Partida Rol por web

La hostilidad del posadero genera una desagradable sensación en mi interior. Un sentimiento oscuro y desagradable que soy incapaz de nombrar, pero que me hace desear hacerle daño. -Todas las personas son malvadas- El pensamiento surge en mi cabeza casi por voluntad propia, casi como si no fuera algo propio... y sin embargo, sé perfectamente que es algo en lo que creo.

Me llevo una mano a la cabeza, cubriéndome los ojos, a causa de un breve dolor punzante, que desaparece tan rápido como había comenzado. ¿Por qué pienso así? Hay un recuerdo flotando, pero este se desvanece sin llegar a definirse. -Kuro, ¿qué me ocurrió...? ¿Qué es lo que he deseado... olvidar?

Vuelvo a mirar fijamente al hombre, con una mezcla de miedo y repulsión, que se concentran en un casi inaudible -Ya me voy...- Cruzo el lugar, casi mirando al suelo para evitarme la visión de toda la gente a mi alrededor, hasta salir por la puerta. Habría preferido quedarme esperando la llegado de Kora, pero no tengo la seguridad de que vaya a volver, y no puedo quedarme eternamente en un sitio así, donde soy tan mal recibida.

Además, si no les encuentro fuera, siempre puedo dirigirme nuevamente al castillo para buscar a Ansem y pedirle ayuda. Lo único claro es que quiero salir de allí cuanto antes, marcharme. El suelo resulta frío al contacto con mis pies descalzos, pero no puedo volver a la habitación a por mis zapatos. Al menos, no todavía. Solamente puedo seguir avanzando hacia delante.

No puedo mirar atrás, tengo que seguir caminando hacia delante.

Reconoces la plaza que ves al salir. Allí, el sincorazon gigante os habia atacado. Estaba atardeciendo. Por lo que puedes recordar, era de noche cuando os enfrentasteis a la sombra, por ende, has estado un dia en la cama como poco...

Te parece extraño, pero no le das demasaida importancia. Ves que estas tan cerca de la plaza que se te pasa por la cabeza el acercarte a ella, para ver si podias ver o escuchar algo mas acerca de las personas a las que buscabas. Aun tenias luz y faltaba un rato hasta que el sol se pusiera por completo. Si hay algo que te llama la atención es que te encuentras a un chico estirado cerca del centro de la plaza, a escasos metros de ti. Lleva una vestimenta rojiza y su pelo es blanquecino. Este parecia estar durmiendo cuando se levanta y se espolvorea sus ropas.

El encapuchado suelta una ligera sonrisa.

-Creeme, le reconoceras.

El individuo extiende su mano hacia delante, generando una especie de portal negro.

-Traspasalo y te encontraras en el Vergel. Apresurate, antes de que se den cuenta de lo que ha pasado aquí. Sobretodo, no ceses en informar al rey. Vamos, largate!

Casi sin darte ni cuenta, el encapuchado te agarra del brazo y con prisas te arroja hacia el centro del portal. Este se cierra tras de ti, y lo unico que puedes ver antes de eso es un rostro de alguien triste, con una lágrima en su mejilla, una cicatriz que cruza su nariz y algun que otro mechón marron.

-Hasta mas ver, Kenjoou...

Abres los ojos y te encuentras estirado en medio de una plaza amplia. Ves el sol ponerse en uno de los laterales, y el color dorado del crepusculo se cierne sobre ti. Eso te da una idea clara de que esta atardeciendo. Al reincorporarte piensas en las palabras del encapuchado. Kenjoou. No sabias que queria decir, pero te resultaba conocido, y casi propio. Ves una plaza que te resulta extrañamente familiar. Farolas blancas que empiezan a iluminarse, cajas amontonadas, una fuente en medio de esta y muchas flores de diversos colores decorando las aceras de dicha plaza. Cuando miras a los lados, no ves ni rastro del portal ni del individuo; aunque ves a una chica descalza, con un vestido negro algo peculiar que camina poco a poco, como si estuviera buscando algo o alguien. Te levantas, espolvoreandote la suciedad del suelo. podria ser que estuvieras ya en el Vergel?

Tras dar una mirada en rededor me doy cuenta que la unica persona en la plaza es una muchacha que pasea tranquilamente, por lo que, sin mas pistas, me acerco a ella para preguntarla si ha visto a alguien que concuerde con la descripcion que me proporcionó el extraño encapuchado Al acercarme un poco a la chica, esbozo mi mejor sonrisa y le digo: Buenas jovencita, me llamo Lunh, acabo de llegar a la ciudad en busca de cierta persona, y ando un poco perdido. Me preguntaba si podrias ayudarme a orientar mi busqueda.

-Es de día...- Me doy cuenta por primera vez de que lo que para mí han sido solo unos instantes, pueden haber sido varias horas, incluso días, en el mundo real. -¿Qué ha pasado... en este tiempo?

Estoy a punto de pasar de largo del desconocido, antes de darme cuenta de que se está dirigiendo hacia mí. Le miro, con una expresión vacía de cualquier expresión, esperando... no se a qué. A que se presente, tal vez. O a que me diga lo que busca. O a que me diga si acaso me está buscando a mí, o sabe algo.

Su pregunta es casi irónica.

-Yo...- Retrocedo un paso, buscando una distancia que me haga sentirme más segura, más cómoda. ¿Qué podía responderle? ¿Cómo expresarle mi situación? ¿Debía hacerlo acaso? No sabía si podía ser un enemigo, ya que no sabía siquiera quiénes eran mis enemigos... un último eco de los sentimientos que me habían perturbado en la taberna, así como la cantidad de dudas y preguntas que estaban surgiendo en mi cerebro me provocan un ligero malestar general. Me sentía más recuperada, pero era obvio que no era suficiente. -Dudo que pueda... ayudar.- Termino diciendo con dificultad.

No hay ninguna clase de emoción en mi mirada, ni amabilidad ni hostilidad. Solamente un dolor leve pero profundo, así como un cierto desconcierto. -Pero ¿a quién... buscas?

Veo que la chica parece mas perdida que yo, y también parece no encontrarse bien. Mientras la miro con preocupacion la digo: Ahora mismo da igual a quien busque, me preocupas mas tu, pareces no estar bien; ¿Necesitas ayuda?

Tras mirarla un momento, algo dentro de mi me dice que ya habia visto a esta muchacha...

-Ayuda...- murmullo en voz muy baja. ¿Resulta tan evidente? Sí, necesito ayuda. El problema consiste en que es un término demasiado abstracto, que no logró concretar en ninguna petición real. ¿Ayuda para qué? ¿Qué es lo que estoy buscando? ¿A quién debería buscar? No tengo respuesta para ninguna de las preguntas.

-Tienes que concentrarte en el presente- me ordeno a mí misma, buscando una forma de salir del estado de inconsciencia en el que me encuentro. Sin embargo, es demasiado costoso, demasiado difícil y poco gratificante. Cierro los ojos durante un instante...

... pero los vuelvo a abrir casi de inmediato. -Yo también estoy buscando... a dos personas. Una es una chica... de pelo castaño... vestida de rosa... Y el otro...- me detengo un momento, tratando de recordar las palabras exactas -es el hombre... que con una X forma su... ¿nombre?

Termino, sin llegar a estar completamente convencida de mis propias palabras.

- Eso no es cierto. - protestó Kora marcando cada palabra - Ninguno debería separarse. Juntos siempre seremos más fuertes, y la utilidad no es sinónimo de autosuficiencia.

El primer combate que habían realizado se le apareció en su mente, un recuerdo que en ese momento tenía mucho sentido, el castillo del que habían partido les esperaba en aquel momento cuando el maestro Ryurka les enseñó a invocar la llave-espada. Recordó a Hayato con la misma esencia que la última vez que lo había visto, y a Rin herido y sin quejarse lo más mínimo, y a Juris hablando de mundos engullidos como si lo hubiese vivido en sus carnes. Quizás en ese mismo momento alguien hubiese podido prever el resto de sus vidas, hubiese podido prever que uno de ellos moriría a manos de la oscuridad, que otro se movería en sus propios caminos incluso a coste de su físico y que el tercero solo buscaría evitar que la destrucción que acompaña la oscuridad le engullera.

Pero esos roces que habían surgido en algunos entrenamientos nunca le habían parecido significantes, al fin y al cabo Juris cada vez era más risueño y Rin menos arisco, hasta que fueron empujados a su primera misión.

Y ahora ¿cómo hemos acabado en un callejón enfrentados unos a otros? Se mordió el labio inferior ahogando un sollozo que en ese momento rebajaría la seriedad y contundencia de sus palabras casi tanto como su autoestima. 

Miró a Juris esperando de él la sensatez que ese momento pedía a gritos, y se alegró de que fuese él el que estuviera de frente a ellas, intentar que Rin aparcara el ego hubiese sido más complicado.

- Dormir nos vendría bien.

A todos. - precisó preparándose por la replica de Rin de que ella no había sido invitada.

Escuchais unas voces algo fuertes que provienen de uno de los callejones cercanos a la plaza. Decidiis ambos, quizas por inercia o quizas por impulso, ir a comprobar de que podian ser. Veis a 4 chicos discutiendo, una chica con una capucha de orejas de gato que parecia intentar tener la situacion bajo control, un chico rubio y otro algo malhumorado que parecian pelearse, y otra chica rubia algo coaccionada por la trifulca.

-No me tientes... Ganas de darte una leccion no me faltan, pero no creo que me corresponda a mi ese placer... Apartate antes de que cambie de idea, Rin. No hay tiempo para tus estupidos juegos infantiles, si estamos todos bien,d eberiamos de movernos ya. -Digo sin importarme las consecuencias, a fin y al cabo, estaba preparado para luchar si fuera necesario.

---No hay nadie que te impida el paso, así que  date media vuelta y saca tu sucio trasero de este callejón, los adultos tenemos que hablar de ciertas cosas y ya  hueles bastante mal como para que añadamos tus excrementos cuando te cagues encima...- le espeto todavia mirandole.

Me doy cuenta de que han llegado dos visitantes a esta reunion. Uno de ellos es Yume, pero el otro chico no me suena mucho, aunque me resulta algo familiar...

-Yume! Estas bien? -Digo mentalizandome de que la trifulca no existe...

Una sola palabra surge en mi mente, borrando todos mis pensamientos en un instante, como si un huracán hubiera pasado sobre ella. -Kora...- Comienzo a darme cuenta de que me estoy volviendo dependiente de la chica. Tal vez, como si me tratara de un polluelo recién salido del cascarón, ha caído bajo el instinto de seguir a la primera persona que he visto, como si por algún extraño mecanismo la hubiera confundido con mi madre.

Pensar cuesta demasiado esfuerzo. Tomar decisiones siempre termina convirtiéndose en un proceso doloroso. Así pues, obedecer es la opción más sencilla, después de la inconsciencia.

Ignorando por completo la pelea, así como a mi recién llegado compañero, me acerco hasta la chica con orejas de gato, casi por inercia, sin llegar a formular siquiera una sonrisa, sino más bien manteniendo una mirada vacía. -Sí, estoy bien... Solo desconcertada- contesto a Faile, volviéndome brevemente a mirarla -¿Qué es lo que ha... pasado?

---Esto es poco mas que increible...- digo viendo como nuevamente nos interrumpen la reunión apareciendo Yume...

-Sera mejor que dejemos esto para otro momento... -Se retira, apartando su arma y dejando a Rin. -Si estamos todos bien comopara estar reunidos en la calle, deberiamos mirar de avanzar a nuestro siguiente destino... Kora, que debemos hacer?

-Pregunta con cierto aire de indiferencia.

Me quedo un rato todavia apuntandole y luego retiro la llave espada.

---Si tenemos que ir a nuestro destino, aquí tenemos las coordenadas- digo sacando el papel donde fueron apuntadas- así que si la nueva "lider" está conforme nos iremos juntos, sino, me iré yo solo.

Con la llegada de Yume, toda la tensión de la inminente pelea pareció esfumarse, la casi milagrosa recuperación de la chica captó la atención de todos, pero fue Faile quien se adelantó y habló. Faile siempre actuaba impulsivamente y correctamente, Kora lo veía como un don. Siempre había andado a su sombra y se había acomodado a esa posición hasta que la muerte de Hayato había roto a su prima por completo y a ella la había empujado fuera del nido, fuera de la calidez y la confortabilidad de ocultarse en el jersey de su prima.

Yume se acercó a ella, como si se aferrara a una isla, como si fuese ella misma buscando a su prima por cada rincón de Magnolia. Pero Kora no se dio cuenta de ello, y simplemente dejó que una sonrisa de alivió por su buen estado le estirara los labios. No quiso preocuparla por las tensiones internas del grupo y quiso aun menos recordar a los chicos que estaban a punto de medir sus egos, de ver quien era más adulto comportándose como niños y en lugar de responder a su pregunta desvió los interrogantes a otro enigma.

- Me alegro que estés mejor. - apoyó su mano en el hombro de la chica en un intento de mostrar aprecio sin saber si se le permitía - Y ¿Quién es tu amigo? - señaló al chico de rojo con la misma mano para liberar a Yume de su contacto - ¿Te ha ayudado él? - iba a preguntarle pero sin embargo su voz se apagó bajo la de Juris.

El hecho de que se dirigiera a ella le desconcertó por completo ¿qué debemos hacer? pensó ¿qué debemos hacer? se repitió buscando de soslayo a su prima, ¿le pedía que decidiera? ¿ella? Sus mejillas empezaron a sonrojarse sin motivo aparente, presionada por una atención y confianza que no entendía pero finalmente optó por acogerse a la salida que le ofreció Rin, quizás sin ser consciente de ello.

En realidad le parecía más sensato esperar a que volviese a ser de día, a haber descansado realmente y no unos minutos, a estar todos más relajados. Pero realmente, en ese momento solo le importó seguir unidos.

- Vamos pues. - dijo finalmente - Si te fueras tu solo seguro que te perderías. - bromeó para suavizar la pulla del liderazgo y disimular su incomodidad ante tantos ojos.

¿Pero y ese? se siguió preguntando por el chico que les observaba.

Ignorando a los recien llegados me pongo en un lado del callejón y leo las coordenadas para asegurarme de que me las sé.

---Pues no os quedeis quietos como meros cadaveres, sacad las llaves espadas y abramos el portal- digo mientras comienzo a concentrarme para abrirlo y largarnos del lugar de una vez

El contacto con la mano de Kora en mi hombro me resulta cálido. Es curioso como a pesar del peso cargado sobre mi cuerpo, resulta ser más agradable que la soledad. Sin embargo, cuando me doy cuenta de que tal vez debería haber sonreído o agradecido el gesto, ya es demasiado tarde y ella se ha apartado. Y en mis ojos no se ha reflejado ningún sentimiento.

-No es mi... amigo.- A pesar de la crudeza de mis palabras, estas no están cargadas de ningún tinte de hostilidad, sino únicamente de una verdad absoluta y objetiva. -Le acabo de conocer. Él...- me llevo una mano a la frente, tratando de rescatar el recuerdo de la vacía inmensidad de mis memorias -parece estar buscando... a alguien... pero no sé a quién.

Me doy cuenta de que todos tienen intención de volver a marcharse y me asaltan varios pensamientos de duda. No sé si puedo seguir acompañándoles. No sé si debería marcharme de este lugar, o si tendré más oportunidades de encontrar a mi objetivo en el exterior. El suelo está frío bajo mis pies, pero la idea de volver a la posada a por mis botas me resulta extenuante.

-Kora...- pronuncio con dificultad -Yo también... estoy buscando a alguien. A alguien con una X... en el nombre... ¿Sabes por dónde... debería empezar?

Kora asintió a Rin con entusiasmo e invocó su llave-espada para ayudarle a abrir el portal, pero su concentración en esa tarea era claramente menor que la del otro chico ya que pronto volvió a atender a Yume, aunque procuró no dejar de canalizar energía.

¿Buscáis a alguien? Esa idea despertó en ella el recuerdo de aquella tarde, recuperando en su cabeza la voz de Ansem Y para cuando esa chica de negro se recupere, decidle que Yen Sid tiene la respuesta. Ella sabra a que me refiero y lo entenderá en su momento...

- Yen Sid - murmuró poniendo atención en cada una de las letras - No, no tiene ninguna equis.

Hizo una mueca de resignación - Ansem nos dijo que te dijésemos que Yen Sid tiene la respuesta. ¿Significa eso algo para ti? - preguntó con la esperanza de que así fuera, aunque con una cierta tristeza en su mirada por no ser capaz de ofrecer nada más - Creo que le encontraremos en el sitio dónde vamos. Acompáñanos. - la última palabra casi sonó como una súplica que difuminó bajo una sonrisa amistosa.