Partida Rol por web

Kingdom Hearts ASAS (Another Side, Another Story)

6. Retribución (Mundo: Ruinas de Tiempos Mejores)

Cargando editor
30/05/2018, 10:48
Kuro

Kuro se queda callado durante unos segundos, tras escuchar a Yume. Después de eso, se dirige a Kora con la mirada.

-Esa arpía, el monstruo que hemos evitado entrando aquí, o nos destroza o le destroza a él, y contando que él sabe lidiar contra ese tipo de cosas, casi que prefiero dejarle lidiar con ella. Tengo bien claras mis prioridades, querida, y tu deberías tenerlas también. ¿O es que acaso no confías en tus amigos?

Se encoje de hombros a la vez que suspira, imaginando la respuesta de la muchacha.

-De verdad que no sabes nada de nada, ¿eh? El que nada sabe... Nada entiende a fin de cuentas. 

 

Cargando editor
30/05/2018, 13:11
Kora

Me extraña la determinación de Yume pero tranquiliza mi corazón oírle una opinión tan clara.

Relajo mi mano dentro de la suya sin dejar de sujetarsela y descubro en ese gesto un ligero reproche celado por mi parte y una marca de que ahora yo velo por ella.

¿Sabes qué sé y entiendo? Que no me caes nada bien pero ella confía en ti, asi que voy a ir a por Rin y tu te aseguraras que no le pase nada malo a mi amiga hasta que vuelva.

Confiar en mis amigos no les convierte en mejores luchadores.

Cargando editor
04/06/2018, 13:51
Kuro

Kuro cambia su expresión a una algo más siniestra cuando te mira. Se queda callado unos segundos y quita el tabique de la puerta, permitiéndote salir de la cabaña. Acto seguido vuelva a cambiar de expresión, a una algo más risueña.

-Vaya, que sincera... Está bien. Es tu pellejo, no el nuestro. Haz lo que te plazca. Aunque no se yo como se tomará tu querido amigo la ayuda...

Sin más, kuro pone sus manos en la cabeza y se acerca a Yume, haciéndole una reverencia y tendiendole la mano.

-Princesa oscura... Estoy a vuestra disposición.

Cargando editor
04/07/2018, 14:28
Kora

Ese chico había hecho que sintiera aprensión a salir de nuevo a fuera y había agitado mis nervios con lo de encontrar a Rin hasta tal punto que metí la mano en el bosillo para aferrarme a la obscurita sin ser consciente de mi propio gesto.

No me gustaba. Odiaba que me sacara los colores. Odiaba su chulería , su cara y su todo. Sobretodo dejar a Yume con él.

Pero era lo más sensato. Lo que Faile hubiese hecho. Lo que Rasheltex esperaría de mi.

Así que me giré con una gran fauna en el estómago y salí de la cabaña sin añadir nada más. Ni siquiera un "volveré", Yume ya sabía que lo haría, yo sabía que lo haría y decirlo casi lo convertía en un desafío al destino.

Cargando editor
20/07/2018, 10:39
Rin Okomura

Al salir de la cabaña, no oyes nada más que el viento y el movimiento de las hojas de los árboles. Estaba todo igual que antes, y aquel aterrador graznido había dejado de oirse. Buscas a tu alrededor, suponiendo lo peor. Pero pronto tus miedos se disipan al escuchar, entre aquellos ruidos naturales, unos intensos jadeos. Al seguir el sonido no tardas en encontrar al joven sucio, estirado en el suelo, con brazos y pernas estirados, ojos cerrados y con la llave espada clavada al lado suyo, aún rezumando oscuridad debido al intenso combate que parecía haber tenido.

Estaba bastante magullado, pero no parecía grave. Más bien parecía estar exhausto.

-*jadeo* Bufff... Hacia tiempo que no me cargaba a uno de esos...

Rin abre sus ojos para mirar a la oscuridad del cielo y a los toscos árboles que se interponían en su campo de visión. Acto seguido, alza ligeramente la cabeza para observar que Kora había dado con él de una manera o de otra.

-¿Porque estás tu aquí? *jadeo* -Lárgate a la cabaña. Podrían volver. Este no es lugar para unas debiluchas como vosotras...

Rin parecía hacerse el fuerte, tratándose de levantar rápida pero patosamente del suelo, y recogiendo su arma, la cual hace desvanecer entre brillos. Se espolvorea un poco la ropa, que a pesar de estar rasgada y magullada, seguía cumpliendo su función. No obstante, a pesar de que sus ojos buscaban ocultarse de los ojos protectores de Kora, la muchacha podía apreciar que su compañero estaba absorto en sus pensamientos. Quizás incluso ausente, si no fuera porque siempre aparentaba estarlo. Pero había algo diferente esta vez.

Cargando editor
23/07/2018, 08:59
Kora

Corrí, añorando el tiempo en el que había ciudad que saltar por gusto y prisa irreal por la que desplazarme escalando, saltando y haciendo equilibrios.

Hubiera dado mucho por volver a esa época de paz, en la que lo hubiese dado todo para acompañar a Faile al gremio.

Y ahora que estaba en medio de lo tanto ansiado me arrepentía y a la vez sabía que no iba a renunciar a esto. Nunca.

El camino me había hecho fuerte y me había hecho débil pero sobretodo me había hecho crecer. Por ello me golpeó fuerte las peimeras palabras de Rin: cuando él llegó ya había recorrido el camino que yo ahora descubría. Él ya mataba. Él, aunque lo pareciera, no había sido un niño en ningún momento.

Estaba dispuesta a bajar a la tierra para ayudarle a levantarse cuando el solo lo hizo y por algún impulso que no entendí reculé el último paso.

¿Cómo sabes lo de la cabaña? —pregunté sin que pasara el filtro de pensarlo primero— Vamos los dos —negocié—. Mirate... Si vuelven, y sigues solo, acabarán contigo.

Cargando editor
23/07/2018, 17:12
Rin Okomura

Rin se queda sin palabras durante unos segundos, mirando a su alrededor, dejando ir un ligero sonido de incertidumbre antes de encontrar las palabras con las que contestar la Kora.

-¿Acaso importa cómo lo sé? Que conste que no os he seguido ni nada por el estilo. Simplemente he decidido ir por este camino porque en las ruinas no había nada interesante. Vi una cabaña en la lejanía y me dije a mi mismo de ir a pegar un vistazo. Luego me atacó esa arpía y me deshice de ella. Fin. ¡Además, no tengo porqué dar explicaciones! Si vuelven, me los volveré a cargar con mi llave espada. ¡No le temo ni a la oscuridad ni a los sincorazones, ni a los demonios de este maldito lugar!

Dice molesto y refunfuñando a la vez que evitaba la mirada de Kora.

-Sea como fuere, ¿donde has dejado a la desmemoriada? ¿No está contigo?

Cargando editor
23/07/2018, 19:26
Kora

Estás raro —espeto sin responder a las palabras de Rin—. Piensas, te justificas, y tu cabeza está en ochenta sitios más. Estás nervioso. ¿Por qué? —pregunto poniendo ternura en la voz y el gesto inclinado de la cabeza pero dejando claro que esperaba una respuesta que no contuviera ni media evasiva.

¿Es tu hogar, a que sí? —vuelvo a dar ese paso que había deshecho y extiendo una mano hacia él, ofrecida. La otra, sigue dentro del bolsillo y en él aprieta la cadena suavemente.

Cargando editor
24/07/2018, 13:19
Rin Okomura

Rin reacciona ante la pregunta con algo de nerviosismo.

-¡Deja de analizarme! ¡Me irritas! Siempre haces como si lo supieras todo.

Se levanta, apartando la mano de Kora y levantandose por sus propios medios.

-Además, ¿a quien le importa? ¡Ya ves lo que es! Simplemente es un sitio más, infestado de monstruos a los que eliminar, como todos los que hemos visto hasta ahora. No tiene nada de especial... Nunca lo ha tenido.

Rin camina unos pasos, pasando por al lado de Kora, sin mirarla. Simplemente se limita a avanzar hacia la cabaña. No obstante, le dedica unas palabras al pasar por su lado.

-Deberías aprender a vivir sin lastres...

Dice a la vez que mira de reojo la mano que tenía la joven en el bolsillo para posteriormente seguir avanzando hacia la cabaña.

Cargando editor
24/07/2018, 13:43
Director

Oscuridad. Solamente oscuridad. No había nada más. Cada vez que tratabas de buscar algo más, más intensa se hacía esa gran oscuridad que te engullía lenta pero irremediablemente, hasta que, al final, todo se tornó negro. Incluso tu cuerpo....

Abres los ojos repentinamente. Tu pulso estaba acelerado, tus ojos adaptándose al lugar, tus recuerdos volviendo... Volviendo...

De pronto, recuerdas todo lo que había pasado.

Os habíais enfrentado a Vanitas tras salir airosos del Castillo del Olvido. Era un tipo de lo más siniestro,c on una llave-espada oscura, muy poderosa, lo suficiente como para rasgar el vacio interdimensional entre mundos, por el cual acabastes cayendo junto tus compañeros y.... ¿Que había pasado entonces despues de eso? 

Vanitas os había desviado del camino, y os habíais desperdigado. Lo último que recuerdas de vuestro funesto encuentro era que no conseguiste coger de la mano a Rin, el chico tan gruñon y sombrío del grupo, quien pareció apartarla en el ultimo momento. No les conocías mucho, pero jurarías que te apartó la mano intencionadamente...

Sea como fuere, ahora estabas solo, solo en una verde espesura. Era de noche, pues las nubes ocultaban el cielo, pero los rayos de luna se filtraban. Era una imagen un tanto extraña, pero encantadora a su manera. Parecía que habías acabado en otro mundo. Uno que no conocías. No habían rastros ni de Vanitas ni de tus compañeros. Comprobaste que todo estuviera en orden y así era. Pudiste invocar tu llave espada, no estabas herido... Era como si alguien te hubiera curado y te hubiera dejado allí. muy extraño a tu entendimiento.

Alrededor de tu ubicación, había un sombrío bosque. Parecía que te encontrabas en un gran claro, pues miraras por donde miraras, solo observabas arboles y espesura. Entre tanto bosque, consigues ver un pequeño camino algo ruinoso, pero bastante marcado como para seguirlo.

Cargando editor
25/07/2018, 02:48
Jace Eucliffe
Sólo para el director

El Abismo me había devorado. 

O eso creía. En aquel estado de completa oscuridad, rodeado sólo por el silencio y la más profunda amnesia, creía que ya no valía nada, que mi poder se había visto reducido a un mero suspiro bajo el mar de la muerte. No sentía mi alma, ni mi corazón siquiera, solo el arrullo de memorias perdidas y lazos olvidados, ¡Pero no podía dejarme llevar por aquella marea umbría! Aún debía proteger lo que me importaba, debía respetar la memoria de aquellos que me la brindaron, de aquel sacrificio irresponsable que me mantenía a salvo. 

No era tiempo de descansar en el manto, aún no. 

No entiendo qué fue lo que me sacó de aquel trance, o en donde me encontraba exactamente. ¿Que había sido ese extraño lugar en el que había caído? Me levanto forzosamente, apoyando los brazos para impulsarme hacia arriba. Observo a mi alrededor mientras que mis recuerdos difusos comienzan a asaltarme. Vanitas, la oscuridad caótica de su Llave-espada, el combate en el Castillo del Olvido, todo se fusionaba bajo mi vista como si fuese una mezcla desastrosa de sentimientos contra razones. Sólo recordaba haber sido tragado por su poder desencadenado, el abismo interdimensional que nos engulló y luego...La completa oscuridad. Me sentía exhausto, y sin embargo parecía estar bien. Que recordara, mi poder mágico no era tan potente como para sanarme tan pronto, y menos aún después de atravesar aquel umbral. 

Algo no cuadraba con este sitio, sentía como si alguien me vigilara entre las sombras, quizás hasta el brillo de la luna fuese el ojo que me mantuviera cautivo. Me sentía profundamente nervioso con aquel sitio desolado, que nisiquiera fauna lograba rastrear. No dudé en invocar mi Llave-espada para mantenerme en guardia, manteniendola  en mi mano derecha con fuerza, oprimiendo el mango casi que tratando de comprimir en el toda la confusión que residía en mí. No me queda más opción que seguir por aquel camino ruinoso que se levantaba señalizado, como si alguien lo hubiese dibujado para mí...

Continúo sin bajar la guardia, sencillamente no me sentía seguro si no era alerta. 

Cargando editor
25/07/2018, 08:44
Director

Te adentraste al bosque tras caminar por aquel sendero que parecía ser el único en conducir a algún sitio. A medida que ibas avanzando, la tenue luz de la luna se iba apagando. Los altos y sombríos árboles se encargaban de cobijarte de la poca luz que entraba en el claro del bosque, para pasar a una penumbra casi absoluta. Tus sentidos se agudizan a la vez que tu respiración se vuelve más intensa. Notas el latido de tu corazón, tu pulso, el cual se eleva lenta pero irremediablemente, hasta la salivación adicional. No quedaba duda de que aquella atmósfera siniestra y desconocida te estaba llevando al límite. Pero no ibas a flaquear.

Recuerdas tu entrenamiento en Tierra de Partida. Tu maestro, Ryurka, siempre te inculcó a mantener la compostura hasta en las situaciones más adversas. Incluso en los momentos más críticos lo hacías, este no iba a ser diferente, no ahora que habías salido a ver mundo, no ahora que te enfrentabas a tu última prueba para conseguir el rango de Maestro, el mayor título para un usuario de la llave espada. Si bien es cierto que sabías que aún no estabas preparado, esta última prueba personal, como así lo considerabas, sería decisiva para tu aprendizaje.

Mientras tus pensamientos se entrelazan con los recuerdos de tus experiencias, casi sin percatarte de la presencia inminente, notas como el sonido del viento, que se filtraba a través de las hojas y de las ramas, se detiene en seco.

De pronto, una figura encapuchada a la cual no podías distinguir bien por falta de luz, se te presenta delante, como si siempre hubiera esta ahí, cortándote el paso pero sin mostrar ningún movimiento agresivo. Básicamente se limitaba a estar quieta, observándote de la misma manera que había hecho desde que llegaste. Tus sospechas sobre ello ahora habían sido corroboradas.

La sombra encapuchada no te dice nada, simplemente se queda delante tuyo. Esperando alguna reacción por tu parte.

Cargando editor
25/07/2018, 13:25
Encapuchado

-Hay una forma... De viajar entre mundos.

Una voz femenina, tranquila, serena y esperanzadora para la muchacha suena de pronto. Había hablado muchas veces con las sombras, y en su imaginación estas le respondían, eran sus amigas... Pero escucharlas realmente... Eso era otro tema. Al escuchar la voz que ahora le hablaba, había dado con un atisbo de realidad el cual no se esperaba. No podía ser de otra forma, eran sus amigas las sombras sin duda alguna, pero esta vez todo era demasiado realista.

-Caerulea... Hemos hablado tantas veces... Te he dicho tanto... Pero, allí donde mi voz trataba de orientarte... Tu no podías oirme... Allí donde mi mano trataba de alcanzarte, tu no podías verme... Sabía que al final...

De las sombras emerge una figura humanoide, no muy alta, aunque si algo más alta que Caerulea, encapuchada y ataviada con una vestimenta tan negra como las sombras a las que estaba mirando. No podía apreciarse su rostro, pero por el tono de voz, no parecía tener intenciones hostiles para con la muchacha.

-Te he estado observando durante todo este tiempo. Tanto tiempo queriendo entablar una conversación real contigo y ahora... Me falta tiempo... Sólo podía comunicarme contigo a través de sueños, a través de retazos de imaginación que tu me brindabas. Al fin, has abierto los ojos a la realidad. Una realidad dura, pero que serás capaz de afrontar. 

El ambiente se había intensificado. La presencia de aquel ser inundaba a Caerulea de conceptos que sabía que existían, pero que nadie nunca había alimentado como ahora se los alimentaba la encapuchada. 

-¡Es cierto! Hay más mundos allí afuera, lejos de las cuatro casas que decoran tu ciudad. Ahora que tus ojos pueden ver más allá, ahora que has tenido contacto con el mundo exterior, ahora que al fin puedes verme y oirme... Ahora, al fin, puedo decirte mi nombre...

La encapuchada extiende su mano hacia la joven.

-Soy la materialización de la promesa de un recuerdo. Una promesa que anida en lo más profundo de tu corazón. Y tu, Caerulea, eres la prueba de que existo. Tu, que creiste en mi, que me hablaste, que me diste una existencia... Si sigues creyendo en mi, yo me encargaré de hacerlo posible.

La palma de la encapuchada empieza a brillar, como si una luz hubiera encontrado un hueco entre las sombras que la acechaban.

-Me llamo... Cyan, la Promesa de Amor. Ahora, puedo devolverte el favor.

Te sigue tendiendo la mano, y algo que no sabrías decir bien que es parecía llamarte. Algo muy lejano, como un retazo distante de un recuerdo todavía latente. Algo te impulsaba a cogerle la mano, a creer sus fantasiosas palabras. La cálida luz seguía resplandeciendo, dándote armonía y seguridad. Quizás no fuera una fantasía, al fin y al cabo. 

Cargando editor
26/07/2018, 00:24
Caerulea

Siempre 'hablado' con las sombras, pero las respuestas se daban en su cabeza, en su imaginación, nunca llegando a escucharlas realmente. Muy en el fondo de su cabeza, sabía que sus amigos imaginarios no eran sino eso, amigos imaginarios. Pero al mismo tiempo siempre se había negado a creerlo, desde niña había creido con todo su corazón que eran muy reales, porque aquello le daba la esperanza de no estar sola, de que tenía amigos en los que poder depender.

Por eso cuando escuchó la sombra responderla sintió tanto genuina sorpresa (y un buen susto) como auténtica felicidad, cambiándole la expresión seria de sobresalto a una gran sonrisa. Las sombras sí la habían escuchado. Y sí le habían respondido, pero en pequeños fragmentos, retazos de respuestas mezcladas con las que la propia Caerulea creaba en su imaginación. 

La sombra le dijo quién era. Le dijo que Caerulea le había dado existencia al creer en ella, al hablarle. Le tendió la mano y le dijo que ahora sería la materialización del recuerdo de una promesa, una que Caerulea atesoraba en su corazón. Caerulea se llevó ambas manos al pecho con lentitud, sabía de qué promesa le estaba hablando. La más importante de todas. Una Promesa de Amor.

Y ahora la estaba llamando. Le ofrecía esperanza. Una manera de viajar entre mundos, una manera de hacer cumplirse esa promesa. Una manera de encontrar a su prometido, de poder reunirse de vuelta con él. A Caerulea le parecio hasta que la palma de la mano de la llamada Cyan brillaba con fuerza, tanto como la esperanza que le prometía y tanto como el valor que aquella promesa tenía para Caerulea. No dudó, y extendió la mano hacia esta para agarrarla.

Cargando editor
26/07/2018, 01:01
Jace Eucliffe
Sólo para el director

Prosigo por el apartado bosque, por el sendero remarcado que tan poca confianza me generaba. Observar cómo al caminar por entre los maderos el camino se engullía a sí mismo en un miasma de oscuridad y sombras, como si fuera la ruta unas interminables fauces de una bestia abismal, tragándose mi espíritu conforme pisaba sus dientes verdosos y frotaba sus papilas gustativas. No dudé en levantar mi Llave-espada para ver sí, por suerte, el brillo de la luna se pudiera reflejar en el fino acero que recubría la hoja de mi arma. No hubo suerte, solo sentía el peso del armatoste y el frío que se transmitía desde el mango recubierto. 

-A este sitio lo devoró por completo la muerte...

Suspiro pesadamente mientras continúo por entre el sumidero de verde apagado y silencio absoluto. Esto no era nada comparado con los entrenamientos por los que había tenido que pasar. Ser desprovisto de mis sentidos y poder en un sitio hostil, enfrentarme a un adversario que eclipsaba mi fuerza, y aún así salir victorioso, ¿Qué sería esto sino un simple recuerdo? Aprieto mis dedos como si aún mantuviera la empuñadura sostenida, símbolo de que mi meta no era realmente convertirme en Maestro ni mucho menos, era proteger a quienes pronto serían desprovistos de su corazón frente a las sombras, esa era mi única meta. Por la memoria de ellos lo haría. 

Casi lograba sonreír frente a mi voluntad, ensimismándome en mi propio coraje y pensando que con sólo el fulgor de mi espada lograría atravesar las sombras de aquel siniestro bosque, pero no fue así. Bajé la guardia, y mis sospechas fueron poéticamente respondidas. Una extraña figura encapuchada se aparece ante mí, tan silenciosa como la atmósfera de este lúgubre sitio. ¿Quién era? No parecía ser agresivo, sin embargo su súbita presencia casi me saca de mis casillas. 

-¿Quién demonios eres?-Pregunté al ser que rondaba a mi vista-Si te vas a aparecer así, visto lo visto, ¿Te crees que me voy a quedar ahí viéndote flotar? Venga, responde, nada me impide quitarte la capucha a la fuerza. 

Le respondí imparcial levantando mi mano en postura de invocar mi arma, aún sin llamarla. Si tenía ganas de luchar, nada me lo impediría. 

Cargando editor
26/07/2018, 09:48
Director

Oscuridad. Solamente oscuridad. No había nada más. Cada vez que tratabas de buscar algo más, más intensa se hacía esa gran oscuridad que te engullía lenta pero irremediablemente, hasta que, al final, todo se tornó negro. Incluso tu cuerpo....

Abres los ojos repentinamente. Tu pulso estaba acelerado, tus ojos adaptándose al lugar, tus recuerdos volviendo... Volviendo...

De pronto, recuerdas todo lo que había pasado.

Os habíais enfrentado a Vanitas tras salir airosos del Castillo del Olvido. Era un tipo de lo más siniestro, con una llave-espada oscura, muy poderosa, lo suficiente como para rasgar el vacio interdimensional entre mundos, por el cual acabastes cayendo junto tus compañeros y.... ¿Que había pasado entonces despues de eso? 

Vanitas os había desviado del camino, y os habíais desperdigado. Lo último que recuerdas de vuestro funesto encuentro era que no conseguiste coger de la mano a Rin, el chico tan gruñon y sombrío del grupo, quien pareció apartarla en el ultimo momento. No les conocías mucho, pero jurarías que te apartó la mano intencionadamente...

Sea como fuere, ahora estabas solo, encerrado en una extraña cápsula transparente. Era de noche, pues las nubes ocultaban el cielo, pero los rayos de luna se filtraban a través de la ventana que podías ver desde donde te encontrabas. Era una imagen un tanto extraña, pero encantadora a su manera. Parecía que habías acabado en otro mundo, uno que no conocías desde luego. No habían rastros ni de Vanitas ni de tus compañeros. Tras perder en aquel combate, no estabas herido... Era como si alguien te hubiera curado y te hubiera dejado allí, manteniéndote con vida. Te daba la sensación de que habían pasado dias... O quizás incluso meses, desde la última vez que abriste los ojos.  Cuando te inspeccionas a ti mismo en busca de heridas, te das cuenta de que tu pelo, vello facial, en incluso musculatura habían cambiado. Tu cuerpo había madurado, e incluso te atreverías a decir que te notabas algo más mayor. Todo muy extraño a tu entendimiento.

Alrededor de tu ubicación, había un sombrío bosque dibujado en las paredes de la sala. Parecía que te encontrabas en un gran claro, pues miraras por donde miraras, solo observabas arboles y espesura. Entre tanto verde y negro, consigues ver un pequeño camino algo ruinoso, pero bastante marcado como para seguirlo con la mirada. Rodeaba toda la estancia, como si diera un circulo alrededor tuyo.

Cuando buscas alguna manera de abrir la cápsula, al pensar en salir de ahí, esta se abre automáticamente, de la misma manera que lo haría una flor al florecer. Los "petalos" que hacían de confinamiento bajan hasta acabar pegados al suelo, y cuando tratas de moverte, te fallan las fuerzas, cayendo de rodillas al suelo, respirando el aire de la estancia. Todo era como si hubieras acabado de despertar de un largo y confuso "letargo". Pero ahora eras libre, si es que alguna vez estuviste cautivo a tu entendimiento.

Cargando editor
27/07/2018, 10:08
Director

-No eres consciente de tus verdaderas capacidades...

La figura encapuchada habla con una voz masculina, muy fina, raspada, como si estuviera suspirando su último aliento antes de pasar a mejor vida. Su figura impasible daba un semblante algo tétrico, no obstante, no parecía tener intenciones hostiles, simplemente se limitaba a observarte, si es que detrás de esa capucha habían ojos con los que observar.

-Tanto potencial, desaprovechado... Esa arma... Que buenos recuerdos...

La figura encapuchada se gira en torno a 180 grados para posteriormente, y con gran pasimonia, señalar lo que se encontraba detrás de ella.

Un claro desvío, dos caminos posibles que se bifurcaban del camino principal que seguías. Claramente delimitados a diferencia del que habías seguido hasta ahora.

-Estas perdido. Quien pierde, puede encontrar si así lo desea.

Un escalofrío recorre tu cuerpo. La temperatura del lugar había descendido lo mínimo dos grados.

-Es cosa tuya saber que camino escoger, pero el destino no puede cambiarse. Me pregunto... Que escogerá tu corazón...

La figura se queda inmóvil, señalando la bifurcación. No parecía interactuar más. 

Cargando editor
27/07/2018, 10:37
Director

Tras agarrarle la mano a Cyan, la entidad emite un destello intenso que te fuerza a cerrar los ojos. Notas calidez al tacto, armonía y sobretodo, tranquilidad. Para cuando el destello finaliza y tus ojos consiguen adaptarse a la intensidad normal, la túnica negra de Cyan había desaparecido, al igual que las sombras de las que había surgido. El destello parecía haberlas evaporado. Para tu sorpresa, al ver la verdadera apariencia de Cyan, no podías expresar palabra alguna.

 -Gracias, Caerulea, por creer en mi....

Cyan empieza a desvanecerse en motas de luz. A pesar de ello, seguías sintiendo que estaba cerca. Seguías teniendo su mano agarrada... O algo similar.

Para cuando te fijas bien a qué estabas agarrada, tus ojos no dan crédito. En lugar de Cyan, había una curiosa y peculiar espada con forma de llave en tu mano. El llavero que cuelga de la espada son dos anillos blancos entrelazados. El resto del arma es color azul. La protección de la empuñadura está decorada con motivos de hojas que hacen que el arma parezca una flor que todavía no ha nacido. El cuerpo de la hoja es sencillo, y las tres puntas se asemejan a tres gotas de agua, formando un patrón muy parecido al de una gran llave.

Dicha arma aún emitía destellos muy tenues, a diferencia del primero. Pero aquella calidez, aquella armonía y tranquilidad seguían residiendo en tu mano, en tu interior. Era como si aquella arma que Cyan te había otorgado fuera la propia esencia de tu amiga. Era algo extraño de comprender, pero era real. Esa arma tenía voluntad. La voluntad que tu le brindaste.

-Llave-espada... Llave-espada.... Llave-espada.........

Su nombre resuena en tu cabeza, cada vez con menor intensidad hasta que finalmente, la voz de Cyan se desvanece por completo, y los destellos cesan.

Cyan se había ido, pero su arma, Promesa de Amor, y su recuerdo perduran en ese llavero que reflejaba la promesa por la que ibas a luchar.

Innatamente, y como si el arma supiera lo que tenía que hacer, esta emite un destello luminoso desde su punta, lanzando un pequeño haz de luz al frente, el cual abrió un pequeño agujero que parecía una especie de portal. Sin entender muy bien porqué o cómo lo habías hecho, tenías la certeza de que cruzar aquella puerta te llevaría bien lejos de tu hogar. Quizás no fueras capaz de volver, aunque quizás no fuera necesario hacerlo. ¿A eso se referiría Cyan? Solo había una manera de descubrirlo...

Cargando editor
27/07/2018, 12:03
Caerulea

¡Su propia apariencia! Cyan tenía su misma cara, ojos, sonrisa, ropa... ¿Era ella misma? Sí... era ella, pero a la vez no. Parecía más bien como si Cyan hubiera tomado prestada su apariencia, como si Caerulea se la hubiera prestado ella misma, pero quizás el quid no estaba realmente en lo que veía delante de sí... ¿sino en lo que sentía?

Un destello intenso, calidez al tacto, armonía y tranquilidad... Una sonrisa... Una voluntad que quiso creer real... que creyó real. Una amiga en la que poder depender... Una Promesa de Amor que cumplir... Todos estos sentimientos, deseos, creencias... ¿habían quizás posibilitado este milagro? Sí, Caerulea no estaba segura de qué significaba... qué era o de dónde o por qué había salido... Pero... ...a su corazón... de algún modo... quizás sí que lo hacía... Sentía la calidez, la tranquilidad y la armonía nostálgica de una vieja amiga. Cyan le dio las gracias antes de empezar a desvanecerse, aunque sin soltarle la mano, sin llegar a irse del todo. "No, gracias a ti por escucharme..." empezó a responder Caerulea. "Por acompañarme... cuando más sola estaba... y-y..."

Y entonces Cyan desapareció. ¿O quizás solo se transformó? En lugar de su mano, Caerulea sostenía ahora una llave. Una llave gigante, extraña y hermosa. Color azul... azul cian... El mango estaba decorado con una flor sin florecer, como acabada de nacer,  y colgando del mismo, por una cadena, había... ¡dos anillos entrelazados! "Llave-espada... Cyan... la Promesa de Amor..." repitió Caerulea en voz alta las palabras por las que su amiga se había presentado, grabandolas en su mente mientras acariciaba con un dedo aquellos anillos entrelazados. Eran el símbolo de una alianza... el símbolo de la persona más importante en el mundo para ella...

El arma entonces guió su mano, y emitió un destello desde la punta, abriendo delante de si... "¡Un portal!... Un portal... a otro mundo..." Una vorágine de emociones inundó a Caerulea. ¡Delante de sí! ¡La solución a su problema! Podía ir... ¡podía ir a buscarle! Reencontrarse con él... poder cumplir aquella promesa... Quería ir... Iba a ir. Pero... tendría que dejar todo atrás. Sus padres... su casa, su vida, su familia. Sin siquiera más equipaje que lo que llevaba encima, sin decir adiós... Quizás no pudiera volver nunca. Y aún así... sabía que quería y debía ir.

"Una forma de viajar a otros mundos... Una forma de reencontrarle... y cumplir nuestra Promesa de Amor. No puedo permitirme dudar... no puedo permitirmelo..." miró una vez más aquel arma y como si se dirigiera a su amiga, asintió, sonriendo. "Gracias otra vez, Cyan. Vamos allá." dijo, encaminandose hacia el portal, para cruzarlo. No podía negar que tenía miedo... miedo a lo desconocido, pero al mismo tiempo, se sentía llena de esperanza por el futuro.

Cargando editor
28/07/2018, 03:20
Jace Eucliffe

Observo con creciente escepticismo a la figura ataviada que se posa enfrente mío. ¿Quién demonios era, como para andar soltándome tan escuetas palabras pseudo-trascendentales? No podía evitar sentir escepticismo frente a su inescrutable figura, había aprendido a desconfiar completamente de aquellos que se alineaban con las sombras. Y más aún, ¿cómo confiar en un encapuchado repentino, en medio de un bosque tan apartado de cualquier rayo de luz? Fruncí el ceño agraviando las cejas, en un total signo de desmeritar a la silueta. No habría necesidad siquiera de asestarle un corte, seguramente sería inútil un intento como aquel. 

-¿Y qué prominencia sabia eres tú para saber sobre mi fuerza?-Pronuncio en tono de furia y desprecio hacia la figura sin nombre-No necesito ser consciente de mis capacidades, el que se eleva a su orgullo y depende únicamente de su arma, está condenado a caer por ella. 

Aquel ser extravagante no parecía tener mucha percepción sobre sus palabras, cosa que me llevó a pensar sobre su verdadera identidad. ¿Hablaría tan encriptadamente sólo para tentarme? ¿Qué esperaba, que perdiera mi auto-control y cayera en su absurdo juego? No habría tal posibilidad, al menos no hasta que lograra averiguar qué diantres estaba ocurriendo, en dónde me encontraba y quién era el responsable de todo este embrollo. 

-¡Insisto, no me conoces!-Replico aumentando mi furia y descontento hacia la figura, tratando de contener mi intranquilidad y nerviosismo-¡No estoy perdido, sé dónde se encuentra mi alma y no voy a perder mi camino sólo por una voz degradante!

Me estaba atrayendo súbitamente a mi propia cólera, y tardé en reconocer que estaba agrediendo parte de mi propia moral. Suspiré en pos de tranquilizarme e ignorar a la descompuesta voz del ataviado sujeto, y seguí de largo sin prestarle más atención a sus provocaciones. Pasé en un leve caminar a su lado, olvidando toda el aura escalofriante que le rodeaba. Seguramente la revelación del camino había sido obra suya, y por ende algún poderío sobre el bosque pertenecía a su mano andrajosa. 

-Pronto desvelaré  todo lo que ustedes me ocultan, las sombras sólo son una pantalla que se refugia de la luz.

Le concluí al ser mientras le daba la espalda, siguiendo el camino de la derecha sin ningún motivo exacto. No importaba por qué caminos me llevaran, no podrían esconderse.