Partida Rol por web

El combate se hacía cada vez más intenso. Vanitas bloqueaba las embestidas de los portadores mientras estos esquivaban sus feroces acometidas y magias. Aunque por lo que parecía ser, la unión en este caso hacía la fuerza. Vanitas no podía preveer todos los ataques que le venían, y a pesar de que su defensa era más que destacable, no podía defenderse de tantos ataques a la vez, recibiendo algunos golpes que le hacían retroceder. Aún y así, el chico no parecía mostrar debilidad ante los ataques de los portadores.

Vanitas se había visto rodeado, por lo que decidio usar amago de una de sus habilidades. Se submergió en el supuesto suelo dimensional y se volvió una sombra, que submergida en otro plano, se zafó de sus rivales. Reapareció escasos metros mas alejado de los portadores, volviendo a emerger de aquella mancha entre negra y roja que había provocado al submergirse.

Extrañamente, esperando una reacción molesta por su parte, empezó a reir a carcajada limpia.

-No está mal, no está mal. ¿Retirarme dices? Creo que voy a dejarme un poco más, a ver hasta donde podéis llegar todos juntos. El maestro no se equivocaba con respecto a vosotros... Seguid, veamos de que pasta estais hechos... ¡"Portadores de la llave-espada"!

Vanitas vuelve a ponerse en su pose característica de combate, aunque esta vez parecía estar en guardia, poniendo su llave-espada entre él y vosotros y agarrando la hoja con su mano libre, a modo de bloqueo, esperando vuestros ataques para bloquearlos en caso necesario.

-¡Mostradme vuestra angustia, vamos!

---Entonces recibirás  la peor de las humillaciones- le respondo mientras cojo con ambas manos la llave espada, el golpe falla estrepitosamente y me dispongo a seguir cuando siento una subita debilidad y tengo que clavar mi arma en el suelo para no desplomarme mientras trato de no desvanecerme debido a la herida sufrida- Rayos... parece que es más grave de lo que pensaba- murmuro jadeando mientras trato de mantener la cabeza fria, no podia derrumbarme en este momento...

- ¿De qué maestro hablas? - arrugó la nariz descartando todas las demás palabras de Vanitas - ¿Qué te dijo? - siguió en su asombro con un tono coloquial y casi confidente propio de quien espera participar en los cotilleos y rumores ajenos; incluso relajó su postura y olvidó comprobar la posición de Yume y Faile.

Entonces vio Rin arrancar de nuevo su mecanismo destructivo e suspiró entornando los ojos al cielo - Chicos.... - protestó y concluyó para sí misma antes de volver a bajar la mirada y seguir bajandola hasta encontrarle de nuevo. Cuando vio a su compañero mostrar prácticamente por primera vez desde que se habían conocido un mínimo de flaqueza Kora necesitó unos segundos para procesar lo que estaba viendo, unos segundos que no dudaron en recordarle que debía ser ella quién se encontrara en esa situación.

- ¡Mierda, Rin! - volvió gritar en su cabeza como si no supiese dirigirse a él de otro modo y arrancó a correr hacia él mientras buscaba en su bolsillo otra de las posiciones que habían timado al Moguri.

- Ten. Tomatela. - le entregó el frasco - Por favor. - insistió pronunciando cada palabra como si pesara toneladas, y lejos de poder soportar un rechazo en ese momento, se giró hacia Vanitas y se esforzó por creer que Rin se iba a tomar esa poción.

De resquilón comprobó que Faile y Yume seguían a salvo alejadas del combate y cargó hacia Vanitas con su llave-espada a cuestas.

- ¿De qué maestro hablas? - insistió con el primer impacto y todo su peso - ¿Qué eres? - preguntó en el segundo golpe antes de dar un salto para atacar directamente a su caso en un corte longitudinal.

Tras el golpe final sintió como su respiración se cargaba, pero estaba decidida a hacerle tragar sus palabras a ese jinete de la parca, sus palabras y sus acciones. Así que volvió a hinchar los pulmones y tal como sus pies volvieron al suelo volvió a arremeter contra él, con la mitad de fuerza y el doble de cansancio, y cuando cayó en la cuenta de ello, dio una estocada final, algo para lo que claramente no estaba pensada su llave-espada y retomando su última pregunta activo sus ojos de Libra y se apartó para dejarle espacio a Lunh y su magia.   

observo la poción que me ofrece aun con la boca apretada, sin decir nada ma destapo y me la tomo en de un trago.

---Suficiente para continuar- digo sonriendo de manera siniestra mientras me levanto- al menos haces algo util....

Con renivadas  fuerzas me lanzo de nuevo sobre Vanitas descargando una lluvia de golpes.

--- Te voy a demostrar de lo que estoy hecho- digo sonriendo de maneera sadica mientras sigo descargando la lluvia de golpes sobre él

Paradójicamente la pulla de Rin tranquilizó a Kora - Al menos haces algo sensato. - murmuró como respuesta más para sí misma que para él alternando su vista entre Vanitas y sus compañeros.

Kora podía sentir como cada vez tenía la espalda más tensa, los nudillos más blancos y los ojos más húmedos; el tono sádico en la voz de Rin y su constante sonrisa y juego de burlas con el jinete de la parca hacían aflorar recuerdos de Hayato y reoír los rumores que había extendido su muerte. Era como si la adrenalina del combate hubiese decidido jugar con su mente y obligarle a escuchar todos aquellos pensamientos que encerraba en el baúl de lo imposible.

En cuanto Rin saltó contra Vanitas, Kora echó la mirada atrás buscando la de Juris con confidencia y luego la costumbre la llevó a Faile una vez más - Acabemos cuanto antes. - sentenció con un asentimiento de cabeza hacia esta última.

Cargó de nuevo la llave-espada al hombro y entró al combate detrás de Rin, demasiado pronto, vigilante y pegada a él. Perdió los primeros golpes en el aire, cubriendo aquellos puntos que ya había acertado Rin, y finalmente, cuando consiguió acertarle lo hizo sin fuerzas, desgastada, desconectada de su Llama.

Los portadores seguían atacando con dureza a Vanitas, quien aguantaba con su fuerte defensa y sus habilidades. Quiso poner a prueba a los combatientes, y solamente se limitó a esquivar y bloquear los golpes que le venian, como si se estuviera mofando de vosotros.

Esquivó con muchisima facilidad los golpes de los demás portadores, concretamente los de Rin, e incluso en uno de estos ataques salta y se pone de pie encima de la llave-espada de su oponente, acabando de propinarle una patada en la cara al mismo tiempo que saltaba hacia atras con un tirabuzón.

Kora pudo acertar sus golpes bien por la espalda, pero no fueron lo suficientemente poderosos como para noquearlo.

Rin, furioso por sus mofas, se lanzó de nuevo al ataque en contra de su rival. Vanitas bloquea las acometidas cansadas de Kora con bastante facilidad, aunque no reacciona a tiempo para evitar las estocadas de Rin, que le provocan grandes daños. 

Este se reincorpopra en su pose de defensa, y se queda quieto unos segundos.

-No esta mal, he de admitirlo. Pero si esto es todo lo que teneis que ofrecer... Si esta es toda vuestra fuerza actual. Olvidaros de lograr nada. No estais preparados aún para el gran evento... Que decepcionante. Supongo que necesitais más tiempo para templaros... En ese caso...

Vanitas agarra su llave espada con las dos manos, y empieza a canalizar energía oscura, provinente de su ser, la cual le envuelve en una extraña aura de oscuridad. Ya habíais visto esta aura antes. Era igual de densa que el aura de Hayato... O quizás más.

-Es hora de acabar.

Se abalanza a por Kora con una gran velocidad, que casi no permite ni ver su embestida. Impregnado del poder de la oscuridad, su feroz acometida rompe las defensas de la muchacha, quien recibe plenamente dos impactos, ida y vuelta, del mismo oponente. Aunque, sus reflejos no eran precisamente flojos, pues su tiempo de reacción había sido el justo y suficiente como para poder canalizar el hechizo libra a traves de ella. Sus ojos, ahora convertidos en una especie de caledoscopio, analizaban a la vez que recibia el golpe. La muchacha, gracias a su hechizo, pudo ver una extraña barra de color verde flotando en la cabeza de su rival. Ahora sabía como contratacarle.

Cada vez que ese ser abría la boca se instalaba una nueva duda en la cabeza de Kora, con cada información recibida más tenía la sensación de no saber nada de nada, de ser un títere en manos de demasiados titiriteros que como bebés gigantes tiraban de los hilos sin armonía entre ellos.

Estaba agotada, fatigada, prácticamente exhausta y casi toda su atención estaba puesta más allá de sí misma, algo que demostró ser un grave error en el momento en que que Vanitas la embistió como una sombra, como un fantasma, como el Jinete de la Parca que era. El daño del primer golpe pareció quedarse estancado en el punto dónde había impactado, marcando la diana para el segundo golpe que lo distribuyó por el resto del cuerpo vibrante hasta los dientes.

Hizo una mueca de dolor, aunque realmente reflejaba más el susto y la sorpresa que el daño en sí, e incluso por un momento creyó que una lágrima iba a escapar de sus ojos, pero en cuanto su visión empezó a cambiar y vio la barra verde, algo hizo "clack" en su cerebro, como si un mecanismo antiguo empezara a funcionar de nuevo y entonces lo comprendió: efectivamente, era hora de acabar.

Vanitas, despaues de recibir los potentes golpes de Kora y Rin, inca una rodilla al suelo, clavando su arma en lo que se suponia que era suelo etéreo.

-Argh... Maldición... No esta nada mal... Para unos novatos...

Dicho esto, el individuo materializa una especie de portal oscuro, a su lado derecho, con la mano que tenía libre. Salta hacia él con las pocas fuerzas que tenía en esos momentos, y dicho portal hace que este se materialice sobre la criatura que estaba montando antes de la pelea.

-Me temo que tendré que tomar medidas para que no os paseis de listos. 

Hace un par de movimientos con la mano, como si estuviera dando órdenes al sincorazón, y parecía que este había entendido lo que quería decir. Con sus afiladas garras, empieza a desgarrar el espacio interdimensional entre mundos, lo que provoca fuertes estruendos y movimientos extraños, que hacen que todo el grupo empiece a desestabilizarse. Al poco, el espectro logra rasgar el tejido interdimensional, creando varios agujeros por donde estabais pisando, y provocando vuestra caida hacia un espacio cada vez mas oscuro.

Tratais de manteneros unidos, dandoos la mano, pero dificilmente lo lograis todos.

Lo último que lograis ver es que os ibais separando poco a poco....

Al abrir los ojos, podeis ver que el cielo era el propio espacio interdimensional por el que momentos antes caminabais. Al recuperar la consciencia, mirais a vuestro alrededor. Os dais cuenta de que solamente vosotros tres os habiais cogido de las manos, sin tiempo a poder alcanzar al resto.

Os encontrais estirados en una extraña arena blanca, los tres, agarrados de las manos, y estirados boca arriba, contemplando el espacio interdimensional. Pero rápidamente os tratais de reincorporar. Había sido una extraña caida, pero ahora estabais bien, a salvo. Vanitas no parecía estar por ninguna parte, pero tampoco el resto de vuestros compañeros. Vuestro enemigo se las había arreglado para lograr separar vuestro grupo, aunque no con un éxito rotundo por lo que parecía.

Todo lo que lograis ver a vuestro alrededor es espacio interdimensional, y un ligero camino de esa arena blanca que estabais pisando en estos momentos. El camino parecia extenderse en línea recta hacia dos direcciones, una que parecía ser engullida por la oscuridad del lugar, y la otra que tenía mas pinta de conducir a algun lugar.

Cuando abro los ojos y veo que me encuentro agarrando la mano como un crio de 5 años la suelto de manera inmediata y me levanto algo mareado todavia de lo sucedido y observo mi alrededor mientras me froto la herida hecha con el arma de oscuridad de Vanitas; curiosamente pese a no saber donde estoy aquella extraña oscuridad me hace sntir tranquilo, así que giro hacia los otros dos y les pego una patada tirandoles algo de arena.

---A ver, par de tortolitos, despertar de una puñetera vez- les espeto mientras espero que se levanten

Kora llamaba a Faile una y otra vez mientras caía a la oscuridad, y así siguió buscándola en su cabeza mientras su conciencia se disolvía; pero en cuando creyó alcanzar su mano, la voz de Rin hizo eco en su cabeza y sus párpados empezaron a abrirse, combatiendo la oscuridad de su sueño con otra oscuridad más tangible e igualmente fría.

- ¿Faile?- murmuró lanzando sus ojos al final de su brazo y en cuanto encontró la mano de Jace, retiró la suya avergonzada.

- ¿Dónde estamos?- preguntó incorporándose y levantando los ojos hacia Rin - ¿y Faile?- se preguntó poniéndose de pie y buscando a su alrededor - ¿Yume, Juris?

Al comprobar la ausencia de sus amigos Kora volvió a mirar al cielo negro del que habían caído y guardó ambas manos en los bolsillos.

- ¿Así que esto es la oscuridad?

Después se acercó a Rin con disimulo, incómoda por no saber qué hacer, extraña por no tener a Faile para reconfortarse en ella y esconder en su jersey sus miedos.

- ¿Ha-habías estado alguna vez?- preguntó para romper sus pensamientos y al ver la herida de Rin sacó de nuevo las manos del bolsillo con intención de comprobarla por sí misma pero finalmente no se atrevió a tocarle recordando el primer día en la academia - ¿Estás bien?

Jace quedó paralizado mientras la oscuridad le absorbía. Él siempre había servido a la luz, no podía estar siendo consumido por la oscuridad tan fácilmente y justo antes de perder la visión de todo notó que una mano que lo agarraba y tiraba de él. Ya todo se tiñó de negro para Jace.

Entre sueños el joven solo podía decir en voz baja el nombre de su maestro, como pensando en que él podía ir a salvarlo de aquella pesadilla en la que estaba sumido. Justo estaba en el punto más álgido de su sueño cuando escuchó la estridente voz de Rin acompañada de un poco de tierra en la cara, el mejor desayuno sin duda.

Se levantó de un salto, respirando sonoramente y mirando con incredulidad al joven que lo había despertado, hasta que se decidió a hablar:

-P..pero, ¿A ti qué te pasa?- d​ijo en parte sorprendido y en parte cabreado por las malas formas de Rin. Antes de seguir arremetiendo contra Rin, Jace vio dónde se encontraba y calmó repentinamente su enfado.- Esto es..., ¿el Reino de la Oscuridad...? No pensé que llegaría a verlo alguna vez en mi vida...- El joven se sentó en el suelo para poder respirar tranquilo y pensar qué harían ahora que estaban ellos tres solos en mitad de la oscuridad, de la nada. Miró sus manos y después a Kora: -....gracias...- d​ijo apesadumbrado. ​​​

Ignoré el comentario de Kora y observé con cierto desden a Jace y sonreí de manera diabolica aquella muestra de enojo como sí me divertiese el simple hecho de que se haya enfadado.

--- Pareces un crio sí tre pones así por eso- digo sin más como respuesta a la pregunta y luego vuelvo a observar el "paisaje" parezco tranquilo, pese a que todo apunta a que seguramente estemos en el tenebroso Reino de la Oscuridad- ¿Y que sí lo  es? Es solo otro puñetero lugar, así que venga moved el culo y no bajeis la guardia, no estoy en condiciones para salvar vuestras vidas sí os quedais mirando la nada como retrasados que sois...

Y tras ese comentario camino hacia delante, ya encontraremos otra cosa que nos ayude a orientarnos...

Por mucho que caminais a través de aquel único sendero blanquecino, no encontrais más que el mismo polvo blanco que os guiaba a traves de aquel escenario tan negro y oscuro como la misma noche. Quizás más que eso, pues al menos durante la noche existía el fulgor de los astros rebosando el cielo. Aquí no había ni eso...

Tras lo que os parecían horas de deambular por ese sendero, os dais cuenta de que algo más en la lejanía, el camino parecia ensancharse, como si estuviera formando una isleta en medio de la nada. Lo que era más esperanzador de eso, no era que el camino formara un gran círculo de tierra allí, si no más bien el extraño castillo que parecía encontrarse justo en medio de aquella isleta.

No dudasteis en acelerar el paso hasta dar con la entrada del castillo. Pero cuando llegais casi a las puertas, os dais cuenta de que si de lejos ya parecía extraño, ahora lo era mucho mas.

Parecía como si el propio castillo se hubiera distorsionado de algún modo, sus torres estaban invertidas, sus puertas y ventanas habían cambiado de lugar, y ese color tan extraño... No parecía un castillo muy fiable, pero al menos era algo en medio de aquella oscuridad que hacía que vuestras ideas se nublaran más y más, perdiendo hasta la noción del tiempo.

Llegados a este punto, solo había dos opciones. Entrar en el castillo, o dar media vuelta. Parecía como si en aquel lugar el tiempo se hubiera detenido por completo. A pesar de que había pasado un buen rato desde vuestro enfrentamiento con Vanitas, os encontrabais igual de cansados y malheridos. Y caminar tanto rato había pasado factura. Vuestras opciones eran limitadas. Y aquel castillo en medio de la inmensidad os parecía cada vez más apetecible.

El joven paró en seco al ver semejante castillo en mitad de la nada, no podía imaginar quién iba a querer un castillo con vistas a la oscuridad y a esa arena grisácea que ocupaba todo el lugar. Llevaba ya un rato andando sin saber a dónde ir, buscando una salida al menos de tal paisaje fúnebre aunque lo último que esperaba era encontrarse con un castillo, pero era eso mejor que nada, por lo que aceleró el paso para llegar a la puerta rezando porque no fuera una ilusión creada por su ansia de encontrar algún sitio en el que descansar.

Una vez llegaron a la puerta Jace alzó la vista buscándole algo de estética al castillo, buscándole una "forma coherente":

-E​mmm... ¿A quién se le ocurrió construir un castillo deformado? Si se ve así por fuera no quiero saber qué habrá por dentro...-d​ijo rascándose la cabeza en parte confuso- Y​ más importante que eso, ¿cúanto tiempo llevamos andando? Ya no se si es de día o de noche...- acto seguido se acercó aún más a la puerta para comprobar si ​ésta estaba abierta o necesitaba un toque de Llave-Espada, miró tanto la textura de la puerta como sus materiales de manera meticulosa mientras pensaba "Qué poco me gusta este sitio... Pero no creo que encontremos ningún hotel por el camino como para rechazar esta oportunidad de descansar."​

Kora empezaba a acostumbrarse a las malas palabras de Rin, cada vez le resultaban menos hirientes y más naturales. No obstante aquella oscuridad le oprimía el corazón y le mantenía un escalofrío constante en la piel y por una vez, le hubiese gustado que su compañero cerrar su saco de bilis. Pero ya le habían dicho que era una ingenua.

Avanzó con las manos en los bolsillos, siguiendo los pasos de los chicos hasta que aquel castillo se dibujó delante de ellos.

Miró a Jace cuando rompió el silencio que les acompañaba con un tintineo de gratitud en sus ojos y un suspiro de alivio cruzo su mente - Empezaba a volverme loca, casi parece que esta oscuridad engulla hasta los pensamientos. - sonrió al chico y se encogió de hombros en respuesta - Quizás por dentro tenga lógica. - comentó poco convencida y omitió apostar por ninguna respuesta en su segunda pregunta. 

Lo cierto era que aquel caos temporal la atusaba, más cuando podía imaginar un reloj de arena consumiendo el tiempo sobre el hilo de la vida de Rasheltex.

En su bolsillo Kora palpó la cadena obscurita que Rasheltex.le había sugerido mantener escondido, y recordando las palabras de Yen Sid se preguntó si en ese mundo estaría en peligro, si algún corazón oscuro que lo habitara podría salir encorajado por la misma sensación que a ella la estrangulaba el alma.

---¿Y que importa eso ahora?- expecto a Jace- Es un lugar donde podremos descansar, me da igual que tenga un aspecto deforme con que sirva para reponer fuerzas me basta, yo estoy bastante cansado y no tengo tiempo para vuestras dudas existenciales, así que apartate que voy a entrar.

Odiaba admitir que estaba cansado, pero era cierto, la herida, la batalla y la caminata por aquel lugar le habian llevado casi al límite del agotamiento y no creo que durara un poco más, así que me acerco a las puertas y las abro, tras lo cual penetro en el castillo.

Kora avanzó hasta la linde de aquel portal que encerraba ese extraño lugar y una vez más se encogió de hombros - Entremos. - dijo casi con curiosidad - Es mejor que la nada. - concluyó animando a Jace con un gesto de mano a acompañarles y luego cruzó al otro lado.

Una vez en el interior se acercó a Rin, sabiendo que era inútil - Puedo hacer guardia mientras descansas. - se ofreció - Luego nos turnamos. - añadió creyendo que sería así una idea mejor recibida pero ella pocas ganas tenía de descansar sin saber dónde estaba Faile, Yume, Juris o los pedazos de Rasheltex.