Partida Rol por web

Faile se vuelve al ver que su joven compañero indica sus ganas de acostarse, la verdad, ella tambien está destrozada, sin embargo, por alguna razón está perdiendo el entusiasmo por acostarse, casi con seguridad será el último dia en mucho tiempo que no estará magullada y se desvanezca y le apetece ver un poco el castillo.

Bueno... ¿Juris? - dice volviendose al otro chico que tiene al lado, al parecer todos se acustan, - ¿a ti te apetece un paseo? ¿o nos vemos mañana en el entrenamiento?. "Supongo que cuanto antes conozca a todos, más encasa me sentiré aquí", y bueno, el chaval rubio no parecía un mal inicio para empezar a conocer gente.

Mira a la chica algo distraído mientras piensa - un paseo puede estar bien... Pero con una desconocida... - Sacude un poco la cabeza - Pero se supone que conviviré con ella durante mucho tiempo...

-Bien, vayamos a dar una vuelta antes de ir a dormir -en su rostro se dibuja una leve sonrisa y la invita a ir hacia afuera

Una voz femenina me anima por unos instantes. Niego con la cabeza hablando conmigo misma "no, faile no lleva tacones, y al fin y al cabo esto es el ala de chicas", suelto el pomo de la puerta y vuelvo a sentarme en el lindar de la cama.
Al poco tiempo me sorprendo a mi misma dando vueltas por la habitación con lo que decido pegar mi oreja a la puerta por tal de escuchar algo del pasillo.

Al darte la vuelta consigues ver a un chico joven muy cerca de ti. No sabias como habia llegado a situarse detras tuyo sin que te dieras cuenta, aunque ves que es algo mas bajito que tu. Con una especie de armadura organica roja y negra y un yelmo que le cubre todo el rostro. Una extraña vestimenta para alguien de por allí, o almenos, no te sonaba ver a nadie vestido con algo como eso.

-Si. Yo, Vanitas,te estaba hablando a ti, alcornoque. Quieres saber que hay tras esa puerta? O mejor aún. Quieres saber que es lo que ha pasado con tu mundo... No entiendes nada. Te crees que sabes muchas cosas, pero realmente tu conocimiento es como esta misma sala... Un sin fin de puertas cerradas, desconociendo que yace detras de cada una de ellas y con miedo a abrirlas. Me das lastima... Aquí, encerrado sin saber porque...

Ventus miraba al muchacho rubio que tenia en frente con duda. 

-Em... Ya veo. Y como te llamas? Mañana empiezas a entrenarte!? Eso es estupendo! yo empece hace unas semanas, así que poca cosa podria mostrarte...

Se arrasca la cabeza.

-Pero oye, podriamos ser amigos! Asi podriamos contarnos como nos va en los entrenos, compartir algun truco, incluso entrenar juntos! Seria fantastico! -sonrie, mientras espera a que el muchacho revele su nombre.

Oyes unos murmuros a traves de la puerta. Vuelves a escuchar esa voz femenina, y lo poco que logras entender es un "aqui no... ra". Crees oir también alguna risita e incluso una voz masculina, bastante varonil, aunque tampoco quedas muy segura de eso. Es una voz familiar, quizas de alguno de tus compañeros, o quizas es tu imaginacion.

Nunca me había sentido cómoda paseando por pasillos extraños de noche, no por miedo sino más bien por vergüenza, salir al pasillo para ir al baño en casa de una amiga y encontrarte con su abuela no era precisamente una situación idilica.

Pero ese castillo no era el hogar de nadie, o quizás fuera el hogar de todos. Y además las habitaciones contaban con baño propio...Fuese como fuere había alguien allí fuera y bien podía ser alguno de sus compañeros.

Entonces calló en la cuenta de que una voz parecía masculina, ¿qué hacía allí una voz masculina? eso despertó su curiosidad y olvidó a su prima por completo.

¿Quiénes serían? ¿qué hora se suponía que era? ¿qué harían?

Necesitaba saber que sucedía y odiaba estar enclaustrada sin nada que hacer.

Se le cruzó la sentencia favorita de su madre por la cabeza con su viva voz <la curiosidad mató al gato>.

Instintivamente bajo la cremallera de su chaqueta con orejas de gato y la lanzó sobre la silla del escritorio, ésta llego al respaldo pero resbaló y acabo en el suelo; se encogió de hombros y abrió la puerta.

Al abrir la puerta te encuentras con dos personas las cuales se tenian cogidas de las manos. Ambos de repente callan y dirigen su mirada hacia ti. Acto seguido se sonrojan y se sueltan repentinamente.

Eran una pareja de jovenes. La chica, algo mayor que tu, con un peinado azulado y corto hasta los hombros, y con una vestimenta de seda fina. El chico era bastante alto, con una melena bastante larga que le llegaba hasta media espalda, muy ancho de hombros y unos ojos azulados bastante llamativos. Mirandoles, te das cuenta que el taconeo provenia de la chica, pues llevaba puestas unas botas con placas de metal y tenian algo de tacón.

-Menudo susto me has dado, chica... -suspira.

-Es la primera vez que te veo... que acaso eres nueva por aquí? Me llamo Aqua, y este de aquí a mi lado es Terra. Pero no haciamos nada, solo conversavamos!!! Si, puede que sea un poco tarde, pero solo era habladuria sobre los entrenamientos! Si eso es, que a Terra no se le da bien la magia e intentaba ayudarle con...

La muchacha estaba bastante nerviosa. Quizas debido al susto o puede que por otra razón.

-Que mala eres mintiendo, Aqua... -Mirando a la chica de reojo.

-Así que hay nuevos estudiantes? Como es que Eraqus no nos ha dicho nada? Bueno... Es un placer, chica. Aqua, te veré mañana...

El joven se retira hacia los aposentos de los chicos. Mientras se marcha, algo pasota, hace una seña con el brazo a modo de despedida.

Aqua vuelve a suspirar.

-Este chico... Perdona si te hemos despertado. Se que no son horas. Igualmente, me alegro de conocerte. De verdad no te pienses que haciamos nada raro! -sonrojada.

-Asi que, como te llamas? -le lanza a Kora una sonrisa.

Decidiis ir a dar un paseo, aun a regañadientes de Rin, que acaba aceptando y acompañando a los dos chicos que acababa de conocer. Deambulais por el patio del castillo, viendo como la estrellada noche y la magnificente luna iluminan el prado que se extendia hacia las montañas del norte.

Kora aprieta los labios haciendo un esfuerzo por no reirse delante de Aqua.

- Encantada - le sonríe- me llamo Kora - hace un amago de inclinarse sobre Aqua para darle dos besos en las mejillas pues así se saludan en su mundo, pero se detiene a tiempo de hacer gestos extraños pues no sabe la costumbre de ese lugar.

-Tranquila, no me habéis despertado...creo, la verdad es que estaba buscando a mi prima. ¿Cu..cuanto lleváis aquí? Aquí en el castillo, no en el pasillo, claro.

¿Kora, eh? ¡Es un nombre precioso! -Deja ir una pequeña carcajada. -¿Sabes? Tu nombre me recuerda mucho a cierta persona... Da esperanza oirlo...

Aqua deja por unos segundos de hablar, acto seguido prosigue.

-¿Cuanto tiempo? Mmmm... Podria decirse toda la vida. Tanto el otro chico, Terra, como yo, somos nativos de aquí. Siempre hemos estado bajo la tutela del maestro Eraqus. La verdad es que si no fuera por él... No se que seria de nosotros.

-Igualmente, no quiero importunarte mas, suficiente has tenido ya! Descansa, mañana nos veremos por el campo de entrenamiento. Espero poder coincidir mas a menudo contigo, Kora.

Aqua se despide grácilmente de Kora mientras se dirige a su habitación. No puede evitar decir en voz baja:

-Quizás sea cosa del destino...

- Sí! Yo también espero verte, buenas noches - se apresura a decir Kora mientras Aqua se aleja.

Sonreía de oreja a oreja "Qué chica tan agradable!", sin embargo no había conseguido demasiada información acerca de cuánto podría llevar convertirse en maestro de la llave espada.

Miro su mano y se vislumbró titilante su espada, dio un suspiro y volvió a su cuarto, cerró la puerta tras de sí y se apoyo en ella.

“mi nombre… ¿a quién le recordará?”

Despues de una larga vuelta, decidiis volver al vestíbulo, donde os esperan vuestras habitaciones. Tras conoceros un poquito, aunque no mucho, mejor; os despediis para ir a vuestros aposentos. La noche será corta, y el dia que os deparaba, largo.

- ¿Y a ti que te importa lo que yo quiera o no quiera saber? - Respondió ofendido Hayato, no se esperaba a un individuo con tantas ganas de ofender, o lo que intentara conseguir. - Sé porque estoy aquí, y no tengo ningún miedo a nada. - La guerra te quitaba esos miedos. - Estoy aquí para buscar alguna solución para... ¿pero porque narices voy a contarte esto a ti?

Se volvió directamente hacia él y su rostro mostraba enojo y impaciencia por librarse de aquel muchacho.

- Quizás deberías mirarte antes a ti mismo. Me hablas de miedos y ni siquiera muestras tu rostro. ¿Serás tú el que tienes miedo? - Se arrepintió un poco de sus palabras, esa actitud no era propia de él, de un soldado disciplinado. No obstante estaba bastante hinchado ya.

El chico suelta una risa burlona ante el comentario que le suelta el joven, concatenandola con una risa algo macabra. Al acabar la gesta, se queda quieto, inmobil. Vanitas mira fijamente a los ojos de ese joven que se le habia encarado, aunque su extraña máscara no dejaba apreciarlo. Acto seguido, vuelve a hablar.

-Eso que sientes ahora mismo se llama fustración. Es un sentimiento muy poderoso, sobretodo si es uno tan intenso como el tuyo. Deberias abrazarlo si quieres hacerte fuerte de verdad. Si no.... quizas algún día acabes bajo el filo de mi espada...

El joven enmascarado se abre de brazos y de un impulso salta hacia atras, desvaneciendose en la pared del pasillo. Un atisbo de energia oscura le rodeaba, pero de muy lejos se notaba la presión de su aura, y la fuerza que podria llegar a poseer.

Ante lo sucedido, te encaras de nuevo hacia la puerta extraña. Cuando quieres darte cuenta, ahi delante no hay ninguna puerta, solo un muro con el patrón que acompañaba al resto del castillo. Extrañado, y pensando que ha sido un espejismo a causa del cansancio y del tan estrambótico dia que habias pasado, decides irte, algo mosqueado y pensativo por lo que habia pasado. Seria todo producto de tu imaginación? Quizás, tras dormir unas horas y empezar el entrenamiento, verias las cosas mas claras.

La noche se os habia pasado casi instantaneamente. Tan buen punto alcanzasteis la cama, vuestros cansados cuerpos se quedaron tan relajados, que vuestras mentes no se percataron de que habia transcurrido la noche.

Al dia siguiente, os despertais pronto, aun con mucha pereza. Conseguiis vestiros i desayunar algo en el hall. A los pocos minutos ya estabais todos reunidos en el patio de entrenamiento, aunque vuestro maestro aun no habia llegado.

Os encontrair rodeados de dianas, muñecos y unas extrañas vallas que rodeaban el campo, con unos extraños alambres en sus puntas. Parecia un campo de contención, aunque quizas no era para conteneros a vosotros si no a algo peor...