Partida Rol por web

El sacerdote acusa el golpe lanzado por el clérigo mientras que Rhogar consigue por fin acabar con la vida del guerrero.

El mediano avanza por la caverna dando un gran rodeo con el objetivo de cerrarle el paso al clerigo y evitar que huya...

Alto allí no pensaras que te vas a escapar de mis rápidas manos no creo que tengas tanta suerte...

Morodar intentó limitar los movimientos del último kobold. Alzó su mano y de ella surgió un rayo azulado que dejaba a su paso cristales de hielo pero el miedo a dar a sus compañeros hizo que se desviara mucho de su blanco.

El sacerdote parece determinado a hacer una última resistencia sin moverse del sitio. Lanza una nueva bola de ácido a Morodar y maldice al mago por haberla esquivado nuevamente.

Merhin rodea la pared y cuando ve a su enésimo enemigo carga contra él.

Vuestra superioridad y pericia consiguen doblegar finalmente al sacerdote que muere maldiciéndoos...

Al ver caer a su ultimo enemigo el mediano comienza a dar brincos y piruetas por toda la caverna, hasta encontrarse con una pequeña cámara en la que se topa con un pequeño tesoro, de inmediato comienza adar gritos de alegría...

Miren muchachos lo tipos eran ricos los muy cabrones seguramente se aprovechaban de los problemas causados por el dios sol y vendían su trabajo como oculistas a los pobres aldeanos que no aben que hacer y no comprenden que la naturaleza es la naturaleza y que no s ele puede llevar la contraria al sol después de todo esta en su derecho de causarnos algunas incomodidades a cambio de calentar nuestros traseros casi todo el día, bueno excepto cuando hace frió...

El mediano se tumba sobre el tesoro, sobre el cual comienza a rodar una y otra vez...

Morodar se acercó a ver el tesoro que habían acumulado los kobolds. Se preguntó cuántos viajeros habrían muerto.

Rhogar también se acercó y al ver tal cantidad de oro quedó asombrado... ¿Quién lo iba a imaginar?

Después de recuperar el aliento y ocuparse de las heridas del grupo, como era su obligación, Mikael se acerca a sus compañeros:

Creo que nuestro señor Bahamut estará contento hoy, en apenas unos minutos hemos acabado con toda una guarida de estas malignas criaturas, y nada menos que con unas seguidoras de Orcus... si os soy sincero hubo momentos en que dudé que fuesemos a sobrevivir, perdonad por esa pequeña duda sobre nuestras capacidades.

Cuando ve el tesoro sus ojos se abren de par en par, durante la batalla lo había vislumbrado, pero no había llegado a asimilarlo, aunque no es hombre codicioso y en seguida vuelve en si:

Quizá también deberíamos registrar a los muertos, podrían tener alguna pista. Recordad lo que dijo su lider al morir... quien iba a decir que estaríamos siguiendo una buena pista sin saberlo. Al parecer estos kobolds y su lider goblin tienen bastante que ver con ese Kalarel al que perseguimos y su culto a Orcus, habrá que hacer preguntas por el pueblo cuando volvamos, ahora que tenemos pruebas.

Morodar agradeció las atenciones de su amigo Mikael.

- La verdad es que deberíamos registrar toda la cueva por si acaso hay algún pozo o túnel que esconda a más criaturas o accesos a otras zonas.

Luego se acerca y pone una mano en el hombro de Mikael.

- Si te digo la verdad yo he visto la muerte dos veces seguidas y también he dudado mucho de mis capacidades para ayudaros. Pero todo ha salido bien y estamos vivos.

Todos os dirigís a la zona de donde surgió el goblin y parece que lo que tuvieran acumulado los kobolds está en un cofre que se encuentra cerrado con llave.

Morodar también aprovecha para explorar las cavernas pero aparte de las hediondas hamacas de las criaturas y alguna cosilla más no parece haber salidas o entradas distintas de las ya conocidas.