Partida Rol por web

Arwen veía como la muerte le rodeaba, muchas caras conocidas habían dejado de sonreír por culpa de aquellas alimañas.
Su sacrifició no sería en vano, rodeada de sus más fieros guerreros se dirigió allí donde estaba el líder del ejército orco.

Todavia quiero atacar Quebradas del Sur con Gandalf.
Espero a terminar con Saruman y juego con mi otro líder asi no mareamos mucho.

Gracias

Arwen avanzó hacia el lider orco y entabló un combate contra él.
Con una habilidosa finta, más utilizada por bailarinas que por guerreras, le sesgó la cabeza a aquel orco.
Con la muerte de su jefe, los orcos empezaron a huir, muriendo muchos por las flechas élficas.
Llegando al campamento orco, encontraron a muchos hobbits con cadenas, apresados y maltratados.
Arwen y sus hombres los liberaron.

La Comarca había sido recuperada, a costa de sangre élfica, cada muerto elfo era una tragedia difícil de asumir por los elfos.
Empezaron los ritos funebres mientras fortificaron su posición en Hobbiton, en tal de protegerse por si Saruman se atrevía a volver.

Tras una dura licha los elfos me arrebataron la Comarca y los rohirrin evitaron la aniquilación todo iba de mal en peor,al parecer había perdido el favor de los Valar y esa era su forma de hacérmelo saber.

Pues bien que así sea ya vería como sobrevivir pero este lugar no sería mi tumba de algún modo encontraría la forma de volver.

Gandalf marchó hacia el Sur, bajo las órdenes de Elrond, acompañado por un ejército elfo, hacia dos días que habían dejado atrás las Colinas del Tiempo y estaban ya dentro de las denominadas Quebradas del Sur.

Era un lugar inhóspito, frecuentado por bandidos y orcos, un lugar donde a la civilización le costaba mucho echar raíces. Y ahora con todo lo acontecido en la Tierra Media, más si cabe, tan solo los que tenían poco que perder o alguien demasiado estúpido eran los únicos que se atrevian a cruzar esas tierras.

Sea como fuere, las Quebradas del Sur eran un lugar estratégico, su control ayudaría a fortalecer la posición élfica en Arnor. Arwen estaba al Oeste y fue Gandalf el elegido para aquella misión.

Aunque no era hombre de guerra, el mago gris supo rápidamente organizar a las tropas que dirigía y entabló una batalla nada típica. Cada montaña estaba infestada por maleantes, orcos y demás seres, la lucha era casi legua a legua.

La región no poseía un ejército, pero se valía para atacar a las tropas desprevenidas, por ello Gandalf ordenó avanzar en columnas, con poco espacio entre los diferentes batallones y iban reduciendo, poco a poco, los focos de rebelión.

Los exploradores traían noticias interesantes de cada punto de la Tierra Media. Sauron se movilizaba hacia Gondor, arrasando tierras a medida que sus huestes avanzaban, sin encontrar demasiada resistencia en un senescal que parecía estar dando los últimos coletazos de vida.

Otro asunto eran los elfos de Lorien. Viendo como las fuerzas de Mordor avanzaban hacia ellos, seguían perdiendo el tiempo tratando de conquistar el bosque y el resto de tierras más al norte. Valiente necio, solo estaba consiguiendo dividir sus fuerzas. Para cuando Sauron decidiera atacar... No tendrían fuerza suficiente para defender ninguno de sus territorios.

Y por otro lado, estaban Elrond y el rey de Rohan, que parecían haberse puesto de acuerdo para atacar al mago blanco. Si Saruman quería controlar las zonas del oeste, era algo que me resultaba indiferente, pero no si atacaba la Comarca. Me ardía la sangre solo de pensar que mi viejo amigo Bilbo Bolsón tuviera que hacer frente de nuevo a huestes de orcos. Ni siquiera sabía si el hobbit seguía viviendo en aquel lugar, pero no dude ni un segundo en dar la orden a mi líder. La orden era muy sencilla, atacar a Saruman por el puerto.

Los elfos de Elrond se dirigieron a continuación hacia las Quebradas del Sur, atravesando sin problemas las débiles defensas de la región y haciéndose con ella rápidamente.