Partida Rol por web

Alza la mirada al escuchar tanto a DEVIRIUS como a LOMMY, chasquea la lengua disgustado a escuchar a la bruja.
-Eso es ridiculo, ya lo e intentado antes y no a surgido efecto, empiezo a pensar que tendre que meterme en ese infecto agujero, pero no sin una buena antorcha, eso seguro.

Camina asta Lezmar mirando de reojo tanto a los nuevos llegados como a los viejos conocidos demasaido callados, una vez a la altura de las rodilla de ella, alza la mirada para observar sus extraños ojos.
-¡Seguro que no deseais mas que ridiculizarme, maldita bruja! Pero recordar que vuestra amiguita ya no esta aqui, cuidar la lengua no sea que os suceda lo mismo.-Sonriente ante su triste amenaza, camina asta la misma maldita puerta, que ni se molesta en rechinar ante sus palabras o fuerza.

-Nostante, tengo tan pocas ganas como vosotros de seguir aqui parado sin hacer nada y mas sabiendo que Argos es nuestro amuleto de mala suerte y nadie desea o hace nada para desaferse de el, CHE!-Dijo con tono indignado.-¿Veamos... como era eso tan absurdo?-Pregunto, una vez puesta su corona en su fea cabeza- ASI! "Señor del Averno"-Contestose con las manos extendidas y los ojos cerrados hacia la puerta.

Espero un instante antes de abrir un ojo y despues el otro, con una largo sonrisa sarcastica se dio la vuelta hacia los demas, encogiendose de hombros.

-¿No os lo dije? Nada. Una perdida de tiempo y un gesto ridiculo hacia mi persona...

La puerta se mantiene cerrada y no se nota efecto alguno.

Están como al principio.

Ashram sigue perturbado por la desaparición de Kaa, pero trata de ser constructivo.

Al ver que tras las deducciones las puertas siguen igual estalla.

Maldito enano verde, tú nos has traido hasta aquí. ¿Con qué fin? ¿Para qué? ¿Para ver morir a Kaa? ¿Y esperar a que la hermana de Argos nos aniquile?

Se deiene un rato frente al agujero.

¡METETE AHÍ Y BUSCA UNA SOLUCIÓN! Había huellas de pisadas y de un cuerpo arrastrado, tal vez esté Kaa dentro.

prueba con el pergamino, o tal vez no sean esas las tres palabras, en tondo caso no tenemos nada que perder, de lo contrario creo que deberás entrar Dedrick, o devolvernos pero no podemos seguir aquí varados

Dice Devirius en un tono un poco mas conciliador,

A ver chicos, pensemos un instante... La frase dice que "El tesoro menor de pifo dará la entrada al nombrar las tres palabras del señor del averno". Ese tesoro menor es ese pergamino que teneis ahi, ¿¿no?? Bien, pues hagamos lo que dice, pornunciemos las palabras de Señor del Averno con el pergamino, y no con la corona. A ver si tenemos más suerte... - afirmo, seguro de que hay algo que se nos escapa, pero de que estamos muy cerca.

Leanan, ahora rodeada por sus dos alborotados perros, observaba un poco desconcertada la situación. Era una recién llegada a la aventura que, según decían, ayudaría a acabar con cierto peligro. De reojo miraba al centauro con curiosidad pensando que, si el sucio goblin se subía ella podría hacerlo en un futuro no muy lejano.

- ¡Ahh! Pues va a ser que el elfo tiene razón. Si el pergamino es el tesero menor... -vio entonces una oportunidad- Goblin, ¿por qué no lo intentas? -le dijo con una sonrisa.

Si el goblin accedía la joven se acercaría con disimulo (o eso creía ella) al centauro.

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Quitose con rapidez la corona, mientras la peligrosa baba de Ashram, en forma de pequeñas perlas amenazaban su existencia, mientras le gritaba histericamente.
-Estupido Elfo... sentimientos por esa arpia busca lios... que triste existencia...

Parece que una vez mas todos tienen en mente el usar al pequeño goblin a su antojo y eso ya lo a sufrido mucho antes de conocerles.
Decidido ya fuera por los improperios del matadragones, como por la insistencia de los demas y porque no decirlo, por una curiosidad que a ido creciendo poco a poco, Camino decidido asta la altura de quien comanda dragonuts.
-Dejaros de tonterias y magicas formulas, darme una de esas antorchas y buscare el mecanismo que habra la puerta de piedra por el otro lado, ¡Vamos! Antes de que cambie de opinion!-Extendio su mano, de largo y famelicos dedos, esperando que atendiera a su peticion.

-Supongo, que no tengo otro remedio que volveros a salvar.

El pequeño goblin se arrastra por el suelo para entrar en la angosta caverna. Todos ven como poco a poco su cuerpo desaparece por el orifico en el suelo.

Mientras lo hace no para de recitar improperios, amenazas y quejas. Algo normal en el Drerick Uña Sucia.

Lomy lanza un suspiro de desesperación al ver que nada de lo que hacen funciona. Cuando Drerick se mete por el agujero, Lomy se acerca a este, para ver desaparecer al pequeño goblin.

Ten cuidado, Drerick- le aconseja el excentauro, que debe de ser el único que puede llegar a preocuparse por la seguridad del pequeño gruñón verde.

Cuando este termina de desaparecer, Lomy se gira hacia el resto de compañeros, y se encoge de hombros.
Tal vez lo consiga…

Los viajeros que se quedan fuera, ven como Drerick desaparece.

Pasan unos tres minutos y al sur distinguen una columna de polvo enorme. El escaso aire del oeste hace que la calima formada se dirija enta, pero continuamente sobre el cañón.

La altura de la entrada de la cueva les permita ver a gran distancia. Calculan que están más al sur del puente quemado.

No se ve que es lo que provoca esa columna.

La joven observa con cierta expectación la entrada del sucio goblin por el agujero. Son muchos los que se agolpan para saber que ocurre, por lo que desiste y se queda en un segundo plano. Entonces, a lo lejos, divisa una humareda de polvo que, intuye, proviene del famoso ejército.

- Mira Devirius, como en los relatos… “una columna intensa se alzaba al cielo. No era de humo sino de muerte, la que esperaban cuando el ejército invencible cayese sobre ellos como la furia de los Dioses” –recitó de algún libro sin entender realmente que aquellas palabras no eran muy alentadoras.

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La cara de Argos se tornó sombría, mostraba disgusto y preocupación. No, ni siquiera he conseguido recordar quién soy y ya me asalta mi pasado.

Simplemente saco su espada y esperó para ver que era exactamente lo que provocaba aquella columna.

Lezmar, ¿puedes volver a colocar el conjuro que hacia que estas escaleras se hiciesen mas pesadas?

Devirus observa expectante la situación,

aun están a una distancia razonable de aquí espero que Dedrick encuentra la entrada antes que aquellos lleguen aquí

Lo único que puedes distinguir es que es un gran número de jinetes y un pendón azul y rojo. Podría ser del ejército lunar, pero no estás seguro.

Veo un gran número de jinetes y un pendón azul y rojo. Podría ser del ejército lunar, pero no estoy seguro, en cualquier caso debemos darnos prisa, si tanto desea mi hermana el trono no tardará en darnos alcance si nos quedamos quietos.

Vaya, ni aqui vamos a tener un respiro!! - pienso, serio, mirando hacia la columna de polvo que se acerca.

Sea como sea, no podemos estar aqui cuando lleguen.. deberiamos probar a abrir la puerta, por si acaso Drerick no lo puede hacer desde dentro. - acomento, volviendo hacia el inamovible bloque de piedra que conforma la entrada.

La solucion debe estar en ese pergamino, en el supuesto tesoro menor de Pifo. - ¿Alguien podria decrime que pone en ese pergamino que hayastes con las antorchas? - pregunto, interesado y encabezonado en descifrar la forma de abrir la puerta...

Lezmar algo disgustada trata de recordar.

Lo he leído tantas veces que creo que lo recuerdo.

Con voz cansina comienza a recitar sin ánimo.

La Maldición de Pifo:

Cuando Pifo creó las antorchas su padre, el gran Rel, se enfadó con él por haber fabricado algo para los mortales y darles poder sobre otros. Pifo sufrió un castigo y se convirtió en mortal. Su madre, la diosa Tinnis, al no poder ver como su hijo envejecía y se extinguía, consiguió que la vida de Pifo estuviera sujeta a la de las antorchas y pidió a su Nieto Poral que defendiera las antorchas a cualquier precio.

Si alguna de las antorchas sufre cualquier daño Pifo moriría, y la ira de su madre caería sobre la especie culpable.

El padre de Pifo a escondidas de su mujer logró que el alma de su hijo fuera reencarnandose en diferente cuerpo a lo largo de los siglos. Sólo él sabe donde reside, pues ni el propio Pifo lo sabe. Tan sólo se le puede identificar de una manera. Al quemarsele con el fuego de la última antorcha aparecerá como él mismo.

Así pues sólo en el fin del mundo Pifo volverá a la vida. Pero dará paz a todo ser vivo.

Si es verdad,... lo leiste ante y ya... Bueno, aprovechando que lo tienes en la mano, acercate a la puerta y con él en la mano, pronunica las tres palabras del Señor del Averno. - comento, pensativo, y algo defraudado, pues la lectura del pergamino no trae ninguna nueva idea a mi cabeza.

Por probar no perdemos nada, y al fin y al cabo, eso es exactamente lo que pone en el mapa...