Partida Rol por web

Al cabo de poco rato, dos personas mas salen del mismo callejon que el chico pelirojo. Esta vez eran dos hombres, ambos vestidos con el mismo uniforme azul, las mismas botas blancas y el mismo pañuelo rojo colgando del cuello. Ambos paran de correr para mirar alrededor de la plaza. Sus miradas coinciden con las vuestras, y ambos se os acercan.

Se dirije con paso firme y caminando al lado de su compañero hacia los extraños chicos. Al llegar, junta los pies al igual que su compañero, y hace un saludo militar. Al descansar, se dispone a hablar.

-Saludos jovencitos. Soy Dilan, de la guardia real, y el es mi compañero, Braig. Andamos buscando a un jovenzuelo, de vuestra edad mas o menos, con una larga bufanda roja colgada del cuello. Es facil de reconocer a simple vista. Le habeis visto pasar?

Al fijarse bien en vosotros, observa que dicha bufanda esta ligada en el cuello de Rin. Sorprendido, el guardia reacciona.

-Esa bufanda... Eh!? Ahi estas!!!!! Creias que podrias librarte de nosotros tan facilmente, Lea!? Con camuflarse entre la multitud no basta! Vamos a enseñarte lo que son los modales esta vez, ven aquí y no ofrezcas resistencia, jovencito!

Se dirige hacia Rin con intenciones de agarrarle.

Suelto un bufido ¿ en serio aquellos tios eran guardias? 

---¿A donde pensais llevarme?- digo dando un paso hacia atras tratando de sacar algo de información

Suspirando.

-No te hagas el tonto, ladino. Te vamos a llevar a las mazmorras a que reflexiones sobre lo que has hecho. Ya esta bien de hacer travesuras. La gente esta muy cansada y nosotros también. Así que no armes mas alboroto y acompañanos. Ah, y pobre de ti que huyas. -Saca un revolver algo peculiar de su cinturón. -Te dispararé a la rodilla como intentes huir. -Sonrie.

-Braig! -molesto con su compañero, se gira y le mira con mala cara. Al poco, vuelve a mirar a Rin.

-No le hagas mucho caso... Pero yo en tu lugar no le provocaría. Tiene muy mal genio... Vamos, no te va a pasar nada, solo tendras que confesar y recibir tu castigo. No será duro, lo prometo. -Le tiende la mano a Rin para que se entregue.

---Ains... está bien....- digo fingiendo  que me rindo...aunque mis compañeros pueden ver como sonrio de manera siniestra y me acerco a los dos guardias- me habeis pillado ¿ contentos?  Podeis detenerme.

Pongo las manos por delante para que me aten las manos y les guiño a mis compañeros.

----Asi os dejaré de molestar ¿no?- digo esperando a que capten el doble sentido de la frase

Me quedo mirando a los dos hombres que llegan, sin saber en absoluto como reaccionar. Aunque al oír la amenaza del que lleva la pistola, no puedo menos que retroceder un par de pasos. -Pero él no es Lea...- pienso para mis adentros, mientras veo como tratan de detener a uno de los portadores. -Va a... entregarse, ¿por qué?- Miro todo lo que ocurre sin decir nada. ¿Por qué debería de inmiscuirme en unos acontecimientos que no van conmigo? Para mí lo mismo es que se lleven a uno o a otro. No conozco a ninguno de los dos.

Kora mirada extrañada la pantomima de Rin con esos tipos que decían ser guardias reales.

Reales. Entonces algo tendrán que ver con el castillo.

No entendía muy bien los motivos de Rin para dejarse capturar, de hecho llegó a pensar que no tenía ninguno, o quizás había un plan demasiado complejo detrás. Pero definitivamente, pasase lo que pasase por la mente de su compañero era absurdo que lo arrojaran a las mazmorras a reflexionar sobre algo que había hecho otro.

¿Estarán las mazmorras en el castillo? ¿Es esta la forma rápida de llegar? Bien penado quizás llegar a un sitio desconocido, llamar a las puertas del, seguramente, domicilio de la, seguramente, más importante persona del lugar para decir “hola, no sé qué hacemos aquí ¿lo sabes tu?” no era un gran plan.

Donde las flores inundan el Vergel

-No. – respondió automáticamente sin ninguna emoción ni énfasis a la pregunta retórica de Rin.

Y terminó de acercarse a la extraña escena que se había creado en cuestión de segundos.

- Buenos días señores. Yo soy Kora y él es mi compañero Rin. – Se presenta procurando imitar la estructura que había usado esos guardias anteriormente- Efectivamente, no es ese tal Lea. Solo se ha apropiado de su bufanda. La encontró en el suelo.

A pesar de que era todo cierto no pudo evitar que el corazón le latiera con fuerza, nervioso. Todo lo que dijera podía ser descartado por esa extraña confesión que había hecho Rin.

¡Si ni siquiera se parecen!

Mi expresión no cambia ningun apicice frente a la confesión de Kora, sinceramente, si hubisemos estado solos la hubiese golpeado con saña por desbaratar ese plan, la sola idea de devolverle a Kora todos sus golpes....

---Venga..., no hace falta que me cubras aunque es un juego bastante divertido ¡ hola soy Rin y me encontré esta bufanta por casualidad- digo con cierto tono burlon- Si hubieramos planeado esto quizas hubieramos tenido exito pero sois muy perseverantes ¿sabeis?

A pesar de mi tono de burla sigo en la misma posición de antes, con las manos hacia delante dispuesto a que me esposasen

Kora entorna los ojos y se encoje de hombros, quizás era su forma de expiarse, una que ella no aprobaba pero tampoco consideró que fuera asunto suyo.

Haz lo que quieras, pero no creas que te librarás de nosotros.

Hizo un amán con la mano como retractándose de lo dicho que indicaba claramente un “tu mismo”.

- No voy a mentir por ti. – dijo con seriedad aunque con algo de ambigüedad respecto a la premisa a que realmente iba referido pudiendo adjudicarse tanto a no seguir con el plan que Rin en el papel de Lea insinuaba como a que sus palabras eran serias. 

No quería meterse en problemas justo antes de ir a pedir ayuda al castillo.

Los guardias se miran entre ellos, muy extrañados por el comportamiento infantil que veian en esos chicos.  Sin darles mas tiempo, Dilan coge de las manos al chico y le esposa las muñecas en la espalda. 

-Venga, andando.

Braig empuja a Rin hacia adelante para obligarle a caminar. Mientras guardia y preso caminan hacia delante, Dilan se queda un momento junto a los jovenes.

-Gracias por ayudarnos a capturar a este pequeño cirminal. Llevabamos semanas detras de el y la unica pista que teniamos por las descripciones de la gente era su bufanda roja. Últimamente hay muchos altercados en la ciudad, pero habeis ayudado a finalizar uno de ellos. Así que nos gustaria agradeceroslo como es debido en el castillo. Por favor, acompañadnos. Estoy seguro de que a su majestad le complacerá mucho conoceros.

Mientras estas solo con Braig, te susurra unas palabras al oido.

-Tienes un alma muy sucia, forastero. Me gusta. 

Despues de una breve sonrisa, sus ojos dorados te miran fijamente, como si buscaran en el fondo de tu alma.

-Creo que eres la persona que estaba buscando.

Braig te vuelve a empujar hacia delante para que camines.

-¡Venga mocoso! ¡Muévete!

-Braig vuelve a empujar a Rin para que camine.

Dirijo una mirada a Braig como si evaluase la situación y luego a Dilan, hago una mueca cuando me tuerce el brazo par esposarme pero no me quejo, a la orden de Braij comienzo a caminar sin mirar atras.

Pero... vuelve a balbucear Kora todavía dubitativa acerca de dejar que se llevaran a Rin. Sin embargo se da cuenta de que ya estaba todo vendido cuando el tipo con malas pulgas empuja a Rin mientras el más hablador señalaba que no tenían más descripción que esa bufanda.

¡Lo has hecho a propósito! se queja mentalmente al verdadero Lea mirando de soslayo el callejón por el que había desaparecido.

-Cl-claro. - responde ante la invitación de acompañarles al castillo. Pero busca la conformidad de sus compañeros antes de dar un solo paso.

-¿Majestad? ¿Castillo?- miro inmóvil como los acontecimientos se suceden a mi alrededor -Pero nosotros... no les hemos ayudado- Sin embargo, recuerdo que mis compañeros querían acudir al castillo. -Entonces esto... ¿nos beneficia?- "Nos". Realmente a mí lo mismo me da ir que no, puesto que todavía no recuerdo nada que me motive a actuar. Así que me encojo de hombros y me coloco cerca de Kora. Ya decidirá ella por mí. Es más fácil y más cómodo... y lo único que puedo hacer en este momento.

Acompañais a los guardias hacia el castillo. Ellos os guian por las callejuelas que desembocan a la gran calle principal que se dirigia al castillo. Una vez allí, veis que estaba lleno de gente. Familias, aldeanos, soldados, comerciantes, tenderos, posaderos... Era una ciudad viva en colores y tambien en ambiente. La decoración seguia el mismo patron que en la plaza en la que estabais antes.

Tras recorrer toda la calle principal, algunos puentes que se alzaban por encima de niveles inferiores de la misma ciudad, y por rios que pasaban caudalosos, llegais a los jardines del castillo. Eran preciosos y frondosos, pero llenos de guardias vigilando. Traspasais un puente levadizo, y al llegar delante de la gran puerta principal, los guardias se detienen. Dilan habla con los dos guardias de la puerta, y uno de ellos asiente y da una señal. Al poco, los grandes portones empiezan a abrirse, hasta dejar el paso parcialmente abierto.

al cruzar las puertas y llegar al patio, veis que la vigilancia es mucho mas alta. Estabais siguiendo unas grandes alfombras rojas las cuales os marcaban el recorrido principal a seguir. Subiendo las escaleras del hall, veis que hay dos puertas con una decoracion fuera de lo normal, pero ambos guardias que os acompañaban detienen su paso antes de entrar a la puerta.

-Bien, hemos llegado. Por favor, esperad aquí, iré a avisar al consejero real. Braig, llévate a Lea a las mazmorras, prepararé al tribunal para su juicio. Si me permiten...

Dilan saluda y se retira hacia el interior del castillo.

-Bueno mocoso, ya has odio al capitán, paso ligero!

Braig empuja a Rin hacia unas escaleras que parecian bajar a un sótano.

---Eh, con un poco de cuidado, que todavia no me han juzgado por nada- digo mientras camino por las escaleras hacia lo que parece un sótano