Partida Rol por web

 -Ay, Taka, Taka... Pero qué muermo que eres. Sobre todo cuando viene uno de los chicos más populares del instituto a ofrecerte su ayuda por un pequeño extra aparte del viaje.

De repente empezó a sonreír maliciosamente.

 -Claro, que igual te niegas porque sabes que eres más popular que yo. Después de todo tienes dos novias intercambiables, ¿no? O eso dicen las noticias.

Los chicos que estaban sentados a la mesa empezaron a recoger y a marcharse lentamente de la mesa donde estaban sentados contigo. Algo se cocía en el ambiente que no les gustaba nada.

Me tome sus palabras con mucha mas calma de la que se podría esperar, si no fuera por la conversación con Kirei tal vez me habría afectado mucho mas pero ahora mismo estaba en perfecta calma y no tenía ninguna preocupación por el tema.

- La prensa muchas veces no es tan veraz como podríamos esperar. Así ni te molestes en tratar de hacer alguna de las tuyas con ese tema no te va a servir de nada ni conmigo ni con Kirei -continué con mi comida- ¿Tienes algo mas que decir?

No le hablaba con desprecio ni nada parecido era un tono completamente neutral.

La sonrisa desapareció de la cara del capitán del equipo de fútbol americano. Al parecer le fastidiaba que sus palabras no te estuvieran haciendo el efecto que él quería. O al menos que se viera, vaya.

 -Pft, hablas como si fueras su verdadero amor para siempre jamás. Kirei se aburre rápidamente de los chicos. En cuanto se aburra de ti te dejará por otro más interesante.

Había un claro resentimiento en su voz, pero lo que no sabías a ciencia cierta era si estaba resentido por ser un ex de Kirei o por no haber podido salir nunca con ella. O igual estaba resentido por no poder salir contigo, aunque como los hombres no te iban, esa alternativa te parecía menos probable.

Seguí comiendo con calma me daba igual todo lo que intentara decir de mi chica sabía que solo eran tonterías suyas, por suerte había aprendido a lidiar con este chico hacía tiempo.

- Dos cosas, primero tu y yo no damos los mismos resultados y segundo si me deja te podrás alegrar porque estaré en el mercado otra vez. Seguro que eso te hace ilusión -le sonreía con una malicia que delataba al instante a que me refería con esa broma y es que como un amigo me dijo una vez con este tipo de gente lo mejor era batear sus intentos de herirte y devolverlos con toda la fuerza que pudieras

Asentí con la cabeza de forma reflexiva.- Tienes razón, voy a ver qué puedo hacer hablando con ella directamente y diciendo mis inquietudes ¡Deberías de ser psicóloga!.- Agradecí ofreciéndole mi mano para chocar los cinco.

Vale, eso sí que le hizo cambiar de cara. Frunció el ceño y apretó los dientes, claramente ofendido por lo que acababas de decir.

 -¡Pedazo de mierda! No te mereces a Kirei y me encargaré de que ella lo sepa. Acabará con el chico que mejor la trata y el único con el que debe estar. Y tú estarás comiéndote los mocos en una puta esquina emo.

Dicho esto, el capitán del eqipo de fútbol americano se levantó y se marchó a grandes zancadas. Sabías de sobra que si se atrevía a mentirle a Kirei a la cara, ella no le iba a creer. El mágico efecto de la confianza estaba presente entre vosotros dos, por lo que sabías que tu pelirroja favorita contrastaría cualquier historia disparatada contigo antes de creerse nada, pero... Mejor andarse con cuidado. A saber qué podría hacer aquel idiota.

Y por descontado que los miembros del equipo de fútbol americano que aún quedaban en la mesa habían salido corriendo en cuanto su capitán se marchó, dejándote solo en la mesa. Igual era el momento ideal para ir a buscar algo de comer...

La chica se sonrojó como un tomatito maduro.

 -¿Psicóloga, en serio lo crees? Yo quería estudiar para enfermera, pero... Psicóloga...

La chica sonrió, olvidándose por un momento de todos sus problemas anteriores. ¡Parecía que con tu comentario le acababas de solucionar todos sus problemas! Igual el psicólogo en potencia eras tú... La cuestión era que la muchacha se acercó para hacer un par de reverencias de agradecimiento y chocar tímidamente tu mano.

 -Muchas gracias por tus palabras. Me alegro de haber sido de ayuda. ¡Tú también me has ayudado mucho! Así que, si alguna vez necesitas que te eche una mano, avísame. ¡Te ayudaré en lo que pueda!

- Me parece bien, acabo de encontrar una nueva amiga. Apunta mi número de teléfono y vamos hablando.- Dije mientras recitaba mi número en voz alta para que tomara nota.- Ha sido todo un placer conocerte, futura psicóloga.- Le guiñé un ojo, como signo de complicidad y entré para buscar a Helga.

Seguí comiendo con toda la calma del mundo aunque por dentro estuviera molesto, no solo me había estropeado la comida si no que además iba a estar molestando a Kirei otro buen rato. No me preocupaba sus palabras pero tampoco quería que la estuviera molestando porque si. Mire por encima del hombro como los últimos del equipo se marchaban detrás de su capitán, cada vez que les veía me sentía mas feliz de tener el equipo que tenía, no eran del tipo que me irían siguiendo a todas partes cada uno de ellos sabía cuidar de si mismo tenía su propia vida, amistades e intereses por eso mismo cuando jugábamos juntos podíamos hacerlo de esa manera y nos divertíamos tanto en el proceso. Con ese pensamiento feliz termine mi comida y me levante para tirar la basura, devolver la bandeja y dar un paseo hasta que acabara el tiempo libre.

Tal vez pudiera hacer algo del trabajo del viaje si veía alguno de las personas con las que había acordado hablar con Helga.

Nanami apuntó el número y se marchó tras despedirse de ti. Acto seguido, entraste en clase para buscar a Helga, pero no la encontraste por allí. Ni a ella ni a Taka ni a prácticamente toda la clase. ¿Qué demonios? Entonces se te ocurrió mirar la hora y te diste cuenta de lo tarde que era ya, ¡que era hora del almuerzo! Seguro que estaría en el comedor, reponiendo fuerzas para terminar el día de clases.

Mientras terminabas de comer, echaste un vistazo a tu alrededor, buscando a los alumnos que te había mencionado Helga. Y tuviste suerte, ya que encontraste rápidamente a Masato Ichihara, terminando de comer un par de mesas más allá. Joel Minami también se encontraba terminando de comer, o más bien terminando de que le dieran de comer, ya que había una marabunta de chicas a su alrededor compartiendo su almuerzo con él.

De los gemelos Collingwood no había ni rastro, pero como uno de ellos era miembro del equipo de baloncesto, pues no era algo que te preocupara en exceso. Más tarde o más temprano acabarías por encontrarlos. Por ahora, con hablar con cualquiera de esos dos, más que suficiente.

Miré alrededor, desde luego mi despiste era algo digno de recordar en la historia contemporánea. Estaban comiendo, claro, y yo hablando con esa desconocida había perdido la noción del tiempo, así que me encogí de hombros y me dirigí al comedor.

Cuando llegaste al comedor, no te costó demasiado encontrar a Helga, sentada en una mesa con sus compañeras delequipo de lucha. Aparte de ella, también localizaste rápidamente a Taka, el cual estaba sentado primero hablando con el capitán del equipo de fútbol americano, el cual se fue bastante mosqueado, y luego disfrutando de su comida. Mira por dónde, queriendo encontrar a tu amada, habías encontrado también a tu amigo.

En cuanto una de las chicas del club de lucha te vio, avisó a Helga, la cual se giró para mirarte y saludarte, haciéndote gestos para que te acercaras a comer con ellas. Curiosamente, esta vez el resto de luchadoras no te miró mal, sino todo lo contrario. ¿Te habrían aceptado ya como compañero de Helga o simplemente les dabas igual? Fuera como fuese, sitio para comer ya tenías y que además era estupendo.

Me acerqué a la mesa donde estaban las chicas y hice un gesto a Taka para que fuera consciente de que me iba a sentar ahí, pues me daba curiosidad saber de dónde podía salir tanta aceptación por parte de las chicas del club. Miré a Helga y la saludé primero a ella y luego a las demás.- Hola de nuevo, pequeña shaolina.- Dije acariciando su cabeza con cariño.- Hola chicas, os veo como más... sonrientes.- Estaba un poco abrumado por la situación, pero supongo que Helga había dicho algo importante sobre mí y quería descubrirlo.

Mira por dónde, mientras comías, Tsuyoshi acababa de llegar. Y el primer lugar hacia el que se dirigió fue la mesa en la que Helga estaba sentada comiendo con sus compañeras. Pero verte te había visto, que te había saludado.
 

Se le escapó una sonrisita de chica tímida y enamorada cuando Tsuyoshi realizó aquel gesto cariñoso. Al ser consciente de que sus compañeras la miraban con extrañeza, carraspeó e invitó al chico a sentarse.

 -Anda, déjate de motes y siéntate a comer.

El comentario que hizo acerca del cambio de actitud de sus compañeras hizo que Helga las mirara con curiosidad.

 -¿Tú crees? Yo no he notado tanta diferencia...

Las compañeras desviaron la mirada y se sonrojaron, hasta que finalmente una de ellas se atrevió a carraspear y decir:

 -Bueno... Es que parece que te hace ilusión salir con este...- La chica te dedicó una mirada más similar a las que recordabas haber recibido previamente -Chico. Así que lo hemos aceptado.

De un rápido vistazo localice a Minami y al que por lo que sabía debía ser Ichihara, el primero como no podía ser de otra manera estaba totalmente rodeado de chicas lo cual hizo crecer en mi una gran pereza para hablar con el por lo que me decidí por aprovechar para charlar con Ichihara. Entonces me fije que Tsuyoshi acababa de llegar e iba a comer con Helga y sus amigas por desgracia yo ya estaba mas que lleno así que no podría acompañarlo pero si que me acerque un momento.

- Que aproveche -dije rodeando con el brazo el cuello de mi amigo- Yo acabo de terminar y tengo cosas que hacer pero quería pediros que me cuidarais a Yoshi que os lo dejo prestado -dije con un risa tanto a Helga como a sus amigas para luego despedirme e ir hacia Ichihara

Me acerque a su mesa para con cierta educación llamar su atención, saludarle y entonces si tomar asiento.

- Masato Ichihara, ¿cierto? Me llamo Taka Kirame, capitán del equipo de baloncesto y encargado del viaje de fin de curso. Y vengo a hablar contigo de esto último ¿te importa si charlamos un rato?

El joven levantó la cabeza de su plato y se quedó mirando a Taka durante unos instantes. Finalmente sonrió y le señaló con el tenedor.

 -¡Ya me acuerdo! El capitán del equipo de baloncesto, claro, ¡nos vimos durante el festival del año pasado! Nosotros habíamos montado un puesto de pasteles y uno de los miembros del equipo se llevó casi una cuarta parte de lo que teníamos. Recuerdo que pasaste a buscarle y le echaste la bronca por llevarse semejante cantidad de dulces.

Te ofreció un asiento en la mesa mientras terminaba el último bocado de su comida. Y mientras te sentabas hiciste memoria. Sí que te acordabas del festival escolar del año pasado y de lo que había sucedido con los pasteles. Demian Collingwood había sido el que había arrasado con el puesto del club de cocina. La verdad era que si te ponías a pensarlo, era increíble que ese chico se metiera tanto azúcar al cuerpo y no tuviera ya una obesidad mórbida con diabetes. La voz de Masato interrumpió tu línea de pensamiento.

 -¿De qué quieres charlar? No me digas que ese chico va a querer más pasteles este año, porque planeamos hacer galletas y gelatinas.

Asentí con la cabeza y me senté al lado de Helga. Al escuchar las palabras de una de las miembros del club me rasqué la cabeza...- Fíjate... me llama éste... pero de forma afectiva, ya no se ve rencor en sus miradas ¡Soy un pringado con suerte! ¡No voy a morir a manos de luchadoras profesionales!.- Dije bromeando. entonces sentí un brazo rodeando mi cuello y me giré rápidamente: Era Taka, que había pasado para despedirse.- Hey Taka, nos vemos entonces cuando acabe de machacar a estas señoritas a palos.- Guiñé el ojo a las chicas para indicarles que era broma.

Me levanté y fui a buscar algo de comida.

Asentí a sus palabras sobre lo ocurrido el año pasado, la verdad es que tras hacer el papel de capitán responsable en cuanto estuve con Tsuyoshi y se lo conté nos estuvimos riendo un muy buen rato de lo sucedido, el pobre de Demian a veces pensaba que su metabolismo no era de este planeta. Realmente eramos un equipo... "curioso" cuando nos conocías a todos.

-  No, no era eso... espero... bueno la cuestión es que como dije antes estoy encargado del viaje de fin de curso y me preguntaba si te interesaría ayudar a nuestra humilde causa de ir a la mejor playa de Japón con una venta de comida para costear un poco. Tal vez podamos llegar a alguna clase de acuerdo.