Partida Rol por web

El estadio es una enorme extension de suelo metalico iluminado por una luz tenue azulada. Hay numerosas columnas y plataformas a diferentes niveles para ofrecer a los variopintos gladiadores diferentes posibilidades tacticas. Toda la arena esta rodeado por un muro de cincuenta metros de alto que protege al publico venusiano hambriento de emociones fuertes. 

Varias compuertas gigantescas se abren revelando oscuros tuneles en los que se oyen gargantuescas pisadas que se van acercando.

Es la hora del combate.

Un enorme robot hace su aparicion por uno de los tuneles y alza los brazos ante la multitud: es Quantonior, el Gladiador Titanico. Ninguna criatura traida de otros mundos ha logrado derrotarle jamas. En uno de sus brazos hay una enorme sierra circular pero es simplemente el armamento mas obvio del que dispone.

Seguro de su absoluta superioridad, la maquina camina hasta el centro de la arena mientras el publico le aplaude enloquecido.

Con el retumbar de cien mil tambores tocando al unísono, de forma acompasada, la monstruosa silueta del Gran Dolgoro emerge del oscuro túnel, olfateando con su lengua bífida, mientras observa. Su entrada triunfal, segura y aterradora se ve opacada por la presencia de otro monstruo... una criatura metálica

Viéndolo como un desafío a su suprema autoridad, el Gran Dolgoro lanza un potente rugido con claras intenciones de intimidar a su rival mientras da un par de pasos al frente, con fuerza y fiereza, haciendo temblar el estadio entero

¡¡¡RRRROAAAAAAAAAARRRRR!!!

Quantonior evalua con sus escaneres al reptil gigante: una gigantesca masa de materia organica organizada siguiendo un patron increiblemente simple para su cerebro positronico.

El rugido de la bestia activa uno de los protocolos ofensivos del robot. La sierra circular se activa y con grandes pisadas, la maquina de destruccion se lanza contra el reptil gigante.

¿Que haras, Gran Dolgoro?

Esperamos a que postee algun otro antes de que escribas. 

Mientras el reptil gigante y el bruto mecánico se miden las cosas ate un público tentacular que exige sangre, tuercas y colmillos saltados a guantazos, cuatro planchas metálicas del suelo comienzan a vibrar de manera descontrolada justo antes de que un geiser al rojo vivo, de tornasolados tonos rosa chicle, violeta vena pocha y rojo sangre, salga disparado hacia las alturas de aquel remedo de cúpula del trueno. 

Cuando el líquido dejó de ser expelido, algo se formó en las alturas antes de caer con un titánico PLOOOOOOP! sobre el suelo de la arena. Allí se iba conformando Chemozoon, un horror gelatinoso relleno de huesos animales, humanos y alienígenas, que eran consumidos a gran velocidad para dar consistencia a aquel marasmo orgánico. 
 

La bestia ha caído junto a los otros dos contendientes, empleando la energía cinética acumulada en su caída para levantar el suelo en la dirección de sus oponentes.

Su rugido es el burbujeo de los millones de armas que se derriten en su interior dejando florecer sus últimos estertores en un rugido cacofónico que volvería loco incluso al jugador de CoC con la mayor cantidad de cordura nunca vista. 

La selva de Sumatra (casi toda) apareció por entre las rendijas de aquella arena.  No era la suya; no era ninguna de las islas de la Indonesia, era un lugar alejado del tiempo y el espacio.  Un lugar ajeno. 

Todavía reverberaba una batalla entre gigantes, una ola tectónica doblaba el piso.  La dejó pasar.  Los olisqueó, a los contendientes, sus raíces enredándoseles entre las patas (y masa).  Quería saber cual de ellos era un ser orgánico, y cual no.   Tomaría el lado de lo natural, claramente, estaba en su DNA.   ¡Destruiría máquinas y químicas viscosidades artificiales!   Se empezó a levantar, y a...a...tomar forma, era un ¡ ¡KAIJÚ ! ! 

Chemozoon hizo tambalearse al bruto mecánico del espacio exterior, causando un enorme boquete en las planchas que circundaban a este, una se cortó n pico y salió del suelo en un ángulo ya de por si molesto, pero aún más molesto al clavarse en la peana mecánica (no llamaré a eso pierna) del kaiju mecánico. El aspecto de Dolgoro hacía que salivase magma primigenio sin ningún tipo de control, haciendo pequeñas lagunas corrosivas sobre la arena. Aún estando en su forma 'mercurial', Chemozoon se forzó a recordar la forma y consitencia que le daban el traje en que lo había embutido el doctor West, comenzando a tomar una apariencia más humanoide, a la par que sólida.

Mientras el robot se encara hacia el enorme saurio, una masa viscosa e informe emerge del suelo junto a él atacando a su presa e invadiendo el lugar que el reptil ya consideraba como suyo... provocándole un súbito ataque de ira que lo lleva a bloquear a Chemozoon.

Con un gruñido procedente desde lo profundo de su ser, el Gran Dolgoro empuja a la masa informe hacia un lado alejándolo del robot y ocupando su lugar, en un claro alarde de fuerza física remarcando que aquel es su territorio y manda él, haciendo que la criatura caiga con violencia al suelo mientras el lagarto ¿parece que sonríe?

La brutal intervención del horror burbujeante interrumpió la carga de Quantonior. El gladiador robótico tropezó con los escombros que había levantado Chemozoon obligándole a reevaluar su táctica. Varias luces parpadearon en su visor fotónico mientras su cerebro computerizado calculaba más de doce mil tácticas por segundo.

La superficie de Chemozoon se agitó con un oleaje desagradable de abajo hacia arriba. Si no hubiera sido una masa informe de tejido cancerígeno irradiado un espectador casual podría haber dicho que el monstruo estaba... expectante. Pero le duró poco pues la masa del Gran Dolgoro le empujó a un lado con un ruido que sonó como una ballena sumergiéndose en un mar de porquería. Una lluvia de gotas verdosas regó la superficie de la arena. La piel del Gran Dolgoro perdió parte de su brillo al mancharse con la sustancia de Chemozoon.

Durante un instante en el que el público contuvo el aliento, masa siniestra y reptil prehistórico se miraron frente a frente.

Esta ha sido fácil: Chemozoon ha tenido éxito con su ataque, ha hecho daño a Quantonior y ha interrumpido su ataque. 

Gran Dolgoro, por su parte, se ha enfurecido debido a su Motivación (Territorial, se enfurece cuando invaden su territorio) y ha hecho un movimiento aleatorio. Como estamos en una escena de prueba no es problema pero en la partida será interesante definir primero qué es su territorio y por qué (se hará a medida que juguemos, no es problema) antes que enfurecerse porque le invadan su espacio personal. En estos casos, ya os diré yo cuándo os enfurecéis.

Un poco más apartado de ellos, un coloso vegetal surgía de un agujero del suelo. Docenas de enredaderas se entrelazaban por piernas gruesas como árboles e innumerables zarzillos formaban algo parecido a musculatura. Sin embargo, las hojas que surgían de aquel bosque emergente se mustiaban rápidamente y caían secas. Aquel lugar no era adecuado para la vida vegetal: no había luz solar, sus raíces no lograban encontrar sustento adecuado. Si no lograba encontrar un ambiente más propicio, Utan Raksasa corría el riesgo de marchitarse y morir...

En este caso, Utan Raksasa ha fallado su movimiento, lo que significa que puedo aplicarle una consecuencia, un movimiento del máster. En este caso, decido que las reservas de energía de Utan Raksasa están muy bajas (ha sido sacado de su medio ambiente natural) y que debería preocuparse de eso o sufrir consecuencias más serias...

Podría haber elegido casi cualquier otro efecto: que llama la atención de Quantonior, que sale un nuevo monstruo por un túnel... la cuestión es que aporte algo que haga moverse la historia.

La terrible HUTAN se desesperó.   La falta de luz, de agua, de todo lo natural, la agobiabbba.   Y así como el enojo que sienten tus plantas cuando las dejas más de una semana sin regar por descuidado!  (pero que no te lo dicen así nomás por decentes) pues aquí si se desató en una furia desigual contra el domo que los cubría.   Si lo lograba romper, entraría a raudales los caudales de luz.    

Luego, con un grito que retumbaba a tambores de selva de Kalimantán, se agachó y ¡agarró de cuajo las tuberías de agua que abastecían los baños de esa arena!   ¡Que corra el agua! ¡Que corra!!  Coreaban aquellos fans de lo natural entre las gradas. 

La ira de Chemozoon era doble: Dolgoro había apartado de su objetivo (Terminar con Quantonior Banderas) y le había causado un desgarro en su endurecido pellejo, bañando con un rocío de su química tóxica al bruto mecánico y al saurio gigante, al menos su piel perdía lustre mostrando debilidad al contacto con sus jugos internos. 

El público volvió a escuchar el lamento de mil almas proveniente de la masa informe cuando esta volvió a girar en un torbellino de espumarajos, su parte inferior arrancó un grueso panel del suelo y lo filtró a través de todo su grumoso interior, hasta que este salió por su parte superior acompañado por tropezones de toda índole provenientes de su última comida. Aquello le había causado un desgarro interno que hacía que toda su masa brillase con un intermitente tono rojizo, peor había valido la pena, ya que le permitió descargar sobre la pequeña cabeza que presidía el cuerpo de Dolgoro toda su furia, en forma de planchazos a discreción, tratando de romper su cáscara para que asomase su deliciosa pulpa cárnica.

Por el rabillo del magma, Chemozoon percibió la llegada de un nuevo contendiente lleno de vida orgánica, ante lo que se habría relamido en caso de tener boca. Entendió su procedimiento y los gritos de su público enfervorecido, sonriendo para sus adentros. Si, que brotase el agua, ya que le supondría diversas ventajas durante lo que quedaba de combate. Lo cierto era que había encontrado un nuevo objetivo, por mucho que Dolgoro se hubiese merecido aquella parad estratégica con la que le regaló un poco de dolor.

De la lejanía un ligero zumbido empieza a llegar al estadio, poco a poco, el sonido va aumentando en intensidad convirtiéndose en realmente molesto. La penumbra llega y todos los espectadores miran al cielo buscando el motivo, encontrando el sol cubierto por billones de diminutos insectos.

El Enjambre evalúa a los contendientes, esperando encontrar entre ellos lo que busca desesperadamente. Al no hacerlo se lanza en tromba contra la bestia metálica de la sierra circular.

La masa informe había intentado dañar al saurio gigante, pero su gruesa piel había provocado que el golpe solo resonara como un gong gigante, siendo ignorado por el coloso reptiloide, que ya tenía frente a él al robot que había osado desafiarlo.

El ser vegetal se dedicaba a destrozar el suelo, cosa que no le importó lo más mínimo, y una conglomeración de insectos se estaba acumulando entorno al robot, cosa que aun le importó menos

Con un nuevo rugido, el Terror Escamoso giró a medias su enorme cuerpo y propinó un fuerte coletazo al robot gigante, propinándole un terrible mazazo en el pecho que lo dobló la plancha pectoral con un horrible chirrido

Las manazas de hiedra de Utan Raksasa reventaron las conducciones de agua. El estadio venusiano podía inundarse de ser necesario ya que a veces las criaturas de otros mundos eran acuáticas. También podía simular atmósferas exóticas, falta de gravedad y un sin fin de condiciones extrañas. Las raíces del monstruo vegetal bebieron glotonamente del manantial que habían creado pero el suministro se cortó pronto cuando las válvulas de seguridad detectaron la fuga dejando apenas unos grandes charcos en el suelo.

Utan Raksasa, no puedes pedir efectos mecánicos. Sí puedes pedir, en cambio, cosas como "Inundar el estadio" si lo justificas con la ficción (aquí lo has hecho muy bien con lo de las tuberías, es razonable que las haya). El efecto de algo así sería, en fin, que estáis de agua hasta el cuello y dificulta moverse y luchar. Ahora mismo, digamos que hay un área con "suelo mojado y deslizante".

El armazón blindado de Quantonior estaba diseñado para resistir incluso bombardeos planetarios. Sin embargo, sus circuitos internos eran bastante delicados y en el momento que se llenaron de abejas empezaron a saltar chispazos. Con el Gran Dolgoro usándolo de saco de boxeo no tardó en haber cortocircuito serio y el torso del robot estalló con una llamarada y una nube de humo negro. 

Quantonior queda fuera de combate. Como el Enjambre ha sacado un Éxito parcial en su tirada de Aplastar, recibe 1 daño por la explosión, 1 punto de Furia y tiro en la tabla de movimientos aleatorios. Enjambre, tu próximo movimiento va a ser "Agarrar". Tendrás que decidir qué quieres agarrar, por qué (sé que puede resultar complicado) y, en fin, tirar.

El bramido victorioso de Dolgoro apagó el clamor de la multitud. La bestia miró a su alrededor evaluando las amenazas. A través de la nube de insectos que lo tapaba todo pudo distinguir a la desagradable criatura que le había intentado agredir sin éxito...

Chemozoon, si quieres emplear un escombro como arma (daño 2) tienes que "Agarrarla" primero...