Partida Rol por web

El silencio es inmenso y apenas puede romperse con las lagrimas contenidas de los presentes.

El monje da entonces la orden de descender el ataud fionamente ornamentado mientras se contiene la respiracion; a vuestros pies los cuerpos de Ser Vaenon, su "hermano" Dieter y Sir Ricardo acompañan a otros de los que cayeron en la contienda como Sir Menshafft mientras que mas alla se entierra ya a la niña Letizia junto a su padre.

La noche solo ha dejado muerte... dolor... lagrimas...

Hace unos momentos se abrio el mausoleo de la familia HardStone para albergar los restos del Duque y de su fiel hombre de armas pero las tierras de tan noble Señor tambien se han visto enturviadas por la muerte del Monseñor Greko y de una gran cantidad de guardia y siervos de la familia. Algunos allegados, otros desconocidos, cuyas muertes parecen una macabra broma del Destino.

En pie, junto al monje, se encuentra Salem; sus rezos se extienden por un cielo encapotado que comienza a descargar su delicada carga sobre los alli congregados. Isaac Fergenat, el consejero del Duque, permanece inmovil junto a Lady Celina que parece abatida, casi un cascaron vacio que se mantiene en pie tan solo por inercia. Jonh Sparkshome, el encargado de las villas cercanas, es el encargado de que sea una ceremonia privada pues el pueblo, las gentes, estan inquietas ante tal magnitud de derramamiento de sangre que ha dejado a la region sin practicamente Señores a su cargo.

Las primeras gotas comienzas a calar en vuestros ropajes. Sir Cedric, poco recuperado de sus mortales heridas, mira mas atras apoyado en su fiel compañero Alfred. Ambos quiza se pregunten como un torneo de celebracion se pudo tornar en esta tragedia. A su lado, Aremir y Darek esconden sus heridas, fisicas y psicologicas; firmes, recias piedras bajo la intensidad de lo sucedido, quedando el caballero español Sir Carlos por ultimo junto a Sir Fraeg en lo mas alejado de los caidos.

Bruce, el extraño mercenario y cazador, observa imperperrito a lo lejos, en una pequeña elevacion del camposanto, como si esta escena fuese tan normal para el como el ver salir el sol cada nueva mañana.

Asi se desarrolla la ceremonia, el silencio, el fin de unos dias que empezaron como festejo y terminaron con el duelo y el luto de una familia...

Muchas cosas os azoran la mente. Muerte, sangre, divinidad... como pdoer cuadrar todas ellas en una sola vida?

El Destino os trajo, os unio desde diferente lugares y habeis compartido toda una aventura dejando atras muchas cosas para servir, fielmente hasta el final.

El futuro es algo difuso desde unos ojos enturbiados por el dolor aunque Lady Celina parece que, ahora mas que nunca, necesitara de caballeros como vosotros...

Llegasteis con la mision de acompañar a una niña fuera de su hogar, alejarla de su Destino, huir de su propia boda. Ahora, con muerte y vida debilmente separadas, contemplais a esa niña como ha madurado, crecido... muy a su pesar.

Zalazar... el nombre del viejo "padre" de Darek aun resuena en vuestra cabeza y pensais si realmente no sea El quien haya ganado de todo esto. Dijo que no se debia encontrar el Santo Grial y puso los medios para impedirlo pues el medallon, la llave para llegar hasta el, colgaba del cuello de Lady Celina y, si ella no os acompañaba en la huida del castillo y de su propia boda, sin duda Salem, o quiza incluso el propio Greko hubiesen podido alcanzarlo y, aunque con fines bondadosos, pudiese haber sido corrompido por la mano del hombre.

Quiza Zalazar no fuese un hombre integro, quiza pensaba que el fin justifica los medios. El dopplenganger que invoco fue clara muestra de ello... pero... realmente no ha hecho esto mismo siempre la Iglesia? No se sacrifican soldados y caballeros por la FE?

Vuestro dolor y vuestras dudas se mezclan entre la fria lluvia.

Una vision. Un viaje. Una busqueda.

Ahora todo te ha vuelto a encaminar hasta donde estas, en el cementerio viendo como han caido caballeros, Duques, campesinos y sirvientes por igual ante una perversidad que, quiza no hubiese sido tal. Como saberlo?

El Grial estaba alli. Le viste. Casi le pudiste tocar... y lo dejasteis ir. Quiza era esa la mision que se te encomendo, la de guardar y custodiar que nadie se hiciese con el en este caos de muerte. Quiza obrasteis bien ante la Fe y su guardian pero... para que tanta muerte?

Piensas en la serenidad del silencio y solo puedes encontrar una respuesta. Lady Celina.

La oracion prosigue en tus labios siendo arrastrada por el aire y conmocionando a los presentes, los supervivientes... aquellas almas casi vacias que han dado casi su vida por la Fe, por Celina, por apenas desconocidos en este sacro lugar.

Tu camino empezo con la busqueda sagrada del Grial pero, y si quiza no fuese tu Destino encontrarlo sino perderlo? Luchaste por las santas escrituras y descubriste a todos la llave para alcanzarlo e incluso lo tuviste a tu alcance pero... para que? Para dejarlo ir, para perderlo. Para que Lady Celina escogiese, quiza, el camino correcto.

Cuanto bien podria haber causado el Grial... y cuanto mal en las manos corrompibles del ser humano... obrasteis bien? por que tanta gente buena murio por ello?

Recuerdas los textos y las palabras de aquellos que viajan a las cruzadas. Por la FE.

Sacudes la cabeza. Sin Monseñor en estas tierras Lady Celina te ha propuesto quedarte para oficiar tu mismo los sacramentos en la iglesia, como representante de ella y mejor conocedor de lo que aqui sucedio. Aun no sabrias que decir... pero quiza...

Miralos. Cabizbajos, llorosos, abatidos.

Desde tu lejana posicion solitaria no son mas que peones entre las manos del Destino.

Aferras el saco de oro que Lady Celina te ha proporcionado como pago, es mas que suficiente para vivir durante largos años aunque te inquieta el que ella quisiera hablar contigo despues de la ceremonia por los caidos. Quiza piense que puede aferrarte a su lado, quiza te necesite para ello...

Miras al cielo y ves como la oscuridad de sus nubes no dejan resquicio para la luz de la mañana. Demasiadas muertes, siempre ha sido asi. Sin duda el dopplenganger fue invocado por el viejo para evitar que pudiese encontrarse la llave de su colgante pues tu mismo escuchaste como Celina pretendia huir de su propia boda como una estupida niña que escapa de su Destino... no se puede luchar contra el Destino... Al no huir del castillo con el viejo y los suyos no tuvo mas remedio que intentar proteger el Grial... como fuese... y, finalmente, lo consiguio pero a que precio...

Estas mas que acostumbrado a la muerte, a la vida, pero siempre te ha sorprendido como el hombre es el ser mas vil y peligroso que te has llegado a encontrar.

El camino es largo. El Destino serpiente resbaladiza que puedes tocar pero no aferrar...

Mientras da comienzo el funeral de los caídos en esta rocambolesca aventura improvisada,pienso en los acontecimientos......

Me pregunto si ha valido la pena todo esta muerte,desde mi querido escudero,gentes del pueblo y caballeros,todos iguales ante el Creador....y encontrar la reliquia....¿para que?,rechazado de su custodia por el viejo guardián,no siendo digno de ello...pero tampoco para hacerla regresar al mundo de los cristianos....en que papel me deja esto....¿no soy mas que un inepto? ¿un negado para todos y bueno para nada?.....y ella,¿que pensara?,tras este final tan macabro......cuando acabe el sepelio intentare hablar con ella y ...............

La tristeza y la incomprension inundan tus pensamientos. Con la muerte de tu padre, ultimo varon de los HardStone, tu eres la unica heredera de la familia. Remueves con nervios la arena debajo tuyo mientras Salem termina la oracion y las primeras gotas de agua te calan las ropas.

Aun no estas descansada, tus heridas no han sanado aunque hay muchas que ya no lo haran. No solo tu padre, tu amigo y maestro de armas, el quirurgo, su hija y mucha mucha mas gente... incluso Ser Vaenon; aquel caballero germano dispuesto a ser tu esposo y que dio la vida por ti.

Como superar todo esto? para que ha servido su sacrificio?

Tuviste a tu alcance el Caliz de la Vida Eterna y tuviste que renegar de el... fue culpa tuya? Quiza si hubieses huido como habias planeado nada de esto hubiese sucedido... quiza si fuese culpa tuya.

Tu y solo tu saliste a hurtadillas del castillo y confiaste en aquellos desconocidos para que te guiasen muy lejos de alli... Zalazar, Darek (su hijo) y el cazador Aremir. Tu y solo tu cambiaste de idea con el calor de la Fe del cruzado a tu lado y luchaste por salvar a tu padre, a los tuyos de aquel demoniaco ser... todo en vano... Tu y solo tu renegaste del Grial y dejaste morir a los tuyos...

... Las lagrimas afloran en tus ojos y el pesar se ahonda en tu alma volviendose negro como la noche.

Quiza no... quiza no fue tu culpa sino la de aquel que guardo durante años la llave al Grial sin confiartelo... NO, no puedes culparles... solo a ti.

Segun parece Zalazar queria ayudarte a huir por el medallon de tu familia pero, acaso es tan importante para convocar a un ser demoniaco para obtenerlo al no conseguirlo de otro modo? El Grial. Poder, Fe, vida y muerte siempre unidos con esas palabras... desde el asalto en el bosque hasta los ataques al Duque todo fue por ti, por el colgante... y ahora... ahora lo ves con claridad.

Notas el calor de los caballeros que estuvieron contigo, cerca, llorando a tu lado. Salem ha aceptado quedarse como representante de la Iglesia en el Castillo HardStone y la zona tras la falta de Greko, el resto... no sabes que haran... Bruce, el extraño mercenario ya ha cobrado lo qeu vino a buscar y parece observaros con recelo en la lejania... quiza deberias hablar con el, pedirse que se quede o irte tu de estas tierras malditas... sabes que no lo hara.

Estas sola... tan sola...Aun luchas por entender lo sucedido, por ver a tu padre, a tus amigos, tu vida resuelta antes de que todo esto ocurriese y recuerdas como hace tan solo unos dias eras una niña que ansiaba alejarse de alli y desaparecer.

Hoy la niña tambien yace bajo la tierra que pisas; la inocencia ha muerto y tu vida empieza ahora sin ella... baldia...

Mientras los demás permanecen unos junto a otros, Bruce no recibe apoyo para sus heridas, se mantiene erguido en soledad.

Desde la ligera elevación Bruce contempla los efectos de la mano de Dios (el Grial) sobre la tierra y sobre los que en ella moran. Por eso el errante prefiere el mar, las lomas y las estrellas, porque no se corrompen y no conocen la codicia. Agradece el agua que se derrama del cielo como un momento para lavar su alma de todo lo que ha visto, presenciado y acontecido.

Sus pensamientos, que se precipitan igual que la lluvia sobre el verde camposanto, se detienen en el hombre con el que empezó esta aventura: Abu. Se preguta si fue él también presa de la carnicería, aunque al ser extranjero no recibirá digna sepultura en estas tierras.

Después sus pensamientos vagan hasta la Dama, a la que advirtió y con la que tanto discutió luego. Se compadece de la plañidera figura perfilada entre caballeros, el triste pábilo de cobriza llama derramándose sobre sus hombros, que se consume en su propio llanto. ¿Qué querrá la dama ahora de él?

Tantea la bolsa de dinero que ha recibido, generosa y abultada y se plantea qué hará con ella mientras las plegarias siguen elvándose entre las tumbas. Tal vez abrir una taberna en su tierra natal, un lugar donde la gente pudiese cobijarse en noches de frío y donde la música inflamase los corazones. Y en ella Dios no alcanzaría con su mano terrible, si no que la gente sería libre de entrar y salir con pensamientos libres y sueños libres.

Así, mientras la ceremonia transcurre, Bruce conempla y fantasea, sintiendo aún un fuerte dolor en la espalda, y otro más hondo e incurable en el pecho.

Quizás si... Quizás deba hacerlo. -piensa Salem al contemplar a los presentes- Podría empezar de nuevo. Aunque creo que nunca lograré recuperarme de todo esto. Aquí necesitan mi ayuda, tanto como monje como compañero. Debo empezar a pagar por mis pecados de esta manera. Ayudar a todo el que me necesite... Cuantas más personas guie por el buen camino, mejor se sentirá mi alma...

Quizás entonces logre que la fe llegue a todos. Quizás entonces logre salvarme a mí mismo... -concluye mientras hecha un vistazo al cielo, algo encapotado, y al tenue amanecer que alumbra la escena- Parece que esto no es el final, sino el principio.

Entonces, con el corazón aún afligido, Salem se gira a los presentes y se situa al lado de Lady Celine. Esperando apoyarla con su presencia, desliza su mano sobre su hombro y lo aprieta levemente, para darle apoyo.

Me mantengo firme junto a Lord Cedric. No digo palabra alguna, nada de lo que diga podrá mejorar el estado de los que ahora yacen bajo tierra. Procuro mantener un ojo sobre Lord Cedric que aún está convaleciente de sus heridas. Los presentes se ven un poco dolidos por lo ocurrido. Lo único que me pregunto llegados a este momento es si se habrán tomado las debidas medidas con el cuerpo del demonio.

Aremir mira con detenimiento cada una de las lápidas. Se preguntaba qué era lo que justificaba tantas muertes. Nada de lo que el cazador había hecho había sido útil para salvar a nadie. Pero hizo lo que pudo. El primer intento, la primera noche, de encontrarse con la Dama fue un fracaso. Ni siquiera pudo proteger a Vaenon en las celdas y más arriba.

No debo sentirme mal. Esa no era mi tarea, yo soy un simple cazador que quería hacer un trabajo para conseguir dinero. Jamás me hubiese imaginado lo que en verdad estaba sucediendo. Ahora tengo motivos para creer en Dios... Y en el Diablo.

Mientras piensa esto mira hacia arriba y se percata de que comienzan a caer las primeras gotas de lluvia.

Luego comenzó el funeral. Aremir apenas prestaba atención a su entorno, estaba sumido en sus pensamientos.

Cedric se apoya en el hombro de su amigo , su cuerpo se encuentra débil debido a las innumerables heridas que lo cubren.Su mente vaga recorriendo los sucesos que se han sucedido desde su llegada al castillo de los HardStone , toda la sangre y las muertes , solo desea volver al hogar junto a su familia y poder meditar tranquilamente sobre su protagonismo en esta historia y sobre lo que le depara el futuro.

Alfred ....-Le habla a su amigo con débil voz-Nada me ata a estas tierras.He de regresar pronto a mi hogar me gustaría que me sigáis y que trabajes para mi de ahora en adelante.No sabemos que otras aventuras nos pueden aguardar

Cedric vuelve su mirada en dirección al ocaso donde a muchas millas de distancia se encuentra sus tierras y familia.

La lluvia va empapando lentamente el camposanto, la hierba, la arena... y mi corazón.

En mi rostro las gotas se mezclan con las lágrimas, unas y otras llorando suaves, silenciosas, el destino de los que yacen.

Oigo entre brumas las palabras del ahora Representante de la Iglesia en el Castillo, Salem; a mi lado Fergenat intenta transmitirme consuelo. Pero ante mis ojos sólo persisten los rostros de los que han muerto. Mi padre, en el pétreo mausoleo del los Duques de HardStone, veo su expresión cansada, su pepetua añoranza de la mujer que perdió. Veo al hombre que me enseñó a luchar, mi fiel amigo y Maestro de Armas, Paul, severo y recto. A Letizia, etérea como un pájaro, cariñosa y dispuesta. Y al hombre que la ha amado, Ricardo, el noble español que vino a estas tierras a encontrar el amor y la muerte. Veo a cada uno de los hombres que han caído, cada uno una historia, una herida, un vacío. Y a mis pies, siendo depositado en la que será su definitiva morada, Ser Vaenon de Munich...

Mi mente vuela, junto con todas esas imágenes, y vaga por mi niñez, vaga por mis recuerdos...

...algún día serás la Señora del Castillo, Celina... No, padre, yo seré el viento, seré libre... ¡jajaja! No digas tonterías, pequeña... eres una HardStone, tienes aquí tu deber y tu derecho... no, no... Paul, quiero aprender a manejar la espada, quiero ser como un hombre, quiero ser dueña de mi Destino... te casarás con un gran Señor, hija, y darás un heredero que gobierne estas tierras con dignidad y buen hacer... no puedo, padre... no, no puedo... mi madre se casó enamorada... ¡tu madre murió! ¡El amor es un castigo, hija mía!...

Preparé mi huída. Venía un Caballero germano, un Cruzado valiente y cargado de blasones para tomarme como esposa. Pero yo no me casaría por conveniencia. Contacté con unas gentes para que me ayudaran. Aremir, Darek... y ¡Dios mío! Zalazar. Ellos no sabían lo que movía al anciano, ni tampoco yo. Ajena por completo a mi yugo, al peso de mi carga, el collar de los HardStone... la llave.

¿Ha sido por mi culpa...? ¿Qué habría sucedido si no hubiera sentido la necesidad de volar, de escapar...? ¿Acaso habrían sido distintas las cosas? ¿No habría movido la codicia del anciano a hacerse con la Sagrada Copa? Y, si lo hubiera hecho igualmente, ¿habríase evitado el baño de sangre...? ¿Seguiría ahora él con vida...?

Cuando llegó Vaenon comprendí que era tarde para nosotros. Si le hubiera conocido sin ataduras, si nuestro compromiso no hubiera estado formalizado por nuestras respectivas familias, le habría desposado. Pero había llegado a la mujer equivocada... o en el momento equivocado.

Vaenon... a música suena ahora tu nombre, a miel supieron tus labios en el único beso que te dí...

.................................

La Ceremonia concluye, poco a poco percibo el movimiento a mi alrededor.

Mis pensamientos siguen atrapados en los perdidos significados: El Grial, la Vida, la Muerte. La paradoja.

Saludo y recibo las condolencias de cuantos van desfilando a mi lado. Uno tras otro van preparando sus Futuros, aceptando sus Presentes, acallando sus Pasados. Heridos todos, como yo misma, unos más profundamente que otros, pero nadie indemne. Carlos, en cuyas pupilas sigo leyendo la duda, la incomprensión. Cedric, abatido, dolido. Alfred a su lado, sosteniéndole, la llama de la fidelidad en su corazón. Aremir, ausente la mirada, quizá haciéndose mis mismas preguntas...

Y, apartado, Bruce. Sir Woodfeather, ya no me cabe la más ligera duda. Pero nunca se lo diré. Le debo la vida, pero tampoco le hablaré de eso. No, si algo quiero hablar con él, es del viento, del camino...

Sin embargo...

Mis pasos me llevan lentos hasta donde el cazador espera, oteando con aparente indiferencia nuestro horizonte.

-¿Qué harás ahora, Bruce?

Bruce contempla la figura de Celina subir por el montículo, con sus ojos imperturbables, como si continuase escudriñando el horizonte. No se inmuta hasta que ésta se planta frente a él y le pregunta:

¿Qué harás ahora, Bruce?

Parece pensar por unos instantes la respuesta, pero en vez de hablar se agacha y arranca unas briznas mojadas de hierba y luego las deja caer. El viento las arrastra hacia el norte. Su voz al hablar es áspera, pero no tan dura como de costumbre.

-Tomaré el camino del norte. Me hubiese gustado quedarme unos días a lamer mis heridas, pero me temo que no soy bien recibido entre algunos habitantes del castillo.

Hace una breve pausa y entrecierra los ojos, escrutando los de la joven.

-Me dirigiré hacia el norte y luego: lo que el viento quiera. Saludaré a la gente que me encuentre en el camino, pelearé como un lobo por un trozo de comida, iré dejando mis monedas a los hambrientos, y combatiré allá donde haya bestias, danzando con mi espada a la luz de las estrellas. Hasta que cansado y abandonado me deje morir en alguna cuneta. ¿Os parece un buen plan?

Tuerce la boca en un gesto parecido a una sonrisa, como si hubiese contado una amarga broma. De nuevo sus ojos intensamente miran a la dama. Su mano, enguantada, se posa en su hombro con firmeza pero sin hacerla daño.

-Espero que tengáis suerte, muchach... milady. Cuando mire al mar y sumerja mis pensamientos en las olas, libres y luchadoras, me acordaré de vos.

Darek aguanto todo el funeral, sin apenas moverse. Su cuerpo, su mente y su alma estaban rotas, tras esa fachada.

Cuando acabo, apreto muy fuerte el puño, el de la mano que aun podia utilizar.
Se giro y empezo a andar.
Su rumbo, esquivo, pues ahora mismo solo necesitaba alejarse de todo esto.

Esto habia acabado, su vida aqui, en estas tierras terminaba, tenia que buscar una meta a la que seguir. Y un nuevo corazon para que jalonara su pecho.

Muerto en vida, vacio de todo, emprendio una larga marcha hacia el mañana.

Cansado y empapado. Así llega el caballero hasta las puertas de Munich, que se abren para dejarlo entrar. Parece perdido entre las laberínticas callejuelas, pero al fondo se alza la majestuosa fortalza de los Ultrech. No hay pérdida posible. El jinete trota lentamente mientras el blanco de su capa contrasta con la oscuridad de la noche.

En la fortaleza, Jensen Ultrech mira la ciudad que heredó de su padre. A pesar del frío que hace fuera, viste tan solo una ligera túnica que apenas cubre su cuerpo. En la cama yace su esposa, hermosa a pesar de los años. Un ruido de cascos lo saca de su ensimismamiento y lo hace mirar hacia abajo. Casi instintivamente piensa en su hijo Vaenon, ya que el caballero que se acerca viste una nivea capa blanca. Lentamente, para no despertar a su esposa, sale de la habitación y baja por las oscuras escaleras hasta la entrada principal.
Con pasos acelerados se acerca al muchacho, que aun no se ha descubierto. Lo mira fijamente, aunque no logra reconocer ningún rasgo familiar porque el rostro está casi completamente tapado.
Sin decir ni una palabra, el joven estiende el brazo y ofrece una carta sellada a Lord Jensen. Tras una breve inclinación, el joven se marcha y las puertas se cierran tras él.
No sabe exactamente por qué ha empezado a temblar, pero en cuestión de segundos la estancia parece estar helada. Rompe el sello descuidadamente y abre la carta. Comienza a leerla. Tras unos minutos, la deja caer y, con el rostro ceniciento, comienza a subir las escaleras de vuelta al dormitorio. Entra con cuidado y s sienta a la vera de su esposa:
- Mi Señora...

Un desgarrado grito de dolor inunda la ciudad, acompañado del llanto desconsolado de una madre. La ciudad despierta, las luces se encienden, pero el silencio... el silencio no se quiebra.

En el bosque, entre la niebla impenetrable, el joven caballero oye el grito. Con un suspiro de tristeza y una lágrima recorriendo su rostro, el jinete destapa su rostro y deja caer su espada al suelo antes de desaparecer tras el manto blanco que cubre la arboleda.