Partida Rol por web

Elrond mandó llamar al enviado enano, le entregó una carta con su sello y varios regalos.
Recibió comida y escolta hasta las montañas.
La carta decia lo siguiente.

A Glóin, hijo de Gróin.

Son tiempos tristes, pero todavia hay lugar para la esperanza, el Concilio ha sido reunido en Rivendel y en él se está decidiendo el destino del Anillo Único.
Son muchos nuestros enemigos, muchos abiertamente declarados como Sauron y Saruman, y otros más cercanos como Lord Celeborn, mi propio suegro.
Por más que he tratado de contactar con él no he hayado una respuesta clara ni intención alguna de oponerse a Sauron y sus aliados.
Los hombres han caído y Rohan se haya en apuros, Théoden resiste, pero sus tropas no pueden defenderse de tantas amenazas juntas.
Rezo para que puedan resistir y podamos darle la vuelta a la situación.

Mis ejércitos han logrado varias victorias, asegurando los puertos occidentales de Mitchlond, Minhiriath y Belfalas.
No creo que duren mucho puesto que no quiero separar más aún a mis tropas y más cuando Sauron avanza cada vez más hacia el Norte.
Fui informado por mi hija Arwen que en Mitchlond encontramos cientos de soldados enanos muertos.
Sabed que han sido vengados y sus restos han recibido una digna sepultura.

Le deseo mucho ánimo en la que, tal vez, sea nuestra última misiva.

Su amigo, Elrond de Rivendel

Hasta la fecha, todas las negociaciones llevadas a cabo entre el lugarteniente del Señor Oscuro Sauron y Lord Celeborn del Bosque Negro habían sido satisfactorias para ambos y no había razones para dejar de colaborar. Las órdenes de Sauron para el señor de los Nazgûl eran claras, no atacar los lindes del bosque negro, siempre y cuando los elfos silvanos se mantuviesen en esa linea de mutua cooperación.

Cómo había prometido, los bosques y florestas de la Tierra Media serían para ellos, y antes de llevar a cabo la conquista de Lorien y acabar con el hijo de Theoden, le daría la oportunidad a Celeborn de que recuperase su capital, sin tener que intervenir. Debilitado como estaba, con una simple guarnición de tres batallones, fatigados y sin capacidad de responder si el ataque de los elfos salía mal, Sauron volvió a enviar sus jinetes huargos con una nota para darle a Celeborn la opción de alzarse con Lothlorien. 

La misiva rezaba así.

A Lord Celeborn, el árbol blanco, y Lady Galadriel, la dama de Lorien.

Mi amo y señor, Sauron "El grande", desea erradicar de la faz de la Tierra Media la memoria de Theoden " el usurpador", domador de caballos. Tal y como prometió, no ha llevado a cabo ningún ataque a las florestas y extensiones del Bosque Negro a lo largo de estos meses, y por ende, han podido ir fortaleciéndose, fortificándose y expandiéndose hasta el día de hoy sin contratiempos, logrando que ayer mismo todo el Bosque Negro esté siendo controlado por vuestros elfos silvanos.  Nada impide que las buenas relaciones se mantengan, siempre que continuéis colaborando con mi señor Sauron.

La antigua capital de vuestro reino, Lothlorien, está ocupada por las pocas tropas que se batieron en retirada del hijo de Theoden, Éomer, y sus Rohirrim. Nada impide que tratéis de tomar posesión de las tierras y capital que siempre os pertenecieron por milenios. Los arqueros que tenéis bien apostados en los Campos Gladios podrían lanzar una andanada de flechas que mermarían sus endebles defensas, y un sencillo ataque con tres batallones podría garantizar la anexión del territorio a vuestros dominios, que en ningún caso sería atacado por mi señor. En caso de que no logréis el objetivo, personalmente ordenaría a mis tropas realizar un ataque desde Isengard para evitar su posterior fortalecimiento y represalias contra los vuestros, pero aunque adquiriese su dominio, siempre y cuando fortalezcais el Norte y no el Sur, se os serían devueltas de forma inminente de forma pacifica, como muestra de buena fe.

Las intrucciones son claras, acabar con las huestes de Theoden hoy mismo, antes de que pueda fortalecerse. Cumplidlas para agrado de mi señor y ni un elfo ni territorio del Bosque Negro se verá amenazado, amén de que si tanto Elrond medio-elfo o el enano Gloin del Norte decidiesen atacaros, dad por hecho que tendríais en Mi señor Sauron a un fortísimo aliado para ayudaros de inmediato.

Para nada pasa inadvertido que el líder enano y muchísimos de sus batallones siguen apostados en Erebor, y que Elrond ha ido fortaleciéndose en Rhudaur para forzaros a establecer una alianza de inmediato. 

Confío en ver vuestros batallones en acción de inmediato para eliminar al hijo de Theoden, y no tener que centrar mis ejércitos en destruir vuestros dominios. Ambos saldríamos fuertemente perjudicados, en vez de salir beneficiados y seguir colaborando como hasta ahora.

Firmado: El Rey Brujo de Angmar, lugarteniente de Sauron y señor de los Nazgûl.

Tras una larga espera, por fin parecía que los enanos se dignaban a responder. Cuatro barcos, con soldados llegaron al puerto que ahora pertenecía a Elrond.

Nada mas desembarcar, uno de ellos, se dirigió decidido al encuentro con Elrond. Cuando dio con él, y sin decir palabra, le entregó un pergamino, escrito por Glóin.

A llegado a mis oídos que venciste donde mis hombres fracasaron. La venganza ya no podrá ser nuestra... al menos permite que mis hombres carguen en los barcos lo que queda de ellos. Agradezco tus esfuerzos, pero deben recibir sepultura por los suyos, y en su tierra... descansando bajo los grandes salones de la Montaña Solitaria.

También ha llegado a mi conocimiento que el pueblo de Rohan ha caído. Los aliados van muriendo, y de no hacer nada, pronto les acompañaremos. Es vital buscar una alianza con los Lorien… volveré a mandar un emisario, espero que esta vez entre en razón. Quizás deberías hacer lo mismo... Quizás si ambos se lo decimos, acepte... Que Durin nos oiga.

Mientras tanto, lo mejor es que acabes con Saruman. No podemos permitirnos tener tantos frentes abiertos...

Nos mantendremos en contacto señor elfo. Hasta nuestro próximo encuentro.

Quizás los Lorien no se esperaban que una partida de 5 enanos llegaran a las tierras que acababan de conquistar... Moria era de los elfos... si Durin levantara la cabeza...

Pero no era el momento de tratar tales menesteres. Uno de los enanos, el que parecía estar al mando de la pequeña expedición, se adelantó para entregar un pergamino a Lord Celeborn, escrito del puño y letra del Rey Bajo la Montaña, Glóin.

Señor de los Lorien. Por segunda vez mando a mi gente para ponernos en contacto... aunque la razón es la misma que lo fue la otra vez, espero que la respuesta sea diferente.

Avanzas hacia el noroeste, conquistando tierras, pero dejas a tus espaldas a un enemigo como Sauron. Además los elfos de Rivendel os pueden atacar por el oeste y mis enanos por el norte. Su situación es complicada, pero este mensaje no es una amenaza, sino una firme propuesta de alianza. Juntos podemos atacar a Sauron desde el este, podemos despojarle de sus tierras como él está haciendo con todos aquellos con los que se encuentra. Y usted y yo, sus territorios y los míos... pronto serán el objetivo del Señor Oscuro.

Esperar piedad de él es inútil, aunque ni usted ni yo seamos de los que suplican. Confiar en él o en su palabra es inútil. Destruirá cada lugar que conquiste, no quedará ni un solo árbol en pie, e infestará los salones de Erebor con trasgos y otras criaturas igual de repugnantes.

Por ello, y por mucho más, rezo a Durin para que aceptes la alianza dejando atrás todas aquellas disputas que nuestros pueblos hallan tenido tiempo atrás. Debemos mirar hacia los días venideros, hacia un futuro en paz, y eso solo pasa por la destrucción total de Sauron.

Sin más, espero tu respuesta, señor elfo.

Tus enviados interceptan un mensaje de Gloin al señor Celeborn y la dama Galadriel.

Señor de los Lorien. Por segunda vez mando a mi gente para ponernos en contacto... aunque la razón es la misma que lo fue la otra vez, espero que la respuesta sea diferente.

Avanzas hacia el noroeste, conquistando tierras, pero dejas a tus espaldas a un enemigo como Sauron. Además los elfos de Rivendel os pueden atacar por el oeste y mis enanos por el norte. Su situación es complicada, pero este mensaje no es una amenaza, sino una firme propuesta de alianza. Juntos podemos atacar a Sauron desde el este, podemos despojarle de sus tierras como él está haciendo con todos aquellos con los que se encuentra. Y usted y yo, sus territorios y los míos... pronto serán el objetivo del Señor Oscuro.

Esperar piedad de él es inútil, aunque ni usted ni yo seamos de los que suplican. Confiar en él o en su palabra es inútil. Destruirá cada lugar que conquiste, no quedará ni un solo árbol en pie, e infestará los salones de Erebor con trasgos y otras criaturas igual de repugnantes.

Por ello, y por mucho más, rezo a Durin para que aceptes la alianza dejando atrás todas aquellas disputas que nuestros pueblos hallan tenido tiempo atrás. Debemos mirar hacia los días venideros, hacia un futuro en paz, y eso solo pasa por la destrucción total de Sauron.

Sin más, espero tu respuesta, señor elfo.

Mando un emisario hacia tierras del Norte donde Gloin:

"Querido amigo, creo que es el momento de acabar con la expansión de Sauron, si no lo evitamos tarde o temprano se hará con el anillo único y no tendremos ninguna oportunidad de sobrevivir y será el fin de la tierra media. Hablare con Elrond para que nos ayude en dicha misión, lo suyo es un ataque en masa contra el, todas las razas unidas.
Espero tu respuesta.

Mando un emisario hacia tierras del Oeste donde Elrond:

"Querido amigo, creo que es el momento de acabar con la expansión de Sauron, si no lo evitamos tarde o temprano se hará con el anillo único y no tendremos ninguna oportunidad de sobrevivir y será el fin de la tierra media. Hablare con Gloin para que nos ayude en dicha misión, lo suyo es un ataque en masa contra el, todas las razas unidas.
Espero tu respuesta.

Respondo al mensaje de Celborn:

"Estoy totalmente de acuerdo, su amenaza es demasiado grave y sus fuerzas son imparables, no podemos ceder más tierra, habla con los reyes bajo la montaña y esperemos que iban sus fuerzas con nosotros. Ataquemos."

La paciencia del señor oscuro Sauron estaba llegando a su límite y no estaba dispuesto a esperar más. Por activa y por pasiva, Sauron había rehusado hacer frente y atacar los territorios de los elfos del bosque, permitiendo que fuesen fortaleciéndose cuando más débiles se habían encontrado y facilitándoles el control de varios territorios. Ahora ya controlaban todo el Bosque Negro y varios territorios al oeste, más allá de Minas Moria, pero su actitud pasiva frente a Elrond y Gloin no era lo que habían acordado, mucho menos negociar tratados y alianzas a sus espaldas. De hecho, los emisarios del señor oscuro informaban que mientras que los territorios del Norte seguían desprotegidos, Celeborn y Galadriel habían ido fortaleciéndose en Campos Gladios y los territorios del Sur. ¿De veras esa era la respuesta, directa e indirecta, que dirigía al Gran Ojo después de haberle garantizado un tratado de no agresión durante meses?

Por última vez, Sauron envió a sus emisarios a los lindes para formalizar una alianza, no habría más misivas si se negaba a responder. La carta rezaba:

A Lord Celeborn, el árbol blanco, y Lady Galadriel, la dama de Lorien.

Ésta es la última misiva por parte de mi amo y señor, Sauron "El Grande", antes de tomar partido en favor o en contra. Al amanecer del próximo día, si sus mercedes no afirman la alianza con mi señor Sauron con determinación, respondiendo favorablemente a esta carta, retirando las tropas de los territorios del Sur y tomado partido en esta guerra en contra de Elrond medio-elfo y del enano Gloin de forma inmediata,... mi amo afirma destruir y masacrar sin compasión, sin ofrecer tregua ni rendición, hasta exterminar a todo elfo del bosque que se haya opuesto al Gran Ojo.

En verdad mi señor es fiel a su palabra y ningún bosque, floresta o arboleda sería amenazado ni destruido por sus huestes de afirmar la alianza y proceder. La presencia del anillo cada vez es más palpable y en cuanto éste esté bajo su control, esta guerra llegará a su ocaso, siendo recompensados los aliados de mi señor y exterminados los que se le oponen. Se acabaron las medias tintas...¿A favor o en contra? De su pronta respuesta dependerá el futuro de su raza, la cual durante milenios fue aliada de mi señor como elfos oscuros del bosque. Este es un ultimátum.

Firmado: El Rey Brujo de Angmar, lugarteniente de Sauron y señor de los Nazgûl.

 

Mando una misiva a mi amigo el elfo y al pequeño enano:

Señores Gloin y Elrond, el fin de la Tierra Media se acerca, yo voy a tomar cartas en el asunto y atacaré a Sauron, se que que solo es un plan que me llevará directamente al fin de mi raza. Pero si nos unimos quizás tengamos una pequeña ventaja. Por eso os invito a realizar un ataque masivo contra el señor oscuro. No perdamos mas tiempo. Luchemos todos juntos por el bien de la Tierra Media