Partida Rol por web

---Meh...estaba descansando...enfrentarme a ese bicho enorme solo no era cosa facil ¿sabeis?- les espeto a modo de respuesta mientras me incorporo poco a poco- Estoy bien...son solo un par de heridas sin importancia....

Aun así, no niego la poción que me pasa, tomo el primer sorbo y hago una mueca de asco.

---Puaj, está asquerosa- digo a modo respuesta, pero aun así me la tomo entera-Vayamos por el portal, seun dijeron allí estaban todas las respuestas.

Comienzo a avanzar de manera lenta todavia pero tratando de aparentar seguridad.

-¿Ya... está? ¿Hemos... ganado?- Una extraña sensación, a medias un profundo cansancio, a medias una injustificada diversión, se extiende por dentro de mi corazón hasta que una palabra resuena en mi mente para darle nombre: "alivio". Alivio por haber vencido a las sombras. Alivio por seguir con vida. Alivio por...

-¿...Ko... Kora?- Murmuro, no solo con mi incomprensión natural sino igualmente con algo de sorpresa, mientras su impulsivo abrazo está a punto de derribarme definitivamente por el precario estado en el que el enemigo me había dejado. Es cálida y, por alguna razón, eso me hace mostrar una fugaz sonrisa. Me hace creer que verdaderamente es cierto que todo saldrá bien. Que mientras nuestra amistad nos mantenga unidas, no habrá poder o rival que pueda derrotarnos.

Asiento con la cabeza, para evitar que se preocupe por mi estado, y la dejo marchar hasta donde se encuentra Rin. -Mentiroso.- Vuelvo a pensar por segunda vez, al escuchar sus palabras mientras trata de ponerse en pie. -Si le haces daño... te mataré... pero, por ahora... somos aliados... por ahora.

-Respuestas.- La llave espada empieza a fulgurar de un modo que ya sé reconocer y mis dedos se cierran con más fuerza alrededor de la empuñadura. Tenían que seguir avanzando. Y quizá, finalmente, ahora fueran a llegar a algún lugar.

Al pasar por el portal, todo se torna blanco a vuestros ojos. Era como si un foco de grandes dimensiones os apuntara con su haz directamente, dejandoos desprovistos de la vista temporalmente y forzandoos a taparos los ojos.

Seguisteis caminando hacia delante con tesón, queríais salir de allí contra antes mejor. Muchas eran las posibilidades, podría volver otra sombra de esas dimensiones, podría haber algo peor en aquel pasadizo interdimensional que separaba los mundos, incluso quizás acababais sumidos en un corredor de la oscuridad por dar un paso en falso. Es por eso que la premura en salir de aquel lugar tan extraño os instaba a avanzar.

Poco pasó desde que empezasteis a caminar hasta que la luz se empezaba a disipar. Vuestros ojos recuperaban de nuevo la visión muy poco a poco, adecuándose a las condiciones actuales del entorno. Y que entorno....

Estabais en otro lugar, un lugar muy diferente del que proveníais. Era un sitio oscuro, pero con luz suficiente como para ver a la penumbra. Vuestros ojos tardaron algo más de lo normal en aclimatarse a las nuevas condiciones, y una vez lo hicieron, comprobasteis el paisaje, un paisaje fuera de lugar, pero que quizás a alguno de vosotros os resultaría familiar.

Era un bosque, o mejor dicho, el principio de uno. Habíais acabado en un claro, y justo enfrente de vosotros empezaba la linde del bosque. Los arboles crecían retorcidos hacía el cielo, altos como edificios, y sus troncos eran gruesos como pilares naturales que se alzaban imponentes hacía... ¿La luna? Podíais apreciar la luna en lo alto del firmamento, amarilla, llena, iluminada, imponente, pero redonda, completamente redonda, a diferencia de la última luna que habíais presenciado, con aquella extraña forma...

Pero aquí no acababa todo. Detrás vuestro, por donde debería de estar el portal, a escasos metros se encontraban unos edificios, algunos derruidos, otros aún en pie, pero de lo que debería ser una ciudad, solo quedaban restos, ruinas olvidadas de quizás una civilización que escapó, o no, de lo que fuera que dejara a aquellos edificios en aquel estado. La noche era plena, pero la luz de la luna iluminaba lo suficiente como para que, una vez acostumbrados, vuestros ojos vieran bien sin necesidad de luz.

El portal se había cerrado, o mejor dicho, era como si nunca hubiera estado ahí. No hubo ruido, no hubo luz, simplemente desapareció cuando vuestra visión regresó. Tal y como si hubierais despertado de un sueño, un sueño desagradable y desalentador del que habíais escapado enteros por el momento. 

Dentro del bosque, al fijaros, podéis apreciar una luz destelleante, como si de una hoguera se tratara. No quedaba lejos, y a través de los árboles y ramas os parecía observar la silueta de una casa. ¿Serían imaginaciones vuestras? Por otro lado, hacía la ciudad en ruinas, a parte de varios seres alados que parecían revolotear los edificios derruidos en busca de comida, no parecía apreciarse nada en la distancia. 

A pesar de los efectos de la poción, estabais agotados tras tal combate. El descanso empezaba a ser necesario para manteneros en pie. Quizás en aquellos edificios encontrarais cobijo. O quizás dentro del bosque. La oscuridad podía albergar horrores, bien lo sabíais. ¿Que sería lo más sensato para tomarse un respiro de tanta lucha?

Volvías a tener aquella extraña sensación de antes del combate contra la gran sombra. Habías vuelto al mismo lugar del que habías escapado, aunque ahora parecía tan real... Más real que antes de jugar a los naipes...

¿Era tu mundo? ¿Tu lugar de origen? Tan sombrío y frío como de costumbre, igual de ruinoso que siempre, y sin ningún atisbo de vida a primera vista. Aunque bien sabrías que si de verdad era tu mundo, los pocos supervivientes que escapaban de los demonios a los que estabas acostumbrado, deberían de estar o en refugios bajo tierra, o en campamentos bien defendidos.

¿Habría jugado aquel tipo un papel importante como para que apareciera este portal y os trajera hasta aquí? ¿Y con que fin? No estabas seguro de que fuera tu mundo, pero todo parecía apuntar a que si.

Vuelves a sentir aquellos fuertes pinchazos en la cabeza. Tu mente volvía a traicionarte, haciéndote escuchar voces susurrantes que no comprendías. ¿Que significaban? ¿Podría ser...? El recuerdo del ser que se hacía llamar "Kuro" vuelve a tu mente, y una voz masculina ahora perceptible y clara te volvía a susurrar:

-Princesa... Ayudadme a ayudaros. Ayudadme. Hay algo.... Algo que.... Debo... Antes de..... Ayudad... me..........

A pesar de todo lo que había pasado, de repente el amuleto se había calmado. Estaba frio, y no emitia pulsaciones de ningún tipo. Era como si hubiera vuelto a ser un objeto normal y corriente sin más explicación. Seguías sin saber los misterios que rondaban a aquel talismán, pero algo en tu interior te seguía diciendo que era importante. ¿Tendría conexión con Hayato de alguna manera? ¿O quizás con alguien más? Sea lo que fuere, ahora no dejaba de ser un amuleto de lo más normal en apariencia...

Penumbra. Tengo que parpadear un par de veces para lograr que mis ojos se acostumbren a la escasa luz de la luna en el cielo. No reconozco aquel entorno, pero la incomprensión y el constante descubrimiento comienzan a convertirse en una rutina normalizada e interiorizada.

Sin embargo, el exterior pronto deja de ser importante, y mis párpados caen por completo mientras me llevo una mano a la cabeza. -¿Ayudar...te?- Siento el impulso acuciante de responder a esa petición, de atender a esa necesidad... pero no sé cómo hacerlo o a dónde acudir. -¿Cómo? ¿Cómo puedo... yo... ayudar a nadie?

Kuro. Vuelvo a mirar a mi alrededor, confundida, sin ver nada más que las sombras de los árboles y los altos edificios. El sonido no se origina en mis oídos, sino en mi cabeza, por lo que me es imposible ubicarlo en el exterior. Pero sé que me está llamando.

-Tenemos que avanzar...- Susurro, casi sorprendiéndome a mí misma de haber tomado la iniciativa. No sé en qué dirección ni me importa realmente. Pero tengo que seguir. Tengo que encontrar respuestas.

---No, avanzar no, refugiarnos- digo mirando el cielo y apretando los puños, no podia creerme donde estaba casi parecia una broma muy cruel del destino- debemos buscar un lugar subterráneo, allí estaremos seguros de momento y podemos recuperarnos de las heridas....rápido, antes de que vengan ellos a atacarnos....

Rápidamente comienzo a dirigirme hacia los edificios más cercanos

Guardé las manos en los bolsillos al llegar al bosque, o casi llegar. Entre bosque y ciudad no estaba segura de que suelo pisaba pero si algo sabía era estábamos dónde debíamos estar, fuera dónde fuese aquello.

La voz de Yume atrajo mi mirada a sus labios y mis pupilas se abrieron para escucharla con más que los oídos. Algo había cambiado y era tan bello como un amanecer, tanto como la sonrisa que las estrellas habían arrancado a Rin, tan bello como el calor de Faile o la complicidad de Juris.

Habíamos tocado fondo, era cierto, pero también parecía cierto que solo quedaba saltar hacia arriba. Casi se me había olvidado lo mucho que adoro saltar.

Sonreí sacando las manos de los bolsillos y cambié el peso de talones a puntas para seguir avanzando cuando Rin descuadró toda mi calma.

Era imposible que él le temiera a nadie, o a nada. ¿De quién se quería refugiar?

— No creo que venga nadie, Rin. No creo que aquí quede nadie —le expliqué antes de buscar la mirada de Yume para saber qué quería hacer ella ahora que tenía voz—.

-¿Ellos...? ¿Quiénes son "ellos"...?- Clavo mis ojos en la espalda del chico, observando como se aleja en dirección a los edificios sin pestañear. Antes, podría simplemente haber echado a caminar detrás de él sin pensar nada, sin ningún objetivo. Pero ahora  hay algo más imperioso que me lleva a negar con la cabeza y a dar media vuelta en dirección contraria, sin tan siquiera molestarme en dirigirle la palabra a quién he aprendido a detestar. Kuro es más importante que cualquier necesidad de descanso que pueda tener en este instante... y ya he comprobado que, después de todo, no hay ningún refugio que pueda impedir la entrada de la oscuridad.

Lo único que me frena es... -...Kora...- Noto su mirada puesta en mi y agacho levemente la cabeza, con un extraño sentimiento que no se si se puede denominar vergüenza -...lo siento... pero yo debo de continuar...- Doy un par de pasos en dirección a los árboles antes de volverme de nuevo, mientras un pensamiento desconocido vuelve a formarse en mi cabeza. -Deberías seguirle... no quiero que te pongas en peligro por mi culpa.

-...Porque entonces no sería mejor que él.- Termino en mi mente, preocupada por la idea.

Con el movimiento de cabeza de Yume, agacho mis ojos para buscar aquellos que se me escapan y una sonrisa responde a mi nombre en su voz mostrándome dispuesta a escuchar y atender.

Empiezo a asentir a su necesidad de seguir, no ha llegado tan lejos para detenerse ahora. Y en cada paso es posible que perdamos algo, que olvidemos algo, tal vez, es posible que a alguien y ello no debería ser en vano.

- Sigamos entonces -respondo y mi cabeza se gira entonces, dejándola por un solo instante para buscar la espalda de Rin o la estela de él hacia los edificios. Un solo instante que me devuelve su espalda; una leve distancia que a cualquier otro hubiese podido pasar desapercibida pero que a un niña acostumbrada a agarrarse con uñas y dientes a un jersey ajeno resulta abismal; y unas palabras que aunque quiero no sé respetar.

-  ¿No dijimos que lo haríamos juntas? -pregunto con un optimismo por el provenir que ni yo misma entiendo como puedo seguir sintiendo su llama dentro de mí mientras recorto esos dos pasos que Yume ha dado- Además, estoy más segura a tu lado. Y si me pusiera en peligro, no sería por tu culpa, sería mí decisión.

Con ambas manos busco atrapar la suya reafirmando mi postura no solo con una ligera presión de ellas sino con un asentimiento que pretende convencerla de seguir el camino.

Esta vez no pienso soltarla, no quiero dejarla sola ni un instante más.

- Rin... -digo por encima del hombro pero no conozco las palabras adecuadas para que no se aleje de nosotras. No puedo protegerlo más que confiando en que estará bien, y sabrá hacer lo correcto. No puedo protegerlo más que manteniendo mi promesa a Yen Sid.

Me alejo, pero cuando me alejo voy detrás de ellas pero sin que me detecten,no quiero que piensen que me preocupo por ellas, es solo que se que estarán muertas en cero coma si van por ahí felizmente xdd

Con determinación y decisión, Rin se aventura hacia las ruinas en busca de refugio. Su ímpetu y seguridad al avanzar se dejaban notar, algo extraño para alguien que supuestamente no conocía el lugar. Kora y Yume se quedan atrás, viéndole partir en solitario como solía ser, aunque esta vez no le seguirían, no por el momento.

Yume, como atraída cual abeja a la flor, miraba preocupada hacia la foresta cercana, fijándose en aquella luz, pensativa, quizás más que de costumbre. Su preocupada y desconcertada expresión dejaba extrañada a la joven Kora, quien se preocupaba por su amiga, como era común en su forma de ser.

Los tres jóvenes volvían a verse inmersos en un conflicto con sus sentimientos. Contrariados por las acciones y decisiones tomadas, separados de sus allegados y de sus antiguos compañeros, se ven a la tesitura de avanzar para no perder la esperanza, una frágil esperanza que parecía truncarse a cada paso que daban. No les quedaba más remedio que avanzar. Avanzar hacia lo que cada uno de ellos cree, avanzar a lo que cada uno de ellos busca.

Los jóvenes habían elegido y buscado, más allá de lo sensible, aquellos retazos de esperanza en sus amenazados corazones, pues la luz escaseaba allá a donde iban, y la oscuridad solo hacía que acrecentarse en lo más profundo de sus cicatrizadas y curtidas heridas.

Habían perdido, era momento de encontrar. ¿Cual sería el resultado de sus decisiones? ¿Cual sería el resultado de su búsqueda?

FIN ACTO 5