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Juramentos de la Marca de los Jinetes - Amanecen días rojos

Capítulo 3: Donde caen las Lanzas celestiales

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09/09/2018, 21:56
Narieth Linduin

La pregunta de Léothere me resulta muy inteligente, y es a su vez una advertencia hacia nosotros: si hemos de hablar con gente importante, como los Mariscales de la Marca, primero debemos saber qué temas evitar, y qué conductas se esperan de nosotros. Cualquier buen motivo que expongamos quedará sepultado si por torpeza despertamos la ira de nuestro interlocutor.

- He estado un tiempo viviendo bajo el mismo techo que el Rey y la Reina, y aunque extranjera, quizás he tenido más contacto con ellos que muchos siervos de la Marca. Hay aspectos de la cultura local que se me escapan, pero quizás también por mi condición de forastera me fijo en cosas que otros no ven. 

Pienso que dos son los defectos de Thengel, ahora que se sienta en el trono y carga con la responsabilidad de reinar: el primero es querer contentar a todos. He visto a gente honorable, pero sin cargos ni nobleza, hacer peticiones al Rey; y este ha concedido fiándose de la honradez de la persona. Se nota que quiere compensar a aquellos que merecen respeto. Pero también lo he visto ceder antes exigencias de nobles que consiguieron su puesto en tiempos de su padre, con artimañas o manipulaciones. El Rey Thengel no compartía los objetivos de ellos, pero no se siente fuerte como para romper su reino ignorando a aquellos que aun ostentan poder. No se siente seguro, y no sabe en quién puede confiar y en quién no. De quién puede prescindir en Rohan y de quién no. Y eso lo lleva a no ser capaz de hacer sacrificios. No todo el mundo puede ser contentado, y un día llegará en que Thengel tendrá que tomar decisiones que no gustarán a todos. Y ese día algunos se sentirán traicionados y hablarán en contra del Rey. Para entonces tendrá que haberse asegurado un apoyo fuerte entre gente leal, o Rohan se derrumbará.

El otro defecto es que no se siente rey. Él ha vivido otra vida lejos de Meduseld, y era feliz con ella. Venir aquí no fue una decisión suya, al menos no enteramente, y sabe que ha tenido que arrastrar a su familia con él. Es un rey que querría ser otra cosa, que siente el trono como una prisión, no como un lugar de poder. Teme ejercer su autoridad, por más que su juicio sea justo y honroso. 

Sólo puedo deciros, maese Léothere, que lo tratéis como un ser humano, no como un rey. Pero, a la vez, no dejéis que nadie escuche en vuestras palabras una pizca de duda sobre su legitimidad al trono. 

Quizás mi consejo es demasiado vago y confuso, pero espero que os pueda ayudar si un día entráis en Meduseld.

Escucho las respuestas de mis compañeros, asintiendo ante las apreciaciones de Dengal sobre la carga que condiciona a Thengel. A su vez, sonrío cuando él hace buena la duda de Léothere y le devuelve la pregunta, esta vez referida a nuestra situación. Sí, en efecto, será muy importante saber qué no debemos decir a Cenric para que escuche nuestra propuesta.

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10/09/2018, 05:54
Director

-Es interesante que los únicos defectos que podáis hallar sean su falta de ambición, su deseo de apartarse del legado de su padre y su interés en complacer a sus súbditos, ya sean nobles o plebeyos. Eso habla muy bien de él y si logra unificar a toda la Marca puede que sea uno de los mejores monarcas que hayamos tenido -os dice Léothere mientras sus ojos se iluminan con una chispa de esperanza- Respondiendo a vuestras preguntas, si vais en nombre del Rey no deberíais temer ninguna represalia por parte de Cenric pero aún así os sugiero que no os paséis de listos con él y que si surge el tema de su enemistad con Éogar, no cuestionéis sus motivos. Durante el reinado de Fengel, se podría decir que la enemistad entre los mariscales era algo “natural” ya que ambos le ofrecían regalos al señor de la Marca y competían por su favor pero ahora, como el Rey Thengel no alienta ese comportamiento, la rivalidad sirve para que ambos mantengan leales a sus seguidores. A pesar de lo despreciable que pueda sonar, no se puede negar su efectividad ya que las personas suelen unirse incluso con los que tienen diferencias para enfrentarse a un enemigo común, sin embargo en este caso no se trata de orcos, dunlendinos u orientales sino de la gente del otro lado del Entaguas -tras responder la pregunta de Dengal, el viejo bardo se gira hacia Aldor- Por tu pregunta intuyo que eres del oeste de la Marca o que has pasado mucho tiempo lejos de la gente de estas tierras. Aunque desde fuera puede parecer lo contrario, en realidad la mayoría del pueblo llano sigue viviendo igual que antes y le trae sin cuidado la enemistad entre los mariscales, sin embargo no te discuto que en estos tiempos ha habido ganadores y perdedores. Unos pocos han medrado debido tanto por su lealtad a Cenric como por el comercio con Gondor que este ha sabido astutamente aprovechar mientras que por otra parte, otros han sufrido ya sea porque estaban sumergidos en deudas y tuvieron que venderles sus propiedades a los leales al Tercer Mariscal o porque tuvieron familiares lo suficientemente estúpidos como para creerse lo de la enemistad y morir por ello -luego de responderle a Aldor, Léothere os habla a todos- Han sido dos preguntas vuestras así que ahora tocan dos mías, sin embargo serán las últimas. La primera es sobre la Reina Morwen, he oído sobre su belleza y sabiduría pero quisiera saber que pensáis de ella ¿Qué opináis de ella? ¿Es verdad que posee la nobleza y los rasgos de los Reyes de Gondor de antaño? Y la segunda es sobre nuestro príncipe y heredero de la corona, el joven Théoden ¿Cómo es y qué lecciones ha aprendido de sus reales padres?

Notas de juego

Estas son las últimas preguntas de Léothere así que una vez que las respondáis, podréis hacerle todas las que queráis hacerle y este os las responderá sin pedir nada a cambio. Además, una vez que terminéis, pasaremos al resto del viaje.

Para tenerlas para más adelante, haced una tirada de Viajar (en este caso el rasgo Resistente no es aplicable) y luego una de Cazar (si no queréis tirar, son aplicables los rasgos Saber de las bestias o Equitación), ambas son a NO 14.

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10/09/2018, 19:03
Narieth Linduin
- Tiradas (2)

Notas de juego

Como ya he participado en la conversación y otros no lo han hecho, y para no enlentecer más la escena, hago directamente las tiradas. Dejo las respuestas sobre Morwen y Théoden a  mis compañeros, para que todo el mundo participe en alguna parte de la conversación.

No tengo más preguntas, señoría. :)

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10/09/2018, 19:58
Barald Viento de Lanza

Escucho con atención el juego propuesto por nuestro nuevo amigo, con cada pregunta conseguimos un pedacito de información que puede sernos de ayuda en el futuro, no intervengo en los asuntos concernientes a la Marca hasta que escucho nombrar a la reina y al príncipe.
-YO NO ESTOY ACOSTUMBRADO A TRATAR CON GENTE PODEROSA, NI REYES NI NOBLES PERO LA REINA ES ESPECIAL, YA QUE ADEMÁS DE SABIA PARECE SER EL TIPO DE PERSONA REFLEXIVA QUE MADURA LAS SOLUCIONES DE LOS PROBLEMAS BUSCANDO LA MEJOR SOLUCIÓN Y PARECE QUE SU OPINIÓN TIENE MUCHO PESO EN EL REY. POR OTRO PARTE, EL PRINCIPE A PESAR DE SU CORTA EDAD PARECE PERSPICAZ Y AGUDO, TIENE MADERA PARA SER UN BUEN GOBERNANTE.

Notas de juego

Estoy escribiendo desde el móvil y no puedo poner las letras en negrita, las mayúsculas es lo que habla Barald.

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10/09/2018, 20:08
Barald Viento de Lanza
- Tiradas (2)

Notas de juego

Gasto esperanza para pasar la tirada de viajar

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10/09/2018, 20:18
Dengal
- Tiradas (1)

Notas de juego

Uso equitación para cazar

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11/09/2018, 01:37
Eothred

La dulce voz de Bida, sus miradas y esa tierna sonrisa me habían hecho volar fuera de la realidad, perdido en sus encantos no había hecho mucho caso a la conversación. No fue hasta que escuché el nombre del joven príncipe que me interesé en la charla con el bardo. 

Durante la reunión con el Rey el príncipe había comentado algo que llamó mi atención y me hizo sentir que él sería un Rey por el cual daría gustoso mi vida, un Rey que se transforman en leyenda. Así que quise transmitir mi impreción sobre Théoden a Léothere. 

-Yo responderé sobre el príncipe. Cuando estuvimos en el salón del Rey pude ser testigo de como ponía a prueba a su hijo. Primero se nos preguntó cuál creeíamos que era la virtud más importante en un hombre, luego de escuchar nuestras opiniones le hizo la misma pregunta al príncipe. El príncipe meditó durante un momento y su respuesta me sorprendió gratamente, pues consideraba a la honestidad como la mayor de las virtudes ya que según él la verdad protegía todas las demás virtudes de un hombre. Además, hizo mención a la lealtad, la lealtad hacia el Rey pero también la lealtad del Rey hacia sus súbditos. Mientras hablaba mi mirada se mantuvo firme en los ojos del bardo, queriendo transmitir de cierta manera la admiración que sentía por el joven príncipe. 

Finalmente había llegado el momento de hacer una pregunta y por uno segundos consideré tomarle el atrevimiento de hacérsela a Bida, pero nuestra misión era más importante. -Al haber viajado tanto me imagino que has podido escuchar muchas rumores e historias... ¿qué se dice sobre Esmund y Myldrid? Mejor dicho, ¿qué dice el uno del otro? No sabía si había sido lo suficientemente claro, pero aguardaba expectante la respuesta de Léothere, no sin antes dedicarle una sonrisa a Bida, para que no sintiera que me estaba olvidando de ella. 

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Con la suerte que he tenido en la tirada uso el rasgo equitación para cazar 

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15/09/2018, 05:55
Director

-Así que es verdad que la Reina "Resplandor de Acero" hace honor a su nombre y a su reputación, sin lugar a duda jugará un papel importante a la hora de sanar las heridas de la Marca -comenta Léothere- Además, me alegra saber que el joven príncipe recibe buenas lecciones y que cuando herede el trono continuará con el bienintencionado legado de su padre -acto seguido, el viejo bardo se gira hacia Eothred y le responde a su pregunta- Hay muchos rumores e historias sobre Esmund y Mildryd pero la mayoría no son más que exageraciones, por ejemplo que Esmund le teme al agua y por eso nunca se atrevió a cruzar el Entaguas para reencontrarse con su antiguo amor, o que Mildryd se dedica a luchar contra orcos y dunlendinos por aburrimiento y mientras espera a que Esmund se reúna con ella. Sin embargo, si buscáis la verdad en poco os puedo ayudar ya que nunca llegué a conocer personalmente a ninguno de los dos pero por lo que he escuchado de aquellos que los conocen, no hay enemistad ni resentimiento entre ellos y si por azares del destino llegaran a unirse, puede que esa sea la oportunidad para empezar de nuevo que ambos están buscando. Siendoos sincero, espero que en algún momento eso suceda y que así puedan dejar atrás la pena y reemplazarla por la felicidad.

Tras responder a la pregunta del joven jinete, Léothere levanta la vista hasta el cielo y luego de un breve instante observando la posición del sol y de las nubes, os vuelve a hablar.

-Ha sido un placer compartir la comida con vosotros pero ya es hora de que todos continuemos con nuestros respectivos caminos -os comenta el viejo bardo mientras se pone de pie- Bída, ve a preparar nuestro caballo -le dice a la muchacha, la cual parece estar entretenida intercambiando miradas con Eothred y no le hace caso- ¡Bída! El caballo -repite aunque esta vez levantando ligeramente la voz para captar la atención de la joven.

-¡Si! -responde la joven dando un sobresalto- Ya me encargo, maestro.

Una vez que todos habéis terminado con los preparativos y estáis listos para subir a vuestras monturas y continuar el viaje, el viejo bardo se acerca a vosotros.

-Como ya he dicho, ha sido un honor conoceros pero antes de que os marchéis debo haceros una petición y también daros un aviso -os dice Léothere- Mi petición es sencilla: Cuando volváis a encontraros con el Rey Thengel hacedme el favor de mencionarle mi situación y la pena de exilio que pende sobre mí, no pido que intercedáis en mi nombre sino que simplemente le presentéis mi caso y que él tome la decisión que crea más justa -os solicita el bardo- En cuanto al aviso, la noche anterior el mismísimo Trueno, el poderoso caballo de *Béma El Cazador, se me apareció en los sueños y me hizo una advertencia: Las tormentas de verano llegarán muy pronto a las llanuras de Estemnet y las lanzas celestiales caerán cuando Béma lidere su Gran Cacería a través de los cielos.

Tras el críptico aviso, Léothere monta en su viejo castrado y luego le extiende una mano a Bída para que se suba detrás de él.

-Bueno amigos míos, esto es el adiós. Os deseo buena fortuna en vuestro viaje y espero que nos volvamos a encontrar, tal vez en Meduseld si el destino así lo quiere -se despide el viejo bardo- Y me olvidaba, el campamento de Cenric se halla a unas veinte millas al este así que imagino que lo alcanzaréis al atardecer.

Luego de despediros del bardo y de su joven aprendiz, la cual le dedica una última sonrisa a Eothred y lo saluda tímidamente con la mano, reanudáis la marcha hacia el este mientras que el sol, que antes estaba en su cénit, ahora comienza su marcha descendente hacia el oeste.
Todavía con el aviso de Léothere rondando en vuestra mente, levantáis la vista y la centráis en las nubes que hay en el horizonte. Aunque la mayoría solo veis unas nubes grisáceas con ligeras tonalidades en negro, Barald y Galadan se dan cuenta que una tormenta se aproxima mientras que solo Aldor y Dengal son quienes perciben que es muy probable que la lluvia os alcance durante las últimas horas del día.

Apurando a vuestras monturas pero sin hacerlas ir al trote para no cansarlas, atravesáis las planicies de Estemnet sin problemas mientras os dais cuenta que las nubes comienzan a acercarse lentamente hacia vosotros. Una vez que el sol comienza a tocar el horizonte, desde la cima de la pequeña colina que acabáis de subir no solo vislumbráis numerosos campamentos de pequeño tamaño sino también una gran cantidad de animales, la mayor parte de rodeo bovino pero también de equino. Sin lugar a duda, es el mayor rebaño que habéis visto en toda vuestra vida y ni siquiera en vuestros sueños habríais imaginado tamaña cantidad de animales y de pastores, los cuales abarcan prácticamente una zona de entre dos a tres millas de diámetro.
Luego de descender de la colina y acercaros a la periferia del rebaño, los pastores os saludan y ante vuestras preguntas os señalan que el campamento de Cenric se encuentra en el centro, a una milla o a una milla y media de vuestra posición actual. Tras seguir las indicaciones de los pastores y recorrer casi media distancia, os topáis con una curiosa escena: Tres sementales de mediana edad son desafiados por un joven y brioso aspirante, los cuatro caballos levantan tierra con sus casos, se encabritan apoyándose en sus patas traseras y ocasionalmente se lanzan algunos mordiscos o coces. Cerca de ellos y observando entretenidamente la situación y esperando su desenlace se ubican cuatro jinetes a lomos de sus respectivas monturas, sin embargo estos no son simples pastores sino que van bien pertrechados con cotas de malla, escudos, lanzas y espadas por lo que está más que claro que se tratan de guerreros a las órdenes del Tercer Mariscal. Al percatarse de vuestra presencia, uno de los rohirrim se gira hacia vosotros y os habla.

-Sed bienvenidos, viajeros, al campamento del honorable Cenric, Tercer Mariscal de la Marca y Señor de Alburg -os dice orgullosamente el guerrero- ¿Buscáis un lugar seguro donde pasar la noche o estáis aquí para encontraros con alguien?

Tras escuchar las palabras del jinete, Dengal y Eothred perciben que tanto vuestras monturas como las del cuarteto de guerreros, además de los cuatro sementales, se encuentran inquietos como si sintieran la proximidad de una tormenta. Sin embargo, Barald es el único que se da cuenta que los animales intuyen que la tormenta no tardará en llegar, tal vez en apenas una hora o incluso menos.

- Tiradas (6)

Notas de juego

*Béma el Cazador: Es el nombre que recibe entre los Hombres del Norte (Rohirrim, Beórnidas, Hombres del Bosque Negro y Bárdidos) uno de los Poderes de Arda, reverenciado sobre todo en Rohan por no solo ser un gran cazador sino por su habilidad y su aprecio por los caballos. Su fiel compañero y montura, Trueno, es inteligente corcel que según los relatos antiguos escoltó desde las Tierras Imperecederas a los caballos que luego serían los ancestros de los Mearas. Los elfos y los numeronéanos conocen a Trueno con el nombre de Nahar y a Béma con el de Araw u Oromë.

Todos: Para ya tenerlas para el próximo turno, haced una tirada de Viajar o de Saber (a elección) a NO 14. Ningún rasgo es aplicable aunque Narieth puede usar el rasgo temporal Favor para tener un éxito automático.

Falenthal: Aunque debía habértelo preguntado hace tiempo, te lo pregunto ahora: ¿Narieth no tiene problema en mostrar su naturaleza élfica o en su lugar intenta esconderla (por ejemplo disimulando sus orejas en punta tras sus cabellos o llevando siempre con la capucha puesta)?

Barald gana el primer punto de avance en el grupo Supervivencia. Dengal gana el segundo punto de avance en el grupo Movimiento.

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16/09/2018, 22:30
Narieth Linduin

Ambas cosas -respondo directamente al jinete.- Debemos hablar con Cenric, el Mariscal, pero hemos cabalgado durante muchas horas y necesitamos un descanso. Viendo la proximidad de la noche, necesitaremos con seguridad cobijo hasta mañana. ¿Será posible compartir campamento con vosotros? Estaremos muy agradecidos.

Sé que puede resultar arriesgado que sea yo, con mi evidente apariencia élfica, quien transmita la petición del grupo. Pero sé que si quiero ganarme el respeto de esta gente aguerrida, no puedo esconderme como una espía o un bandido. El Rey de Rohan me ha enviado, y aunque no usaré su nombre si no es necesario, debo ganarme el respeto de los Jinetes sin engaños antes de poder invocarlo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pues ya he dejado caer cómo me muestro: no escondo mi origen élfico, ni mi condición de extranjera. Soy la enviada de la Dama Galadriel y el Señor Celeborn, adoptada como agente del Rey Thengel en la Marca. Así que considero que yo soy la primera que he de creerme mi posición, y actuar como tal.

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18/09/2018, 08:22
Barald Viento de Lanza

Después de despedirnos de nuestros nuevos amigos y varias horas al lomo de nuestras monturas por fin podemos ver a lo lejos nuestro objetivo, a medida que nos acercamos no para de aumentar mi asombro por la inmensa cantidad de animales que allí se reunen.

En las proximidades del campamento un guerrero nos aborda y y tras esperar a que Narieth le explique el motivo de nuestra visita procedo a saludar al hombre con una leve inclinación de la cabeza. -Saludos caballero de la Marca, que el gran Béma te sea propicio pero debemos apurarnos porque la tormenta está en ciernes y en menos de una hora descargará sobre nuestras cabezas.

- Tiradas (1)
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18/09/2018, 21:59
Eothred

Fue duro tener que ver a Bida partir, tenía la esperanza de que nos acompañaran durante el viaje, pero la realidad era distinta, ella tenía una vida diferente a la mía y solo el destino podría unirnos. -Espero que nos volvamos a ver. Le dije antes de que subiera al caballo, besé su mano con delicadeza pero con decisión y la miré esperando guardar su imagen en mis recuerdos. 

El bardo nos pidió un favor antes de irse y nos comentó un sueño muy extraño que involucraba al gran Béma el Cazador y a su fiel caballo trueno. En ese momento le presté más atención a la petición del bardo que al sueño. -Yo mismo hablaré de ti ante al Rey cuando regrese, te lo juro. Ese juramento no era tanto por el bardo, era por Bida, así la podría volver a ver. 

Luego de despedirnos continuamos nuestro viaje, el cual estaba resultando sorpresivamente tranquilo. Salvo la situación en el vado, que por suerte resolvimos bien, no habíamos enfrentado ningún imprevisto, me preocupaba estar teniendo tanta buena suerte.  

Cuando llegamos a las tierras de Cenric un grupo de sus jinetes no recibió y nos dio la bievenida. Nartieth, como era de esperarse se adelantó y nos presentó. Yo me mantuve callado pues estaba más precupado en la actitud de Arofot, que estaba bastante inquieto y eso no podía significar nada bueno. 

Mis sospechas se confirmaron cuando Barald mencionó que pronto llegaría una tormenta, pues eso podía explicar la actitud de mi caballo. Mientras esperaba la reacción de mis compañeros yo traté de tranquilizar a Arofot, acariciando su cuello y su crin. -Sho Sho, tranquilo mi amigo. Todo estará bien. 

- Tiradas (1)
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23/09/2018, 18:44
Aldor

Tras escuchar las palabras de Léothere y ver partir al legendario bardo proseguimos nuestro viaje hacia el encuentro con el Marsical Cenric. Cabalgamos sin descanso y a buen ritmo pero sin desgastar nuestros caballos, puesto que vemos en la lejanía unas nubes oscuras, nubes de tormenta. Era claro que coincidíamos en que la tormenta descargaría al alcanzar nuestro destino, como había dicho Barald y Galadan. 

La marcha nos llevó hasta nuestro destino, un grupo de rohirrim salió a nuestro encuentro y nos dio la bienvenida al campamento del Mariscal Cenric de Estenmet. Mis compañeros hablaron por todos y puesto que repetir lo que habían dicho me parecía innecesario mantuve el silencio y esperé a que el rohirrim hablara de nuevo.  

- Tiradas (1)
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26/09/2018, 03:25
Director

Al ver que quien le responde es ni más ni menos que una elfa, una de las que llaman “acólitas de la Hechicera del Bosque de Oro”, el jinete se muestra intranquilo y en silencio aunque finalmente las palabras de Barald parecen hacerle reaccionar.

-Ya estábamos al tanto de la tormenta, extranjero, aunque no sabíamos que iba a estallar tan pronto -le responde el rohirrim a Barald aunque no de manera hostil sino agradeciéndole en cierta forma su aviso, acto seguido el jinete centra su mirada en Narieth- Si tenéis asuntos que tratar con el Mariscal, antes que nada debéis ir en su búsqueda y presentaros ante él. Una vez que hayáis cumplido con las normas de cortesía, él se encargará de daros cobijo.

Viendo que si o si tendréis que visitar a Cenric antes de que podáis descansar, reanudáis la marcha siguiendo las indicaciones que los guerreros os dan. A medida que vais avanzando, las oscuras nubes se acercan hacia vosotros cubriendo de a poco el celeste cielo y haciendo que vuestras monturas se muestran cada vez más inquietas. Sin embargo, cuando el firmamento se vuelve totalmente negro y solo os falta un tercio de milla para alcanzar el campamento de Cenric, vuestros caballos se detienen de repente, no solo resoplan inquietos sino que su pelaje se eriza al mismo tiempo que el pelo de vuestros brazos. De improviso, unas pequeñas y titilantes esferas de color azul y violeta comienzan a flotar en el ambiente y no solo se concentran en torno a las puntas de las lanzas, los yelmos, las orejas de los caballos y los cuernos del ganado bovino sino que también serpentean entre las briznas de hierba con haciendo un sibilante sonido. Es un espectáculo extraño y hermoso pero también inquietante y perturbador.
La mayoría de los jinetes se miran incrédulos, unos pocos se preguntan si se trata de un hechizo, otros gritan alarmados que se trata de un conjuro de la bruja del Dwimordene y un buen puñado de ellos advierte que se trata de un efecto de la próxima tormenta. La mayoría de vosotros tampoco sabéis que ocurre pero Dengal, Heruwyn y Narieth reconocen las chispas como como una señal de que pronto estallará una tormenta eléctrica de raro poder aunque no son capaces de explicar la presencia de esas esferas titilantes, tal vez se deba a la propia acumulación de electricidad en el ambiente. Aún así, los tres no tardan en compartir su conocimiento con el resto del grupo y también con los pastores para que así estén preparados.

Repentinamente, la tormenta estalla con una furia inaudita. Los rayos del sol del atardecer son incapaces de traspasar las densas nubes y todo se vuelve tan oscuro como la noche siendo las pequeñas chispas flotante las únicas fuentes de iluminación, la copiosa lluvia os azota con la misma fuerza que los disparos de un batallón de arqueros. De improviso, un poderoso rayo cae con un destello cegador a poca distancia de donde os encontráis siendo seguido luego por un trueno ensordecedor que hace temblar hasta al propio cielo; pastores, guerreros, caballos y vacas gritan alarmados al unísono. Al cabo de un breve instante y mientras que los rayos no dejan de caer, el suelo comienza a temblar con cada vez más fuerza pero esta vez no es obra de la tormenta sino que se debe a que el ganado comienza a correr presa del pánico, chocándose entre ellos y llevándose por delante todo lo que haya: se trata de una estampida.

Temerosos y también desesperados, los pastores y los guerreros hacen todo lo posible para controlar a los animales, ya sea cabalgando a su alrededor y evitando que se sigan descontrolando como cantando con voz poderosa antiguas canciones de pastores en un intento de apaciguarlos. Aún así, sus esfuerzos dan un limitado resultado y un nutrido grupo de animales corre ciegamente hacia donde os encontráis por lo que solo tenéis dos opciones: huir a pleno galope y evitar que los animales os alcancen o intentar ayudar a los pastores antes de que la estampida se cobre una víctima.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Todos: Como no tenéis tiempo ni para discutirlo, cada uno debe tomar una decisión:
-Huir: Se requiere una tirada de Atletismo a NO 14 aunque modificada por el tipo de caballo que lleváis (para Barald el NO sería 10 ya que tiene un destrero, para Galadan el NO sería 11 ya que tiene un corcel, y para el resto el NO sería 12 ya que tienen palafrenes). Si se elige huir no se podrá hacer nada más.
-Ayudar a los pastores: Se requiere una sola tirada de Alerta (para coordinarse con los pastores), de Cazar (para perseguir animales), de Cantar (para calmar a los animales) o de Atletismo (para cabalgar rápidamente y ayudar a contener la estampida). Todas son a NO 16 aunque la de Atletismo se ve afectada por el tipo de caballo (NO 12 para Barald, NO 13 para Galadan, y NO 14 para los demás).
Independientemente de que opción se elija, no se pueden usar Rasgos para conseguir un éxito automático. Además, si se falla una tirada surgirán problemas.

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27/09/2018, 03:33
Dengal

-Señor Leothere, le aseguro que en cuanto esté en Edoras, buscaré la forma de que sus canciones sean bienvenidas entre los grandes señores otra vez. Si un aprendiz como yo pudo lograr ser felicitado en el Salón Dorado, un maestro como usted los deleitará como nadie- le respondo al gran bardo al despedirnos.

...

Al encontrarnos con los pastores, el rebaño y los soldados, dejo que mis compañeros sean quienes presenten al grupo y comenten cual es el motivo por el que estamos allí, pero los cielos parece que no nos da tiempo a nada y en el camino hacia el encuentro con el Mariscal un tormenta eléctrica nos sorprende. El rebaño se descontrola y una estampida mortal se avecina, no sólo para nosotros, sino para los guerreros, los pastores y cualquiera que esté en su camino. Al ver que los pastores tienen problemas controlando el pánico de los animales intento ayudarlos tarareandoles una nana que mi padre cantaba cuando trataba de calmar los corceles que criaba.

- Tiradas (1)

Notas de juego

-Por mi virtud Old Songs And Children Tales transformo mi éxito en viajar en un gran éxito

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27/09/2018, 06:00
Eothred

La tormenta empezó con una fuerza que nunca había visto antes, parecía que el cielo estuviera en guerra con nosotros. Los rayos impactaban en la tierra cual lanzas mortales y sus destellos eran aterradores. Mi fiel Arofot había tratado de advertirme que algo malo estaba por suceder, pero nunca imaginé la gravedad de lo que se venía. 

De repente la tierra empezó a temblar, por un momento pensé que se abriría bajo las patas de mi caballo cuando una serie de gritos de miedo y desesperación hicieron que me diera cuenta de lo que realmente estaba sucediendo. El ganado había caído presa del pánico formando una poderosa y destructiva estampida. 

La lluvía golpeaba mi rostro sin piedad, cada gota que impactaba en mi piel se sentía como si se me clavara una aguja. Pero eso no impidió que me diera cuenta que había personas que necesitaban mi ayuda y ante eso no podía huir. Sujete confirmeza las riendas de mi caballo y como si fueramos uno Arofot y yo partimos a toda velocidad para ponerle un fin a esa estampida. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Gasto esperanza para poder pasar la tirada. 

Si me das el ok me resto el punto de esperanza. 

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27/09/2018, 12:37
Aldor

En cuanto el jinete nos deja seguir con nuestra marcha, lo hacemos con premura, dado que los animales empiezan a estar inquieto. Avanzamos y poco antes de llegar, Palafrén se detiene, está más inquieto que hace unos momentos, resopla con fuerza y puedo notar el miedo en sus ojos. La tormenta iba a estallar en cualquier momento.

Como preparativo para la tormenta, unas pequeñas y titilantes esferas de color azul y violeta comienzan a flotar en el ambiente. Éstas se empiezan a acumular en cualquier superfície puntiaguda que encuentran: punta de lanza, orejas de caballos, incluso en el césped. Era hermoso e inquietante al mismo tiempo. Intento calmar a Palafrén para que en el momento en que caiga le primer relámpago no me tire del caballo.

En cuanto cae le primer rayo, sujeto con fuerza las riendas y evito que Palafrén relinche y brinque preso del pánico. Cuando lo controlo me percato que había empezado una estampida de las reses que pastaban a nuestra llegada:-Voy al frente de la manada de reses para dirigirla y frenarla!-grito al resto para que me escucharan por encima de la tormenta:-Vamos Palafrén!!-y espoleo a la montura y veloz como el viento me dirijo al frente de la manada. 

- Tiradas (1)
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27/09/2018, 14:27
Narieth Linduin

Ante el caos desencadenado por la tormenta eléctrica Narieth no se amendretó. No dudó en ningún momento que aquellos destellos violetas sobre el campo no eran magia. Conocía muy bien el Arte de los elfos y las supersticiones que atenazaban a algunos jinetes no la afectaron. Además, había experimentado varias veces los ataques relámpago, pero desorganizados, de orcos y trasgos tratando de cruzar el Anduin: aquella estampida no era demasiado diferente. No había que ser más fuerte que las reses, ni tener mayor número. Sólo había que moverse rápido, de manera segura, y con un objetivo fijo. Si cada uno hacía su parte, las reses serían contenidas en un instante.

Azuzó a su montura sin mirar a nadie, colocándose de manera instintiva junto a los animales que formaban el perímetro exterior de la manada. Adaptó la velocidad de su montura a la de las vacas, y poco a poco la fue disminuyendo para que las reses imitaran su conducta. Parecía que lo hubiera estado haciendo toda la vida.

- Tiradas (1)

Notas de juego

¡Éxito espectacular!

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28/09/2018, 16:19
Barald Viento de Lanza

Viendo que Cenric no está en el lugar seguimos avanzando, a la vez que van pasando los minutos el tiempo va cambiando, parece que la tormenta va a ser mucho peor de lo esperado hasta que de repente empienzan rayos junto con una densa lluviaa, el cielo está tan cerrado que las nubes oscurecen el sol.

Mientras acaricio el cuello de mi montura para intentar tranquilarzala parece que las cosas cada vez se tornan más complicadas, el ruido de los truenos ha provocado una gran estampida de la gran manada de reses que había en el lugar y los pobres psatores son incapaces de controlarlas, durante un segundo dudo que hacer pero  mi instinto me dice que tengo que ayudar a estas honradas gentes por lo que sin perder más tiempo espoleo a mi fiel caballo y enfilo a galope tendido en pos de los animales asustados.

 

 

- Tiradas (1)
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28/09/2018, 19:53
Galadan

Hasta entonces, he permanecido en silencio. Soy un hombre de palabras certeras y escogidas, y no quiero malgastarlas. De forma que hago caso a todo lo que me dicen... hasta que estalla la tormenta. Es como la furia del cielo, cayendo sobre nuestras cabezas. Los animales se asustan, y con razón. De inmediato, doy un "¡arre!" a mi corcel para ponerlo en movimiento. Con velocidad inusitada, dirijo a mi montura hacia las reses, y agarro una por los cuernos para detenerla de un tirón. Repito con otra, y luego con otra. Pronto, un pequeño grupo de vacas en estampidas han sido detenidas por la fuerza de un jinete de Gondor.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Gasto 1 punto de Esperanza para tener un Resultado Mágico.

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05/10/2018, 04:25
Director

Sin apenas pensarlo, todos os lanzáis en auxilio de los pastores y junto con ellos intentáis controlar al numeroso rebaño usando vuestras diversas habilidades. Aldor, Eothred, Narieth y Heruwyn se mueven de un lado a otro conteniendo a los animales y evitando que la estampida continúe, Dengal canta con voz clara y poderosa calmando así a los animales a su paso a pesar de los fuertes truenos que resuenan y Barald se encarga de ir tras los animales que se separan del resto y de regresarlos al redil. Por otra parte, Galadan se encarga él solo de todo un flanco del rebaño y por un momento llegáis a pensar que hay más como él ya que os parece verlo en más de un lugar al mismo tiempo… aunque sabiendo que eso es imposible, simplemente se lo achacáis a vuestro cansancio y a la velocidad del caballo de vuestro compañero.

Contener al rebaño no resulta ser sencillo y luego de un buen tiempo moviéndoos de aquí para allá, levantáis la vista hacia el cielo en un intento de rogarle a los Poderes que terminen con la tormenta pero cuando lo hacéis veis que entre los negros nubarrones hay un imponente nube blanquecina cuya silueta es extrañamente similar a la de un jinete sobre un caballo al galope. Sin embargo, tras cerrar los ojos a causa de un resplandeciente rayo que cae a tierra, volvéis a centrar la mirada en la nube solo para daros cuenta de que esta ha desaparecido totalmente, lo que os dudar entre si solo ha sido una simple casualidad o si los sueños de Léothere no eran simples sueños sino visiones o incluso un aviso del propio Trueno…

Después de más de una hora de tormenta en la que no tenéis descanso ni dejáis de ayudar a los pastores, el temporal amaina y en lugar de resplandecientes rayos y un copioso aguacero solo queda una suave y fina lluvia que después de lo que habéis pasado os resulta agradable y tranquilizadora. Tras tomaros un breve instante para recuperar el aliento y mientras que una pequeña parte de los pastores y de los guerreros se marchan en diversas direcciones para evaluar las pérdidas y los daños, un cuarteto de guerreros se acerca hacia vosotros, curiosamente son los mismos que os dieron la bienvenida al campamento. Luego de murmurarle unas palabras a uno de sus compañeros, el cual no tarda en irse a pleno galope, el líder del grupo os habla.

-Por lo visto, no solo sois conocedores del clima sino que también sabéis como manejaros con los animales. En nombre mi y de mis compañeros, os doy las gracias -os dice el líder para luego hacer una respetuosa reverencia, inclinándose hasta casi tocar las crines de su caballo- Según los pastores, solo tres animales se han extraviado aunque si no fuera por vuestra intervención no solo se hubieran perdido más sino de deberíamos lamentar la pérdida de algún compañero o de varios de nuestros caballos -agrega el guerrero comentándoos el resultado de vuestros esfuerzos- Ahora, si sois tan amables, seguidme y os llevaré ante el Mariscal. Después de vuestra colaboración, sin lugar a duda querrá conoceros.

Habiendo terminado de tomar un respiro, seguís a los jinetes bajo la suave lluvia y tras completar el tercio de milla que os faltaba recorrer, arribáis al campamento principal. Sin embargo, lo que veis ante vosotros dista mucho de ser un campamento ya que una buena cantidad de las fogatas se han apagado por culpa del aguacero y la mayor parte de las tiendas se han venido abajo o han volado lejos a causa del viento, más de una treintena entre guerreros, pastores y sirvientes trabajan y corretean por la zona intentando arreglar el desastre causado por el temporal.
Una vez que los jinetes os escoltan hasta la parte central del campamento, os piden que desmontéis y tras hacerlo les seguís mientras lleváis a vuestros caballos por las riendas hasta una zona en la que hay una fogata con tres personas y junto a ellos una docena de hombres que intentan volver a poner en pie un pabellón digno de un señor. Curiosamente, vuestra escolta os guía hasta la fogata y tras detenerse, el líder hace una reverencia ante el hombre más mayor de los tres presentes.

-Mi señor, como os habrá comunicado mi compañero, estos no solo son los viajeros que nos han ayudado hábilmente con el rebaño sino también quienes solicitan veros -dice respetuosamente el jinete.

Mientras el cabecilla de vuestra escolta habla, vosotros centráis vuestra atención en los tres individuos, los cuales están frente a una de las pocas y siseantes fogatas que han sobrevivido al temporal y que utilizan como asiento unas sillas de montar que seguramente pertenecen a sus caballos. El primero de los presentes es un hombre algo mayor que el Rey Thengel, de cabello y barba rubia aunque plagada de canas que va vestido con un atuendo rico pero a la vez resistente y porta una tiara dorada, a diferencia del Señor de la Marca su mirada es dura y en vez de sabiduría porta la astucia propia de un zorro. El segundo es un hombre de cerca de los cuarenta años, de cabello corto y barba copiosa, ambos rubios, de ceño fruncido y rostro adusto pero que en su seriedad se puede ver el porte de un líder, viste con cota de malla y además de llevar una espada, un escudo descansa junto a él. Y el tercero es apenas unos años menor que el anterior pero de aspecto totalmente opuesto, es más bajo, su contextura es más delgada, su cabello y su barba son castaño oscuro, su mirada destila inteligencia, y su rostro parece ser amigable y su sonrisa encantadora. Sin lugar a dudas, os encontráis respectivamente ante Cenric, Tercer Mariscal de la Marca, Esmund, capitán de los rohirrim, primo de Cenric e hijo del anterior Mariscal, y Gálmód, consejero e hijo adoptivo de Cenric.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Narieth gana el primer punto de avance en el grupo Movimiento, Aldor y Eothred ganan el tercer punto de avance en el mismo grupo. Barald gana el segundo punto de avance en el grupo Supervivencia. Dengal gana el segundo punto de avance en el grupo Costumbres.