Partida Rol por web

Tras llegar al callejón me quedo parado, observando como el grupo discute. Mientras los observo, intento hacerme una idea de como es cada uno de ellos, pero sin mas información que una simple discursión me resulta imposible. Tras unos momentos, la mas pequeña del grupo me mira y me pregunta quien soy, pero, antes de que pueda responder, el muchacho moreno dice algo de abrir un portal y la pequeñaja nombra a mi maestro. Tras esto, decido que ya es hora de meter baza:
Buenas a todos, me llamo Lunh, ninguno de vosotros conocerá a alguien con unas orejas muy grandes...¿verdad?

A continuación, oigo que el muchacho moreno dice el nombre de mi maestro:

Perdón por inmiscuirme en vuestra conversación, pero, ¿vais a ir a la torre de Yen Sid?

Tardo unos segundos en terminar de asimilar las palabras de Kora. En parte porque a mi vacía mente le cuesta un cierto tiempo comprender el significado de "Ansem nos dijo que te dijésemos que Yen Sid tiene la respuesta" debido a que involucra a demasiadas personas, y en este momento, cada una de ellas se convierte en un enigma sin solución para mí.

Sin embargo, es al llegar al final cuando el esfuerzo da paso a la incredulidad, al darme cuenta de que me está pidiendo que les acompañe. Puedo notar como mis ojos se abren de forma desmesurada, y no puedo evitar clavar en ella mi mirada bicolor. Comienzo a sentir como una frágil esperanza comienza a formarse en el fondo de mi mente, temerosa de hacerse demasiado patente por miedo a ser destruida.

Y es que quizás, aunque no recuerde nada, al menos, mientras siga con ellos, puedo tener algo a lo que aferrarme. Alguien que me ayude a seguir buscando. O al menos, una cierta obligación que me impida caer definitivamente en el sueño y en la nada.

Sin darme cuenta, llevo una mano hacia mi cuello, hasta aferrarme al colgante en un gesto involuntario. Al notar la forma de la estrella entre mis dedos, comienza a invadirme un extraño desasosiego, como si fuera consciente de que hay algo equivocado en él, pero lo ignoro lo suficiente como para dirigirme a Kora.

-Yo... claro... es decir... si no soy un... estorbo.- titubeo unos segundos, como si fuera a añadir algo más, pero la voz de Lunh me interrumpe y me lleva a guardar silencio nuevamente. Le observo durante unos segundos, antes de reunir la energía suficiente como para sacudir la cabeza, en un gesto más cargado de incertidumbre que de negación, pues desconozco la respuesta a sus preguntas.

Muchas cosas habían pasado, y muchas continuaban sin respuesta. El sacrificio de un maestro, la perdida de otro... El grupo se estaba resquebrajando por momentos y pocas cosas seguian como antes. 

Descansasteis lo suficiente en la taberna, todos juntos esta vez. Las cosas parecían nubladas, pero no lo suficiente como para romper vuestros vínculos. Con la nueva incorporacion de Lunh, quien buscaba lo mismo que los demás, y tras el reciente incidente de Yume, os disponeis a partir de aquel mundo. 

Aquel quien tiene todas las respuestas, aquel que sabe todo lo que buscabais, el nombrado como Yen Sid, se encontraba en lo mas alto de una torre, en un lugar remoto, entre la luz y la oscuridad. Ansem os facilitó las cosas para tratar de hallar el camino correcto. 

Teníais el destino. Teníais el objetivo. Sólo os faltaba tomar una decisión que cambiaría por completo el rumbo de vuestras vidas. Pero, todo a su debido tiempo.

El día en que debáis elegir está a la vez lejos y cerca.......

FIN DEL ACTO 3