Partida Rol por web

Aquello empezaba a ser una masacre, pero Junichiro no podía arriesgarse a dejar a su sensei sin protección ni vigilancia para ir a apoyar al resto de los combatientes. Cerró filas en torno a Togo y Chomei, acompañando a los dos Escorpiones y bloqueando con su cuerpo cualquier posibilidad de que los atacantes alcanzasen a Chomei; si querían ir a por él, tendrían que pasar primero por encima suya.

- Si al menos tuviera mi arco... -musitó

Algunas de las sirvientas se animan y logran huir por el lateral. Pero la mayoria se acurrucan donde no estorben, confiando en encontrar una oportunidad para lo mismo…

Lanei-sama descarga otro puñetazo contra el ashigaru que enfrenta y el hombre retrocede, cruzando la lanza sobre si. El dolor se pinta en sus facciones…

Nana-sama, por su parte, gruñe en tono bajo...

-Encárguense de Mukashino-sama. +ordena a nadie en particular, aunque es de asumirse que se refiere a ustedes. Tras esto avanza y se coloca junto a Yasuki, blandiendo la katana. De un solo golpe abre el brazo del matón, haciéndole caer atormentado del dolor al suelo.

El campeón a su lado, sonríe por la ayuda y se centra entonces en el ashigaru, pero su abanico rebota contra la armadura del mismo sin causar mella. Al otro lado Kin golpea duramente el rostro del que la apaleara y retrocede un paso para cubrir a la Mirumoto, rehaciendo su guardia a pesar de que sin duda le doliera...

 Togo se sorprende un poco al ver que todos se le vienen encima…

-¡INUTILES! +exclama, perdiendo por única vez su natural compostura.+ Acósenlos y acábenlos. No hace falta que se preocupen por nosotros...

Hiroto aferro sus pies a tatami y se lanzó contra uno de los atacantes, había fallado el tiro de la botella pero intentaría hacer lo mismo que con Saemon o quizás desarmar a su oponente; se armó de valor como pudo, el combate no era lo suyo pero algo sabia.

Intento tomarle las manos pero fracaso en el intento. Quedando en posicion defensiva por si un ataque venia hacia el.

Setsuko fue junto a Hiroto, apoyándole. Pero en vez de buscar desarmar al inmundo heimin intengo golpearle. Su puño no obstante, carecía de técnica… y reboto de plano en la armadura de cuero que este llevaba bajo la túnica.

Los atacantes respondieron mientras el resto todavía se mantenían a la defensiva. Al menos algunos… El ashigaru que enfrentaba a Lanei se dio media vuelta y corrió al patio delantero, al igual que el que habia quedado frente a Kuni, Yasuki y Nana… No necesitaban más para ver que solos, no eran rivales.

Aquellos vestidos de heimin no tenían esa inteligencia quizás. El que había golpeado a Tombo avanzo y dio un fuerte palazo en la cabeza a Kuni, por la espalda! Este se volvió, lleno de rabia, y con su tetsubo de tierra devolvió golpe por golpe al agresor.

En el costado, el que era enfrentado por los Escorpiones tuvo un momento de vacilación, y finalmente ataco a Hiroto, quien parecía saber mejor lo que hacía. A pesar de su guardia, la vara encontró la carne sobre su hombro, dándole un firme impacto… El tercero siguió con Kin, pero la joven esta vez pudo desviar su ataque.

Pero la peor parte se la llevo Asako-san. El ashigaru que le perseguía apunto bien. Su lanza fue certera… Atravesó las entrañas del cortesano y salió por detrás, manchando las ropas de la joven Mirumoto y arrancándole un grito de horror.

-KIAAA!!!!

El Asako ya no iba a necesitar a nadie que acabara con su vida durante el Sepukku. Le habían negado su derecho a redimirse mediante el sacrificio, y eso en cierto modo enfurecía a Junichiro. Tenía via libre para ir a por el asesino de Asako-san, y no dejaría desprotegido a su sensei frente a los demás oponentes, ya que uno estaba luchando contra Kuni-san, y los otros estaban prácticamente rodeados por los Escorpión y la ronin. Era la amenaza más obvia, así que se lanzó a por el para no darle tiempo a atacar de nuevo.

EL olor a sangre, los gritos, el rojo líquido esparciéndose por las tablas y por las murallas, la desquician, los recuerdos de su pasado, de su padre, todo, viene de golpe, y siente que va a morir, su corazón duele, y se lo sujeta, acurrucándose, pero debe esconderse, sólo piensa que si se pone a salvo, su amo podrá pelear libremente, pero todo aquello despertaba sus peores miedo. Se arrastra quedar detrás de la armadura. Abrazaba sus piernas, y cubría sus orejas con sus brazos, aterrada. 

El ashigaru asesino de Asako rápidamente es vengado, cuando Daidoji usa su wakizashi para crearle un pasaje al otro mundo, en forma de un rápido y sangriento corte que lo derriba junto a su víctima…

La pelea ya ha terminado en dos de los tres frentes, o prácticamente… En el lado Este, Nana hace un gesto al Yasuki para que revise al joven Tsi, mientras ella va al lado de Kuni. Su katana destella rápidamente y envía la cabeza del rufian contra la pared… a un par de metros de su cuerpo.

En el Norte del salón, Togo cambia de lugares y ahora con Chomei flanquean al impasible Mukashino, el cual no ha perdido bocado durante toda la pelea…

Solo queda el par del costado, los cuales no parecen haberse percatado que ahora están solos. Lanei va hacia ese lado y apoya rápidamente a Kin. Su pierna se alza inclinada casi a 90º y encaja una brutal patada a la cabeza del matón. Se oye un crujido seco, óseo, y el hombre se desploma con el cuello partido como una ramita. La joven ronin, agradecida, mira al último en pie con indisimulado odio, y se adelanta para darle un puñetazo. Este no es ni de lejos tan impresionante como el del monje, pero sin duda hace ver estrellas al solitario heimin…

Sintió como una nueva herida se abría, el metal frio cortaba la carne haciendo que el atuendo comenzara a teñirse de rojo lentamente hasta transforma la manga blanca del kimono en carmesí. Su vista se nublo por unos segundos y de forma inconsciente llevo el pie izquierdo hacia atrás para ponerse firme y no caer.

-Mier…- Soltó un improperio al aire sujetándose ahora el hombro aplicando presión. Respiro hondo y miro a su atacante a los ojos para intentar una vez más generar un ataque de oportunidad para algún aliado.

Hiroto se lanzó para intentar realizar la misma acción que hace unos momentos

Setsuko tambien intenta golpear al hombre pero fracasa. Igualmente, al verse tan abrumadoramente superado, el heimin toma la opción más sensata… y sale por patas, escapando a todo lo que dan sus pies hacia el lateral del palacio.

Kuni se inclina entretanto sobre el joven Tsi, y rápidamente centra sus esfuerzos en él. A pesar de sus heridas, la luz de sus manos logra cerrar un poco las lesiones del joven, pero este sigue inconsciente…

-Lanei-sama, y cualquiera que sepa medicina, los necesitamos!+exclama apremiante. Al mismo tiempo la joven Mirumoto va con Kin y la detiene de perseguir al heimin, mirándola intensamente y susurrando que le deje ver eso. 

La pelea entra en un impass, pero los ruidos indican que afuera continúan combatiendo con los guardias. Al menos no obstante ahora hay algunas armas a las que acudir… todo lo que faltan son guerreros.

Junichiro limpió su wakizashi con las ropas del mismo ashigaru al que había abatido, y lo volvió a envainar. Ahora que no había un peligro inmediato, era el momento de ir a por sus armas. Sintiéndose más cómodo con un yari en las manos, cogió el que había tirado por el suelo y se dirigió a su sensei.

- Chomei-sensei, iré a por mis armas y me uniré al combate, a menos que deseeis que me quede junto a vos -dijo, esperando respuesta

Aún con sus manos en su cabeza, no podía superar los traumas que despertaba la batalla que se desarrollaba, entre tanta violencia que despertaba sus más terribles recuerdos, pero el llamado por curación la hizo  reaccionar, y aunque su corazón  parecía que iba a  salirse por su boca, pero se arrastró hasta donde pedían ayuda, al ver que estaban más lejos, se puso de pie y apuró el paso lo más que pudo para poder llegar y tratar al joven herido.

Asiente con un gesto seco.

-Ve de una vez. +dijo Chomei. Enseguida, como si recordara algo, añadió+ Oh si, ya que vas a los cuartos, busca a Kakita-chan y Kitsune-chan.  Si todavía no les ha sucedido nada necesitaran ayuda. Y nos vendría bien una shugenja para los heridos. Llévate a alguien más contigo para cargar a la herida.

Aunque las palabras decían una cosa, el tono era más bien como “la basura” o algo por el estilo. Para Chomei-sama, la joven no significaba nada. Pero una Grulla muerta en… lo que fuera esto, sería un desprestigio para el clan. 

Junichiro asintió

- Así se hara

Acto seguido se acercó al escorpión para pedirle ayuda

- Hiroto-san, ¿podeis acompañarme a las habitaciones? Quizás necesite ayuda para llevar a una herida.

Tomo el obi e hizo un torniquete en la union del brazo con el torso, las palabras del Daidoji llegaron entre cortadas mientras apretaba fuerte con los dientes una parte de cinturon para generar suficiente presion para que la herida dejara de sangrar.

-Hai- dijo a medias para disponerse acompanar a Junichiro hacia las habitaciones.

El camino más rápido es por el lateral. Los dos bushi atraviesan el corredor, flanqueado por las silentes habitaciones, y llegan a la puerta siguiente, que ya sale al pasillo que discurre por las habitaciones. 

Los ruidos de la pelea que vienen del patio ahora son más claros. El choque de espadas, el lamento de los heridos... No se puede ver nada desde esta posición, pero tampoco ellos pueden verles. ¿Cuántos serán? La guarnición Suzume debe estarlos conteniendo como puede, aunque no eran muchos y evidentemente algunos se les escaparon… ¿Cómo llegaron? Tantas incógnitas…

La habitación de Kakita y la Kitsune se encuentra solo a unos pasos y en la dirección opuesta a los ruidos, hacia el sur. Distinto de la de Daidoji que es la tercera desde el principio y se encuentra dando al patio frontal. ¿Para donde irán?

Mientras Setsuko toma una de las armas* y se afirma en ella para ganar algo de confianza, Suzue corrió donde Kuni y comenzó a trabajar sobre el joven Tsi. Sus heridas eran serias y la sangre se escurría bajo el... Con pedazos de kimono improviso vendajes para contener la hemorragia y atarlos firmemente en torno al vientre del muchacho. Este parpadea cuando siente la presión de los mismos… sin duda le duele. Pero dolor es vida en este caso.

-Ah...ha...+murmura quedamente el muchacho, llevando los dedos temblorosos a sus heridas y rozando el brazo de la criada de Daidoji.

A su alrededor, Lanei-sama trabaja sobre el joven Tombo, mientras los sirvientes se apelotonan en el rincón pensando por donde huir. Togo y Chomei hablan con Mukashino sama en voz baja. Suzume-Nana sama vigila el frente, Yasuki el lateral izquierdo, y el derecho por donde fueran Daidoji y Hiroto esta observado por la joven Kin y la Mirumoto. Todos están en plena actividad, en guardia a como continúan los acontecimientos.

- Iré a coger mis armas -dijo el Daidoji- Vos id a la habitación de las dos mujeres y avíselas; volveré enseguida.

Hiroto asintio ante las palabras del Daidoji, aun con dolor esperando tambien que su herida dejara de sangrar se encamino a paso apresurado a las habitaciones de Kakita-chan y Kitsune-chan, debia darles el mensaje y regresar con los demas. Respiro hondo tras un movimiento inadecuado del hombro afectado. Cerro su ojo sano y apretando los dientes hizo que cada paso contara sin mas quejas.

Unos pasos rápidos te llevan al borde donde el pasillo deja de bordear el salón central para dar al patio frontal. La batalla está en auge.

Es difícil calcular los atacantes y los defensores, aunque si separarlos. La mayoría de los enemigos visten armaduras ashigaru o túnicas monásticas como los de adentro, y están luchando de a 2 o 3 contra 1 de los guardias. Su superioridad numérica compensa la debilidad en armas. Hay varios cuerpos en el suelo, algunos de ellos, otro par de guardias y también unos cuantos que parecen criados Suzume…

La habitación está a unos metros tan solo. Pero es improbable que no te vean pasar a ella.