Partida Rol por web

Que la zona en la que estabamos cambiase de repente era algo que no me esperaba por lo que al llegar a este sitio oscuro no tenia a Busca Caminos en mi mano, si no que ya me encontraba desenfundando a Eolo, mi estoque; mantenia una guardia alta y una mirada atenta pero nerviosa en lo que apreciaba nuestros alrededores a base de vistasos rapidos. El sitio daba un poco de miedo por no decir bastante, pero al menos no estaba solo. Mi unica compañia no solo era ese sin corazon, alli tambien estaba Zayna que me arrebato una sonrisa al ver que estaba bien, pero incluso alguien mas estaba, o al menos su voz. Era una mujer con un timbre de voz muy tranquilizador como de apeciguadoras e inspiradoras eran sus palabras; no senti dificil sus instrucciones como para no probar de inmediato lo que decia. Cerre mis ojos por un momento pues no eran necesarios y nombraria en voz baja y calmada a cada uno de mis amigos. -Zayna, Noctis, Jacakll, Redtide, Lilith, Fumei...Stich, Montblanc, Fran y Baltier.- luego de repasar los nombres y rostros de cada uno en mi mente y palabras dichas al viento agitaria a Eolo, haciendo aparecer a Busca Caminos en su lugar, mire en direccion a Zayna y al resto, y le dedique una mirada segura, si estaba con todos ellos no tenia a nada a que temer. -Patemosle su kupotrasero!- y tras decir eso haria algo que no hacia a menudo, usar magia.

Cuando Zayna se recuperó del brusco cambio a su alrededor, primero buscó a kosmog. Se sintió aliviada de verle cerca.

—Kos... —murmuró, sujetando con fuerza sus dagas. 

Después localizó a su invocación, Artemito. Seguía flotando cerca de ella, envuelto en esa deslumbrante aura luminosa. Era un espíritu curativo después de todo. Se alegraba mucho de que Laine confiara en ella. 

Entonces, vio las siluetas familiares a lo lejos. Una especialmente le llamó la atención. Quizá... porque había pasado por su mente más de lo habitual. 

—¿Noctis? —preguntó Zayna a la inmesidad, creyendo reconocer la silueta de éste.

Cuando la voz se lo confirmó, a pesar de estar magullada, no puedo evitar sonreír.

—¡Noctis! —repitió con más ímpetu—. Chicos... —añadió al ver a los demás. 

Pero después, aun contenta del fortuito encuentro, aún tenían cosas por hacer. La voz seguía hablando, y les dejó las cosas claras. 

La cabeza me daba vueltas. Aún sentía el corazón agitado por el fervor de la batalla, y a eso se agregaban los nervios de estar en un lugar totalmente diferente de un segundo para el otro. Empuñe mi espada, poniéndome a la defensiva mientras intentaba discernir dónde estaba. La voz de la mujer que resonaba en el lugar me dejo las cosas un poco más claras (tanto como era posible). "Un ataque en conjunto". Mi mente logró asimilarlo a ciertos movimientos especiales de algunos juegos que conocía, lo cual me lleno de cierta confianza en las palabras que escuchaba. La ayuda vendría bien...

- ¿Kosmog? - miré alrededor, presintiendo la ubicación de mis amigos- Zayna. Aquí estoy- bajé mi espada, relajándome al ver a aquel par, y volverme consciente de todos los demás allí- Es una forma extraña de reunirnos, ¿no? -Levanté mi espada por encima de mi hombro, apuntando hacia el frente, imaginando enfrente mío al Maestro Imitador- Ahora no hay duda de que acabaremos con él.

---Oh, vaya... un bonito lugar para reunirnos...- comento mientras observo mi alrededor- Me gustaria charlas un rato pero creo que deberiamos acabar con este incordio antes de hablar.

Cruzo mis espadas mientras acumulo energoa en ellas, cuando estas estan cargadas de energia las agito liberando un haz contra el Maestro Imitador

Al aparecer el maestro imitador vuestros ataques hacen que a este se le caiga el libro unos metros mas atras y como de ottra forma no puede va a recuperarlo a su ritmo.

Zayna sujeta sus dagas con decisión mientras trata de recuperar el aliento del último ataque antes de la súbita teleportacion. Esperaba poder aguantar el ritmo.

Esto se volvió más raro de lo que estoy acostumbrado. Donde estoy? finalmente me mori?...de nuevo?...o esperen...comienzo a sentir voces a mi alrededor...vaya vaya, todos estaban aquí...el Moguri peludo, el cabeza de coral, la chica tormentosa y los demás. Wow, siento como si los hubiese extrañado todo este tiempo.
-Ahoy, tripulación! Veo que estan vivitos y coleando. No se hacen una idea de la inmensa felicidad que me da verl...-
En ese momento vi al feo bicharraco que nos había atacado a mi, a Fudo y a Kite antes. No pude evitar enfurecerme de verlo aún de pie.
-TU...COSA...eeem...LO QUE SEA QUE SEAS!!! TE VOY A HACER TRAGAR ESTA ANCLA Y LUEGO TE PATEARÉ TU TRASERO (si es que tienes uno) CON ELLA!-

Habíamos derrotado a los clones y de golpe, la oscuridad nos engulló...otra vez.

Aparecí en un lugar que desconocía como si de golpe hubiese "caído" allí pero en cámara lenta.

Apenas miré alrededor vi que había muchas personas allí, personas que nunca había visto pero de alguna forma recordaba de aquel lugar donde todo empezó.

Mis compañeros de misión también estaban ahí.

Busqué a Zack con la mirada, pero en ese instante vi que al parecer había un combate, por lo que saqué una carta y aguardé para tirarla y rematar al enemigo.

Parecía que había subestimado la fuerza de nuestros ataques, o nuestra coordinación. No acabamos con el ente, pero lo habíamos desestabilizado. Volví a levantar mi espada y arremetí contra él una vez más.

Vuestros ataques fallan pues el se teleporta hasta el libro en un segundo mientras lanzais vuestros ataques. El Maestro imitador coge su libro y os mira decidido para el combate.

Comenzé a enojarme tanto que se me empezó a salir vapor por la cabeza.

-Bien...ya estoy cabreado. Felicitaciones.-

En lo que más me voy enfureciendo, más comienza a rodearme olas marinas que comienzan a aparecer a mi alrededor.

-Tendrás suerte si puedes respirar bajo el agua, infeliz!!-

En ese momento ataque con toda mi magia de las mareas.

Pego un salto y corro hasta el maestro imitador

---Bueno, veamos sí eres capaz de imitar mis movimientos...- digo mientras descargoun tajo y seguidamente hago con la otra espada un tajo horizontal

Animado por el accionar de Redtide, levanté mi espada en el aire, girándola sobre mi cabeza para acomodarla.

- Eres bastante duro, al parecer. Probemos con algo más contundente esta vez- sujeté mi espada con ambas manos y la enterré en el suelo. Del suelo debajo del Maestro Imitador se levantaron grandes esquirlas de roca, esperando herirlo y trabar su movimiento de escape.

El maestro imitador os lanza una bola proyectada desde su libro. La bola corre e impacta en Noctis provocandole 9 de daño

Noctis 60-9 = 51

El maestro imitador recibe vuestros ataques al mismo tiempo y recibe un gran golpe de 98 de daño

 Todos estaban lanzandole poderosos ataques a nuestro enemigo, pero realmente no dejaban mucho espacio por donde atacarle o por donde acercarse sin recibir parte del daño, parecía que la mejor forma de acabarlo era manteniendo las distancias.

 Una vez mas impondria mi palma libre y abierta apuntando en su dirección, aunque esta vez había algo nuevo en la ecuación que antes no había estado la ultima vez que use magia, había algo que podía usar a mi favor. -Tomare prestada tu agua kupo- Comente casí a momento de liberar mi magia de viento con una variante que antes no había pensado.

 El viento arrastraría consigo el agua del ataque de Redtide, alzandola como un muro frente al sincorazon, una ola mas bien que iria a quebrar justo donde el maestro imitador se encontraba. -Magia Combo: Quiebra Olas kupo!- Diría con gran energía a momento que el agua chocase contra mi objetivo, esperando que esta no dañase a Jackal, trataba de redirigir la mayor cantidad de agua a un solo punto.

Zayna observó desde la retaguardia los ataques de sus compañeros. En especial, el de Kosmog. Eso le dio una idea. Miró a su invocación. 

Alzó las manos, materializando su báculo emplumado en ellas. Si todos iba a dar el máximo, ella también. 

Con decisión, dio la orden a su invocación: 

—Artemito, préstame tu luz... —pidió, mientras ella misma sacaba fuerzas para desatar sus vientos. 

Sus cabellos se agitaron, la luz se derramó sobre ella. El poder la envolvió, lo concentró en las plumas del báculo, y lo desató sobre la criatura con voz firme y decidida: 

—¡Huracán sagrado! —y apuntó con él a la oscuridad, con un ataque lleno de luz. 

Al ver que el combate iba a durar más tiempo del esperado, mezclé mis cartas y saqué una al azar, levantándola para mostrarla al grupo, mientras esta comenzaba a brillar y desaparecía de mi mano para desencadenar su efecto.

La carta de Fudo, TORRE, os envuelve a todos en un manto de protección. Los ataques de Kupo y Zayna también afectan de manera eficaz haciendo que el Maestro imitador caiga al suelo con el libro delante suya, solo esta en el suelo, no derrotado.