Partida Rol por web

Por fortuna para el grupo de investigadores el hospital no estaba lejos y era prácticamente de pura lógica que acudirían a ese hospital. Al llegar pudieron ver que había algunos periodistas y policías allí. Ante ellos tenían el mostrador de información junto al cual había un policía, en el mostrador había un chico de aspecto joven que sin duda era el encargado de atender al público.

Celine reconoció rápidamente el hospital, era en donde Mara estaba ingresada y sentada en una de las sillas de la sala de espera estaba su madre, la había visto alguna vez pero no la conocía realmente en persona.

Cuando el investigador se acerco pudo ver que se trataba de la puerta a un bloque de edificios, situado junto a una tienda de tecnología, el bloque de viviendas tenía una entrada de aspecto lujoso, pero no había ninguna clase de portero ni similar lo cual podría esperarse, en lugar de ello había un portero automático con cámara y una serie de botones para seguramente cada casa, había 10 plantas y en cada planta había 4 apartamentos.

La secretaria parece teclear un poco en su ordenador y tras unos segundos empieza a hablar:

Pues… a ver por lo que veo prácticamente habéis hablado con todos salvo con Two Mix… parece que ahora se dirigen a cenar a un restaurante así que supongo que puedo hacer que tengáis una cita con ellos después de cenar si queréis

Decía la secretaria mientras el conductor del taxi estaba pendiente de la radio en donde estaban ahora dando el reporte de los deportes, sin duda un tema que le interesaba mucho más que el tema anterior.

Céline se giró hacia Jackson para mirarle y responder a su comentario.

- El autor de la carta quiere evitar que personas con poderes como el de Maki los demuestren abiertamente, tal y como ha sucedido esta noche - Dijo con voz no muy alta, quería evitar que alguien pudiera escucharla- Maki tiene un poder, no sé si será o no consciente de él, pero lo tiene y lo ha hecho patente esta noche, por suerte no hay víctimas que lamentar, de momento, pero podía haberlas habido, y además se ha alertado a los medios de comunicación. Estoy segura de que no hemos sido los únicos que hemos notado que algo raro ha pasado mientras esa chica cantaba, está claro que ella puede ser el objetivo de quien hizo la advertencia: "La Guncom mostrará con su música algo que no debe mostrarse."- Recitó recordando las palabras de la carta- Yo diría que esa persona se cree una especie de salvador o algo así, quiere salvar a la humanidad de unos supuestos seres superiores. Maki podría ser uno de sus objetivos. Creo que no está demás que nos mantengamos cerca de ella por si acaso.

Cuando se pusieron en marcha para salir de allí rumbo al hospital, Cel se alegró de alejarse del jaleo de los periodistas, tendrían que estar al tanto sobre qué se publicaba de todo aquello. 

Al llegar a su destino, la chica reconoció a la madre de Mara en la sala de espera. Decidió que podía acercarse a ella para preguntarle qué tal estaba su hija y si había hecho algún progreso. Se disculpó un momento con los chicos y les pidió que la esperasen un poco más adelante mientras ella iba a hablar con la mujer.

- Disculpe que la moleste- Dijo deteniéndose frente a ella- Es usted la madre de Mara, ¿Verdad? Soy una compañera de clase de su hija, solo quería preguntar cómo está ella.

-Tienes razón pero eso es solo una suposición y si algo me enseñó la policía es que necesitas pruebas.

Tras eso fuimos al hospital y al llegar Céline se separo de nosotros temporalmente me acerque al mostrador evitando a la prensa y le hice un gesto al chaval cuando me vio para que se acercara.

-Buenas, ¿la habitación de la señorita Maki? La que es acosada por la prensa, somos los encargados de su seguridad.

Técnicamente no mentía pero tampoco era del todo cierto. Suficiente verdad como para no meternos en problemas si había demasiadas preguntas.

- Genial, Sandara. Nosotros podemos cenar en algún restaurante cercano o en el mismo si fuese posible y tener una sobremesa con ellos o quedar donde nos indiquen.
¿Qué opinas, Otomo? ¿Qué te apetece cenar?

Atiendo atenta a lo que nos indica la secretaria, deben haber trabajado también sin descanso los compañeros para que ya solo quede un grupo por visitar – me digo a mi misma.

Después escucho las palabras de George, con un gesto de sorpresa miro el reloj y me llevo la mano a taparme la boca, yo… tengo que seguir la entrevista con Misia, había quedado con ella que proseguiríamos luego cuando..., me interrumpo, miro por la ventanilla, acabara su tratamiento, y estoy esperando una llamada suya…, tuerzo el gesto ligeramente, sé que el grupo solo habla japonés pero a no ser que Misia no me llame no podré acudir, además, la continuación de la entrevista ahora ha cobrado nuevo interés con…, señalo a la radio sin levantar mucho el dedo, lo que ha ocurrido. Enrojezco ligeramente mientras inclino el tronco un poco lo lamento, George. Quizá sí debieras buscar a Ray o Eduardo.

En ese momento, como invocado por la oriental suena su teléfono, era un mensaje de texto, algo corto que decía:

Soy Misia, le mando adjunta una dirección para un restaurante donde cenar y continuar hablando.

Emily reconoció la dirección como un restaurante de comida japonesa bastante lujoso en el que costaba bastante conseguir una mesa a no ser que se tuvieran contactos o se esperase mucho tiempo

La mujer mira a Celine y le responde con una sonrisa agradable:

Hola… si tú debes ser Celine Wesker…Walker ¿verdad? Si… seguro que eres tú, me ha contado que viniste el otro día y estuviste hablando con ella, muchas gracias por hablar con ella…

La mujer se notaba al hablar y al moverse que tenía un alto estatus social, se notaba que estaba acostumbrada a tratar con personas y a mandar, por lo que había escuchado Celine de ella era una gestora de un centro comercial, con una amplia y sincera sonrisa dice:

Ella está bien, estoy aquí esperando porque tiene que darle el doctor el alta, está un poco confundida aun, pero puede marcharse a casa. ¿Querrías venir a comer o a cenar un día como agradecimiento?

Realmente la mujer parecía muy amable, era todo lo contrario a lo que Celine recordaba de Mara, era como si para nada fuera la madre de aquella chica.

El chico se queda unos segundos mirando a Jackson y dice:

Lo siento mucho, el doctor a su cargo ha prohibido las visitas por el momento… solo puedo decirlo lo mismo que al resto, necesita descansar un poco y pronto darán un comunicado de prensa

Se notaba que estaba un poco cansado de repetir aquello una y otra vez, el chico miraba de reojo y algo molesto a los periodistas, mientras tanto algunos miembros más del personal que estaban por detrás parecían quejarse de lo que estaban molestando los periodistas.

- Disculpe caballero- intervino Jon tras las palabras del chico-pero me temo que no ha escuchado a mi compañero, no somos periodista. Somos los guardaespaldas de la señorita Maki y hemos venido para asegurarnos de que se encuentra bien. ¿Quien no le dice a usted que alguien se cuele y la ponga en peligro? ¿Se ha parado usted a pensar en lo que supondría para usted si algo de esto pasara por no habernos dejado hacer nuestro trabajo?

Por suerte suena el teléfono, tengo seleccionado un tono corto que me indica que es un mensaje. Rebusco en el bolsillo y lo saco, un segundo – le digo mientras leo el mensaje, no puedo evitar asombrarme con el nombre del restaurante. Es un sitio bastante caro, no he ido nunca, y no sé como ha conseguido reserva.

Lo… lo siento George, luego os digo lo que he sacado en claro de todo esto - a ver si es verdad, me digo a mi misma. Me bajo del taxi y antes de cerrar la puerta le indico, nos vemos.

A continuación camino en dirección hacia una parada de metro.

De camino no puedo evitar pensar en que voy de cualquier manera para ir a ese restaurante, no es una cosa que me haya preocupado nunca pero me puede la sensación de no querer dar la nota. Consulto el reloj para ver si estoy a tiempo de pasar por casa y ponerme más arreglada…. Lo que yo tenga, que no es mucho. Si hace falta, en taxi.

- Oh, no hay nada que agradecer - Respondió Céline con una pequeña sonrisa, realmente la madre de Mara era una mujer amable, además de elegante y hermosa. Era fácil sentirse un poco ridícula a su lado, sobretodo alguien como ella, quién precisamente no destacaba por su estilo ni por su belleza. - Me alegra saber que Mara está mejorando y que ya puede irse a casa, son buenas noticias.

La invitación de Janet realmente pilló por sorpresa a Cel, quien no supo muy bien qué responder. Jamás en su vida se hubiese imaginado yendo a casa de Mara, pero en las últimas horas las cosas habían cambiado tanto que ya ni siquiera pensaba que estuviese tratando con la misma persona. En algún momento Mara recuperaría sus recuerdos y entonces era difícil predecir qué sucedería, cómo se tomaría que Céline se hubiese inmiscuido en sus asuntos. 

- Gracias por la invitación, iré si a Mara le parece bien y se encuentra con fuerza y ganas de recibir visitas - Sonrió amistosa ¿De verdad estaba aceptando una invitación para cenar en casa del monstruo? Trabajar en aquella agencia la estaba volviendo del todo majareta - Y si necesitan algo, lo que sea, pueden llamarme. Mara tiene mi número. 

Me cruzó de brazos y me mantengo en silencio mirando a Jon y al chaval. No me importaba esperar pero sería muy bueno poder entrar y asegurarnos de que no le pase nada, aunque no pensaba que fuera buena idea entrar los cuatro tal vez Barden y yo deberíamos esperar fuera como la última vez.

Emily tenía bastante tiempo para poder ir a casa y cambiarse, por fortuna aún era temprano. Cuando llego al restaurante pudo ver que se trataba del conocido Sakagura, un restaurante conocido y caro, con una decoración mezcla de japonesa y americana.

Cuando llego un camarero japonés le recibió y le indico cuál era su mesa, rápidamente y con unos exquisitos modales le llevo a esta. En la mesa ya estaba Misia vestida con una ropa bastante elegante, pero sin ser demasiado, tenía una taza tradicional de aspecto artesanal de sake y observaba distraídamente su móvil.

Pero realmente aquello no fue lo que más llamo la atención de Emily, el restaurante tenía otros reservados a parte de él que estaban ella y Misia, en otro de ellos había un hombre que le llamo la atención, no le había visto a ella, pero Emily si le vio a él, se trataba de alguien que conocía muy bien y que estaba hablando con otros tres hombres más, era su padre.

En ese momento aparece Mara caminando despacio, la chica parecía que estaba bastante animada mientras caminaba, llevaba el pelo algo revuelto en vez de como siempre solía llevarlo perfectamente peinado, también vestía con lo que parecía una blusa bastante cómoda y sencilla, para nada como solía vestir en clase, todo acompañado por unos vaqueros y zapatillas de deporte.

Al ver a su madre hablando con Celine se acerca y dice:

Hola… siento haberle hecho esperar madre

Mientras la mujer se sorprendía por lo educada y por el abrazo y la sonrisa de la chica, que rápidamente mira a Celine y dice:

Hola… no sabía que estabas aquí… espero que no sea por nada malo.

La madre mira a Celine y a Mara tras la posible respuesta de Celine a la pregunta de su hija y dice:

Mara le he invitado a cenar como agradecimiento en casa, ¿te parece bien?

La chica asiente y juntando las dos manos dice a Celine:

Si… por favor, tengo que agradecerte tu sinceridad y pedirte perdón… sé que no es suficiente, pero déjame al menos agradecerte… si no estás muy ocupada.

Los investigadores pudieron ver como una chica se acercó a hablar dónde estaban Celine y la mujer con la que hablaban, el chico mira detenidamente a todos y suspira para después decir:

Lo siento… el manager ha dado órdenes para que nadie pueda pasar… me temo que no pueden pasar.

Jon se dio cuenta por la forma de hablar del chico que casi seguramente no conociera al manager del grupo, tal vez lo que había dicho era cierto, pero no sabía muy bien quien se lo había dicho.

El corpulento Barden había permanecido inquietantemente callado, sumido en sus pensamientos inquietantes sobre lo sucedido en el escenario. Quizá ver aquel desenfreno le había tocado lo suficiente aunque lo ocultara, pero el shock le estaba cobrando cuentas. Había guardado silencio como una piedra, cosa reforzada por su intimidante aspecto duro, hasta que el guardia les prohibió el paso para ver a la desamparada chica y su posible maldición vocal.

-Si seguimos insistiendo no vamos a llegar a nada. Lo mejor…- Hizo una pausa para toser polvo- Sera que montemos guardia en algún banquillo cerca, no queremos que su fan número uno llegue de improvisto a sacarse una foto con ella.

Revisé mi armario sin encontrar nada que pudiera llevar a un sitio así... Decidí acudir a Rose, la vecina de abajo, trabajaba de enfermera en el hospital presbiteriano. Le comenté que tenía que ir a un restaurante bastante elegante y que no quería dar la nota. Me dejó un traje suyo, incluso me ayudó a prepararme.

Seguramente estaba dedicando demasiado tiempo a toda esta preparación, de hecho, no sabía ni qué estaba haciendo poniéndome tan arreglada...

En cualquier caso, me miré al espejo y podría decir que estaba bastante satisfecha.

Metí los papeles para que los firmara en el bolso y me encaminé al restaurante, al llegar casi me quedo patidifusa, no había estado por supuesto en ninguno así en Nueva York. Intenta no dar la nota - me recuerdo a mi misma.

En la antesala me recibió un camarero que me acompañó hasta la mesa donde estaba sentada Misia, ¿Quizá me había arreglado demasiado?. La saludé con una ligera inclinación de tronco, hola, buenas tardes - saludé tímidamente para no interrumpirle con su móvil. No tenía ni idea como iba a comenzar la conversación, me parecía que preguntar sobre el caso de primeras no era muy educado. Me senté enfrente suyo ¿Qué tal ha pasado la tarde? ¿Ha visitado algún sitio turístico? - para empezar no estaba mal.

De repente sentí un escalofrío en todo el cuerpo y noté como mi corazón peleaba por salir del pecho, supongo que se reflejaría en mi cara, no había tiempo para ocultar nada. Me acerqué a la puerta y la cerré todo lo deprisa que pude, sin golpear. Cerrándola a cal y canto y apoyando la espalda en la puerta por dentro miré a Misia, me... me gusta la intimidad - le expuse, rápidamente me senté de espaldas a la puerta intentando recuperar el aliento, notaba que me faltaba la respiración en cierta manera, ¡serénate! - me grité mentalmente, mientras tanteaba sobre la mesa algún tipo de bebida que pudiera tranquilizarme, necesitaba una especie de apoyo, cogí la mano de ella un momento para calmarme... Casi inmediatamente me di cuenta de mi extraño movimiento, esa parte americana que hay en mi había actuado, así que la solté... lo... lo siento.