Partida Rol por web

Khastal dio una zancada sobre el cuerpo del canijo muerto a sus pies y con un rápido movimiento de su acero intentó terminar la vida de aquella otra criatura de la forma mas rápida posible.

Rennor avanza tras el canijo que escapa para evitar que alerte al resto, aunque fueran débiles esos seres podían darles un susto si se descuidaban. La flecha golpeó a su objetivo en la espalda pero cayó al suelo sin clavarse.

Mara se adelanta entre sus compañeros para intentar disparar al canijo que se aleja y evitar que de la alarma pero el disparo se clava en la pared de la cueva. 

– Ji, ji, ji – la risa, aguda y sibilante hasta el punto de que podía haber surgido de una serpiente grande y no de él (aunque no había mucha diferencia), salió de su garganta al ver como las flechas de sus compañeros fallaban en la inútil empresa de dar caza a aquél escurridizo y huidizo canijo que parecía tener toda la intención de llamar a todos y cada uno de los miembros de su tribu, por si acaso no se habían enterado ya con su anterior carcajada de que había intrusos. 

Esta vez, sin embargo, se preocupó de mantener el tono de su risilla en un acorde bajo, y sólo para evitar conflictos innecesarios, la cortó en apenas un par de segundos. Antes de que le pudieran decir nada, se encogió de hombros mirando a Shallana'ha.

– Lo sé, lo sé. Os pongo en peligro a todos y yo iré delante – levantó las manos frente a él, como si estuviera rindiéndose –. Pensad que al menos no tendremos que buscarles por todas estas cuevas, estarán todos juntos para dejar que acabemos rápido con esto... – miró entonces al suelo, serio de repente, hacia el cuerpo un poco antes había atravesado con su espada y que ahora no era más que un cadáver frío que alimentaría la tierra; y al mirar, negó con lástima –. No me gusta matar a estos seres; apenas ponen resistencia, no son dignos rivales. Es mejor no alargar su sufrimiento. 

¿Había, de verdad, pena en su voz? Por supuesto, la había. Él no era un asesino frío y despiadado, ni mataba por matar. No disfrutaba con ello casi nunca, y hasta el momento, quitando los segundos de adrenalina durante la embestida del jabalí, no se había sentido bien en ningún momento teniendo que hacerlo. Era por la sensación de matar a criaturas que eran demasiado poco inteligentes como para saber a qué se enfrentaban, o peor, demasiado débiles como para poder suponer algo más que un simple estorbo. Quitar la vida a enemigos así no tenía valor alguno...

... Y prefería no pensar en que le convertía entonces a él el hecho de hacerlo sin parar. 

Suspiró y puso una mueva triste –. ¿Hacia dónde ahora?

Al oir a Malak, elevo las cejas mientras niego con la cabeza y elevo la mirada al techo Sigue al canijo hombre ¿a dónde si no quieres ir? digo señalando al canijo que había salido por patas

Mientras tanto, elevo una pequeña plegaria a Gorum para que me proteja. A pesar de que hasta ahora había sido un paseo, ya había tenido que arriesgarme atravesando a varios canijos, y hasta estas criaturas podrían tener un golpe de suerte, por lo que era mejor prevenir.

Al instante, un pequeño brillo me cubre por completo y, casi como llegó, desaparece. Acto seguido, me dirijo detrás del resto.

El canijo dio un pequeño grito de pánico cuando la flecha de Rennor golpeo contra su espalda haciendo que estubiera a punto de darse de morros contra el suelo, tras recuperar el equilibrio, y mientras que la flecha de Mara pasaba surcando el aire por encima de su cabeza, el pequeño canijo echo a correr internándose en la siguiente cueva, haciendo que le perdierais de vista tras las paredes de la cueva.

Con cuidado el grupo avanza hacia la siguiente sala, esperando bastantes problemas al otro lado... Siguiendo el camino seguido por el canijo huido, se asoman a la estancia para ver que les esperaba.

Hileras de estacas de madera se alinean sobre las paredes de tierra, y sobre algunas de ellas cuelgan capas diminutas y mugrientas. En el centro de la estancia hay una mesa destartalada sujeta con cordeles, cubierta con un roñoso mantel de cuadros rojos, y repleta de montones de suciedad, ramitas y gravilla que, al parecer, forman una especie de mapa, hay una estatuilla de marfil manchada de sangre que representa a alguna especie de diablo reptiliano agachado. Bajo la mesa hay un abultado saco de loneta.

En cuanto a los enemigos, visteis que habia 4 canijos delante del que habia corrido a avisar, el cual estaba sentado en el suelo, resollando por la carrera, pero ademas de ello, visteis a un canijo horriblemente feo hasta para los suyos, montado en una enorme criatura de casi 2 metros de alto.

Al ver que, por fin, se había reunido todo el comité de bienvenida sonrío irónicamente Ahí tienes lo que querías. Deberíamos dejar que te enfrentes tú solo a todos, incluyendo esa.....cosa digo entrecerrando los ojos mientras me fijo mejor

Al entrar en la nueva sala – por supuesto, él delante como no podía ser de otra manera –, se quedó mirando con la boca semiabierta a aquél horrible bicho. No a la araña, que era fea con ganas también, sino al que lo montaba, que competía con bastantes posibilidades de ganarse el premio a ser una de las criaturas más horrendas que había visto, y eso que hubo un tiempo en que se miraba al espejo.

Como fuera, las mordaces palabras de la semicelestial le recordaron que no tenía mucho tiempo para pensar en quien hacía más daño a la vista de todos los allí presentes – incluyéndose –, pues tenían un problema mayor, uno que tenía demasiadas patas y demasiados ojos para su gusto, además de unas pinzas que auguraban una rápida pero dolorosa muerte a quien pillaran entre medias. 

– Esto..., Shallana, ¿te he contado lo hecho polvo que me ha dejado el jabalí antes por ponerme delante? Sé que no importa mucho ahora, y tal, sólo que bueno, yo me preguntaba... 

Abrió mucho los ojos, fingiendo estar sorprendido, antes de volver a reír mientras encaraba a los bichos y alzaba la espada.

– Es broma, es broma, ya voy, pero, ¿tenéis idea de qué narices es eso? – ^_<<Aparte de lo obvio, claro^_>>.

- Dejaros de tonterías y concentraros, la sala de antes ha sido un desastre, dudo que ese bicho huya.

Avanzó con su arco en post del canijo y se encontró con una especie de araña gigante.

- ¿Os importaría dejar de hacer ruido por favor?  - Mara les miró fíjamente a todos al igual que Rennor, asintió al explorador y con el arco preparado para disparar. Tras eso fue avanzando hacia el interior de la habitación, adelantándose al resto para poder posicionarse y no quedarse detrás de sus compañeros. 

Sabes que esa criatura es una garrapata gigante... Y al igual que sus congéneres mas pequeños, se alimentan de sangre. Estas criaturas suelen estar en las zonas con presencia de dinosaurios o de megafauna, y de la misma forma que las garrapatas pequeñas, estas se aferran a su victima y drenan su sangre hasta quedar saciadas, tras lo cual se sueltan de su victima...

Sabes que es esta criatura es inmune a efectos enajenadores, que si una de estas criaturas consigue aferrar a su victima empezara a drenarle la sangre (1 punto de daño a FUE y CON/ turno) y que ademas, su mordedura puede transmitir una enfermedad conocida como el dolor carmesí, la cual debilita aun mas a la victima de la garrapata.

El ruido ya da igual querida, toda la madriguera está en pie de guerra digo ante lo obvio. Aunque, pasados unos segundos en los que observo mejor a la araña gigante, acerco la cabeza a Malak agachándome

Eso de ahí es una garrapata gigante. Si consigue agarrar a lo que sea, le chupará la sangre y nos dejará sin fuerza, por no hablar del dolor carmesí, que es una enfermedad que te deja más débil todavía. lo comento principalmente hacia Malak, pero con la intención de que lo oyeran todos

Volviendo a mi posición vertical Quizás deberíamos de debilitarlos con flechas mientras les cubrimos el resto

Una garrapata gigante capaz de transmitir enfermedades y usarle de jarra para beber. _^<<¡Perfecto!_^>>. No podía haber sido cualquier otra cosa, no, tenía que ser eso: Un monstruo chupa-sangre de dos metros y un montón de patas. Si hubiera sido más pequeño, al menos, habría resultado adorable, pero no, los canijos tenían que tener complejo de inferioridad y hacerse con la cosa más grande que debían haber encontrado en el túnel. 

– Menudo fastidio – dijo en voz baja, mientras analizaba la situación; Shallana tenía razón, era mejor hacer una barrera y que tras ellos volaran las flechas antes de lanzarse al combate definitivo. Al final, tras unos segundos de meditadas maldiciones, apuntó con la espada a los esbirros, y les enseñó los dientes en una parodia de sonrisa –. Venid pequeñajos, vamos a ver si acabamos rápido para poder cargarnos a ese feo insecto que tenéis por líder.  

Sus palabras fueron acompañadas por el crepitar de la magia chispeando en su mano y pasando entre sus dedos hasta la hoja de la espada.

Los canijos lanzaron un pequeño grito de guerra, y se lanzaron al combate, mientras que el que había escapado de la anterior estancia, permanecía alejado de vuestras espadas, mientras que hablaba con su jefe, en un extraño idioma (infracomún).

Dos de los canijos se adelantaron al grupo, lanzándose a por a Mal´ak y Mara, pero al igual que los anteriores, no suponían una amenaza en absoluto, y esquivaron con facilidad ambos ataques...

Y llegó la primera de las pequeñas y feas criaturas, lanzándose contra él en un fútil ataque que cortó el aire y nada más. Por desgracia para el canijo, fue el último error que cometería, pues la afilada hoja de Mal'ak, preparada para ello, cayó sobre el pequeñajo con un movimiento certero que le atravesó la clavícula, matándole al instante. 

-¿Esa figura no será...?-murmuró en voz alta la semielfa-. Vamos, acabemos con estos canijos y salgamos de aquí con la estatuilla-dijo adelantandose a Mara y atacando a la criatura mas cercana.

Con un resoplido, avanzo hasta sobrepasar a Malak y Khastal. La decisión de esperar y aprovechar las flechas de los arqueros parecía que no había sido una gran idea, así que habría que jugarse el tipo.

Moviendo la espada en un arco vertical la dejo caer sobre el costado de otro de los canijos, sin perder de vista a nuestro verdadero enemigo

sus compañeros acaban con la avanzadilla de canijos y Rennor no duda en buscar un buen tiro contra el líder que está montado en la garrapata. Aunque el disparo lleva la trayectoria correcta no consigue hacer daño suficiente: Lo que daría por tener un arco compuesto, maldice

Uno de los canijos retrocede un poco y usa un dardo, el cual lanza contra Shallana´ha, pero este rebota contra la armadura de la aasimar, la cual se salva gracias a la bendición de Gorum.