre sus labios mientras entrecierra los ojos sintiendo tus caricias, mientras se mantiene comoda en el lecho, estrecho para los dos, pero poco importa en este momento en que todo palpita en ti, desde la cabeza hasta los pies. Mientras su cuerpo es maleable como la arcilla recien humeda en las manos del alfarero que creara una hermosa pieza.
Mientras su cuerpo se retuerce bajo el tuyo, mientras su vientre sube y baja, mientras su humedad te abraza y colma tu sed, mientras cada uno de sus musculos se tensa un segundo antes de volver a relajarse a dejar que tomes su cuerpo, que lo hagas tuyo, que lo conquistes...
Saboreo cada instante como si fuera el último, deleitándome con el tacto de su piel, con su fragancia... con su humedad. La dulzura y la calidez con la que me envuelve resultan terriblemente placenteros, tal y como esperaba. Los movimientos de nuestros cuerpos hacen crujir la madera, primero lentamente, saboreando cada momento, después con mayor rapidez y fuerza, llevado por un ansia cada vez mayor, con un deseo que no parece conocer limites...
Los calambres que recorren mi columna vertebral cuando le miro a los ojos anticipan el momento del clímax, puedo sentir cómo se acerca el fin y ella sin duda también puede sentirlo... y no tengo la menor intención de salir para acabar sobre su vientre, sin embargo trato de transmitir la advertencia y el ruego con una penetrante mirada, para que no le pille por sorpresa y tenga tiempo de transmitirme sus deseos...
Le miro a los ojos, noto su respiracion, noto su deseo, noto sus ganas. Sonrio mientras le atraigo hacia mi besandole en los labios suavemente.