Partida Rol por web

asiento al escuchar las palabras de Salem, y empiezo a subir las escaleras, pues ya conozco la ubicación de Lady Celine.

tan sólo espero que ese tal Woodfeather sea de buena tinta, porque últimamente cada vez me caen peor los nobles, siempre en sus luchas internas por el poder...

El muchacho vuelve a quedar atonito ante la peticion de ambos desconocidos, luego reacciona como enfadado consigo mismo y sube con vosotros por las escaleras.

Desde arriba, ya entrando al corredor, veis que abajo un grupo de guardias merodean por donde segundos antes estuvisteis vosotros; aliviados, seguis los pasos del paje por los corredores de piedra...

Ser Vaenon se aleja asintiendo ante la peticion de su amada dejando a Bruce y a Celina a solas en el corredor por un instante antes de poneros en marcha a los aposentos del Maestro de Armas del Duque... mientras os moveis por el corredor de piedra sentis que se escuchan lejanos pasos que se acercan hacia vuestro lugar... como si al menos dos o tres personas se moviesen con peso sobre ellos y botas recias.

Ya estais llegando a la habitacion de Paul cuando os cerciorais de que los pasos se acercan mas aun...

Sin perder ni un ápice de tranquilidad por los pasos sigo a la dama hasta nuestro destino.

-¿Deberíamos preocuparnos por algo, mi señora?

Como si fuese un movimiento habitual, como quien tose, tironeo de las correas que sujetan la espada a mi espalda y suelto una de las hebillas, para que tenga más libertad y pueda desenfundar con más rapidez. Mido el techo y la distancia de una pared a otra del pasillo, para ver si podría maniobrar con facilidad, en el lejano caso de que hubiese una pelea.

-Caballero, soy la hija del Duque, Lady Celina. Estamos en el Castillo de mi padre, y vos venís conmigo. Vamos a los aposentos de mi amigo e instructor, Maestro de Armas desde hace muchos años. Francamente, si hemos de preocuparnos, es que todo se está precipitando... pero no descuidéis la espada...

Mientras dice esto, Celina tamborilea los dedos sobre el cinto del que pende su daga enfundada, una preciosa pieza de joyería. Pero con una hoja nada inocente. Y sigue andando hacia la puerta de Paul Toman.

Ser Vaenon entra en los aposentos del Duque no sin antes echar una mirada desconfiada hacia el recién llegado. No le gusta dejar a Celina con ese desconocido... no le inspira confianza. Pero la muchacha ha demostrado saber cuidar de si misma, así que sin pensarlo más llama con decisión a la puerta y espera permiso para entrar.

Con la atenta mirada del extraño Bruce revisando las distancias del pasillo de piedra y encaminandoos hacia la dependencia del Maestro de Armas escuchas como los pasos ya estan muy cerca y mirais al fondo del pasillo para ver como aparecen dos hombres guiados por el paje que condujo anteriormente a Bruce hasta aqui.

Celina parece reconocerlos... se trata de Ricardo, el caballero español, y el llamado Salem, que parecian estar buscandoos.

La cara de resignacion y cansancio del paje (que parece no comprender muy bien tanta congregacion) es un poema.

Seguis camino por los pasillos de piedra tras el paje cuando escuchais voces cercanas... quiza Celine... salis al nuevo pasillo tras doblar recodo y es entonces cuando la veis a ella y a un hombre (diriais que un mercenario o quiza algo peor... o puede que incluso el Maestro de Armas que dijo aunque no tiene aspecto de ser de la zona...) que os miran expectantes.

Aun os separa unos metros pero el paje parece cansado y se cruza de brazos expectante.

Hay algo que te inquieta cuando ves alejarse a Celina con el extraño... si quisieran muerta a la hija del Duque el asaltante del bosque la habria matado sin mas... no... quieren otras cosas de ella... seguro.

Tus nudillos tocan la puerta de madera de los aposentos del Duque y escuchas una voz en el interior que te invita a pasar a ella.

Abres la puerta sin dificultad y ves, en frente, alejado junto a la ventana de piedra de la misma, al Duque, engalanado con sus vestiduras de gala y su ornamentada daga al cinto que parece contemplar la hermosa noche que ya os embarga.

- Pasa Hijo... cuentame...

Cierras la puerta tras de ti y miras alrededor por un instante, casi instintivo en ti, dandote cuenta de que la cama y la estancia esta totalmente limpia y arreglada y las cortinas que dan a una de las habitaciones de la misma estan entornadas para no molestar (sin duda da al aseo y baño //de la epoca//).

El Duque se gira mirandote a los ojos.

- Que hay de esos asesinos malnacidos?- inquiere.

-Oh! Vaya, no esperaba encontraros aquí! Le he dicho a Ser Vaenon que nos veríamos en el saloncito... ¿ha ocurrido algo?...

Exclamo entre aliviada y alarmada al verlos llegar.

no ha pasado nada milady, tampoco hemos visto a sir Vaenon, y ya están las curas oportunas realizadas a Salem

observa a Lady Celine y su acompañante.

buenas tardes caballero, Abu sigue bien?....

Mira con algo de recelo y algo de diversión a los recién llegados y hace un gesto con la cabeza a modo de saludo.

-Sí, hasta donde yo sé está bien, mientras no siga metiéndose en problemas, por supuesto. Gracias por preguntar. Espero que vuestro orgullo y honor, y sobre todo vuestro cuerpo, se haya recuperado del encuentro con Sir Gawain.

Después espero a que la dama decida qué hacer.

sonríe a Bruce ante su comentario

sí aprendí bastante de ese encuentro....

por cierto señora?, si vuestro futuro marido tenía que venir a localizarnos y no ha aparecido,por dónde andará?

Bueno, veo que no están tan ocupados como para haberles interrumpido -dice mirando a Lady Celina, aunque el comentario también va dirijido hacia el paje- Muchas gracias por acompanyarnos, ya puedes retirarte. -le dice con amabilidad- Debes tener obligaciones que atender.

Mientras espera a que el paje se vaya, Salem se limita a permanecer callado. Entonces se fija un poco más en el desconocido que acompaña a Celina. Parece que los tres ya se conocen. Espero que sea para bien -piensa, algo preocupado.

- Están a buen recaudo mi señor... - dice Ser Vaenon tratando de evadir tan espinoso tema. Es obvio que sus actuaciones no contentarán al Duque. - Es otra cosa la que me trae aquí... pero ante todo, ¿cómo os encontráis? ¿qué ocurrió exactamente con aquellos dos hombres? Hasta ahora... todas las versiones son distintas y no sé que creer.
El apuesto caballero intenta sacar algo más de información sobre el suceso, anbtes de comunicarle la petición de su hija de aplazar la boda.

-Señores, veo que algunos de ustedes se conocen. Espero tener tiempo de intercambiar anécdotas y saludos, pero me temo que deberá ser en otro momento. Ahora no podemos desperdiciarlo, los acontecimientos ocurridos son demasiado graves, y deben tomarse medidas. En cuanto a Ser Vaenon, os he dicho que he quedado con él en el saloncito donde os dejé, Sir Ricardo. De modo que o bien está allí, o bien sigue junto a mi padre, o bien se halla en algún punto entre ambos sitios. Me temo que no vendrá por aquí.

Miro al caballero español y al extraño peregrino gravemente.

-Os pedí que no os moviérais de allí, y os rogaría que fuérais de nuevo al saloncito, y esperárais a mi futuro esposo y a mí misma. No creo que tarde mucho. Ser Woodfeather y yo debemos hablar, y quería hacerlo también con el Maestro de Armas...

Miro a Bruce, con una muda pregunta en mis ojos. No sé si el hombre confía en los dos que acaban de llegar, y no sé si lo que tiene que decirme puede o no ser escuchado por otros oídos que los míos.

Empiezo a estar nerviosa, y eso se nota en mi actitud, incluso en mi humor. El tiempo apremia, todo se precipita...

El paje ya se ha ido, algo malhumorado, dejandoos a los cuatro, por un momento, en un silencio incomodo.

Se gira, mirandote aun desde su posicion junto a la ventana.

- Claro que sera distinta... debeis de creer a vuestra familia hijo mio... y, por supuesto, al padre Greko quien, con su sabiduria, salvo mi vida del ataque de esos malhechores... por no decir palabras mas graves.

Te mira cruzado de brazos y se acerca a ti tocandote con su mano en tu hombro de manera amistosa, casi familiar.

- En ti puedo confiar, hijo mio, tu heredaras estas tierras, esta responsabilidad... pero, no te preocupes, el quirurgo tiene manos de hada y logro extraerme el mal que esos hombres intentaron causarme. Ahora estoy bien, muy bien... eso si, yo mismo los colgare de una cuerda como escarmiento de aquellos que osan atacarnos en plenas celebraciones.

Su tono se torna mas serio, parece dolido; al ver que le miras cambia de actitud y sonrie afablemente.

- Pero, hijo mio, no tienes que preocuparte mas por ello... ahora solo debes prepararte para el banquete en vuestro honor. Ya quedan menos de dos horas y necesitareis tiempo para intentar descansar.