Partida Rol por web

Kora se resguardó de ser vista apoyándose contra la pared que dibujaba la esquina con el callejón en el que se habían parado Faile y Rin, lo hizo casi por inercia como si algo dentro de sí le advirtiera que si no había sido invitada era justamente porqué no debería estar allí.

Las primeras palabras de Rin no le sorprendieron, seguía en su línea, en su carácter arisco e individualista, algo que no tenía porque ser negativo, sin embargo, la firmeza de las palabras de Faile, el enfado y determinación que paradójicamente dejaban entrever que su prima se estaba resquebrajando por dentro, mostraban el porqué de ese aislamiento, el peso que cargaba consigo, el infierno individual en el que se había encerrado.

Kora se llevó amabas manos a los labios ahogando un grito que ni siquiera se había atrevido a nacer, y en compensación abrió los ojos como si el horror quisiera escapar por ellos.

Las acusaciones y replicas de Faile y Rin se mezclaron y repitieron en la cabeza de Kora, una y otra vez, perdiendo el sentido y el orden, restando como un zumbido, buscando como encajar entre las paredes de su consciencia. Sintió como sus rodillas se doblaban, se debilitaban y sufrían para seguir sosteniéndola aun con la ayuda de la pared en la que descansaba su espalda.

Se transformó en un ser de la oscuridad. Tragó saliva y sintió como su cuello se comprimía en un nudo, estrechando la cantidad de aire que iba a circular por él, paralizada por completo ante aquella providencia; cogió aire en un afán de sobrevivir a sus propios miedos y metió una mano en el bolsillo de la chaqueta buscando a tientas el amuleto que había encontrado en el cuerpo de Hayato, el mismo amuleto que parecía reaccionar ante la oscuridad, quejándose, pinzándola, helándola… Dejó que saliera de su bolsillo por primera vez en mucho tiempo y miró a su centro, arqueando una ceja en busca de una explicación; pero la voz de Rin volvió a filtrarse en sus oídos y con la llegada de las amenazas a Faile, Kora escondió de nuevo el medallón y sin darle tiempo a su cerebro para procesarlo se arrojó a plena vista movida por el fuego que hervía en su sangre.

Kora apareció en la boca del callejón, encapuchada de rosa, justo como cuando habían llegado al Castillo Alvel, pero con una expresión completamente distinta, más madura y mucho menos asustada ante la incertidumbre.

La extraña luz tintineante en sus ojos se clavó en los de Rin, aunque ajena a la mirada del chico que se había centrado en atacar el cuello de su prima.

- Apártate de ella Rin. – ordenó tajantemente y sintió como su mano luchaba consigo misma debatiéndose si cerrarse en busca de la llave espada o permanecer calmada.

- ¿De qué naturaleza hablas? – se extrañó creyendo que había algo más allá de esas palabras - ¿Quién te ha dicho eso? – Kora nunca había tenido reparos en preguntar y preguntar a pesar de que casi nunca obtenía respuestas – No tiene porqué haber una guerra. - comentó con completa ingenuidad, revelando sin querer que quizás había escuchado más de lo que aparentaba su repentina y oportuna llegada. - Aléjate de Faile. - repitió esta vez con un tono más rogado que mandado. 

Mis ojos se estrechan en dos rendijas cuando al ver a Kora.

---¿ Así que espiando, eh? Eso es un habito bastante feo, Kora, sobre todo cuando estoy hablando un tema muy serio con Faile- digo con cierto desprecio, estaba bastante cabreado y estaba hacieno las cosas sin pensar en las consecuencias- ¿y sí no lo hago?¿que?¿ vendras a atacarme? Hazlo y Faile dejará de ser un problema ¿entendido?

Miro un segundo a Faile y luego a Kora.

---Nadie me ha dicho nada, todo eso son las conclusiones que he ido sacando con lo que he visto; si no eres capaz de verlo es que eres  demasiado infantil para ver las cosas, así que deja a los adultos hacer sus cosas y vuelve por donde has venido- digo sin moverme del sitio para nada.

Kora estrujó un puño sintiendo como se le helaba el corazón e hizo una mueca de dolor debido al pinchazo que aquel sentimiento le provocó en contraste con el fuego de su sangre que circulaba a una velocidad exagerada por sus venas.

Al desprecio de Rin respondió con una mirada piadosa,  no le temía ni a él ni a sus amenazas, y no solo porqué no le creía capaz sino porque creía a Faile mucho más ágil, rápida y audaz que ese chico.

Apretó los labios reprimiendo todo impulso de contestar, de entrar en el juego de la agresividad verbal o física. Y escuchó la explicación de Rin con cierta fascinación.

- Lo que has visto… murmuró para sí como si se tratase de un eco e incluso se desencapuchó con un movimiento desenfadado cuando la acusó de infantil.

- A veces lo más llamativo no es lo más bueno. No siempre llegar antes implica llegar mejor.

Por primera vez creyó comprender los pensamientos de Rin, lo que él había visto no era tan distinto de lo que ella, pero quizás habían procesado la realidad de modos distintos y habían asimilado las experiencias con conclusiones opuestas.

Sonrió ajena a la crudeza de la situación, Faile tenía razón, eran una familia, finalmente podía considerarse miembro de una, la fuerza del Gremio de que tanto había oído hablar, por la que tanto se había esforzado por desarrollar su inexistente magia en su mundo natal, jamás había cobrado tanto sentido como en aquel momento.

- Toma tu camino Rin, pero jamás conseguirás que desista contigo. No dudaré en protegerte aunque sea de ti mismo.

-Adultos dices? Me hace gracia que justo tu digas eso.

Juris aparece justo por el otro lado del cajellón, silencioso pero raudo. Parecía provenir del otro lado, como si hubiera dado algo mas de vuelta. Tenia su llave-espada eléctrica en sus manos, y dejando que esta rezumara algunos de esos rayos que la alimentaban, la acerca a Rin. A decir verdad, era algo extraño que llegara tan rapido y tan silencioso cuando era un chico torpe de media y que siempre armaba jaleo...

-Déjate de tonterias Rin. No cometas una estupidez.

-Vas a mojarte...

Oyes a la voz provinente de tus espaldas. Al girartre, ves a una silueta oscura en la playa, observandote. Lleva una túnica algo peculiar, negra como la noche misma, y una capucha que le cubtre el rostro entero. Aunque te resulta extrañamente familiar, estas seguro de no haberle visto nunca antes.

-Que estas buscando con tanto esmero?

---Joder ¿que es esto? ¿Una reunión de colegas?- digo soltando un par de tacos mas al ver a Juris- Tú no eres el mas indicado, te cagastes en los pantalones ante aquella gran sombra ¿ahora te haces el valiente?

Mis ojos se dirigen hacia la llave espada de Juris que se acerca hacia mi, con un resoplido empujo a Faile con brusquedad apartandola de mi, ya tendré tiempo para aclarar el asunto con ella, pero de momento no queria herirla en aquella confrontación, levanto la llave espada y al igual que Juris le apunto a él.

---No, Juris, no cometas tú una estupidez...- digo con un deje burlon en la voz mientras mis ojos brillan divertidos...veamos que es capaz el señor adulto...

-Siento tristeza- Me doy cuenta nada más abrir los ojos, aunque no sé exactamente por qué. Desearía no haber vuelto a despertar, o tal vez no haber despertado nunca. Kuro, la oscuridad, la puerta, la llave, la noche... todo parece volverse más irreal bajo la luz de otra habitación desconocida. Nuevamente, tengo que empezar de nuevo sin saber dónde estoy. ¿Cómo se puede llegar a la meta si no sabes ni dónde has comenzado?

Permanezco un par de minutos tumbada, mirando al techo sin verlo realmente, antes de lograr reunir la voluntad suficiente como para levantarme. Me veo obligada a frotarme los ojos, ya que los siento ligeramente húmedos, como si tuviera ganas de llorar. Y aun así... -Aun así parece que algo ha vuelto a su sitio-

Acaricio la palma de mi mano como si todavía sintiera el tacto de Kuro en ella, o el peso del arma en la que él chico parecía haberse convertido, hasta terminar cerrando el puño en un gesto mecánico. Todavía con los pies descalzos, respiro profundamente y salgo al exterior de la habitación, buscando respuestas.

Antes de salir, te das cuenta de que la habitación tenia la puerta abierta. Al salir, ves que la habitación de al lado de esta tambien la tenia. Al mirar dentro, ves una sala exactamente igual que la tuya, sin nada extraño aparente. Hay un pequeño pasillito que acaba en unas escaleras que parecen bajar. A los laterales del pasillo hay algunos cuadros, como si se tratara de una casa o una posada. Oyes barullo provinente del piso de abajo.

-Tu mismo. No se quien saldra mas mal parado de todo esto... -Juris mira a Rin con ojos desafiantes, no parecia que fuera a bajar su arma hasta que Rin no fuera una amenaza para el grupo.

-No voy a dejar que hagas lo que quieras siempre. Amoldate al grupo o lárgate.

Como única respuesta,golpeó la llave espada de Juris desviandola hacia un lado y le apuntó a la garganta.

---Al menos yo soy útil,no como tú,sí me fuera no durariais mucho tiempo,quizás la pequeña con complejo de conejo tenga alguna posibilidad,pero tú ninguna.

Busco una salida. Llevo mucho tiempo alejado y ya es hora de volver. Me giro para mirar al encapuchado, y esbozando una media sonrisa le digo: ¿No conocerás tu una salida verdad?

-Nadie...- ¿A dónde ir cuando uno está perdido? ¿Qué es este lugar? ¿Una posada? ¿Qué había pasado con esos chicos? ¿Con Kora? En mi mente, el último recuerdo que flota es el de una enorme masa de oscuridad de la que partían rayos azules... y a partir de allí, Kuro. ¿Cuánto tiempo había pasado?

Incapaz de hacer otra cosa, sigo caminando hacia las escaleras, guiándome por el sonido de las voces. No hay ninguna otra cosa que a mi extenuadamente se le ocurra, excepto preguntar. Y para recibir respuestas, necesitaba encontrarme con algún ser vivo. Así que desciendo, dispuesta a detener a la primera persona con la que me encuentre.

Lo que ves es una simple taberna. Todo apuntaba a que estabas en una posada. Ves que hay gente balbuceando y bebiendo, otros riendo y disfrutando, y un posadero que estaba limpiando copas y preparando la barra para servir manjar. Totalmente habitual en una ciudad, a lo que te da a pensar que quizas no te habias movido de vergel radiante, aunque debias comporbarlo antes. No ves rastro de los chicos de la llave-espada.

El encapuchado se rie.

-Puede ser... -Quizas si me ayudaras con algo, me vendria a la mente el truco para salir de aquí, si es que lo hay.

Empiezo a sentir un escalofrio en la espalda que me indica que este encapuchado no es de fiar, pero no creo que este en condiciones de pelear apropiadamente, por lo que decido que es mejor seguirle la corriente.

Buff, si de verdad puedes ayudarme a salir de aqui creo que podre ayudarte un rato

-Es raro...- la presencia de tanta gente me deja temporalmente cohibida en el último escalón, incapaz de asimilar tantos rostros, tantas voces y tantos sonidos desconocidos en un primer momento. Es como pasar de un lienzo blanco a un abigarrado conjunto de brillantes manchas de color. Tal vez formen un dibujo, pero este, a primera vista, es imposible de vislumbrar.

-Tengo que moverme- Soy consciente de la necesidad de hacerlo, pero mi cuerpo parece haberse clavado en el suelo, aterrorizado ante la presencia de tantas personas. No sé quién puede ser un aliado y quién un enemigo. No sé siquiera si alguien podría conocerme. Hasta cierto punto, me da miedo.

Sin embargo, logro hacer de tripas corazón y avanzar vacilante hasta el mostrador y encararme al posadero. -Disculpe...- digo con voz baja y ligeramente temblorosa. -¿Qué lugar es... este? ¿Dónde estoy?

Me doy cuenta con sorpresa de que logro comunicarme con más fluidez de lo que había logrado hasta el momento, como si tras el sueño, se hubiera arreglado algo que estaba roto en mi interior. La cabeza ya no me pesa tanto, ni me encuentro tan pérdida. No he logrado recordar, pero siento que empiezo a lograr salir de la nube de vacío en la que me había hundido.

-¿Ha visto... a una chica vestida de rosa... con el pelo castaño?- pregunto después de aquello. Kora es la única persona que podría decirse que conozco, y la única que puede saber lo que ha ocurrido desde que derrotamos a ese monstruo de oscuridad.

-Nada de lo que debas preocuparte, solo necesito que vayas a ver a alguien en mi nombre. Es un peculiar personaje, con orejas grandes y negras. Le encontraras en Vergel Raidante en estos momentos. Dile que "DiZ" esta listo y esperando su decisión. No es una tarea demasaido complicada a cambio de salir del reino de la oscuridad, no te parece? Iria yo, peeeero digamos que tanta luz me ciega... Dime, aceptas? -El encapuchado parece muy interesado en tu respuesta

El posadero te mira de mala gana, frotando aun vasos que ya parecian relucir. 

-Estas en el cuchitril del alfeñique, en Vergel Radiante muchacha... No servimos alcohol a los menores. Y si buscas a esa chica de la capucha, ha salido con sus amigos de la posada hace literalmente poco... Diantres, si no fuera por Ansem ya habria hecho rato que os habria mandado a volar... Odio a los mocosos. 

El hombre sigue limpiando insistentemente las copas.

-Si no vas a pedir nada, largo. Tengo mucho trabajo.

Mmmm, tienes razon, no parece muy complicado, pero en base a mi experiencia personal, las cosas mas simples suelen ser las que mas se complican al final jejeje Tras un momento pensando, decido que es mi mejor oportunidad para salir de aqui de una vez, asi que me le miro y le digo: Muy bien, trato hecho, buscare a ese sujeto, pero dime, ¿tiene nombre, o voy a tener que buscar a alguien con orejas grandes y negras por todo Vergel Radiante?