Partida Rol por web

Entonces, capitan vamonos - Le dice a Redtide mientras con el niño en brazos empiezan a meterse por el bosque...

Vamos Vin, confio en tu poder mágico. Jesse, te seguimos -Dice mientras espera que Jesse haga una indicación de a donde digas tu de moveros.

Sientes un gran halo de poder mágico en una zona algo alejada, más allá de la casa árbol

Pues yo me voy con ellos. My Lady, detrás de usted - Dice mientras Leslie empieza a abrir camino tras lo cual, repentinamente y sin venir a cuento se gira y mira a Sieg con una cara de borde con las siguientes palabras - NUNCA, JAMAS, en tu vida, vuelvas a dirigirte a mi como Percy, o lo lamentarás - Tras lo cual se gira y sigue a Leslie

La cara de Perceval te ha dejado claro algo, este tio con las amenazas es muy serio, y cuando se cabrea da miedo.

Despertais los 3 en un paraje boscoso. Kosmog, estás en la copa de los arboles, las heridas las sigues teniendo. Incluso el mal estar, pero notas que puedes aguantar el dolor. Zayna estás en un conjunto de flores y sin esperarlo tu poder de levitación estaba actuando solo haciendo parecer que las flores te estuvieran agarrando. Por último Noctis, estás entre arbustos por el cual encima te pasa una criatura de aspecto raro similar a una ardilla pero más grande, y rápidamente huye.

Los tres estais relativamente cerca el uno del otro, a no más de 5 pasos, en el caso de Kosmog solo descendiendo. No sabeis exactamente donde estais, pero solo estais seguro de una cosa. Habeis dejado atras aquel mundo oscuro tortuoso, así como vuestro aciago pasado.

Miró Vin a las dos personas que iban a acompañarle y les indicó la dirección de lo que notaba - en esa dirección, más allá de la casa del árbol, noto magia bastante fuerte ¿os parece bien que vayamos para allí? - dijo mientras daba unos primeros pasos, mirando a Meses para que él fuera al frente.

- ¿que os ha pasado exactamente Lancelot? Me sorprende que con vuestro poder, necesitéis la ayuda de unos novatos,... - decía refiriéndose a Sieg y a si mismo.

Cuando Percy se giró hacia a mi casi me caigo al suelo del susto. Parecia enfadado y el tio acojonaba. Con las manos en alto para protegerme de su arrebato me excusé. 

- Esta bien, esta bien, "Milord Percival". No queria ofenderte... - " Que estirado... ". - Bien. Y ahora por donde vamos, Reina? - Le pregunté a Leslie, ya que este era su terreno. 

- ¡Ich! - solté un quejido repentino al despertarme entre los arbustos, desencadenado por la repentina presión de algo que pasó encima de mi estómago. Me incorporé inmediatamente, en estado de alerta y listo para defenderme de un posible ataque, pero el motivo de mi despertar había sido una criatura similar a una ardilla fea. "¿Toothpick?. Claro que no. Hacía mucho no cruzaba mi camino con él, y lo caracterizaba una fuerte tendencia a nunca poder dejar de parlotear locuras. Observé los alrededores, analizando el lugar en el que me encontraba. Para mi tranquilidad, ésta vez había ido a para a un lugar desconocido (ya se iba volviendo más natural en mi cabeza) pero no había sido separado de mis compañeros. 

- ¿A dónde nos has traído? -pregunté en voz alta, refiriéndome a mi Llave Espada. Mi arma no estaba materializada, pero al mirar mi mano podía imaginarla allí, vibrando con su energía. Pensar que aquella espada se había transformado en mi Llave, y todo lo que había sucedido en el Mundo Oscuro. En retrospectiva, me sentía mucho más aliviado, como si me hubiera sacado una pesada carga de los hombros. Todo había cambiado para mí...o se había vuelto más claro. Miré a Zayna reposando a un costado, quedándome prendido a esa imagen unos segundos. Busqué a Kosmog con la mirada, hasta dar con unas pequeñas gotas de sangre que caían de unos de los árboles. De un salto me trepé a una de las ramas y dando un par de giros llegué a la cima- No te ves muy bien, colega- dije sujetando al moguri entre mis brazos, para luego dejarme al suelo, amortiguando la caída con mis piernas- Un caballero no debería despertar a una dama, pero una vez que Zayna te ayude a recuperarte de tus heridas podremos dedicarnos a hablar con tranquilidad y ponernos al corriente. 

No lo sé, simplemente acabamos estrellados y supongo... que aterrizamos aquí de alguna manera. Si estamos desperdigados será mejor encontrarnos, además supongo que este es un mundo que no conocemos de nada, ya que no recuerdo un mundo donde su totalidad fuera bosque. - Luego se paró y miró a Vin a la cara - Y si nos separamos es para defenderos mejor y que el Rey de este lugar y Gwain no acaben matandose - Luego mira a Jesse - Sin rencores, solo es que conozco a mi compañero como la palma de mi mano - Luego siguió caminando.

Mientras Perceval rechinaba sus dientes, Leslie miraba por todos lados y sacó una especie de espejo - Vamos por allí - Señaló en un camino a traves de arboles - A ver si encontramos a más amigos de camino allí para no estar solos frente a esas sombras.

Vin asintió al entender lo que decía, pero quiso aclarar una osa - no decía nada respecto al separarnos, me refería a que nos mandaran para ayudaros, pero bueno, si no tenéis manera de volver, supongo que por eso nos han mandado. - luego mirando al rey continuó hablando - por cierto es raro este lugar, han habido momentos en los que veía espejismos extraños ¿es habitual por aquí?

Seguí las indicaciones de la reina. - Reina Leslie... De verdad no hay nada entre tu y el otro chico, Jessie? El pobre parece coladito por ti. - Le pregunté con una sonrisa. - Y ademas haceis buena pareja. O acaso tu estás esperando por alguien? - Le pregunté distraido. - De que otros amigos hablas? - Le pregunté para estar atento por ellos. 

- Lord Percival, - Le entré al repipi caballero. - Como puedo luchar contra esos sincorazon? No tengo ninguna de esas llaves espada tan chulas. Aunque mis colmillos lunares son poderosos, no creo que pieda hacer nada para eliminar a esas bestias... 

Al escuchar lo que le dijo Praceval (Perceval) a Cieg, no pude evitar hecharme a reir
-JAJAJAJA...ay...ay...por el amor a los siete mares...la fregaste amigo...JAJA...jaja..ja...erm...coff coff...digooo...ESTOY LISTO PARA ZARPAR A NUESTRO DESTINO! En marcha, tripulación! Marx, tu nos guias!-

La batalla había desaparecido, pero en mi mente quedo grabada los ultimos segundos de la misma, el momento exacto en que nuestras llave espadas estuvieron las tres juntas; entonces mi mente hubiera estallado en un millar de preguntas pero de un subito impulso terminamos dejando atrás la oscuridad tan abrumadora de aquel tetrico mundo para terminar en un sitio completamente distinto.

No tenía la mas minima idea de como habíamos llegado a ese sitio ni por que fui a parar a un lugar donde parecía estar cubierto de ramas y hojas; una sensación bastante incomoda y poco agradable para ser lo primero a tener en un abrupto despertar, pero al menos no eran manos huesudas y eso me dejaba mucho mas tranquilo. En lo que me iba percatando poco a poco que me encontraba metido entre las ramas de un árbol, también las heridas de mi cuerpo me hicieron recordar su presencía en el mismo, como si pudiera simplemente ignorar aquel sentir; lo bueno es que era lo suficientemente tolerable como para buscar liberarme por mi cuenta de mi prisión de ramas.

-Bueno al menos estoy entero kupo...casí kupo- Me diría a mi mismo en un intento por darme animos para levantarme de ese sitio, aunque quizas no sería necesario. Noctis aparecio ante mi con una amigable expresión y unas palabras que sonaban a como si estuviese bromeando. No pude esconder aunque así lo quisiera la sonrisa que pronto abordo mi rostro ante la ironia de ver al tipo serio hablando de esa forma. -Bueno, ya se hace costumbre kukupo- Respondi a su comentario sin oponer resistencia a la ayuda que me brindaba, al menos así pude pensar en las tres luces y lo que había vivido antes de que llegasemos a ese nuevo sitio.

Al bajarme Noctis, pude ver que Zayna también se encontraba alli y por lo visto se veía bastante sana, una alegría y alivio para mi mente el saber que era el único del grupo en un estado deplorable, a simple vista pues no me sentía tan mal. -Gracias po- le comente a Noctis haciendole un ademan para indicarle que ya podía bajarme. Ni bien tocase el suelo con mis propios pies y sintiese el cuerpo pesado a causa de mis heridas, apenas intentaría estirar mis alas unos pocos segundos para luego replegarlas alrrededor de mi cintura como si fuesen un cinturon. -Creo que no volare por un rato kupo- Si estaba así, seguro no podrían mis alas aguantar mi propio peso, tenía que tomarme el tiempo de sentarme y descanzar.

Deje caer mis posaderas al suelo, quedando con las piernas separadas y mis manos juntas delante mio, con una expresión de cansancio y una respiración pausada por el mismo, mas por lo mental que por lo físico. Eran demasiadas emociones juntas por un día como para no pararse a serenarme y pensar en todo mejor; pero mi naturaleza me traiciono al oir el ultimo comentario de Noctis respecto a Zayna, no podía evitarlo estaba en mi ser el aprovechar sus palabras y en no gastarme en ocultar la picara mirada y sonrisa, ambas afectadas por el cansancio, al buscar responderle en un tono sugerente:

-Que raro kupo...Pensaba que eran los caballerospo los que despertaban damas kupo....Sabes como las despiertan Noctis kukukupo?- Mi pompom se movía lentamente hacía los lados y mi traviesa risa entre dientes evidenciaba mis ganas de ser picaro. -Con un beso kupo...Quizas debas probar kukukupo- Estaba espectante de la reacción de ambos, claro que quería ponerme al día con mi amigo pero un poco de humor nunca viene mal.

Imité a Kosmog, sentándome a su lado para descansar tranquilamente. Al parecer llevaba bien el tema de sus heridas, y no era tan grave como a mí me parecía. Llevé una mano al costado de mi abdomen, dónde la mancha de sangre de mi herida ya se estaba secando. El dolor aún estaba allí para mi sorpresa, pero la herida no era grave y había comenzado a sanar. Kosmog llamó nuevamente mi atención, comenzando a hablar de algo después de unos momentos de tranquilo silencio. Levanté un dedo en señal de corrección, disponiéndome a resolver la confusión de mi compañero ante aquella situación, que claramente había sido mal interpretada debido a que Zayna no era una princesa, y yo no era el más ilustre de los caballeros, pero el movimiento de su pompón y la forma de expresar sus palabras sugerían algo más en las intenciones de mi amigo. Fruncí el ceño, sin entender a dónde quería llegar el pequeño Moguri, hasta que escuché la palabra "beso". Mi mirada se desvió hacia un costado y otro, como si intentara despegar el rubor de mi rostro con aquella acción. Ninguna armadura me habría preparado para recibir el impacto de aquel puñal ¿Qué deseaba intentar Kosmog? 

- Las heridas debieron llegarte al cráneo, ¿no sé de que estás hablando? -dije cruzándome de brazos. Aún así me quedé contemplando a Zayna con cierta expresión en el rostro, como si estuviera analizando la alternativa- Ella sólo esta dormida- protesté enfadado finalmente con Kosmog- Se supone que se use para romper un sueño mágico o encanto. No seas ingenuo...-dije adoptando mi tono serio y correcto nuevamente, decidiendo no caer en los juegos de mi amigo y zanjando aquel tema. Me puse a juguetear con las flores que crecían del suelo cerca de donde estaba sentado, mientras pensaba en una buena forma de molestar a Kosmog con la Maestra Aqua, pero sentía que mi réplica ya había perdido tiempo de validez y había perdido aquella batalla.

Zayna abrió los ojos despacio. Sentía que su cuerpo era muy pesado a pesar de flotar como una pluma. Le costaba moverse. ¿Tanta energía había gastado? Era la primera vez que invocaba a Artemito. Es más, era la primera vez que lo invocaba dos veces seguidas. Quizá se había excedido. Entonces, comenzó a ser consciente de dónde se encontraba. 

Estaba sobre un campo de flores, sostenidas por estas. Parecía que la habían estado acunando durante su sueño. Se incorporó en ese extraño lecho flotante y se llevó la mano a la cabeza. Tenía todo borroso. ¿No estaban en un mundo lleno de oscuridad? Recordaba una luz, no, mentira. Había luz, había oscuridad y también recordaba sombras. Tres tonalidades muy bien diferenciadas. ¿Quizá eso era lo que les había sacado de allí? Las tres puntas de una pirámide bien equilibrada...

De repente, sus ojos se detuvieron en Kosmog y Noctis, que no se hallaban muy lejos. 

—Hola... —saludó, aún abrumada—. ¿Dónde estamos? —preguntó mirando a las copas de los árboles. 

Pero, al instante siguiente, reparó en el estado de sus compañeros, y en las marcas de sangre, heridas y demás daños de la batalla. Un grito mudo se escapó de sus labios y, de repente, se olvidó de lo pesados que eran sus músculos. 

Al instante siguiente, estaba flotando inconscientemente y de un saltito terminó al lado de ellos. 

—Dejad... dejad que eche un vistazo —dijo mientras se centraba en las heridas de Kosmog, que era el que tenía pinta de ir a desplomarse—. Acabo enseguida... —añadió mientras extendía las manos y esperaba que aún le quedara algo de maná que usar. 

No era consciente de todo el que usaba cuando empleaba sus nuevos poderes. 

Colocó sus manos sobre las heridas de Kosmog y sus manos irradiaron una suave luz blanca que se derramó sobre éstas como un ungüento sanador. Pudo arañar un poco para sanar lo más grave del pequeño moguri. Así al menos no perdería más sangre y podría ir sanando él solo. Después, se volvió hacia Noctis, que tenía una herida en el costado. Se frotó las manos y se mordió el labio inferior, apurada. Esperaba poder cicatrizarla también. Así, volvió a intentarlo, aunque era consciente de que ella misma necesitaba descansar, o no sería capaz de levitar. 

Los poderes de Zayna no conseguían sanar por completo las heridas de Kosmog y Noctis, pero al menos las cicatrizó y sano lo suficiente para que no tuvieran que preocuparse si les asaltaban de nuevo.

Tras eso los 3 ya bastante cansados y sin saber donde ir, ya que mirando alrededor lo único que había era una profunda espesura, tenían tiempo para hablar de lo sucedido o quizás encontrar alguna salida del lugar donde se encontraban. A su alrededor lo único que podían oir era el piar de unos pajaros y las ramas y hierba moviendose por algunos animalillos menores.

No, aquí no suele haber espejismos, es algo muy raro que los haya en pleno bosque, en un desierto todavía. - Dice Jesse mientras seguis caminando...

Al cabo de un tiempo llegais a una roca que os indica el fin de ruta. - Parece que nos hemos equivocado de camino... Esta es la roca mágica, o así la llamó Leslie.

Lancelot: Bien no importa... hemos probado con magia, ahora probaremos con la llave espada - Dice mientras saca la llave y tras un rato comienza a caminar en una dirección

Creo que por aquí iremos en buen camino... - Dice Max mientras comienza a andar, pero al cabo de cierto tiempo andando se topan con un camino sin salida - Vaya... supongo que me he equivocado, aunque aquí hay mucha magia...

Gwain: Dejalo chaval, será por la zona, volvamos, esta vez usaré la llave espada - Saca la llave y tras un rato empieza a caminar con otro rumbo

No para nada, solo somos buenos amigos. En cuanto a los otros amigos, son los que pueblan y defienden Terabitia, el otro día encontramos una huella de un gigante y nos hacimos amigos suyo, nos dejó ver la puesta del sol.

Perceval interrumpe las conversaciones - Luego te lo explico, Leslie hay algo por aquí. - Dice mientras corre en una dirección

O no tan menores.... ya que algunos de esos movimientos se hacían más rápidos hasta que...

Perceval aparece de entre los matorrales y os vé a los tres medio sanos y salvo - Vaya, que alegría que esteis aquí y que os hayamos encontrado. - detrás suya aparece una chica rubia y un chaval con chaleco rojo - Necesitais ayuda, os veo algo... gastados. Ella es Leslie, nos ha ayudado a encontraros. - Dice presentando solo a la chica, vosotros al ya conocer a Perceval intuis que algo ha tenido que hacer el chaval con chaleco rojo para que no lo presente

Sieg al llegar tras Perceval ves como habeis encontrado a otras tres personas que teniais que rescatar, el pelimorado encajaba con Noctis, la chica Zayna y el moguri Kosmog