Partida Rol por web

El autocar llega junto a la gran puerta... todo parece ir bien, aunque no se ha visto una sola luz encendida en todo el trayecto. La gran puerta se alza ante vosotros. Se oye un motor a toda velocidad llegar desde el norte, incluso por encima de la tormenta. Es un motor de gasolina, seguramente de un jeep, ya que de autocar está claro que no es.

La puerta está cerrada, y a los lados de la misma se alza una firme -o no- alambrada. Estáis a unos 4 metros de los mandos. Hay un teléfono y la palanca de apertura manual, además de una puerta de servicio para pasar a pie. Está forrada de madera para mantener el aspecto de la Gran Puerta, así que es difícil determinar de qué está hecha realmente.

Tom ha dado un cargador a Kenneth, y Dave sigue sentado en un asiento, más relajado por ahora

La vida en Isla Nublar es bastante... putada. No hay mucha diversión, y aunque no deja de haber algo de trabajo, desde luego no es el trabajo de tus sueños
Normalmente pasas varios meses en la isla antes de tener una semana de descanso, y en un mes te tocaba semanita, así que empezaba a hacerse largo.

Hoy estabas con uno de los guardas del parque, que por normativa os tienen que acompañar a cualquier parte dentro del parque, y con un electricista. Habían unos invitados especiales, así que tenías que revisar que los aseos estuviesen en orden. Acabando la jornada, estabas revisando el que está cerca del terrible tiranosaurio, y luego volvisteis a la caseta de mantenimiento hasta la hora de plegar, por si hubiera algún problema, andar cerca

Estábais los tres escuchando la radio y tomando café de un termo, charlando de nada importante, cuando de repente en la radio se escuchaba nada más que nieve, y la luz se apagó súbitamente.
Sin demasiado alarme, el guarda y el electricista salieron a ver qué pasaba. Tú te quedaste dentro, porque estaba cayendo un diluvio y no era de tu incumbencia, aunque sí apagaste la radio, que, sin sintonía con ninguna emisora era ien molesta.

Al poco volvieron los chicos, blancos como la nieve. Decían que las alambradas se habían apagado, y que tenían que volver de inmediato al centro de control para informar, parece que se había ido la luz en el sector. Recogísteis las cosas y montasteis en el jeep de gasolina, colocándole la lona para mojaros lo menos posible.

Al pasar frente a los aseos del tiranosaurio, los encontrasteis destruidos, con la alambrada rota por un lado, y rastros de refriega: Un jeep eléctrico estaba parado, y habían unas pisadas enormes por el barro, y resfregones de haber arrastrado otro jeep, que debió caer por el barranco.

Acojonados, apagásteis el motor mientras los dos chicos te pedían que te pusieras al volante por si había que salir. El guarda fue hacia la derecha, hacia los aseos destrozados, y el electricista a ver qué habia pasado con el barranco.

Desde luego, era una idea pésima.
La mayor atracción del parque, el Tiranosaurio, apareció súbitamente desde la jungla, y devoró al guarda de un solo mordisco, que no tuvo tiempo más que para dispararle unos pocos disparos. El otro hombre corrió hacia tu jeep, desde el otro lado, pero tu jeep estaba entre él y el tiranosaurio, y no iba a llegar a tiempo.
Encendiste el jeep y saliste a toda pastilla, sin más remedio que dejarle. Si le hubieras esperado, ahora los dos estariais muertos.
El Rex se entretuvo unos segundos en devorar también al electricista, y luego salió en tu persecución.
El guarda dejó un pistolón de kilo y medio en la guantera, que con el traqueteo de la persecucuín se abrió y dejó caer el arma a los pies del asiendo del copiloto.

Por fortuna, Isla Nublar no tiene mucho misterio si no te sales de los caminos, así que con la adrenalina por las nubes, lloviendo (y con la lona volando tras del jeep a estas alturas a causa de la velocidad), huíste esperando que el dinosaurio se cansase de ti. Lejos de eso, te persiguió.
Por el camino viste otra verja rota, pero no sabes de qué dinosaurio es (tienen unos nombres muy raros).

Ahora casi estás llegando a las puertas del parque, con la esperanza de que estén abiertas, o el dinosaurio por fin se canse de tí y puedas escapar. Pero por los rugidos furiosos y ansiosos, no parece que vaya a hacerlo.

Alder ha permanecido silencioso el resto del trayecto en autocar, oteando alrededor tratando de anticiparse al peligro.

Escucha a lo lejos el ruido del Jeep de Gasolina y duda ¿Quien sera el que viene en Jeep? Tal vez vengan a por nosotros... piensa mientras se prepara para la apertura de puertas.

Señores, los que vamos armados cubriremos mientras alguno abre la puerta. Los que poseen rifles estaran atentos mientras yo acompaño al que vaya a abrirlas. Necesitamos toda la ayuda asi que no dejen de observar por las ventanas... y avisen a los tiradores en caso de problemas. ¿Quien vendra a abrir la puerta? termina mientras se abriga y respira profundamente.

Tras ir durante todo el trayecto en bus sentado en el mismo asiento de la parte trasera intentando autoinfundirme valor, intentando convencerme que no está todo perdido, pero que si no hacemos nada seguro que no sobreviviremos, mientras, escuchaba a los demas viajeros hablando, sus conversaciones parecian ser positivas respecto a nuestra situacion actual, o almenos, eso es lo que quise creer, fuese como fuese, logré tener de nuevo el control sobre mis pensamientos y en consecuencia sobre mis actos y al oir a Alder pedir a alguien que lo acompañase para abrir la puerta, me levanto y, seguro de mi mismo, le digo Yo te acompañaré ahí fuera, y pase lo que pase ambos sabemos manejar las armas... Tras eso voy a su lado para que cuando todos estemos listos salir a abrir la puerta...

Al distinguir la gran puerta que da acceso al parque frente al autobús, Michelle sonríe levemente esperanzada por haber cosneguido hasta allí con todos los integrantes del autobús todavía en pie, además los dinosaurios no suelen acercarse a éste lado de la alambrada demasiado a menudo... al menos eso cree.

Alder empeiza a organizar la acción como si de un líder no-votado se tratara, aunque por el momento no se va a oponer, es obvio que necesitan organización y el hombre no lo hace mal.
-Esperad, llevaos esto- se levanta de su asiento y busca en el interior de su mochila con rapidez.
Probablemente cualquier chica llevaría dentro enseres personales o maquillaje, sin embargo ella tiende una linterna a Walter  -Es bastante pequeña pero iluminará mejor que nada- le sonríe amigablemente y vuelve hasta la posición de Lucrecia, moviéndose ambas hasta unos asientos algo más adelante (por la zona intermedia del autobús).

Todo se arreglará pienso mientras observo ligeramente recostado en el asiento a través de la ventana. La lluvia sigue siendo intensa y el follaje se ve como una sombra macabra que juega con nuestras esperanzas. El camino de acceso parece embarrado y refleja las luces encendidas del jeep. El sonido es tosco pero muchos agradeceríamos algo así.

 El joven Jhon se ofrece voluntario, Alder debería saber que puede contar conmigo para lo que quiera. Si no lo dispone así, permaneceré en el autobus, concentrado en mantener la calma, observando a través de esa pantalla condensada y llena de rios formados por las grandes gotas de lluvia, esperando que nada ahí fuera me devuelva la mirada. ...Es algo tan sumamente....inmenso...e incontrolable...

Antes de apearse del Autocar Alder le da una Bengala a Max tras coger la linterna.

Amigo, si algo se acercase a la verja debes activarla y tirarla lejos de ti y de nosotros... antes ha funcionado con los monstruos esos... recemos para que vuelva a funcionar... ¿todos preparados? dice mientras se prepara.

Gracias por la Linterna... solo la encenderemos cuando lleguemos al panel para iluminarlo... no queremos avisar a mas criaturas de que estamos aqui... si algo pasara... no... no pasara. Confio en ustedes.

Me pongo en pie, mi tiempo como observador de gotas de agua termina, y aunque prefería tener algo que hacer, la responsabilidad era algo que pesaba en estos momentos mucho más de lo que Max creía poder aguantar sobre sus hombros.

 Golpeó levemente uno de los cabeceros de los asientos mientras caminaba, cuando pasó frente a aquellos con los que había compartido impresiones, el rostro era serio y la mirada estaba fija en los ojos estáticos de Alder. Un compatriota como él no podía decepcionarme.

- Descuida.- Le digo con serenidad.

 Me aparté del camino de Michelle con respeto y tomé entre mis manos la preciada bengala. Acaricié su superficie plástica con el pulgar. Almenos no hace mala noche. Coloco el cuello de mi ropa hacia arriba, cubriendolo, no deseo resfriarme, y echo un vistazo al interior del autocar. Desciendo un par de escalones y apoyo la espalda en la puerta abierta, mi vista se enfoca al frente, hacia la puerta, a mi espalda mis compañeros montan guardia. Son avispados, y confio plenamente en ellos para que den cualquier señal de alarma, en aquellos momentos les confiaría mi propia vida, y puede que tenga la ocasión de hacerlo. Mantengo la pierna izquierda levemente flexionada sobre el escalón anterior al suelo. La bota derecha ha llenado su suela de barro, el tacto es duro y algo viscoso. Compruebo un par de veces el flanco del autobus y las alambradas, la lluvia y la neblina se mezclan con la noche para no dejar ver absolutamente nada. Me muestro alerta y receptivo a cualquier orden.

Don no reacciona ante el sonido del jeep, cualquier cosa que no se le plantara delante de los ojos no era muy digna de su preocupación. El geólogo se acercó a la puerta, junto a los demás, en señal de que él también saldría si fuera necesario.

Su mente está completamente apagada, simplemente alerta, esperando a que ocurriera algo para que la adrenalina empezara a correr de nuevo por sus venas... Para bien o para mal.

¿Necesitáis ayuda? dijo, por fin.

Creo que ya había quedado claro quienes eran, por ahora, los valientes del grupo. Desde luego, no tenía pensado por ahoa hacer heoricidades; siempre había sido un cobarde, y el día que no lo fuese...!!diablos, que al menos fuese en otra situación donde tuviese que demostrarlo¡¡

En todo caso, me arrecuesto en el asiento. Siempre podía vigilar por si aparecía algún bichito por ahí suelto, que nunca se sabe. Más valía que no fuese así, porque estábamos en una zona de carnívoros, que venía a ser lo mismo que come-personas...ojalá se diesen prisa, y abriesen la dichosa puerta de una vez.

La tormenta arreciaba, y todo parecía ir de mal en peor...sobretodo, la sensación de que lo malo aun estaba por llegar...

 Lucrecia, en la parte posterior del autobús, se pone de rodillas ecima delasiento y pone todos sus sentidos para percibir lo que sucedía en el exterior, deseando que no apareciera nada, pero atenta ante cualquier movimiento fuera de lo común... mordisqueadose sus labios, presa de la ansiedad.

Viktor, obsevando a los demás desde el centro del autocar, no deja de pensar en que en lugar del uso de armas, sería mucho mejor el sigilo para lograr escapar de una situación que va empeorando por momentos... Y el ruido del Jeep no ayuda precisamente a aplacar el peligro.

Intento mantener la calma, centrándome solo en el terreno que voy recorriendo con el jeep. Siento como mi corazón late de forma dolorosa mientras pienso en lo que acaba de ocurrir. No tenía mucho trato con mis compañeros, pero verlos morir de esa manera. Lágrimas ardientes corren por mis mejillas, las cuales seco con la mano.... Mierda, ya tendré tiempo de llorarles... Respiro profundamente y miro por el retrovisor, con desánimo compruebo que todavía me está siguiendo. Joder... Quién me mandaba a mi aceptar este trabajo... No paro de murmurar para mi misma, una costumbre que he tenido siempre, de alguna manera es una forma de mantenerme en el mundo real, de ser consciente de lo que me rodea... Vuelvo a mirar por el retrovisor, por un momento me parece que lo he conseguido despistar, me permito por unos segundos relajar los brazos que se me estaban entumeciendo de coger fuertemente el volante. Un relámpago ilumina por un instante la escena, demostrándome que estaba en un grave error, la figura del tiranosaurius, sigue, imperturbable, siguiendo al jeep... Vuelvo a apretar el acelerador... Venga... Annie... Corre...

- Anderson, eche un vistazo en el otro flanco del autocar.

Mantener los sentidos de nuestros compañeros en el cristal y lo que se observaba a través de él era lo mejor que podíamos hacer para proteger a los que estaban fuera. Jhon sabría activar el mecanismo de la puerta sin problemas, y aquellos hombres de acción eran lo suficientemente arrojados como para protegernos a todos. Estaban vigilantes, y estaban entrenados para tareas muy similares. ¿Cómo trabajarán bajo presión? No puedo evitar preguntarmelo. Aunque no desee comprobarlo.

 El ruido del jeep es cada vez más notable. Podría traernos problemas. Espero que sepan lo que hacen...

Ladee la cabeza para comprobar la parte trasera del vehículo desde fuera, si existía el infierno aquella isla era muy parecida. Por algún motivo me había convencido pensando que eran nuestros rescatadores. Que traerían noticias y recursos para salir cuanto antes de aquí. Me mantengo inmovil, inmutable, mi mirada es fría y está clavada en la puerta y las alambradas. El espejo retrovisor del autocar me sirve para controlar mi espalda sin demasiada dificultad. Puede que pronto acabe todo.

Gracias Michelle, siempre pensando en todo Digo mientras le devuelvo una sonrisa amistosa, despues me dirijo a Alder y le digo Si no hay una pistola que pueda llevarme conmigo creo que estamos listos para salir, yo ire primero y tu vienes detras mia cubriendo ¿Deacuerdo? Tras eso me preparo para salir del bus cuando todos esten listos...

Luego de hablar con el chofer para que siguierta camino a la puerta, me movi a lo largo del bus, durante todo el trayecto, mirando hacia las alambradas, para detectar si algun otro dinosaurio decidia salir...  Todas las luces estaban apagadas, lo cual podria significar que no funcionaban...

El sonido de Un jeep rompe el rugido de la tormenta...  Vendran refuerzos?

Al llegar a la puerta escucho la idea de Alder...  De acuerdo, les cuidare las espàldas, descuiden... Y apresurense... Digo a Alder luego de oir su plan, y dandole una palmada en el hombro... Cuando todos los que decidad ir a abrir las puertas salen, bajo del bus, y me quedo apuntando, alternando entre el porton, y las alambrdas...