Partida Rol por web

-¿Este ser... atrae a las criaturas... oscuras?- Sus movimientos son tan lentos que soy capaz de esquivarle a pesar del malestar que siento. Tengo la extraña sensación de que no es la primera vez que tengo que luchar, ni la primera que invoco el poder de la magia. De nuevo, ante mi incomprensión, una bola de fuego vuelve a dirigirse contra nuestro enemigo. Nuestro, porque nos ataca a todos por igual, buscando destruirnos.

Siento, sin saber cómo, como comienzo a quedarme sin energía, al igual que noto el cansancio físico o el dolor de los golpes. Siento que hay algo que me falta, como un recuerdo que lucha en vano por salir a la luz, pero termina perdiéndose una y otra vez en la oscuridad del interior de mi cabeza. Sin resuello, miro a la criatura, y me doy cuenta de que la magia ha vuelto a hacer su efecto fuera de mi control, y que soy capaz de ver el poder mágico del ser. Como un acto reflejo, alzo la mano, tratando de robar el exceso de energía que se encuentra en su interior.

Me lanzo sobre el monstruo y rapidamente le asento dos golpes fuertes sobre las piernas dañandolas levemente, sin embargo mi combo no termina ahí, con un salto me subo a la rodilla mientras sigo atizandole con la llave espada, finalmente pego un salto para alegarme un poco de él mientras acumulo energia en mi llave espada.

--- Ahora sabras lo que es bueno...- murmuro siniestramente mientras sigo acumulando la energia, cuando ya no puedo mas lanzo la llave espada con todas mis fuerzas a la cabeza del monstruo mientras caigo en el suelo y ruedo un poco para evitar daños menores.

--- No está mal... deberia probarlo con rivales mas interesantes que tu...- digo mientras me levanto algo magullado y hago aparecer la llave espada de nuevo en mi mano. 

La gran sombra parecia debilitarse ante los ataques que recibia, mas no obstante, hundió uno de sus brazos en la tierra, creando una gran onda expansiva. Los portadores se dieron cuenta rápido, y pudieron esquivarla. Algunos con volteretas, otros saltando. Aún sin saber muy bien que intentaba hacer, exponia su cabeza ante vosotros.

- wo wo! - exclamó absolutamente fascinada con el ataque de Rin, e inmediatamente desvió la mirada para evitar que se relacionara su asombro con él. En parte por vergüenza, en parte por no subirle más los humos.

En cuanto la criatura clavó sus brazos en el suelo Kora aprovechó para examinarla con Libra, más curiosa que nunca, impaciente por saber qué era aquello o cuanto duraría; cualquier información que le permitiese creer tener cierto control de la situación.

Poco después parpadeó aprovechando lo recién descubierto y la posición casi provocativa y a la espera de la sombra que exigía un ataque directo a su cabeza.

"Tres tazas" pensó descargando dos combos de golpes en esa cabeza pelada y, precavida, se retiró protegiéndose detrás de su llave-espada esperando el contraataque.

*Tras esquivar el ataque de la sombra, Kenjoou ve que la sombra deja su cabeza expuesta a los ataques del grupo, entonces, sin dudarlo un momento, lanza su llave-espada hacia el monstruo, la cual impacta en su objetivo, al mismo tiempo que da un salto hacia la cabeza de la sombra. Una vez que llega a la cabeza de este invoca su espada y le propina un combo, aléjandose una distancia prudencial cuando acaba su ataque*

El aire se vuelve cada vez más pesado y casi difícil de respirar. Correr, esquivar, atacar... órdenes y más órdenes que se suceden en mi cabeza con la única intención de mantenerme con vida un poco más. Un salto, y así la onda expansiva pasa bajo mis pies sin llegar a golpearme. Me encuentro agotada, y no puedo dejar de pensar en como mis compañeros parecen seguir luchando totalmente inmunes a los efectos del cansancio.

Incluso el monstruo parece agacharse, en una actitud que me recuerda extrañamente a una reverencia, a una señal de sumisión. Me pregunto si él también nota el dolor que yo percibo tan real en mis propios músculos, si él también siente miedo y desea sobrevivir. Abrazo mi cuerpo con los brazos, en un acto reflejo, mientras mi cuerpo se dobla en un vano intento de recuperar el ritmo de mis respiraciones. -Por favor... que se rinda... que acabe esto...-

Volvia a ponerme en acción, sin embargo, una subita debilidad me hace hincar la rodilla en el suelo frente al enorme bicho, al parecer, el anterior espectaculo se estaba cobrando su precio ahora; aprieto los dientes mientras las gotas de sudor caen por mi cara y sin decir nada lanzo la llave espada contra la sombra golpeandola, aprovecho ese instante para levantarme, no sin dificultad, y corro de nuevo contro la mole.

--- Todavia no estoy acabado!!!- digo mientras cojo la llave con ambas manos y comienzo a descargarla sobre la rodilla, al principio con furia pero rapidamente  esta es sustituida por la rabia- La rabia siempre te hace mas poderoso...

La sombra parecia debilitarse ante los fuertes golpes de los jovenes, mas aun parecia tener algo de fuerza. Levantandose del suelo y alzando de nuevo su cabeza, parecia cargar de nuevo con una bola oscura, la cual volvia a salir disparada hacia el cielo, para dejarse caer en forma de lluvia. Las bolas impactaban en los cuerpos de los portadores, causandoles dolor. Kora, quien habia visto la estratagema del ente, pues ya habia efectuado eso antes, consigue desviar las bolas que le caian, usando su llave-espada cual escudo, bloqueando y desviando las esferas cargadas de energia. Aunque sus compañeros no parecian tener tanta suerte.

El ser de sombras había repetido su ataque, señal de que no tenía mucho más repertorio, o eso prefirió pensar Kora, saber exactamente a lo que se enfrentaba, o creer saberlo, le daba seguridad, le disipaba el miedo, aunque también la volvía más curiosa, ingenua.

Corrió hacia la sombra para atacarle de nuevo, demasiado pronto, pues terminó golpeando el aire.

Hinchó los mofletes cabreada consigo misma, se había llenado de ego por haber esquivado las bolas de energía y Rin no, y se había cargado toda imagen de control con ese ataque espanta-moscas.

Se encaró de nuevo al cabezón y reajustó sus dedos sobre la empuñadura de la llave-espada, mano sobre mano, centrándose en lo que pretendía hacer. Corrió, corrió de nuevo, esta vez bien orientada, y volvió a recordar su afición a los saltos, a llegar más allá de lo que su pequeña estatura le permitía. Saltó. Alzando a Flame por encima de su cabeza, más allá de donde podían llegar sus manos y la hizo descender en cuanto sus pies encontraron apoyo en ese cuerpo de sombras. Un apoyo efímero que, sin embargo, le permitió asestar dos golpes más antes de llegar al suelo de nuevo.

Orgullosa se tomó unos segundos para sonreír y dedicar una mirada furtiva por encima del hombro comprobando si sus compañeros la había visto.

¡Yay! Pensó para sí con cierta alegría infantil y volvió a atacar sin fijarse que volvía a no tener nada delante.

*Tras un momento (el cual parece durar una enternidad) para recuperar el aliento y observar al enemigo, Kenjoou suelta un enorme suspiro y retoma su ataque. Cogiendo impulso, salta hacia la cabeza de la sombra, a la que consigue asestar un par de combos certeros, pero, justo cuando iba a descargar su llave-espada una tercera vez, el monstruo se mueve, haciendo que el ataque falle. --Maldita sea- susurra Kenjoou --Que le pasa a este bicho, no va a caer nunca-

Tras este ataque, Kenjoou se retira un poco, con la intención de descansar su cada vez mas maltrecho cuerpo, mientras deja que los otros jóvenes ataquen a la sombra

-Por favor... no quiero seguir... peleando- ¿Es tan extraño el desear no ser herida? ¿El no querer sufrir? El dolor me recorre el cuerpo ante el contacto con la lluvia de oscuridad que se cierne sobre nosotros y que mi cansancio y mi falta de movimiento me impide evitar. Cierro los ojos en un intento de aislarme del mundo mientras noto como la presión de la sangre repercute una y otra vez en mis sienes. Oigo las quejas de la misteriosa Kenjoou mientras siendo que me hundo por completo en la desesperación y en las sombras. -¿Por qué tengo... que luchar... contra esto?- Me encuentro totalmente perdida en una...

Noche Eterna

El pensamiento resuena en mi cabeza como un eco largamente repetido. Desesperanza. Dolor. Penumbras. Mi brazo sostiene un peso familiar. Un fragmento de sueño materializado. Cuando abro los ojos descubro con una sorprendida resignación cómo mis manos sostienen una oscura llave espada cubierta de crueles y afiladas aristas, que han dibujado una larga X en el cuerpo de la criatura en un movimiento inconsciente y errático que termina bruscamente con mi vuelta a la realidad. -Una llave-espada... Noche Eterna...

Corro de nuevo rapidamente hacia la mole y comienzo a asentarles rápidos golpes consecutivos en las piernas y me alejo de nuevo para tomar distancia y poder atacarle mejor.

---¿ Que ocurre? ¿No has tenido suficiente? Ahora mismo te voy a enseñar lo que es el do....- me callo subitamente y mi cara de excitación se convierte en una mueca de sorpresa y luego de dolor, sin poder evitarlo clavo las piernas al suelo y tengo que usar la llave espada como apoyo- ¿que...que me pasa? No puede ser que haya alcanzado mi límite....

La gran sombra alzó los brazos hacia el negro cielo que se cernia sobre la plaza. Se arrodilló ante los portadores, y empezó a recitar una especie de llanto. Del agujero con forma de corazón de su pecho, salian unos destellos de luz púrpura, como si de un alma se tratara. La luz se hizo algo mas intensa, y de repente, salieron rayos disparados hacia los jóvenes. Primero salieron dos rayos, luego cuatro y finalmente seis, que se precipitaron hacia sus enemigos de forma directa.
 

El llanto de la sombra descolocó a Kora por completo, perdió el norte por un momento y olvidó protegerse de cualquier ofensiva, al contrario, se acercó a ella, curiosa, como si fuese guiada por su nariz, y la miró con cierto análisis decidiendo si aquello era el final del combate, el inicio de la calma que prometía Vergel Radiante. Pronto obtuvo su respuesta, una respuesta de la que sus carnes quedaron bien enteradas, fue lo suficiente ágil para cubrirse la cabeza cruzando los brazos ante y sobre ella, pero sus brazos, torso y sobretodo su chaqueta sufrió las consecuencias de ese acercamiento ingenuo. 

Hinchó los mofletes una vez más, mosqueada consigo, con el desperfecto que esa sombra había hecho en su chaqueta y mosqueada con Rin porqué sí, porqué podía.

Llamó a su llave-espada y corrió hacia la cabeza de la sombra, saltó una primera vez, cortando únicamente el aire que la seguía separando de ella, y saltó una segunda dedicándole un combo de golpes distribuyendo la fuerza,calculando como aprovechar su energía para dar un último golpe preciso, y con todas sus fuerzas. Y luego se protegió, no estaba dispuesta a ignorar el dolor de las heridas mucho más tiempo.

Ya al borde de la extenuación, Kenjoou embiste a la sombra, en busca de su cabeza, a la cual consigue asestar un par de combos antes de que cansancio haga que sus brazos pierdan fuerza y que la llave espada se le resbale de las manos. Con una mezcla de vergüenza y sorpresa, Kenjoou se retira unos metros e invoca su arma, aunque no cree que ya le sirva de mucho en su actual estado

-No pienses... en nada- El lamento alcanza mis oídos, como si se tratara del sonido de mi propio corazón, en lugar del de mi enemigo. La negruzca forma de la sombra es lo único que mis ojos alcanzan a ver, ocultando por completo la visión de mis propios compañeros. Mi cuerpo vuelve a blandir la llave contra la criatura, con un movimiento limpio y cortante que parece resultarle propio, a pesar de que yo lo haya olvidado. El arma, oscura como la noche, se mimetiza con las penumbras del monstruo, haciendo casi imposible seguir su rastro.

Cierro los ojos, aislándome del mundo que me rodea, alejándome de las dudas, el miedo y el dolor. Uniéndome con la nada y con las sombras. -¿Por qué he tenido que volver a despertar?

Sin mirar, alzo la llave espada hacia lo alto, mientras una bola de fuego surge de su extremo. Cuando mis párpados se abren, todavía puedo seguir el rastro luminoso del proyectil, que se estrella contra el pecho del gigante. -Yo solo quiero... soñar...

Me levanto a toda velocidad y corro hacia el bicho.

--- Ya podrias desaparecer ¿lo sabes, verdad?- le digo mientras trepo por su pierna hasta llegar a su rostro donde comienzo a golpearle y finalmente con un grito de triunfo clavo la llave espada en el rostro

La sombra preparaba su último golpe. Canalizó todas sus energias en el puño derecho. Una enorme oscuridad emergia de su ser, aumentando y amplificando las sombras de su poder. Los portadores,  aun y asi, no flaquearon. Juntando todas las fuerzas que les quedaban, y aunando sus esfuerzos, se lanzaron en pos del enemigo que tenian enfrente, dispuestos a acabar con su existencia.

Después de juntar todos sus últimos ataques, la sombra cayó de rodillas al suelo. Empezaron a salir unos rayos azules de su cabeza, como si ésta estuviera quebrandose. Finalmente, expiró su último grito antes de desvanecerse completamente. 

El combate parecia haber llegado a su desenlace. Las sombras que se cernian sobre la plaza se comenzaron a disipar. Y los primeros rayos de luz parecian asomarse por el horizonte. Ansem, quien vió la batalla desde una posición segura gracias a su capitán Dilan, no pudo hacer creces a lo que acababa de presenciar. 

Los portadores, los cuales estaban exhaustos tras ese intenso combate, pudieron respirar tranquilos al ver que la amenaza habia desaparecido. Pero el cansancio y las heridas estaban bien presentes en ellos. 

La llave-espada desaparece de nuevo de tus manos. El combate habia acabado, y una sensacion extraña te invadia por dentro. De repente, las fuerzas te abandonan, todo a tu alrededor se vuelve negro. Notas como tu cuerpo cae al suelo, y mientras tus ojos se cierran, ves a tus amigos intentar ir a socorrerte, aunque no llegan a tiempo.

Al abrir los ojos, solo ves oscuridad. No hay nada mas. Ni ruido, ni objetos, ni siquiera una baldosa sobre la que reposar tus pies. Sabias que estabas de pie, pues podias caminar. Pero te dabas cuenta de que no habia ni una sola referencia a la que dirigirse. Estabas tremendamente asustada de la situacion en la que te encontrabas. El miedo empieza a tomar el control de tus actos. 

Oyes una voz pero no puedes descubrir de donde proviene, aunque retumba en tu cabeza.

-Mi princesa, cercano esta el dia de vuestro regreso. Mas aun es demasiado pronto. Temeis a la oscuridad yaciente en vuestro corazon? 

No sabes que te inquieta mas, si la voz, o sus palabras.

-No deberiais tener miedo de vuestra naturaleza...

Veis como despues de todo el comabte, Yume posee una peculiar llave-espada que no habiais visto nunca antes. Os sorprende ver como ella porta una, pero antes de que podais atar cabos, esta cae al suelo inconsciente. Os dirigiis a socorrerla, pero para cuando llegais os dais cuenta de que su cuerpo empieza a enfriarse, y de que no abre los ojos. Su llave espada se desvanece con un haz oscuro y luminico a la par.