Partida Rol por web

La sala de piedra esta debilmente iluminado por pequeños peveteros de aceite. La tranquilidad anteriormente reinante parece rota con la llegada del Destino.

En el centro de la sala se alza un altar de piedra con restos de sangre; la misma que marca a su alrededor un pentaculo con extraños signos y grabados. Junto a este extraño escenario se encuentra Lady Celina, el monje Salem y Bruce, el mercenario.

En un lado de la sala, junto a uno de los oscuros corredores de piedra que surgen desde esta gran sala se encuentra Ricardo el cual parece verse sorprendido mientras revisaba una de las baldosas del suelo de la estancia pegada a la pared.

Por el otro corredor de la estancia llegan con precaucion y sus armas preparadas el musculoso Darek y un cazador, Aremir, cuyos brazos sujetan a un malherido y maltrecho Ser Vaenon.

De repente, por las escaleras que bajaban desde el palacio, aparecen tambien listos para la contienda, Cedric, el caballero, y su escudero Alfred que avanzan unos pasos con gesto sorprendido y, aun mas, cuando tras de ellos aparece Carlos de la Sierra, el caballero español y su escudero Jonathan.

Antes de que las palabras puedan romper el silencio aparecen, por el pasillo por donde salieron Darek, Vaenon y Aremir, la sanadora Letizia, seguida muy de cerca por el caballero Fraeg de Lair.

De repente el suelo vuelve a temblar y todos quedais en silencio, observandoos, pendientes de tanta afluencia de gente armada en la sala y de las intenciones que tengan los unos para con los otros.

Entro en la sala,y ante mi sorpresa,veo a Ser Vaeneon,en brazos de dos hombres,herido y sin sentido,a Lady Celina que esta bien y eso me tranquiliza un tanto,y un grupo de otros hombres de armas,empuñando estas sin un enemigo a la vista mas que el herido consorte....

TODO EL MUNDO QUIETO......(en Castellano)por Dios ,por La Dama Blanca,mi patria España y mi Rey,(vuelvo al ingles)que nadie se mueva o responderá ante mi espada......

Dando un paso al frente y preparado para entrar en acción si alguien se le ocurre el hacer cualquier movimiento sospechoso,saltar sobre el osado....

Lady Celina,¿estáis bien?,responded presto,¿que ha pasado aquí?¿por que Ser Vaeneon esta en ese estado?¿quien ha sido el causante de esta afrenta contra vos y vuestro futuro marido?......perdonadme la osadía de interrogaros de esta manera,pero os buscan muchos caballeros y las respuestas prontas,pueden salvar vidas en breve....los que están por llegar,no preguntaran,actuaran con trágicas consecuencias,me temo.....

Con la mirada intento cubrir el máximo de la sala,exceptuando al caballero que me precedía en la búsqueda y que tengo delante....

un caballero español?

Al escuchar al español que la vida de Lady Celina está siendo amenazada, retrocedo escudando con mi cuerpo y la espada presta a mi señora.

no sé quienes sois,pero si lo que dice este caballero es cierto, os aseguro que antes que tocar un pelo tan siquiera a Lady Celina,os veréis en la obligación de pasar por encima de mi cadáver...

tras lo cual observo a los recién llegados, algunos conocidos de vista,otros no, y mi mirada se posa en el herrero que porta a Ser Vaenon...

decidme,, se encuentra bien Sir Vaenon?, Letizia por favor ocupaos de él, yo me encargo de vuestra señora...

Vaenon entra en la sala y observa incrédulo a todos los presentes. En un primer instante no la ve, pero pronto su mirada se posa en la bella muchacha en el centro de la sala. Lady Celina, sana y salva gracias al cielo. Sin pensárselo dos veces y haciendo caso omiso a todos los presentes, el joven germano se aleja de Aremir para acercarse lenta y pesadamente a su prometida. Y abandonando todos los formalismos de los que ha hecho gala desde que llegó a la corte, la envuelve entre sus brazos.

Vaenon entra en la sala y observa incrédulo a todos los presentes. En un primer instante no la ve, pero pronto su mirada se posa en la bella muchacha en el centro de la sala. Lady Celina, sana y salva gracias al cielo. Sin pensárselo dos veces y haciendo caso omiso a cualquier otra cosa, el joven germano se aleja de Aremir para acercarse lenta y pesadamente a su prometida. Y abandonando todos los formalismos de los que ha hecho gala desde que llegó a la corte, la envuelve entre sus brazos sintiendo que todo el esfuerzo realizado no ha sido en vano. Una lágrima, apenas perceptible para nadie excepto ella, recorre el rostro del caballero mientras la mira debotamente a los ojos:
- Mi Señora... doy gracias al cielo de que os encontréis bien. He temido por vuestra vida desde que el demonio me apresó...

El escudero del caballero español lanza un grito de aviso al ver como Ser Vaenon se abalanza a trompicones sobre Celina.

- Cuidado!!!

Parece ser que mas preocupado por la seguridad de la dama Celina que por otra cosa el escudero reacciona desenfundando uno de sus cuchillos y parece prepararse a lanzarlo contra Vaenon pues puede llevar algun tipo de arma oculta para finalizar sus aviesas intenciones.

Mira incredula el espectaculo de los presentes y reconoce a Ricardo y al resto que acompañan a Celina en la extraña sala de sacrificios paganos.

Al ver la reaccion de los otros presentes no puede hacer mas que correr tras de Vaenon preocupada, sin duda por su salud.

Tragicamente Jonathan, el escudero de Sir Carlos, ya ha lanzado contra el su cuchillo mortal y Letizia, ante la mirada impotente del resto de congregados, se interpone en su camino hundiendose en su pecho y haciendola caer al suelo en un charco de sangre que mana a borbotones de la terrible herida.

Con un desgarrador grito de dolor la muchacha queda en el suelo con los brazos intentando coger entre ellos el aire que la rodea.

- NOOO!!!

Todo sucede muy rápido y no tengo tiempo a reaccionar ni tan siquiera, veo a Sr Vaenon venir hacia su prometida y a Letizia correr a ayudarlo y de repente un charco de sangre se forma en el suelo y ella está tumbada encima...

NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, y hecho a correr hacia mi amada, no por favor,no te puede pasar esto,, PORQUE?, PORQUE?, intento ver donde está el cuchillo y examino la herida para ver si puedo hacer algo por ella...

tranquila mi vida que acudiremos a la cita de esta noche, y además seguro que Sir Vaenon y Lady Celine no ponen impedimentos a que te corteje, ahora descansa y recupérate

Bruce exmaina desde su posición, espada en mano, a los recién llegados. Hace caso omiso de lo que el primer caballero español en hablar cuenta y camina, en un amplio arco hacia la dama Celina, no seguro de las intenciones de ninguno de los presentes.

Cuando el prometido de la dama se acerca sospechosamente a ella, se interpone entre en su camino, hombro con hombro con Ricardo hasta que este sale corriendo hacia la mujer recién llegada que se ha echado sobre ser Vaenon.

Le susurra unas palabras a Celina.

-Cuidado, señora, la actitud de vuestro prometido es muy sospechosa después de lo que hemos visto. Es muy probable que lo que vimos caer por el agujero y lo que os estuvo acusando fuese el doppler.

Sombra, tiniebla... y sangre.

Es cuanto Celina acierta a ver en el escaso segundo que transcurre en su mente, en el fugaz momento en el que se acumulan cientos y cientos de sensaciones e imágenes, tan vertiginosas, que se confunden, se amalgaman y sólo muestran eso a sus ojos...

Vaenon desapareciendo en el suelo, el altar maldito, la gente asomando armada, sangre en el suelo, sombras en los ojos. El Caballero Carlos que les advierte, que le pregunta, dulce suena su voz... ella está aturdida. De nuevo Vaenon, y su cambio, su acercamiento. Gritos, revuelo. Un cuchillo, el del escudero, y dolor... Sangre, sangre en un corazón equivocado, sangre en las manos, la mirada de la mujer en la suya, la del hombre en la de ella...

Sombra, sombra y sangre.

Inmóvil, petrificada, aterrada. Celina no acierta a moverse, no sabe qué hacer. Unos y otros la rodean, sólo percibe sus movimientos, una pupilas que cambian, un gesto, una palabra...

Aferrada a su colgante empeza a centrarse, empieza a discernir. Siente alivio al notar que su prometido parece haber recuperado su natural pensar, pero todo se ha precipitado. Impotente, un gemido escapa de su pecho al comprender que la daga se ha clavado en Letizia. El mal no parece detenerse a escoger víctimas, esparce su hiel sin tino, y salpica a todos. Bruce susurra, Vaenon la abraza, Ricardo sangra en la sangre de Letizia...

...¿Y Salem...? ¡El colgante! ¡El dragón! ¡El Grial...! Una nueva imagen aparece en su cerebro, quizá en su alma. Como un rayo de luz destella, y crece...

-¡El Grial! Si lo hallamos, podremos salvar a Letizia!

Un destello de esperanza aparece en mi rostro al escuchar a Lady Celine.

El grial, has oído mi vida, aun queda esperanza, por Dios, no te mueras, resiste...

levanto la vista y miro fijamente con un odio sobrehumano al escudero del español, prometiéndole mucho dolor y una muerte lenta, muy lenta....

Dama por favor, no permitáis que muera, haré todo lo que me pidáis, seré vuestro fiel devoto, pero por Dios dejadme pasar lo que me quede de vida con esta dulzura, no merece una muerte así tan cruel, y si es posible, por favor os lo pido tomad mi vida por la suya...

Salem se queda anonadado al ver la reacción de Sir Vaenon. Cuando está a punto de preguntarle por su estado de salud, aún bastante sorprendido por lo rápido que ha sucedido todo, ve a Jonathan atacar a Letizia.

Salem, que había estado callado intentando mantener el equilibrio debido a las constantes sacudidas, se planta delante de Jonathan, a quien no conoce de nada.

Se puede saber que has hecho... -le espeta totalmente serio. Entonces le da la espalda y se arrodilla junto a Ricardo. Letizia no se mueve y está malherida, si no está muerta ya... Salem no sabe que hacer. La persona que le curó antes se muere delante suyo, y él no puede hacer nada. Ignorando a todos los presentes, se pone de pié y se dirije a Lady Celine y los que están cerca suyo, a quienes dice algo. A continuación, se planta ante los dos pasillos que llevan aún más a dentro del castillo, resuelto a seguir adelante. Aunque no sabe que camino elegir.

No conseguiremos salvarla, milady. Está demasiado grave. -les dice a ella, Bruce y Vaenon cuando se les acerca después de examinar a Letizia- Pero lo que si que podemos hacer es acabar con el caos que está provocando todo esto. Debemos seguir adelante.

Dicho esto, se aparta de los presentes y se pone a examinar los pasillos, sin poder decidir cual tomar.

-Dejadnos ver vuestras anotaciones, Salem. En ellas está la clave para encontrar ese círculo de piedra. Estoy dispuesta a entrar en él, haré lo que haga falta con tal de encontrar la Sagrada Copa! Y ¡Tened Fe! Si algo puede salvar a Letizia es sin duda el Poder del Santo Grial!

Mientras el Monje toma sus pergaminos, mira a los demás que están ocupando la macabra sala. Los que han llegado lo han hecho por uno de esos pasillos, sin duda. Entonces, es probable que la puerta que les conduzca a su objetivo esté en el otro...

Cedric entra en una gran sorpresa ante tal acumulación de personas en un espacio tan reducido, gira la vista rapidamente tras escuchar el ruido procedente de su espalda y ve aparecer al caballero español que se encontrase anteriormenrte en el pasillo , ante su aparicion vuelve a escrutar la sala y se da cuenta de que es un sitio pagano quizas utilizado para ritos profanos , instintivamente se presigna para inmediatamente llevar su mano a la empuñadura de la espada.

Esto está cada vez más extraño¿Que hace un altar de cultos herejes en este castillo?y por lo que puedo apreciar Lady Celina se encuentra sana y salva ....quizas en su mirada se vea un poco desorientada , pero no parece que haya sido herida-Piensa el joven mientras se adelanta hacia el espacion abierto-.
En ese momento cuando iba a hablar entra Sir Vaenon siendo llevado casi a rastras debido a las heridas que cubren su cuerpo y junto a él entran otras personas entre las que reconoce unicamente a la dama que curo sus heridas y a la que debe su existencia.Ante la actitud de Sir Vaenon al ver a su prometida Cedric no parece encontrar en el rostro de este signo alguno de traición sino amor incondicional.

Como lo sospechaba esta historia estaba muy mal contada , no creo que Sir Vaenon fuese ha hacerle daño a Lady Celina más bien parece que hubiese estado preocupado por su suerte-medita Cedric-.

Cuando se dispone a hablar nuevamente es interrumpido por el caballero español que de una manera un tanto exagerada enfrenta a todos los caballeros conminandolos a que se detengan y asegurandose por el bienestar de Lady Celina.De ahi en adelante los acontecimientos se suceden tan rápido que casi no dan tiempo a reaccionar, el escudero del español empuña una daga y la lanza sobre Vaenon y la hermosa dama que lo habia salvado se interpone en la trayectoria recibiendo de frente el impacto.Rápido como un rayo Cedric desenfunda la espada y la pone en el cuello del atacante.

!PERO!¿QUE HAS HECHO BELLACO?-Grita-!RESPONDE O MI ACERO CERCENARA DE TU COBARDE GARGANTA!

Cedric deja su filo sobre el cuello del lacayo del español mientras pregunta sin volver la vista.

¿Como esta ella?¿Esta herida de gravedad?
En eso escucha a su espalda llantos de dolor y de suplica, lamentos de desesperación y oye a Lady Celina hablar del Santo Grial.

¿El Santo Grial aquí?Yo pense que se encontraba perdido en algún lugar insospechado de tierra santa-se sorprende el joven- José de Arimatea fue el último caballero que se lanzo a la empresa de encontrarlo y nunca se ha vuelto a saber de él.

Con un torpe movimiento, Vaenon se vuelve hacia el escudero que acaba de apuñalar a Letizia:
- ¿Qué has hecho, malnacido? - su voz es débil pero cargada de ira y dolor - Jamás haría daño a Lady Celina... ¡El demonio os engañó a todos!
Vaenon empieza a comprender todo lo que ha ocurrido; de repente, como si la agonía de la curandera hubiera iluminado su sapiencia:
- Ese bastardo tomó mi forma... ¿no lo entendéis? Se ha hecho pasar por mí y, antes, se transformó en Dieter para engañarme.
Los cadáveres de monjes que ha encontrado mientras baja también acuden a su mente:
- Y ahora se ha vuelto contra su amo... Greko ha muerto. Y el demonio es libre.

-¿Greko ha muerto...? ¿El diablo libre...? ¡Dios mío! ¡Y mi padre! ¡Dieter! y ahora ¡Letizia! Y quién sabe cuántos más... Hay que detenerle...

Celina se mesa los cabellos, completamente desesperada. Pero, una vez más, se rehece... debe haber una salida, piensa, ha de haberla...

-La puerta, Salem... Vaenon, decid, ¿qué hay en ese pasillo? Y los demás... ¡Un círculo de piedra! Eso buscamos... ¿alguien sabe dónde está...?

Mira el pentáculo y el altar. Saca el colgante de su cuello, y lo levanta. Se acerca con él al centro, al ara.

-No puede ser aquí, no son estas paredes... ¿no es cierto...?