Partida Rol por web

A pesar de su naturaleza inquisitiva, Iuchi no tiene mucho tiempo de mirar en detalle los objetos que pasan ante él, su preocupación por la joven humilde le hace buscar con cierto afán, ignorando incluso al gorrión y el cangrejo allí presentes. Sin pasar por maleducado, solo busca una manera de llegar rápido a la imprenta sin irrumpir a nadie.

Hay demasiados objetos, en su mayoria de pequeño tamaño, como para que de un vistazo puedas captar algo realmente ajeno... seria cuestion de examinarlo con mas calma, cuando tengas tiempo. 

Por ahora, la cuestion es por donde continuar. Es bastante probable que la puerta central de al salon donde almorzaran... En cuanto a las otras dos, a donde conducen no lo indican. 

Iuchi, al verse entre la necesidad de solicitar una guía y arriesgarse a perder tiempo, opta por lo primero, aproximándose cuidadosamente a los caballeros que se hallaban conversando y espera que ellos noten su presencia, aproximándose por el ángulo del frente de ellos.

Los dos te miran cuando te aproximas, con severidad. El mas rapido es el Cangrejo, un joven mayor que tú de porte robusto, estatura media, y expresion adusta. Tiene la piel suave, aunque bronceada por el trabajo al aire libre. Otro detalle importante son sus ojos, intensos y penetrantes. El kimono negro con algunos detalles azulados, tiene el mon de una carpa. Solo lleva un wakizashi como arma.

El otro es algo mas joven, de tu misma edad mas o menos. Lleva el kimono marron que les dieran a los invitados de los gorrion, como el tuyo. A diferencia del otro, es delgado y de aspecto algo delicado. Lleva el pelo largo, a la usanza de los ronin, pero su tez clara, sin marcas, no es la de un guerrero. 

-Esta es una conversacion privada. Le agradeceria que respetara eso y nos dejara continuarla.+indica con brusca cortesia el Cangrejo.

Regresas a tu habitacion asignada. El Escorpion no ha regresado... Mejor, en todo caso, para dormir tranquilo. 

El cuarto es bastante distinto a las barracas de la Muralla, o las siniestras torres Kuni... En si, te recuerda mas a una casita heimin, aunque algo mas decorada y limpia. 

Bayushi se quedo pensando algunos segundos y no dijo nada durante los mismo, luego se giro ante Daidoji - Quizas el honor no le acompañe, pero es como una flor en un campo harido... hace cuantos dias llego aqui? - Pregunto el Escorpion

-Llego en la mañana, samurai-sama... solo lleva desde entonces aqui. +contesta la sirvienta.

Por supuesto, no deseaba interrumpir su privacidad. Solo me preguntaba a donde está la biblioteca. Si alguno de ustedes sabe, les estaría muy agradecido y me marcharé sin importunarles más.

Te señala la puerta sur.

-Esa es la biblioteca. +aclara, por si hiciera falta+. No hay por que agradecer, solo vete. 

El otro hombre mueve la cabeza y esboza una suave sonrisa comprensiva, encogiendo los hombros al mirarte, como diciendo "que le vamos a hacer".

Sigue el consejo del cangrejo, ambos consejos de hecho, dirigiéndose con paso veloz a la puerta sur.

Higetora, sin mucho miramiento, tiró su gorro de paja al futón que asumió le correspondía, y tras comprobar que sus cosas estaban en el sitio, se tumbó sobre el mismo, con la la cabeza apoyada en las manos.

Bayushi penso por unos segundos - Tu que piensas, hay cosas que no cierran pero no tardaran en tomar una vuelta y sentido - Dijo el Escorpion dando un ultimo bocado a al comida.

*llego en la mañana... una mensajera? -

La puerta sur, en efecto, da a una biblioteca personal bastante grande. Es más ancha que la sala de arte, aunque no tan larga. Sobre los muros se alinean docenas de pergaminos, papeles, y rollos diversos en estuches de cuero, en estanterias de 5 tramos. Tambien hay instrumentos de escritura, pinceles, tinta, etc... acomodados en el mas bajo de los estantes.

El espacio central lo ocupan una docena de mesas largas y bajas, donde caben comodamente dos personas. Las mismas estan despejadas.

La unica gran decoracion de la sala es una estatua, a tamaño real, que representa a un bushi perfectamente armado. Es identica a las que se hallan custodiando el dojo. Sin embargo, esta ha sido pintada para aparentar el color de las armaduras Gorrion, y la katana que esgrime es totalmente real. 

El palacio es silencioso a tus sentidos. A diferencia de la muralla, donde siempre hay movimientos de tropas, gente entrenando, dando ordenes, vigilando, y cuando no luchando, aqui se respira una calma impresionante. Te quedas adormilado hasta que un sirviente entra al cuarto, se arrodilla a tu lado y te avisa que la exibicion comenzara en breve.