Partida Rol por web

El joven se incorporó, se sacudió los pantalones por detrás, intentando secar un poco aquella humedad y sacó su llave-espada. Estaba listo para intentarlo y se puso en posición.

Un haz de luz salió directo de tu llave espada hacia la puerta, en la cual se habia esbozado el ojo de una cerradura nada mas apuntarla con tu arma.  El haz penetro en la cerradura,  abriendo la puerta seguidamente.  Tenias el paso libre para entrar en la torre.

-¡Vaya! Si que se abrió fácil... esperaba algún tipo de defensa ancestral.-dijo el muchacho en parte decepcionado.

Jace empezó a subir las escaleras mientras pensaba: "¿Cuántos pisos tendrá esto? Espero que no muchos, hoy precisamente estoy más vago de lo normal..."

El joven entró en la torre y observó cómo era el recibidor, impresionado, lo único que pudo decir fue.-Guau, es enorme-.

-Quizás deba mirar desde la planta baja a ver si hay algún indicio de que este sitio aún esté habitado, si no es el Maestro Yen Sid puede que sea alguien que sepa decirme dónde está...-. Jace observó detenidamente la habitación.

El recibidor, a parte de sus altas columnatas y sus motivos lunares en las paredes, poca cosa mas podia ofrecer a la vista. Solo unas majestuosas escaleras de piedra blanca que empezaron a alzarse en forma de caracol hacia lo que podría ser la cima de la torre.  Parecía solo haber un unico camino. Poca cosa para lo que vendría a ser una leyenda viviente, pensaste.

-Solo un camino..., ¿en serio? Qué alegría, esto va a ser más fácil de lo que pensé.- Jace empezó a subir las escaleras que según él le llevarían al primer piso, corriendo, quería terminar cuanto antes de inspeccionar la torre porque la idea de verse solo ante sincorazones le desagradaba bastante, su especialidad era la magia, no era la mejor opción para ir solo y él lo sabía.

Seguiste avanzando por aquellas escaleras, que a medida que ascendias iban de cambiando de color, como si se tratara de una ilusión optica. Pasaron de blancas marfil a azul cielo, seguido de un verdoso tranquilizante y acabando en un naranja atardecer. Aquello no era lo que mas te preocupaba, si no que dichas escaleras tomaban formas extrañas. Empezaste a mirar hacia arriba cuando te diste cuenta de que por mucho que subieras, encima tuyo solo habia un cielo estrellado, pero ningún signo de cima ni escaleras, ni siquiera habitaciones o salas. Decidiste seguir subiendo pese a eso, ya que gracias a tu conocimiento mágico percibiste que aquello no era más que una ilusión mágica.  Aunque lo supieras, quizás te costaría mas de lo que creías el llegar a la cima.

-Bueno, mal que me pese, yo mismo pensaba que no podía ser tan simple tratándose del maestro Yen Sid, pero puestos a poner otra trampa podía haber sido una en la que me tocara esperar sentado.- se lamentó Jace.-Acabemos esto rápido.- dijo el joven mientras se preparaba para empezar a correr lo que él intuyó que era "escaleras arriba".

No puedo evitar encojerme ante la mirada del anciano, como si pudiera herirme solo con la fuerza de sus ojos o el sonido de su voz. Hay multitud de nombres, palabras e ideas que dan vueltas a mi alrededor, como si fueran piezas de un puzzle que sé que he visto alguna vez, aunque ahora no soy capaz de volver a montarlo.

-Luz... Xehanort... equilibrio... llave-espada... oscuridad... Ryurka...

Puedo sentir que algunas las conozco, o las he conocido alguna vez, como si simplemente fueran partes de un sueño. Otras me resultan extrañas e indescifrables, como si estuvieran pronunciadas en un idioma que desconozco... pero ni siquiera soy capaz de estudiarlas de forma independiente, sino que se presentan como un negro océano del que soy incapaz de separar cada gota.

Alcanzo a entender que hay una guerra, o que hay un peligro acechando en algún lugar. Pero no terminó de comprender nada de lo que ocurre. Tampoco encuentro razones para involucrarme en ella, aparte de que si no lo hago, si dejo de seguir a Kora y al resto de portadores, me quedaría inmóvil para siempre, incapaz de encontrar un estímulo que me hiciera avanzar.

Y todo a causa de mi olvido. Este pensamiento me da fuerzas para alzar un poco la mirada, enfrentándome a la alta figura azulada, y añadir, tartamudeando ligeramente. -Sí... yo no recuerdo... nada... No sé... por qué. Me dijeron que podría... ayudarme.

Jace por el momento estas desorientado, eso seran  dos turnos de espera

Se queda mirando fijamente a Yume.

-Tu situación es muy peculiar, muchacha... Lo tuyo no es una simple perdida de memoria, me temo. Los corazones de las personas estan unidos los unos con los otros a través de los recuerdos. A simple definición,  un corazón esta conformado de recuerdos que agarra de nuestra memoria para formar vínculos, con los que el corazón crece y se fortalece. Si un corazón se fragmenta, ya sea debido a la oscuridad, o debido a la perdida de este, esos recuerdos se desvanecen de nuestra memoria... Y nos hacen olvidar aquellos vinculos que nos dan fuerza.

En otras palabras, has perdido tus recuerdos debido a que tu corazón esta fracturado... 

Tus ojos vacios me lo revelan, mas yo no tengo el poder para restaurar un corazón mellado...

Yen sid hace una pausa para proseguir poco despues.

-Aun y asi, no esta todo perdido... Puedes recuperar lo que una vez te abandonó. Viaja por los diferentes mundos, crea nuevos vinculos, y sustituye aquello que te falta.  Un corazón puede recuperarse a raiz de otros... Cuando este sea lo suficientemente fuerte, volveras a valerte por ti misma.

Kora se quedó helada tras la respuesta del mago a Yume. La idea de que aquella chica poseyera un corazón dañado hasta el punto de haber desvanecido sus memorias, le paralizó el latido de su corazón, solo un segundo, segundo en el cual sus ojos se entristecieron al mirarla, finalmente ese viaje le había servido de poco; había obtenido una respuesta a su falta de recuerdos pero Kora, en su situación, quizá hubiese preferido no oírla, la imposibilidad de recuperar los trozos de corazón perdido debiendo abrasar nuevos, de algún modo, parecía dejarse morir a uno mismo y renacer en otro.

Su viaje había sido tortuoso, la oscuridad les había pisado los talones desde el segundo en que el corazón de Hayato había abandonado su cuerpo. Demasiados horrores se habían desplegado delante de sus ojos pero no desearía perder ni un solo recuerdo, si ello implicaba olvidar a sus amigos, su mundo, a los maestros, a sí misma.

A pesar de todo sonrió a Yume estirando sus labios al máximo como muestra de apoyo y le guiñó un ojo justo como Faile había hecho con ella cada vez que había fracasado en despertar su magia, cada vez que había sido apartada de un grupo de estudio.
-Tiempo al tiempo.

---Entonces eso es todo para mi- digo y salgo de la sala dispuesto a salir de la torre mientras pienso en el proximo movimiento...

-Bueno... No te preocupes Yume, veras que en un abrir y cerrar de ojos habras recuperado tus recuerdos. Confia en ello!

Le pongo una mano encima del hombro para consolarla. A decir verdad era una situacion complicada y no la entendia mucho, pero no podiamos perder la fe en nosotros despues de todo lo que nos ha pasado. Me niego a ser pesimista.

-Lo lograremos. Conseguiremos nuestros objetivos ya lo vereis. Solo necesitamos estar unidos. Juntos podremos contra lo que sea, estoy segura! Hemos afrontado muchas cosas desde que partimos de la academia... Hemos crecido y madurado en cada acto. Eso nos dara fuerzas para afrontar lo que nos venga. 

Miro a mi prima, quien parecia estar pasandolo mal. No me cabe duda de ello, pues a fin de cuentas somos muy empaticas la una de la otra.  Pero es entonces cuando le pellizco con suavidad uno de sus mofletitos, como hacia cuando eramos mas pequeñas para darle animos.

-Todo se va a arreglar, vale?

Le sonrio, a pesar de que hasta a mi me cueste de creer... Pero he de ser firme, por las dos... No, por todos.

Al sentir su mejilla estirarse por una fuerza externa y delicada, Kora no pudo evitar hinchar mofletes para librarse de ello a la vez que todo su interior se bañaba con la alegría del pasado.

Miró a Faile de soslayo antes de girarse hacía ella falsamente enfurruñada.

-Ays.- pronuncia sin tono como única queja a ese pellizco. Y acto seguido asiente con la cabeza convencida de las palabras de su prima, si ella lo decía sería verdad.

Relajó sus hombros y sus ánimos y le devolvió la sonrisa, sincera, natural y renovada. Como si aquel pellizco la hubiese arrancado de un mal sueño.

- ¿Era necesario?. - comentó haciendo morros y frotándose la mejilla, exagerando pues ni le había dolido. - Pues ahora, si llegamos a comprar algo en Villa Crepúsculo, llevarás tu las bolsas.

Yen Sid sonrie al ver aún ciertas cosas en vuestra personalidad que no habian cambiado. 

-Son tan jovenes... Es una pena que...

-Si ya hemos acabado, id pues. Lunh, acompañales, será mejor para tu entrenamiento ir que quedarte. Además, contra mas seais, mejor. Yume, te rodea un misterio que aun no consigo descifrar, ves con cuidado con aquello que buscas. Buena suerte.

-¿Mi corazón está... fracturado?- ¿Cómo puede estar roto un corazón? Pensarlo me asusta por un momento. Imaginar que esa cosa que late dentro de mi pecho está fragmentada me hace pensar que yo también debo estarlo, y de que lo lógico habría sido que mi cuerpo se detuviera por completo. ¿Cómo puede sobrevivir un ser con una herida tan profunda?

Me pregunto si acaso debería entristecerme, pero no recuerdo si realmente estaba mejor antes de lo que estoy ahora. El olvido me ha arrebatado incluso el derecho a la nostalgia. Está respuesta solo ha generado más preguntas de las que ha solucionado, pero vuelvo a recogerme en el silencio, temiendo la posible furia del maestro Yen Sid.

Sin embargo, la amabilidad de Kora y de Faile es reconfortante, y me obligo a curvar los labios levemente, mas para agradecerles su gesto que porque me sienta realmente feliz. Tal vez es por ello que la sonrisa no logra subir hasta mis ojos.

Kora remoloneó esperando la salida de sus compañeros cumpliendo con aquella indicación que le había hecho el maestro, expectante por lo que podría decirle su mente no dejaba de pretender anticiparse, pensó en todo lo que aquel mago podía saber, en todo lo que había dicho, en lo que podía desmentir y añadir. Se extrañó por la necesidad de secretismo y temió por el Consejo de Maestros, por Rasheltex y por Rin. Se asustó alegró por las buenas noticias que podía llevar, se relajó con la idea de quizás la necesitaba para alguna ayuda insignificante y cotidiana con la que no aborrecer a los demás y se afligió al imaginar poder ser regañada por su actitud. Tragó saliva y guardó sus manos en los bolsillos, en uno de ellos sintió el frio del talismán que había recuperado del cuerpo de Hayato antes de que las sombras lo engulleran y sintió un pinchazo en el corazón al revivir aquel momento.

Miró por encima de su hombro hacia las puertas queriendo asegurase de que estaban cerradas o, al menos, de que estaban solos y luego sacó las manos de los bolsillos y al medallón con ella.

- Maestro Yen Sid. – titubeó al acercarse a él - ¿De qué quería hablarme? – se ofreció antes de preguntar ella por aquel talismán que tanto le traía de cabeza.